Disclaimer: los personajes o situaciones que podáis reconocer pertenecen a The CW, guionistas y... No Copyright infringement intended.
N/A: Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible 2014-15" del foro "The Vampire Diaries: Dangerous Liaisons".
Dedicado a Marde Geer, mi amiga invisible, con todo el cariño del mundo.
Aviso: Lemon.
SCARE ME OR SCAR ME
Compelle Me
En medio de la noche, por la carretera que daba acceso al campus de la universidad de Mystic Falls iba avanzando Damon Salvatore. Iba enfundado en su cazadora de cuero negra, con un paso decidido y los ojos entrecerrados en una mueca desalmada. Tenía hambre. Tenía mucha hambre. Desde que había conseguido volver del Otro Lado es que se moría de hambre y por el hechizo que cubría el pueblo no tenían apenas acceso a sangre. Para colmo su amigo Enzo había matado a Tripp, el jefe del grupo que intentaba proteger al pueblo de los "animales" que acechaban, así que los humanos tenían miedo de andar por ahí. Por eso después de aquellas semanas no había podido aguantar más y pensó que tenía la solución perfecta: iría al Campus de la universidad. Apenas le quedaban cien metros para llegar hasta el primer edificio y ya podía ver una figura. Perfecto. Se relamió los colmillos con una media sonrisa.
Violet había salido a tomar aire. La verdad es que el vaso de vodka que llevaba en la mano le había empezado a nublar la mente y a animarla, y tuvo que salir de la fiesta un momento. Cómo se lo montaban allí, no llevaba ni un mes en la universidad y ya estaba viviendo su primera fiesta loca. Escuchó un ruido a su izquierda. Estaba en medio de la carretera así que pensó que tal vez fuera un coche. Iba a apartarse del asfalto cuando de repente algo chocó contra ella fuertemente.
—¡Ah! —gritó con toda la fuerza de sus pulmones, sin entender cómo algo parecía haberse clavado profundamente en su cuello y estar desgarrándole la piel.
Al escuchar el chillo aterrado de su víctima no reaccionó, sino que siguió bebiendo. Su hambre empezaba a calmarse mientras un pequeño río de sangre descendía por su garganta. Al instante se percató de que el pulso de la chica cada vez era más lento. Dejó de beber, pero ni la soltó ni desclavó sus colmillos. Aún necesitaba beber pero… pero después de volver de la muerte él no… no quería perder el control y que alguien más sufriera eso, y menos por él. No podía creerse lo que iba a hacer, ¿qué coño había sido de él? Bonnie estaría orgullosa. Alejó la mandíbula del cuello de la chica. No estaba grave, pero lo mejor sería separarse de ella. Después de obligarla a que olvidara aquello.
—Quédate quieta y en silencio —susurró con la voz grave, mirándola fijamente a los ojos. Ella se quedó quieta, aunque la podía sentir temblar. Se detuvo a mirarla. Apenas llegaría al metro sesenta, pero estaba en la universidad así que no era una niña. Tenía la piel muy blanca e iba vestida como cualquier universitaria. Tenía… tenía el pelo rojo oscuro, lo que hizo que Damon casi sonriera de medio lado. Aquel pelo tan llamativo no concordaba con una cara tan inocente.
Había estado cerca de matarla. La soltó. Ella continuaba sin moverse aunque pareciera estar a punto de llorar. Llevó su mano al cuello manchado de sangre y suavemente lo limpió con su camiseta. Sí, definitivamente Bonnie estaría muy orgullosa.
—Ahora vas a irte directamente a tu habitación y te vas a curar la herida. No puedes dejar que nadie te vea el cuello. Te olvidarás de lo que ha pasado y no te acordarás de mí. Sólo recordarás que saliste a tomar el aire y un animal te atacó —susurró mirando fijamente sus grandes de un azul tan claro que parecían grises.
Violet asintió, conteniendo la respiración. Sintió cómo el vampiro le arrancaba el vaso de vodka de la mano.
