¡Hola a todos! Tantísimo tiempo sin aparecer por aquí, más de un año creo recordar... El caso es que no sé ni como fui dejando el manga/anime un poco aparcado y con ello los fics... Pero lo echaba de menos y recientemente volví a empezar de nuevo. Pero no me decidía a pubicar porque llevo mucho, mucho tiempo con una fuerte crisis creativa... El caso es que, de pronto, un día paseando por FF decidí echarle un vistazo a mi bandeja de entrada y leí un mensaje que me hizo volver a intentarlo.
Este fic es una respuesta al reto de K - Nessy para revindicar un fandom con más GaaIno. Debo decir que es una pareja que no se me da y que es mi primer fic en muchísimo tiempo, por lo tanto espero sepan perdoname, no es muy bueno. Y también debo pedir disculpas a K - Nessy porque me pidió un one-shot pero de alguna manera fui incapaz de hacerlo, ya que cuando me di cuenta andaba por las cinco páginas y el ritmo preveía un historia mucho más larga... Aunque la verdad estoy contenta por ello. No tengo idea de como terminará pero aquí les dejo el primer capítulo. No les entretengo más con mi aburrida vida, ¡a leer!
Aviso: Contiene spoilers del capítulo 362 del manga. Aparte de eso es un fic un poco raro. Digamos que la historia original de Naruto se 'detiene' en el capítulo 362 y a partir de ahí sigue una evolución completamente distinta del manga. Me cuidé de no hacer AU, OOC ni nada de eso, pero eso era necesario para la historia, de algún modo.
Disclaimer: Los personajes de Naruto, idea original, derechos y bla bla bla pertenecen a Masashi Kishimoto. Yo sólo los tomo prestados con la esperanza de entretener a los lectores. Aunque como buena fangirl, desearía que Kakashi-sensei, Neji-kun o Itachi-sama entre otros fueran míos, pero de momento no hay modo.
Agradecimientos: A K - Nessy, por hacerme volver al mundillo de los fics y recuperar la ilusión en escribir :)
CHAPTER 1
Cerró los ojos y los mantuvo fuertemente apretados durante unos momentos, de modo que solo era capaz de percibir la más profunda oscuridad. Respiró varias veces muy despacio pero no los abrió, para no ver. Ya no quería ver nada. Estaba cansada de ver, de luchar, de sufrir. Tantas peleas, tantas batallas... Se supone que luchaban por la paz del mundo, contra aquellos que amenazaban la existencia de personas inocentes. Era un encomiable cometido, proteger a aquellos que no son lo bastante fuertes, poner tu vida al servicio de los demás. Pero después de tanto dolor, Ino se preguntaba si realmente combatir era la manera correcta de alcanzar la paz. Resultaba un tanto paradójico, ya que se veían obligados a actuar del mismo modo que sus enemigos, mediante la violencia. Y, por otra parte, el mal nunca acabaría. Jamás serían capaz de erradicar todas las amenazas, porque sin el mal no podría existir el bien. Por eso, no podía evitar pensar que la suya y la de sus compañeros era una batalla extraña, sin sentido y perdida de antemano, donde tenían poco que ganar y mucho que perder.
Se preguntó cómo había llegado a tener pensamientos tan sombríos. Tiempo atrás había sido una chica alegre, despreocupada y con una enorme vitalidad, fuerza y ganas de cumplir sus objetivos, de alcanzar sus metas, siempre competitiva. Especialmente con Sakura, su rival y al mismo tiempo mejor amiga, aunque durante un tiempo no quiso reconocerlo. Tampoco ella, así de testarudas eran las dos. Ahora debía admitir que Sakura la había superado, pues aunque ésta había sufrido mucho por la marcha de Sasuke y la disolución de su equipo, gracias al arduo entrenamiento de Tsunade se había convertido en una gran ninja y, Ino debía admitirlo, en una gran mujer. Y ahora era ella quién se encontraba en la misma situación que su amiga años atrás: perdida, desorientada, sola y sin saber qué hacer, sin saber que sentido tenían su vida y sus acciones. Desde la muerte de Asuma-sensei nada había vuelto a ser igual para ninguno.
Toda la aldea lamentó su pérdida. Asuma era una persona sencilla, prácticamente anónima, pero enormemente entregada a su aldea, sus discípulos y cualquiera que le necesitara. Nunca le gustó destacar ni alardear, por eso detestaba que le valorasen por su parentesco con el tercero, su padre. Podría ser hijo del Hokage, pero eso no lo hacía especial, más fuerte o más capaz que ninguno de sus compañeros; únicamente sus acciones y habilidades podían demostrarlo. Aunque a Ino le costara reconocerlo al principio, lo cierto era que ese hombre le había enseñado más que nadie. Había comprendido su carácter, los puntos fuertes y los débiles, y había intentado aprovechar ambos para sacar de ella lo mejor. Hasta consiguió hacer de su insana rivalidad con Sakura una motivación para ella, instándola a esforzarse cada vez más para superarla.
