Hola! Les traigo otra historia de (por supuesto) mi pareja favoritaaaa! Jij dije ¿Por qué no? Y aquí estaa! La historia va a ser un poco corta, tengo planeado aser max. 4 caps. O menos, pero a ver que me sale!

Hey Arnold no me pertenece… y ustedes saben el resto!

"Siempre ahí"

"¿Por qué siempre cuando te necesito estas ahí? ¿Por qué aunque trate de olvidarte sigues aquí? No lo entiendo… Será que… ¿Cuándo estoy más lejos de ti estas más cerca de mi?"

-o-6

Lunes, un día no muy querido para el mundo entero. Helga se había levantado un tanto temprano, considerando que eran las 6:30am y la escuela comenzaba a las 8:00am. Pero bueno, a ella no le gustaba que nadie la apure o tenga que estar apurada. Se levantó con un poco de pesadez y un tanto de flojera. Hoy era un día muy importante (bueno, no tanto) Helga comenzaba hoy 3ero de Secundaria (15 años). Tomó una ducha rápida y se vistió. Una polera y unos jeans con conversse nunca pasan de moda y esta cómoda. Bajó las escaleras lentamente, para así ir a desayunar. Miriam estaba un tanto adormilada con una taza de café en la mano, Bob estaba sentado en la silla del lado con un periódico en frente de él, por el cual le era imposible ver.

-Buenos días… - dijo Helga con un tono un tanto frustrado.

-Olga – dijo Bob, Helga solo rodó los ojos. Y, como era lógico de Miriam no recibió respuesta.

-Me voy a la escuela… - dijo Helga no con mucho ánimo y se dirigió a la puerta.

Se dirigía a una pastelería que estaba cerca de su casa. La habían abierto hace como unos dos años, no era tan grande, pero era confortable. Helga, como casi nunca desayunaba en su casa, había tomado como habito desayunar ahí, haciéndose (de paso) amigos de todos los trabajadores.

-Hola Ethan – dijo Helga al chico detrás del mostrador. Era universitario, tendría unos 19 años y trabajaba ahí para ganarse un poco de dinero. Era un chico un tanto alto, cabello castaño, ojos pardos y una "encantadora sonrisa" (según las otras chicas que visitaban el local).

-Hola Hel, ¿Lo de siempre? – le dijo Ethan. A decir "lo de siempre" se refería a un panquesito mediano y una taza de café o chocolate caliente (considerando que era invierno)

-Claro… - dijo Helga con su típico tono de voz. Una vez terminado su desayuno de 10 minutos, se despidió de Ethan y los demás y se dirigió a la parada de bus.

Una vez ahí, se quedó parada hasta poder divisar el bus. Cuando llegó el bus, Helga y unos compañeros más subieron. Se notaba feliz el ambiente. Habían amigos o amigas que no se habían visto en todas las vacaciones y se podría decir que eso fue como un "rencuentro".

-¡Helga! – la rubia escuchó la voz de su mejor amiga casi al último del bus. Helga fue a sentarse con ella. Mientras pasaba podía observar lo cuan cambiado estaban sus compañeros. Algunos eran nuevos, pero otros estaban eran de toda la vida. Estos estaban cambiados (y mucho), pero cada uno tenía la misma personalidad de siempre. Se volvieron más unidos, todos. De repente fue cuando fueron a la selva a recatar a los padres de Arnold, o con la fiesta de Promoción de pasar de 6to grado a 1ero de secundaria. O, simplemente, el hecho de que habían madurado (aunque no creo que fuera esa, según Helga).

-Hola Phebs… - dijo Helga una vez que ya había llegado al asiento – Hola – contesto la oriental.

-¿Qué hay cabeza de cepillo? – pregunto Helga a Gerald una vez que lo vio sentado al costado de la oriental. Phoebe y Gerald eran novios hace como dos años y todo gracias a Helga. La rubia había ayudado a Gerald a conquistar a su mejor amiga, y de paso, haciéndose un muy buen amigo de ella.

-Hola Pataki – le respondió el moreno – Ah, Hola Sid - saludó el moreno a su amigo de la infancia, dejando así a las dos chicas. Estas agradecían que el chico las dejara solas, ya que tenían un asunto muy importante de que hablar.