—Ya has… perdido mucha sangre como para llenarte de alcohol la que te queda —ironizó antes de llevarse el vaso a la boca. Al menos calmaría su ansiedad con esa porquería.
Violet dio un par de pasos hacia atrás, dispuesta a marcharse, cuando el vampiro volvió a levantar la vista hacia ella y algo más suave, pero con la misma mirada de antes, se dirigió hacia ella.
—¿Cómo te llamas?
—Violet —musitó con voz temblorosa.
—Vete, Violet —le ordenó.
Vi se dio la vuelta lentamente y comenzó a andar por la carretera hacia el campus. Iba acelerando el paso a medida que se alejaba de él y cuando escuchó que el vampiro se dio la vuelta y se alejó de allí echó a correr. Corrió dos edificios más allá y giró a la derecha. Desesperada, se escondió en la parte trasera de la biblioteca. No era idiota. Seguro que ese vampiro había intentado que le llevara hasta su casa para matarla, o tal vez quería comerse a algún universitario más. ¡Ja! No iba a ser tan tonta de hacer lo que él le pedía, así que esperaría ahí unos minutos hasta estar segura de que el vampiro se había ido. Después se iría a casa. Allí empotrada contra la pared, escondida en la noche, no dejaba de acariciar su pulsera. Llevaba en la mano derecha una pulsera con un colgante de una paloma, aparentemente corriente, pero lo que el vampiro no se habría imaginado jamás era que estaba rellena de verbena.
Aunque ese vampiro la había dejado escapar no estaba segura de si se habría tragado su actuación. La verdad, en los libros que ojeó de su familia, en los que ponía todo lo que sabían de los vampiros, había leído que hipnotizaban a sus víctimas para que hicieran lo que ellos quisieran, sin embargo no decía nada de cómo actuaban sus víctimas. Así que había optado por hacer lo que él le decía: quedarse quieta y callada. Pero la verdad, había estado muy nerviosa y dudaba de si se habría dado cuenta o no. Por eso decidió que esperaría allí hasta que se asegurara que él no iba a volver.
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El sol inundaba el campus y los pájaros cantaban, aunque no había apenas nadie para apreciar esa maravillosa mañana, parecía que todos los estudiantes estaban sufriendo las consecuencias de la fiesta de la noche anterior. ¡Bendito sábado! Y detrás del edificio de la biblioteca, sentada en un rincón, dormía Violet.
—Mierda —suspiró frotándose los ojos.
Se había quedado dormida "montando guardia". Menuda vigilante estaba hecha. Se levantó, con las piernas mojadas por la escarcha de la mañana, y comenzó a andar hacia su casa. Tres calles más allá llegó hasta su puerta, entró, subió las escaleras, puso el pestillo y fue hasta su cama. Maldecía la negativa de su madre por las casas compartidas. Si compartiera la habitación con alguien más ahora no se sentiría tan insegura.
Vi se paró a pensar por un instante… Por lo poco que había podido oír a su familia, todos estaban de acuerdo en que eran feroces y no tenían piedad. Que sólo les movía la sangre y matar, y que la muerte de su primo lo probaba. Sin embargo ese vampiro… Ella había estado toda la noche ahí expuesta, y aquel vampiro no había vuelto. Y sí, está bien, le había mordido y había bebido… su sangre, pero la soltó, se frenó y la dejó ir. Así que puede que tal vez su extravagante familia no tuviera razón. La verdad es que nunca había terminado de creerse la existencia de esas criaturas, porque sus parientes eran bastante orgullosos y se morían por contar las historias más increíbles que les ocurrían, intentando quedar unos por encima de otros. Así que era comprensible que cuando ella escuchó aquella conversación, escondida detrás de la puerta, no se lo tomara demasiado en serio. Aunque cuando se enteró de lo de la verbena se fabricó aquella pulsera y no se la volvió a quitar. Y finalmente había descubierto a un vampiro. Tal vez debiera informar a su familia… Aunque se suponía que ella no debía saber nada de ese asunto. Y… tal vez ese vampiro no quisiera matar a nadie.
Espero que os esté gustando.
Gracias por leer,
eos.