Ahora, Ino admitía con orgullo que se había convertido en lo que era gracias su sensei y por ello le estaba enormemente agradecida. Pero a pesar de todo, aún era incapaz de superar su pérdida. A su alrededor, todos parecían seguir adelante. La aldea se vistió de luto y en los primeros días no se hablaba de otra cosa, pero enseguida los habitantes volvieron a sus vidas y guardaron el recuerdo en silencio en su memoria. A sus compañeros les había costado mucho más, especialmente a Shikamaru, tan unido como estaba a su sensei, pero parecía que poco a poco iban recuperándose. Chouji estaba centrado en los entrenamientos con su familia, ya que era hijo único y sobre él recaía la responsabilidad de transmitir sus técnicas de sangre a la siguiente generación. En cuando a Shikamaru, parecía estar siempre por encima de los demás, fuera cual fuese la circunstancia, y aquello no fue una excepción. Se había tomado muy en serio la responsabilidad que su sensei le transmitiera, había comprendido mejor que nadie su último mensaje y había superado su apatía y su pereza, esforzándose por mejorar para hacer de su aldea un lugar más seguro, para proteger a las generaciones que vendrían después, el futuro de Konoha, la voluntad de fuego. Además, como cuestión personal, no había olvidado la tarea de entrenar al hijo de Asuma y quería estar preparado para ser un digno sensei para él cuando llegase el momento de enseñarle todo lo que su padre ya no podría. Incluso Kurenai intentaba sobreponerse como podía y el nacimiento de su hijo era para ella lo que le hacía seguir adelante, siempre con la ayuda de Shikamaru.
Pero Ino sentía que se había quedado estancada. Era verdad que el tiempo cura las heridas y ahora se sentía capaz de pensar en ello y recordar a su sensei con más calma, aunque lo seguía echando de menos. Por desgracia, el tiempo no bastaba. Ino veía cómo todos sus amigos de la infancia, los ninjas de su generación, prosperaban e iban estando preparados para hacer las grandes cosas que se esperaba de ellos en el futuro. Incluso algunos de ellos habían visto cruzarse sus caminos como nunca imaginaron y habían comenzado sus propias historias: Naruto e Hinata, Neji y Tenten, Sai y Sakura... Pero ella se sentía hundida, débil y sola. No había rastro ya del optimismo y la confianza en sí misma que siempre la había caracterizado. Se había convertido en una persona negativa, sombría y sin ganas de vivir o de luchar. Sus compañeros nada podían hacer, pues había sido un duro golpe para todos y aunque debían estar unidos, cada uno tenía que librar también su propia batalla interior y en eso estaban completamente solos.
Sin levantarse de la cama, abrió los ojos y la claridad le hizo daño. Y no sólo eso. Maldijo silenciosamente a su sensei por haberlos abandonado, no por primera vez, pero inmediatamente se sintió culpable y se arrepintió. Sentía que otra vez el mundo se le hacía cuesta arriba y ya no sabía por qué luchaba. Se puso en pie de un salto y observó a su alrededor con desinterés. Se encontraba sola en esa casa vacía, motivo por el cual de repente le pareció espantosamente grande. Había sido así desde que Shikamaru se marchó de Konoha. Solían vivir juntos antes de eso, pero cuando la hermana rubia del Kazekage de la Arena se cruzó en su camino, dejó de tener sentido. Ino no podía reprochárselo: probablemente, de los tres, Shikamaru era el que llevaba la carga más pesada desde que Asuma murió. El chico solo intentaba ordenar su convulsionada vida y ese soplo de viento del desierto fue la pieza clave para ello. Tras unos pocos años en los que prácticamente ni él mismo sabía si su lugar estaba en Konoha o en la Arena, decidió poner tierra de por medio y marchar junto a la mujer que lo hacía feliz. A instancias de Tsunade, seguía siendo un ninja de Konoha y actuaba como embajador al igual que Temari lo era de la Arena. Eso les permitía viajar juntos la mayoría de las veces y Shikamaru no podía estar más satisfecho. La aprobación de la Hokage y de sus compañeros fue el último empujón que necesitó para marcharse definitivamente, aunque no sin jurarle antes a Kurenai que volvería cuando su hijo fuera lo suficientemente mayor para entrenarle. Ella le dio su bendición con una gran sonrisa y también las gracias, y Shikamaru sintió que por fin podía irse tranquilo.
