Odiaba a Inuyasha, era un hibrido. Engendro de un humano y su padre.

¿Qué mierda le paso a su progenitor para estar con una simple e insignificante humana?

No lo entendía, Sesshomaru. No lo comprendía.

Eran seres inferiores, criaturas débiles. Sangres sucias, Inuyasha estaba contaminado con el simple hecho de portar su sangre, que esta corra en sus venas.

Aborrecía los humanos y su medio hermano. Al solo tener esa sangre ya se ganó su odio. Odio con más fervor cuando su padre le entregó Tessaiga a Inuyasha y no a él.

No lo entendía. No lo comprendía.

¡Él tenía que ser poseedor del arma más fuerte!

Por eso, vivía en odio, se alimentaba de odio e iba a consumirse en odio. Sin embargo, todo cambio cuando la conoció, una humana curiosa, demasiado optimista e ingenua.

Lo alimento. Lo cuido, sonrió feliz por él.

Una humana, una criatura inferior, ¿Por qué?

¿Por qué?

¿Estaba muerta? ¿Estaba viendo su cadáver? ¿Por qué sintió algo en su pecho cuando la vio en ese estado?

Sacó su espada y la trajo de vuelta.

Ella sonrió y le siguió.

Él se lo permitió ¿Para estudiarla? ¿Para examinarla? ¿Un capricho sin precedente?

Rin le estaba despertando sentamiento cálidos, emociones buenas entre todo su odio, le estaba sacando cosas que estaban bien profundas enterradas en su interior. Compasión, afecto, empatía...

Se convirtió en su protegida, le daría todo lo que necesitara, velaría por su seguridad y felicidad.

La niña...

Ya no.

La mujer...

Sesshomaru no cometería (según él) el error que cometió su padre con una simple humana. No se involucraría con ellos, no mancharía su sangre pura, teniendo como su estirpe un hibrido. Así fue como siempre vivió, creyó que siempre iba a pensar así, evitando la sangre sucia sino era para derramarla. Hasta que conoció a Rin y todas sus ideologías sucumbieron.

Solo era sangre y no quería esperar otra persona que le cambie el mundo y le remueva sentimientos que ni sabía que tenía desde su ser.

La quería a ella. Únicamente a Rin.

Quería todo lo que siempre le daba. Ya no le importaba si su sangre se le contaminara, si ella era una humana, una sangre sucia y engendraría híbridos, quería cachorros con sus ojos, su sonrisa.

Aun odiaba a Inuyasha, pero ahora, quizás, entendía un poco a su padre.

Solo era sangre y ya quería combinarla.