METAMORFOSIS PERSONAL

Disclaimer: La saga Twilight, no es mía, es de la maestra y majestuosa Stephanie Meyer, yo solo hago una travesura con los personajes, porque mi musa ha estado furiosamente al lado mío, mientras voy escribiendo. No me maten es mi primer fic. ¡Bienvenids!

Recomendación musical: Metamorphosis – Enigma

Summary:

Bella salía del trabajo, mientras caminaba y compraba un detalle para llevar a su familia, pero no le dio tiempo llegar a su hogar, porque había sido raptada por dos hombres camuflados, donde la llevarían a un lugar que menos esperaba, una vivienda llena de lujos e impecablemente adornada por la mamá de los secuestradores, allí empieza a tener parches de recuerdos que menos anhelaba tener. Se encuentra enamorándose de un hombre espantosamente dotado de hermosura y único como su dios griego soñado, también conviviendo con una gran familia que no esperaba en su vida compartir, pero llegan las complicaciones, con su adonis que le confiesa su pasado más oscuro.


Capítulo Uno:

Secuestro.

Me despedía del trabajo en una librería a las cinco de la tarde, iba caminando por las calles de Fork mirando vitrinas despreocupadamente, desenredando mi rollo mental, recordando una llamada de mi celular que había recibido de mi supuesto novio Jake, dándole entender que en el trabajo no podía contestar llamadas, pero, ¡diablos! ¿Cómo pasó así de repente?, ni siquiera me dejó dar explicaciones, él se cree tan machista y ególatra, por tanto se quedará con ganas, no voy a pedir de nuevo perdón, ni siquiera lo intentaré, me harté de sus exquisitos celos sin razón, paré mi caminata mientras miraba un pastel, se me antojó, entré a pedir uno especial.

El chico que me vio, me regaló una tierna sonrisa.

-¿La princesa linda que desea?- preguntó, mientras estaba mirando en la vitrina.

-¿Hay tarta de moras?- pregunté.

El chico me respondió con una sonrisa y una mirada que destellaba un poco de incomodidad, además que no era tan especial mi pedido.

-Claro señorita, si lo hay, ¿para llevar o comer enseguida?- dijo.

-mm… -si me quedo aquí, lo más seguro, es que el personaje pedirá con una mirada coqueta, un número para comunicarse conmigo, mejor me lo llevo a mi casa y lo comparto tranquilamente con mi familia y sin interrupciones-

El joven se quedó mirándome, esperando una respuesta mía.

-¡Perdón, para llevar tres porciones!- manifesté.

Recibí la cajita, pagué, y salí de la dulcería, caminando de nuevo por las calles tranquilas. Había mirado un volvo blanco estacionado al otro lado de la avenida, tuve unos centelleos de memoria, como curiosa siempre, me preguntaba, desde que salí de la librería venía siguiéndome por todo el camino, cuando de repente, siento que soy raptada por dos hombres que llevaban capuchas e iban vestidos de negros, me metieron dentro de un carro forzadamente, empecé a sentir nervios violentos por todo mi cuerpo, pataleando, tratando de zafarme de los dos chicos que me tenían agarrada por los brazos, no podía ser capaz de gritar un –AUXILIO-, mi garganta se quedó atorada por un nudo, me vendaron los ojos y me amarraron las manos, empezaron a charlar, escuché que había otro hombre más.

Me encontraba perdida, sin noción de tiempo, fuera de lugar, no sabía por qué me ocurría eso, ¿qué hice para recibir semejante golpe?, mis padres no son millonarios, pero vivimos humildes en una casa de dos pisos. Apenas, Charlie Swan es jefe de policía, no podía decirle padre, no somos tan afectuosos entre nosotros, sin embargo, lo amo, porque tiene un gran corazón,mi madre Renee es ama de casa, Charlie aporta de su sueldo para la manutención de nosotros tres. -¿Qué estarán pensando esos dos hombres, no será que se equivocaron de persona?, ¡Iugh!, ni que fuera bonita, soy una mujer de piel de tez pálida, cosa que heredé de mi madre, los ojos de color chocolate como los de Charlie, de contextura delgada, con unos reflejos rojizos en mi cabello café oscuro combinación de mamá y Char. ¡Ah! Sobre todo excesivamente torpe desde pequeña. No encuentro nada atractivo en mi propio ser.

Salí de letargo mental, escuchando una voz aterciopelada, preguntándome.

