Desde que conocí a esa chica, mi vida cambio, es como si mi pasado se hubiera borrado y empezado una nueva vida sin preocupaciones.

Nunca creí que me pudiera pasar algo así, y esto no hubiera sido si no fuera por aquella coincidencia en aquel callejón.

Yo solamente pasaba por ahí, para tomar el camino corto para llegar a casa, pero vi, aquella chica vestida de un traje de sirvienta, que a simple vista uno puede pensar mal de ella, y eso hice, hasta que vi quien era realmente.

Ayuzawa Misaki, la chica de quien todos temían en la escuela seika, la chica tan estricta y valiente de quien algunos respetaban y admiraban.

Ella odia a los hombres. Y claro que eso le llego a tener algunos problemas con varios hombres con agallas de rebelarse contra ella.

Pero ya nada de eso importa, porque seré yo quien la proteja de cualquier otro hombre que se atreva a ponerle un dedo sobre ella como Igarashi Tora.

Cada vez que pienso en aquel idiota pervertido, mi sangre hierve de ira, pero nada podía hacer yo, nomás que darle algunas palabras, porque si le asía algo a ese idiota, abría muchos problemas y eso es lo que menos necesitaba mi querida misaki.

Después llego ese fastidioso de shintani, quien se cree que era, para tratar de quitarle su misaki.

No dejare que nadie me la quite, y lo puedo asegurar.

Haré lo que sea necesario si eso llegase a pasar, porque yo por ella hago lo que sea.

Ella es mi droga, mi adicción, mi vicio, mi todo.

Me gusta todo de ella, ese cuerpo tan delicado y esbelto de la cual me fascina, esas manos delicadas y peligrosas, pero a la vez suaves que tanto me gusta sentir, esa cintura que cabe perfectamente en mis brazos, aquellas hermosas facetas que haces por cada cosa que hago, ese cabello negro, liso y suave, que tanto me gusta jugar con el, esos ojos color ámbar, en los cuales siempre me pierdo cada vez que me miras, y esos labios rosados que tanto me gustan, esa personalidad suya me vuelve loco.

Yo no tengo la culpa de ser un pervertido, al contrario es la suya, por aver usado algo tan provocativo, como en esas vacaciones en la playa, aunque estaba feliz de verla con un traje de baño, también podía ser peligroso.

Aunque debo admitir que estuve realmente sorprendido cuando me devolviste aquellos besos que te di, en ese festival cultural, pero al final me hiciste feliz.

Al igual que en ese día en que por fin mostraste signos de interés en mi, no se que te habrá dicho la profesora Maria,

pero eso ya no me importa del todo.

Aun me pregunto, si ella volverías a jugar con el pocky, otra vez.

Aun no me puedo creer el día en que me tomaste por sorpresa, nunca creí que alguna de mis fantasías se volviese realidad, el que aceptaras ser mi novia realmente me sorprendió, pero ahora se que yo soy el hombre mas feliz, que cualquier otro.

Misaki, yo te amo, y no te quiero dejar jamás, quiero ser realmente feliz a tu lado.