-¿Cómo te fue anoche? – pregunto Phoebe a su amiga del lado.

-Ningún poema… - dijo Helga con el semblante un tanto triste y Phoebe lo pudo notar. Todo comenzó cuando se esparció el rumor de que Arnold y Lila salían, y para malas de Helga era cierto. Ahí fue en donde decidió algo. De seguro le iba a doler en lo más profundo de su alma, de su corazón. Pero como dice el dicho "Si amas algo déjalo ir", y Helga lo convirtió el parte de su vida.

Dejar a Arnold ser feliz, y por más duro que fuera…olvidarse de sus sentimientos hacia el rubio.

Así tuvo que ser. Por más que soltara todas las lágrimas posibles hasta quedarse deshidratada, ya no valía. Helga tenía que ser fuerte, es más, lo era. Y este era el momento de probarlo. Claro que al momento de decidir, no pudo evitar soltar unas cuantas lagrimas, bastantes. Pero así era el amor, sufrir, dejarlo ser feliz aunque no sea contigo.

-Helga, lo siento tanto – dijo Phoebe – sé que es duro para ti, pero creo que lo que haces es para tu bien.

-Phoebe – dijo Helga – Sufrir no es beneficio para bien de alguien.

-Lo sé y te entiendo – dijo Phoebe – Lo que menos quisiera en esta vida es hacerte sufrir, o que sufras, pero Helga… creo que es lo mejor…

-Lo sé – dijo Helga entre dientes. El bus paró en la entrada de la Secundaria 119, y todos los alumnos bajaron. La primera fue Helga, quien bajo sola por decisión propia y Phoebe lo entendió. "Lo que no se es que, si yo siempre eh puesto esto en mis prioridades, de que Arnold nunca me va a amar, no sé porque duele tanto…". Y con este pensamiento llegó a las puertas de la escuela. Ahora tenia que ver la lista colgada en la pared. Esa lista era una lista la cual mostraba los nombres de los estudiantes y su casillero asignado. Al llegar a la famosa pared en donde colgaba la lista, Helga pasó su dedo índice hasta lograr alcanzar su nombre.

Pataki, Helga G., casillero 17.

Bueno 17 no es un mal número. Ahora solo por curiosidad, buscaría el nombre de Arnold y nada más, solo curiosidad.

Shortman, Arnold, casillero 49.

Bueno, no hay que deprimirse, es mas era una buena señal de que debía alejarse lo más posible de Arnold. Ahora decía ir a su salón. Aula 27. Por las crueldades del destino le había tocado en el salón con Arnold, y bueno con el resto de sus compañeros de la infancia.

Una vez terminado de guardar sus libros en su casillero, se dirigió al aula asignada. Una vez ahí se encontró con Phoebe.

.Helga,¿ Que casillero te toco? – pregunto Phoebe.

-17 – dijo Helga - ¿A ti?

-23… No estamos tan lejos – dijo Phoebe - ¿Sabes que casillero es "mantecado"? – concluyó diciendo la última palabra en un susurro.

-Solo sé que el destino nos quiere separados… - dijo Helga no sin antes rodar los ojos. Entro una profesora al aula, sería su maestra de Historia, la clase de la primera hora.

- Siéntanse, por favor – dijo la maestra – Mi nombre es Sofía. Sofía se veía una maestra buena gente. Era un tanto joven y no se le veía la cara de mala o algo por el estilo. Y así comenzaron las clases. Helga no podía prestar atención, porque su alma y mente estaban el chico cabeza de balón, quien había entrado al aula junto con Lila hace unos segundos. No, ya no mas…

"Hoy me decidí

Jamás pensaré en ti

Este sentimiento me hace daño

Demasiado para mi"

Por otro lado de la cuidad, Bob Pataki se encontraba en su oficina, cuando le avisaron que tenia visitas, al parecer dos sujetos los cuales querían comprar la empresa para vender sus nuevos y avanzados localizadores.

