—Por favor, será mejor para todos.

El fuerte, valiente, caballeroso y guapo capitán Potter miraba con decisión a la pelirroja frente a él.

—¡Pero capitán…! —Le decía ella, mientras ladeaba la cabeza hacia un lado, evitando sus ojos.

—No diga nada, princesa Lily… Sé que por ser una princesa no se puede casar con un simple pirata —El capitán Potter giró la cabeza de Lily y le obligó a mirarlo a los ojos — Pero ¿No dijo su malvada hermanastra Petunia que no se podía casar conmigo? —La chica asintió torpemente —Eso significa que aún podemos salir, aunque no casarnos.

Y la besó, mientras las olas rompían en sus pies con zapatillas de cristal, el viento agitaba su rebelde melena roja y una canción se escuchaba a lo lejos.

—¡Capitán Hamburguesa, debemos irnos! —Bramó a unos metros el oficial Sirius Black desde el barco.

—¡Que no es Hamburguesa, Sirius! —Le reprochó a lo lejos el científico Remus Lupin, mientras montaba su telescopio.

Los dos chicos a la orilla del mar se despidieron con un fuerte abrazo, mientras el sol comenzaba a bajar.

—¡Aborde conmigo! ¡Nada nos detendrá, si estamos juntos! —Le incitó de nuevo el chico de las gafas.

—¡Hey, capitán Patata, dos minutos! —Volvió a gritar Sirius.

—Oh, capitán Patat- Digo, capitán Potter… ¡Es muy arriesgado!

Se miraron unos momentos a los ojos.

—¡Merlín, la noche es perfecta para pescar salmón! —Se escuchó a Remus —¡Peter, coge esa cosa y ven a ayudarme!

El marinero Peter, junto a Remus y Sirius comenzó a tirar de una caña de pescar.

—Princesa Lily… La amo, y quiero que sea la princesa de mi barco pirata, donde soy el capitán y siempre comemos mucho.

—Oh, James… James, acepto tu cita.

De pronto, todo se volvió difuso.

—¡DESPIERTA! ¡LILY, DESPIERTA!

—¿Qué demonios…? —Comenzó una adormilada Lily Evans desde su dormitorio en Hogwarts, mientras su mejor amiga la zarandeaba y gritaba.

—¡Lily, lo lamento muchísimo, pero tenía que despertarte! —Le explicó Alice.

Detrás de la rubia pecosa sus otras tres compañeras de cuarto se encontraban en el suelo, riendo. Enrojeció de golpe.

—Lo siento — Susurraba apresuradamente Alice —No parabas de gritar cosas como "Capitán Hamburguesa" y luego comenzaste con el nombre de James Potter…

—¿Qué? ¿capitán Hamburguesa? —Preguntó omitiendo lo otro.

—Sí, pero ese no es el punto. El punto es tu sueño con Jam-

Lily le tapó furiosamente la boca con ambas manos, mientras su estómago rugía.

—¡Mira, creo que tengo hambre! —Sonrió nerviosamente a sus compañeras —Ya nos vamos, adiós chicas.

Bajó apresuradamente las escaleras hasta llegar a la sala común, aún con las manos en la boca de su amiga y su pijama verde.

—¡Hey, mi princesa Lily! —Le gritó James a las dos chicas mientras entraba a la sala común junto con Sirius, Remus y Peter.

La pelirroja, cayó desmayada justo en aquel lugar.

—¿Qué diablos le pasa? —Preguntó Sirius de improviso.

—Ni idea, pero apresúrate a coger tus libros —Remus apuntó a la escalera que daba a la habitación de los chicos —¡Recuerda que hoy tenemos astronomía, así que debemos llevar telescopios!

—Sí, como sea —Respondió el moreno mientras subía — Además, quiero bajar a desayunar. Muero por una hamburguesa y patatas.

—¡Genial, y hoy comeremos salmón en la cena! —Agregó Peter.

—Bien, me largo a estudiar. Toda tuya, Potter. —Se despidió de improviso Alice.

—¿Lily, querida, te he hecho algo? —Preguntaba James arrodillado junto a Evans, ajena a todos y todo.

Pero Lily no escuchaba, de seguro estaba teniendo otra de sus fantasías. Del capitán Potter y la princesa Lily.