Autor: Kimiko I

Título: Sombras del Pasado

Género: Amistad/Romance

Disclaimer: Ni Naruto ni sus personajes me pertecen. Kiba sí, es sólo mío xD

Notas de la autora: Que way, soy autora x3 Vale, a ver. El fic está centrado en Naruto y Sasuke. En su AMISTAD. No es SasuNaru. Respeto el yaoi y a sus seguidores, pero no voy a escribir sobre eso. Me gusta mucho la relación que tienen Naruto y Sasuke (de AMISTAD, repito) Me gustan desde hace mucho tiempo, y siempre he querido escribir sobre ellos. La única pareja que va a salir es SasuSaku. Por influencia de ALGUIEN... Verdad, Mizu-chan (SMRU)?? x3 Bueno, pues eso gente. Que os guste.


Capítulo 1: Sombras.

Oscuridad. Ni luna, ni estrellas. Frío. El viento se colaba por la ventana con silbidos, jugueteando con las cortinas. No veía nada pese a tener los ojos abiertos. Su helada mano, se posaba en el omoplato, intentado proporcionarse calor. Se habia quedado sin aliento, su respiración se entrecortaba y tosía.

No habia ninguna seña de frustración ni rencor en su mirada, únicamente estaba cansado.

Quería conciliar el sueño, pero no podía, no debía, si intentaba dormir; los recuerdos de hacía unas horas, las pesadillas, las imágenes del pasado, le invadían. Ya hacía horas que se había tumbado sobre la desdreñosa cama, para, por lo menos, relajarse y descansar un poco. A su oído no llegaban señas de vida alguna, ni susurros, ni ningún sonido de algún animalillo que rondaba por las afueras.

Nada. Absolutamente, nada. Los latidos de su corazón se habían ido frenando poco a poco, conforme las horas pasaban. Su pelo oscuro era movido por el susurrante viento. Pero eso no era problema. No le importaba que su ropa estuviera echa harapos, que estuviera lleno de irritantes quemaduras, que la sangre corriera por sus piernas debido...

A la pelea. No le parecía nada importante, ya que las heridas sanarían, y ese cansancio perduro que rondaba por sus entrañas se esfumaría con el tiempo. Tiempo. Aquel fenómeno que a veces estresa y otras se agradece. Horas...,días..., meses..., Años... cuatro años de su vida. Cuatro años echados a perder, la razón era indiscutible: Venganza. Aquel sentimiento le había concomido durante años. Años en los que habría podido pensar en su vida futura como ninja. Años en los habría podido mejorar sus técnicas. Pero no. En esos años pensaba en un único objetivo el cual era: Matar a Itachi. Cuando el soñado encuentro llegó, cuando la ocasión de asesinar a su hermano se presento enfrente de el, no dudo. No recapacitó, la sed de venganza lo invadió y no miró atrás. Lo hizo sin mas. No pensó en lo que ocurriría. Toda su vida habia odiado a la persona que mató a sus padres: Itachi. Uchiha Itachi. La venganza le cegó, impidiéndole ver mas allá. No se dio cuenta de que, cuando descargo el poderoso ataque sobre Itachi, el mismo, se estaba convirtiendo en lo mas odiado para el: Un asesino. El asesino de su clan. De todo su clan. Del que, años atrás fue admirado y respetado. Su clan. El clan Uchiha. El clan en el que se habían encargado durante generaciones del cuerpo de policía, incluso uno de fundadores de su antigua villa, era del Clan Uchiha.

¿Y que, no importa? –se repetía una y otra vez, apartando todos los pensamientos referentes.

Pero, el sabia que era el único que existía, el único que pertenecía, al Clan Uchiha.

Su vida dio un giro brusco cuando el lengua Bífida apareció delante de sus narices y le colocó el condenado sello. Aunque el hombre con complejo de serpiente ya estuviera muerto, solo pensar en el, le producía pesadillas. Pesadillas. Aquellos sueños horribles que le perseguían todas las noches. Sueños que le hacían despertarse cada noche sudando, con el corazón en un puño. Enseñándole sus recuerdos, su pasado que día a día intentaba olvidar. Enseñándole los momentos duros, los momentos tristes, los momentos mas espantosos de su vida. Todos esos momentos giraban en torno a una única cosa: Su infancia. Cerro los ojos para que dos lagrimas no se distinguieran.