La que no se había quedado tranquila era Ino. Echaba de menos a su amigo y pensaba en él gran parte del tiempo. Él era el punto de apoyo que mantenía a su equipo en pie, como Naruto lo era para el suyo. Sin él se sentía desorientada después de tanto tiempo acostumbrada a su presencia. Saber que él estaba ahí, sosteniéndolos, la hacía sentirse en calma y pensar que podía conseguir todo lo que se propusiera, porque él la guiaba. Ahora que no estaba se encontraba vacía, sola. Además, el chico ignoraba que se había marchado en un momento clave en el que ella estaba apenas comenzando a descubrir que esa compañía y amistad de tantos años se estaba convirtiendo a sus ojos en algo más, que la cercanía y el apoyo que siempre le había ofrecido tenían un nuevo significado. De todo esto Shikamaru nada sabía e Ino se había resignado a dejarlo estar hasta que pasara, dado que ya era tarde para cualquier cosa. En sus mejores momentos estaba agradecida por no haberse dado cuenta antes de todo aquello, ya que estaba convencida de que solo les habría acarreado dolor y problemas a ambos. En cambio, otras veces, se desesperaba pensando que no era justo que, después de toda una vida, esos sentimientos hacia su amigo se manifestaran cuando tenía que marcharse. En esas ocasiones se sentía tonta por haber estado tan obsesionada con Sasuke, una quimera, y no haber sabido ver lo que tenía tan cerca, que era mucho más real. No sabía si el chico le habría correspondido, pero podía haberlo intentado y, de ser así, habrían tenido tanto tiempo para todo... Las cosas habrían sido tan distintas... Y ella no sentiría sola a cada instante. Interiormente, a veces repartía la culpa entre Asuma y él, pensando que los dos la habían abandonado, pero en el fondo sabía que no había culpa alguna y que debía encontrar su camino por sí misma.
Por todo ello, cuando a las pocas semanas salió a hacer una visita a sus padres y se encontró a Shikamaru frente a la puerta, no supo cómo reaccionar. Al principio se alegró de verlo y lo saludó efusivamente, invitándolo a pasar a una casa que nunca había dejado de ser suya. El chico venía solo y eso le hizo las cosas más fáciles. No estaba celosa de Temari, pero tampoco habría sabido cómo tratarla. Había tenido demasiado tiempo para pensar desde que él se fue y no había compartido sus inquietudes con nadie, ni siquiera con Sakura, por lo que no estaba segura de cómo debía actuar. Pero cuando más tarde supo el motivo por el que estaba allí, deseó que no hubiera venido. No estaba preparada para ello.
- ¿Crees que tienes derecho a venir aquí después de tanto tiempo sin aparecer y pedirme esto? - Ino estaba furiosa. Sabía que en el fondo él no entendía sus motivaciones, porque ignoraba sus sentimientos, pero no pudo evitar su reacción.
- No entiendo cuál es el problema - contestó Shikamaru, exasperado - ¡Maldita sea, Temari se está muriendo! Te estoy pidiendo un favor como amiga. Eres la mejor ninja médico que conozco.
- ¿Es que no tenéis doctores en ese trozo de arena en el que vives? - replicó ella burlona, sin ser consciente de lo hirientes que resultaban sus palabras.
Shikamaru le dio la espalda, anonadado. No podía creer lo que estaba sucediendo. Sabía que desde que se marchó había perdido bastante contacto con sus amigos, salvando sus ocasionales viajes, pero pensaba que ellos entendían por qué lo había hecho. Y especialmente Ino, su mejor amiga, su compañera de toda la vida. No era solo por Temari: necesitaba cambiar, necesitaba alejarse de aquel lugar que lo asfixiaba con recuerdos y lo agobiaba de responsabilidades. Siempre seguiría sirviendo a su aldea y protegiendo a sus habitantes, dando su vida por ello si hacía falta, pero no podía seguir allí, no en aquel momento. Y le dolía, porque siempre había pensado que ella lo comprendía mejor que nadie. Entonces, cuando se despidió, cuando ella le deseó suerte y le dio ánimos por última vez, ¿estaba mintiendo? ¿Era falsa aquella sonrisa de complicidad? Shikamaru no quería seguir pensando en ello y tampoco continuar la conversación, por lo que, sin añadir nada más, salió de la casa.
Ino se quedó parada donde estaba durante un buen rato, sintiendo furiosa, traicionada y herida primero; tonta y orgullosa después. Cómo podía su ausencia haberla afectado hasta tal punto, cómo podía haberse negado a ayudarle cuando la necesitaba, cómo era posible haber tocado fondo de esa manera y sentirse tan rastrera y mezquina. No tenía respuesta para aquellas preguntas. Lágrimas de rabia asomaron a sus ojos claros y agitó la cabeza con violencia al darse cuenta, pero de nada sirvió. La ira se había disuelto dejando paso a un amargo sentimiento de culpabilidad, por lo que la chica se dejó caer sobre el sofá más cercano y no trató ya de secar sus lágrimas ni de reprimir sus sollozos. Quería arreglarlo, reparar el daño que había hecho, pero sabía que ya era tarde. No se sentía con fuerzas para volver a enfrentar la mirada de Shikamaru, ni ahora, ni nunca.
Bien, eso fue todo por el momento... Insisto en que de verdad es un GaaIno, aunque de momento parezca más un ShikaIno que otra cosa, jeje. Ya tengo preparado el siguiente capítulo y espero ir subiendo pronto los siguientes. Si fuesen tan amables de dejarme un review con su opinión, me ayudarían mucho en esta nueva etapa y les agradecería infinitamente. Gracias a todos por leer.
Matta ne!
Karin16
