Bueno, tras un laaargo periodo de sequía, he aquí otro fic ^^. La verdad es que no me convence mucho... He intentado hacerlo de una Hermione paranoica, y exagerar un poco sus pensamientos cuando descubre que Remus es un hombre lobo, pero me ha salido... esto

Disclaimer: Jotaká y compañía *-*


¡Oh, por Merlín! Desde que me he peleado con Ron (y por lo tanto, con Harry), he tenido mucho tiempo libre. Tal vez demasiado. No tener más amigos que a Neville y a Ginny en ocasiones (que me cuenta las cosas más patéticas de Ron para hacerme sentir bien), ha hecho que pueda tener más tiempo para los deberes y para mis propias investigaciones.

Debo decir que el tema de Buckbeak me tenía totalmente enfrascada hasta que, de repente, Snape nos mandó ese trabajo de Defensa Contra las Artes Oscuras. Decidí hacerlo poniéndome en la piel de un licántropo, observando que síntomas experimentaría, y todo lo que me podría ocurrir.

Y encontré una terrible similitud entre mis síntomas imaginarios, y los reales de una persona: Remus Lupin.

Primero deseché la idea. ¿Un hombre lobo como profesor? Y lo peor: ¿Remus Lupin como licántropo? Pero luego le encontré más sentido. Demasiado. El boggart de Lupin no era una bola de cristal, como la tonta de Lavander había dicho, sino una luna llena. Y el calendario lunar coincidía con los días en los que Lupin desaparecía del colegio.

Me debatí entre que hacer. ¿Avisar a Dumbledore? ¿Contárselo a los alumnos? Pero me decidí por otra opción: guardarle el secreto. Porque no había mordido a nadie, ¿no?

Desde ese día se abrió un vínculo entre nosotros. Lo sabía. Lo notaba. Yo era portadora y conocedora de su secreto más profundo. Lo veo en los pasillos, con ese aire melancólico y ligeramente juvenil, y le sonrío, consciente de su problema. Y él me devuelve la sonrisa.

Ahora estoy en clase, acaba de pasar la primera luna llena desde que sé su secreto. Levanto la vista de mi pergamino durante un segundo. Y le miro a los ojos, con una mirada que lo dice todo: "sé tu secreto, y está a salvo conmigo. No te preocupes. Soy de confianza. No te fallaré." Y él lo entiende, estoy segura.


El profesor Lupin observa apaciblemente como leen sus alumnos, cuando ve como se mueve una abundante mata castaña. Se gira, y Hermione Granger le lanza una penetrante (y tal vez demasiado sugerente) mirada.

El profesor suspira, extrañado. Granger le confunde. Desde hace varios días le sonríe por los pasillos, y él no pude hacer otra cosa que devolverlos, forzosa y nerviosamente. ¿Y ahora también ocurre en las clases? No sabe lo que le ocurre a la chica. Sólo espera que pase pronto, que sea, como le dijo McGonagall cuando le comentó la extraña actitud de su alumna:

"Cosas de la edad, Remus. A veces eres tan inocente…"

Y lo que no sabe es que las "cosas de la edad" a los que se refiere la profesora no son otra cosa que amores catorceañeros.

Por suerte para él, y por extraño que resulte, Minerva McGonagall se equivoca. Hermione Granger no está enamorada de él. Sólo sabe su más oscuro y recóndito secreto.


¡Y ya está! Y ya se sabe: si quereis a Remus tanto o más que yo: Reviews!