Aclaración: Todo lo que reconozcan es de Meyer, la autora de "Crepúsculo", mi obsesión.
Bueno, este es mi primer fic, y me gustaría que lo leyeran y me dejaran Reviews, ya que no se si escribo o no bien, tengo 13 años, así que de seguro no es perfecto, pero me quede bastante satisfecha con el resultado.
Prefacio:
Lo ultimo que vi fue algo metálico abalanzarse a mi, estaba demasiado dolida y triste por la noticia que acababa de recibir como para que me diera cuenta de lo que al parecer era un camión que impacto en mi auto, dejándome asustada, para luego caer en un poso profundo del cual no podía salir por mas que intentase.
No quería morir, tenia que luchar por ellos, por mis angelitos; no podía dejarlos solos, aunque sabia que si yo moría Alice le diría la verdad a él, no quería dejarlos sin madre, ellos me amaban y yo era lo único que tenían, no podía simplemente irme.
Luche con fuerza contra el peso que quería arrastrarme al abismo, aunque cada vez se hacia mas fuerte y no me quedaban muchas fuerzas para seguir.
Fue cuando escuche voces, me pedían que me quedara, ¡claro que me quedaría! ¿adonde iría sino? ¿al parque? ¡Ja!
Me desconecte por un tiempo que se me hiso eterno, porque a pesar de que estaba algo inconsciente, aun sabia mas o menos lo que pasaba a mi alrededor, pero en ese momento de oscuridad no podía escuchar ni sentir nada, era completamente desesperante; y como si eso fuera poco debía luchar contra la fuerza que quería arrastrarme al abismo y sinceramente no quería irme, deseaba ver crecer a mis hijos, que Liz y Niko se casaran con los que serian su alma gemela, que me dieran muchos nietos.
Quería verlo una vez mas a él, que me susurrara palabras de amor mientras me miraba con ternura y se introducía lentamente en mi, convirtiéndonos en una sola persona. Pero lamentablemente él ya no me quiere, el que antes era mi mejor amigo que se convirtió en mi amante, ya tiene una mujer que lo ame y pronto tendrá un hijo, al que creería que es el primero sin saber que tiene en realidad dos en este momento, dos hijos míos y de él.
Entonces escuche su aterciopelada voz, me hablaba con tristeza, culpa y… amor. Sabia que me estaba muriendo, de otra manera no lo escucharía.
—Mi amor, por favor, vive por mi, por nuestros hijos—murmuro afligido, "¿nuestros hijos?" ¿ya sabia la verdad?
—Te amo, perdón por haber sido un idiota, no creí en ti y lo siento tanto—decía con voz rota, por el llanto, lo conocía demasiado bien para saberlo, mas de 20 años para ser exactos.
—Dude de ti, me volví loco de celos al pensar que otro hombre toco tu cuerpo—decía aun afligido y con culpa, ya no quería que él se culpara de esto, se equivoco pero yo ya lo había perdonado hace mucho tiempo, a pesar de que me hiso sufrir mucho.
—Pero ahora sé la verdad, tu nunca me engañaste como me hicieron creer, tu eres mi vida junto con Liz y Nik, no puedes dejarnos, nosotros te necesitamos, te prometo no volver a lastimarte, prometo que todo saldrá bien de ahora en adelante, solo… no me dejes—imploraba entre medio de llantos, y sollozos.
Quería decirle que ya no llorara, que me dolia, pero no podía siquiera abrir los ojos, aun estaba esa fuerza invisible que me arrastraba, y ya no tenia fuerzas para seguir luchando, pero no me quería rendir; tenia que hacer esto por mis hijos, por él.
Fue entonces que la oscuridad se apodero de mi alma, esta vez la fuerza que me jalaba era mucho mas intensa y no pude luchar contra ella…