-¿Estás bien?- preguntó bufando.

No sabía si responderle, sin embargo para evitar una mala palabrería o un mal trato que no merecía, respondería sin ánimos con otra cuestión.

-¿Para qué quieres cómo estoy?- respondí.

Otra voz que escuché con acento sureño, con amabilidad.

-Perdona señorita, sólo queremos saber cómo estás, colabóranos, no queremos hacerte daño- dijo.

-Pues me imagino que delirando, no sabía que los secuestradores tuvieran tanta amabilidad conmigo- contesté de mala gana.

Escuché de nuevo murmullos, entrando de nuevo en mi video mental, pensando, ¿por qué querían saber mi nombre?, ¿acaso, se confundirían de persona?, ¡ay!, no quiero pensar que haya sido un error, solo me queda esperar, ¡ah!, pobre mi madre y Charlie.

Juzgaba que ya descendía la velocidad del carro y paraba, uno de los hombres me agarró de un brazo suavemente, sentí unos choques electrizantes por primera vez en mi vida, con su mano bajo la piel de mi brazo derecho, aturdiéndome un poco, bajé del carro, me soltó enseguida, sin embargo por mi inestabilidad, se me dobló el pie derecho, esperaba un choque terrible en mi rostro por mi ceguera temporal y mis manos inmovilizadas, pero nunca llegué a sentir tal pavimento, me había agarrado de nuevo por la cintura evitándome un moretón seguro en mi mentón y dolor en mi pecho, mientras él soltaba unas tartaleadas de palabras. Me erguí bien ignorando sus mensajes, el hombre agarró mi mano, y nuevamente sentí sobresaltos vibrantes, traté de olvidar el contacto, mientras me guiaba por el camino.

Agudicé mis oídos y mi olfato, para ubicarme en donde estaba, pero fueron en vano mis esfuerzos, porque no escuchaba el más mínimo eco salvo mis pasos y el de los demás, solo olía mucha selva y me rendí con facilidad. Aprecié un sabroso calor en el ambiente, cavilaba que tal vez ya estaba dentro de una casa, no recordaba que todavía iba sujetada por su mano y me soltó. Me llenó la mudez dentro del lugar, especulaba que los muchachos vivían solos. Uno de ellos, preguntó al otro, sobre mi presencia aquí, él respondió tan tranquilamente que en el cuarto de él. Los demás, empezaron a reírse sin control, mientras el de la voz aterciopelada soltaba unos murmullos inentendibles frente a ellos, como quien dice, ¡son unos necios! Me llevó, y me dijo que me sentara ahí mismo, me acomodé obedientemente, sentí el mullido sofá, apreciando que son de cueros, por el roce tosco de mi jean sobre ellos.

Estaba tan relajada, imposible, tendría que estar nerviosa, desesperada, con intensiones de escapar, pero en realidad no sentía nada de stress, creo que soy un bicho raro, me sobresalté cuando escuché una voz gruesa que no había identificado antes cerca de mí, hablándome.

-Voy a quitarte la venda, no te voy a hacer daño, si prometes no gritar y ni enloquecerte- dijo.

-Mmm… está bien, ya que lo pides de una forma amable, aunque eso es muy raro en la actitud de un secuestrador- respondí sabiamente.

Me quitó la venda, y cerré los ojos inmediatamente por la costumbre de la oscuridad sobre un largo rato. Los abrí suavemente parpadeando de nuevo y adiestré mis ojos hacia arriba, mientras detallaba el hombre que estaba frente a mí, era un tipo musculoso, terriblemente alto para mi gusto, denotaba seguridad y amenaza, con sus hoyuelos plantados en cada mejilla y una sonrisa genuina de un niño que me regalaba, yo lo miraba sin expresión. Empezó a charlarme enseguida.

-¿Sabe por qué estás aquí?- preguntó. Lo miré atónita.

-ja ja ja ja ja- empecé a reírme con ganas, de esta pregunta tan pendeja que me hizo aquél. -¿Cómo voy a saber porqué estoy aquí?, ¿creo que ustedes están jugando una mala broma, para intimidarme?, ya estoy acostumbrada a que me hagan el feo y desplante- respondí atorándome un poco por la risa.

-No es una broma, sabemos y conocemos de ti, y supimos que necesitabas sacarte de un hoyo emocional que llevas teniéndolo un tiempo, también necesitabas un respiro y liberarte de ello- respondió jocosamente.