Mierda... –susurro sin cambiar su postura.

No podía recordar su infancia. No quería recordar su infancia. Los recuerdos le invadían y se agolpaban, pasando como una película por su cabeza. Aquella película, era la de su vida. Una vida llena de odio, una vida llena de tristeza, del sabor salado de sus lágrimas. De soledad. Soledad. El sabia lo que era estar solo, sabia que cada mañana nadie iba a entrar en su habitación a despertarle dulcemente y a darle un beso. Sabia que si llegaba a casa, después del entrenamiento con heridas, nadie iba a estar allí para curárselas. Sabia que nadie le iba a ayudar con los entrenamientos, sabia que nadie iba a aconsejarle, ni a consolarle cuando se había peleado con otros niños. Sabia que cada noche, nadie iba a preocuparse por si tenia frío y a traerle una manta para arroparle.

El si, lo sabia. Pero también sabía que no podía hacer nada. Nunca podría volver al pasado, nunca podría volver a ese terrorífico instante y cambiarlo. No podía. Y eso le jodía el alma.

¿Porqué demonios recuerdo ahora todo esto? –se pregunto.-

La respuesta era el cuerpo inerte que estaba al lado de la puerta de la habitación. Lo miró. Y se acordó de algo:

-... Sasuke... ...ódiame si quieres, pero nunca hagas nunca lo que hice yo... ...siempre te recordaré como... ...como... –el pelinegro tosió y escupió sangre, haciendo que Sasuke abriera los ojos admirablemente. Al portador de la katana le empezaron a fallar las piernas.

-como... –reanudó la conversación con esfuerzo, agarrándose con su mano izquierda el vientre.-como mi her... como mi.. hermanito. –siguió tosiendo y escupió mas sangre. –Sasuke... –le llamó para que le mirara, ya que la vista de este no le observaba, tenía la vista perdida. Levantó la cabeza, haciendo que su pelo se moviera lateralmente.

Si, le miró, pero en los ojos de su hermano mayor ya no vio esa superioridad, ya no tenían aquel resplandor rojizo que caracterizaba el Sharingan. No, sus ojos eran oscuros y llenos de confianza.

Esto le asusto y se alegró a la vez, dio un paso atrás.

-Quiero que hagas una cosa por mi... ...hermanito. –una sonrisa se dibujó en su rostro, miró a su hermano. Este le miraba asustado, como un niño pequeño. El Akatsuki espero unos segundos y, con su mano derecha, dio un pequeño toquecito en la frente del Uchiha, haciendo que este temblara, y con un último esfuerzo, pudo decir sus últimas palabras. –Resucita el clan... haz que... –le costaba respirar. –haz que la llama se avive, avívala, no dejes... que se apague... hermanito, no me olvidaré de mamá... ni.. de padre ni.. tampoco... –Itachi tragó saliva y esbozó una sonrisa sincera.-de ti..., haz que...– tosió vomitando sangre, su corazón se paró, ya no le llegaba aire a los pulmones. Se derrumbó contra el empedrado, cayendo boca-abajo, quedándose inerte.

A Sasuke le flajearon las piernas, se agarró la cabeza con las manos y se tiró de rodillas al suelo. Las palabras de su hermano le agolpaban violentamente.

"Hermanito... resucita el clan..." "padre... mamá..." se toco con miedo la frente, intentando palpar la huella que le había dejado su hermano.

Empezó a llover, empapándolo, limpiándole la sangre de su cuerpo, no tuvo valor de mirar hacia atrás, donde, se encontraba su hermano, su difunto hermano.

Se levanto. Había tomado una decisión. Le costaría mucho, si, pero había que intentarlo.

Cogió con cuidado el cuerpo inerte de su hermano, y, si mirar atrás, empezó a caminar hacia la salida de la guarida.


Bueno, Pues ahí queda. A ver cuantos reviews recibimos n.n Un saludo y un besazo pa mi mejor autora de todo FF Mizu-chan. n.n

Soredewa matta!