-Bueno Días, Soy Damen Iglesias, y vengo a hacerla una propuesta – dijo Damen. Era un señor de unos 30 años. Tenía el pelo castaño y era un tanto alto. Su acompañante, se llamaba Diego, quien más parecía su guardaespaldas que un compañero de negocios. Este tenía el pelo negro, y era un tanto más bajito que Damen.

-¿Qué es lo que quiere? – gruñó un tanto molesto Bob, sabia para que venían estos hombres, y no le agradaba mucho.

-Queremos comprar su cadena de tiendas de localizadores a un precio muy elevado – dijo Damen, poniendo un gran folder manila con muchas hojas dentro del, al parecer un contrato, en el escritorio de Bob.

-No voy a vender la compañía por nada – gruño nueva mente Bob – Y si no quiere nada mas, retírese, tengo mucho trabajo que hacer.

A Damen no le pareció mucho la idea y se sintió un tanto ofendido. ¿Qué ni sabia con quien trataba? Damen Iglesias, con las mejores cadenas de localizadores por todo el mundo. Pero esta cadena competía con la de los Pataki. He ahí el problema, si compraba las tiendas de Bob sería el único que venda localizadores en el mundo, lo cual era su objetivo, y nadie se lo iba a arrebatar.

-¿Qué usted no sabe con quién está tratando? – pregunto Damen con un poco de arrogancia.

-No y no me importa – dijo Bob un tanto enfadado.

Damen no podía permitir que el hombre frente a él lo humille de esa manera. El compraría la cadena sea como sea, hasta lo que den las circunstancias.

-Gracias por su tiempo… - dijo Damen entre enojado, pero aguantándose las ganas. Este estaba a punto de salir, cuando fue llamado por Bob.

-Se le olvida su folder – masculló entre dientes.

-Quédeselo… - dijo Damen, antes de salir del lugar seguido por Diego. Una vez afuera del local, Damen subió al auto que conducía, negro y un tanto nuevo, con Diego a su constado.

-¿Sabes que esto no se va a quedar así no? – preguntó Damen con arrogancia. Diego solo se limitó a reír – Averigua todo sobre Bob Pataki, quiero saber todo…

.-o-.

Una vez sonado el timbre del término de clases, Phoebe y Helga se dirigieron a sus casilleros cada una. Después de un rato, Phoebe se acercó al casillero de Helga, en donde se encontraba la última. Estaba hablando, cuando de repente, pasan Arnold y Lila agarrados de la mano en frente de ellas. Helga se les quedó mirando con lastima y…dolor.

-Y Helga… ¿Cómo te fue? – preguntó Phoebe al notar la reacción de su amiga.

-Ah… Tu sabes – dijo la rubia soltando una pequeña sonrisa. Gerald se acercó a ellas.

-Chicas, ¿Quieren ir a comer un helado? – Preguntó a su novia y amiga un tanto animado – Yo invito.

-¿Desde cuándo tienes tanto dinero, Geraldo? – Pregunto Helga cerrando su casillero.

-Veras Pataki, me subieron la mesada – dijo Gerald en tono un tanto arrogante, pero de broma.

-¿Cuánto? ¿A Veinte? – pregunto Helga un tanto incrédula.

-Oye, agradece que te invito – dijo Gerald y Phoebe rió.

-Como sea- dijo Helga riéndose.

Llegaron a una heladería nueva que la habían abierto cerca de la escuela. Ahí era el lugar en donde la pandilla de la escuela se reunía a matar el rato.

-Geraldo ¿Por qué estas tanto con nosotras? – preguntó Helga, y acto seguido se metió la cuchara llena de helado. Gerald la miro con cara confusa.

-Me refiero a que… - dijo Helga – Ya no paras tanto con Arnold.

-Lo que pasa es que el está con Lila, y aparte me divierto mucho con ustedes – dijo Gerald. Helga solo asintió.

.-o-.

Por otro lado, Diego le entregaba a Damen unas hojas con toda la información de Bob Pataki. Damen les dio una ojeada, pero se agarro de un tema en particular para su venganza…

Su Familia…

CONTINUARA

La canción le pertenece a Reik se llama "Ahora sin ti" no es mi canción favorita, pero esa estrofa me gusto. ¿Les gusto? Espero que si…..

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