Todavía no salía de mi sopor, me encontraba confundida, lo miré escrutándolo si en verdad seguía con chanza, pero tan solo le encontré sinceridad ante sus palabras. En estos instantes me llevó a deliberar con un soplo de tiempo al pasado corto…

-Flash Back-

Me encontraba rodeada de un grupo pequeño de compañeros del instituto en la preparatoria, estaba en los finales, ellos y cada uno, empezaron a hacerme un desplante, recibiendo una lluvia de papeles en masas, hacia mi persona en forma de burla y asco, unos insultándome con sorna, por mi extrema inteligencia, ya que me había ganado el primer puesto en toda la preparatoria completa, otros me veían con un brillo de pánico en sus miradas y una sonrisa endiablada, y algunos ignorándome. La única que acudió en mi, fue Ángela, mi mejor amiga, siempre me apoyó desde que comenzamos en el instituto, me sacó de este abstracción que venía protegiendo mi cuerpo desesperadamente, ella les grito a cada uno, con sus palabras intelectuales que a más de uno los dejó sin aliento. Merecían que recibiera todo tipo de humillaciones, éste día no me molestaron más.

Ángela, como siempre, refugiándome en sus brazos, confortándome con paciencia, mientras me recomponía literalmente, salí de este mullido mental, observé a Ángela, con un cariño exquisito, la abracé, demostrándole que ya pasó el incidente y hoy era el último día aquí en el instituto, no había de qué preocuparse más.

Salimos caminando hacia la salida, para irnos en mi furgoneta Chevy rojo, mi padre me lo había regalado hacía poco, por mis triunfos en el estudio. Ángela propuso que fuéramos a una taberna para celebrar, sin embargo, le había dicho que tenía que llamar a mi madre al menos, para comentar de nuestro plan. Mi madre aceptó dejándome ir con Ángela y otras compañeras en la taberna, que me cuidara si iba manejar o tomar, y que no me demorara mucho, por la cantaleta de mi padre.

Llegamos a la pequeña taberna, nos sentamos cerca a la ventana, todavía estaba en crepúsculo el día, reunidos con Jessica, Mike, Ben, Ángela y yo, apareció un mesero, preguntándonos que deseábamos tomar, yo pedí una cerveza, mientras los dos chicos me hicieron una mueca por mi petición, ellos pidieron una botella de ron con hielo. Al rato, él llegó con nuestras bebidas, lo recibí con un gusto, tomé un poco de este líquido amarillento que embriagaría mi garganta, ya que tenía una sed terrible por mi conmoción pasada. Ellos empezaron a servir su trago, mientras hacíamos un brindis por la culminación del estudio en la preparatoria. Al ratico, empezó a sonar música pegajosa, esa que te invita a mover el cuerpo intensamente, pero sabía que no bailaría, ya que nunca había aprendido de ello, era ya de noche, todo estaba oscuro salvo las luces de la taberna que apenas alumbraba el lugar, estaba sola, porque Mike invitó a Jessica y Ben a Ángela, sin embargo, un joven se me acercó, me regaló una sonrisa torcida, preguntándome.

-¿Desea bailar esta pieza conmigo?- preguntó el chico.

-Mm, eh…- respondí tontamente, ya que su mirada me hacía perder en ellos.

-Fin del Flash Back-

Salí de mi coma mental, llegando a tener un fuerte dolor de cabeza, por el esfuerzo de adquirir un nuevo recuerdo que me golpeó fuertemente, también empecé a sentir escalofríos, mi cuerpo pedía a gritos relajarme por mi convulsión reciente. Mientras estaban los tres pares de ojos mirándome con cautela rodeada, y me perdí en uno de esos luceros verdes y resplandecientes preocupados, tenía la sensación todavía en mi mente como una deja vu, esos ojos los había visto alguna vez en mi vida, aún así estaba adormilada, necesitaba descansar enormemente, con un suspiro de más, quedé petrificada en el sillón acogiéndome en los brazos de Morfeo.


Bueno, les dejo mi primer capítulo, aliméntame con rw, si lo merezco =), recibo tomatazos, lechugazos, cebollazos, pepinazos y hacemos una ensalada =P jejejejeje. Ya les digo después, que día actualizaré el fic, primero leeré las impresiones de cada uno de ustedes.

Pregunta: ¿Quienes son los chicos que aparecen en la historia?

Gracias a mi Beta-Nath89 y Solemalbec.