Los personajes son propiedad de Suzanne Collins y La historia no me pertenece es una adaptación la original la pueden encontrar con la autora paolamendoza

Capitulo 1 De rosa a Rojo

Aquella mañana me levante minutos antes de que sonara el despertador, estire los brazos y solté un bostezo. Me deshice de las sabanas antes de que el sueño se apoderara de nuevo de mi cuerpo y no me dejara despegarme del esponjoso colchón. Tome mi celular, son las 7:15 AM, tenia buen tiempo para alistarme e ir a la clase de yoga. Me levanté y de inmediato me puse mis pantuflas de algodón verde, pues bien sabía que si mis pies tenían contacto con el piso directamente en ese instante cogería un resfriado.

La casa estaba muy silenciosa y me pregunté que estarían haciendo mis padres, quizás salieron temprano, pero hasta donde sabía no tenían un viaje planeado para hoy, no le di importancia al asunto. Me metí al baño y me mire al espejo.

- Que linda te vez hoy, Katniss – me dije a mi misma.

Tomé un peine que estaba sobre el lavado y me cepille el cabello que caía a media espalda, cuando termine me hice mi especifica trenza. Mi abuela decía que lo había heredado de ella. Me lave los dientes y un fuerte golpe retumbo por las paredes y ventanas seguido del cubrir de un vidrio quebrándose. Aun con mi piyama puesta quise salir a ver que había sucedido o a cual sirviente despedirían hoy.

Agarre el teléfono inalámbrico y marque a la extensión del comunicador de mama, pero no contesto, lo mismo hice con papa y con Prim pero nada y una extraña preocupación apareció acelerando mi corazón.

La puerta del cuarto de mis padres estaba abierta y toque antes de entrar, me asome pero ellos no estaban ahí y la cama aun se encontraba deshecha, pensé que debían estar abajo resolviendo lo del misterioso vidrio roto.

-¿Mama, Papá?- grite recargándome sobre el barandal de la escalera para mirar abajo, pero nada. Aquello me pareció muy sospechoso e incluso sentí miedo.

¿Y si alguien estaba herido? ¿Y si se habían metido a robar? ¿Por qué nadie me decía que estaba pasando?

Baje escalón por escalón sosteniéndome fuerte del barandal.

- Estas exagerando, Katniss- pensé para mis adentros

Fui a la cocina, aparentemente todo se veía en orden, excepto por el refrigerador que estaba abierto.

- ¿Hay alguien? Pregunte. Y lo que vi a continuación me dejo helada: Sae, nuestra cocinera, se levanto del piso, sus ojos estaban completamente blancos, le faltaba un brazo y sus ligamentos y sangre escurrían por su torso, su ropa estaba desgarrada, tenía severas coartadas en el rostro y brazos y la boca manchada de carne cruda. Aquello no solo me aterro sino que provoco mucho asco y tuve ganas de volver el estomago ahí mismo.

Mi, ahora no tan adorable cocinera, lanzo una especie de grito o bramido y de un salto de subió a la estufa dispuesto a ¿atacarme? Apenas lo vi brincar frente a mi corrí a la sala y ella me siguió, aun con sus 50 años podía seguir corriendo.

- Sae, soy yo Kat, Katniss, Katita ¿No me reconoces? – dije al quedarme arrinconada en el mini bar de Papa. Pero ella pareció no entenderme y bramo de nuevo.

Las manos me temblaban incontrolablemente así como la quijada. Estaba paralizada por el miedo y lo único que pensaba era: no quiero morir aquí

- ¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme! – chille con desesperación, pero tontamente solo hice que Sae se acercara, y entonces note que su dentadura esta manchada de sangre.

Voltee a todos lados buscando algo que arrojarle y entonces vi una botella de tequila, una que mi padre nunca había querido abrir y cuidaba como si de un tesoro se tratase. No me lo pensé dos veces y la agarre del pico, apenas aquella criatura, por que no hallaba otra palabra para describirlo, se acerco para morderme, la estrelle en su rostro tirándola al suelo.

Se me empezó a agitar la respiración y rápido salí de aquel rincón. Me acerque a la chimenea y, en la parte de arriba, dentro de una caja de cristal, se hallaba una espada que el abuelo le había regalado a mi padre años atrás. Rompí el cristal y saque el arma dispuesta a usarla si es necesario.

- Lo siento, Sae – murmure con la voz entrecortada viendo el cadáver desangrándose en el piso.- Extrañare los bollos con queso que me preparabas- añadí melancólicamente

Y mirando hacia todos lados, decidí regresar a mi cuarto, apenas entre y me encerré con llave. Solté la espada a un lado mío y me tire a llorar en el piso, ¿Qué rayos había sido todo aquello? ¿En que e momento mi cocinera contrajo el mal de las vacas locas o fue inyectado por aliens para convertirse en eso?

Solloce sobre mis rodillas mojando mi pantalón de franela azul con las lagrimas, cuando un sonido me sobresalto, y no venia precisamente de abajo.

Me trague el nudo en la garganta, cogí la espada y me puse de pie. La puerta de mi baño rechino y me acerque un poco viendo entonces que había pisadas de sangre y mi alfombra estaba manchada.

-¡Maldición!-exclame

-¿Kat? – escuche la voz de Prim

- ¡Prim! ¡Prim, estas bien!-

- Tienes que huir de aquí hermana- dijo de pronto dejándome muda- ¡Vete antes de que te haga daño!

-¿De que estas hablando, Tonta? ¡Sal ahora!

- ¡No!- grito y la escuche llorar

Sin aguantarlo mas me arme y entre al baño y entonces la vi, yaciendo en el piso, con una herida profunda en su hombro derecho, estaba mi hermana pequeña y adorada. Me lleve una mano a la boca para ahorrar un grito de horror y ella levanto su mirada. Sus ojos perdían su color azulado y estaban cristalinos, le brotaba sangre de la nariz y la boca y se apretaba el abdomen pareciendo que estaba a punto de convulsionar.

-¡Prim!

- Kat, te dije que te fueras.- me intento apartar con una de sus frías manos, haciendo que usara mucha fuerza y soltara un gemido

-¡No puedes mandar soy la mayor además no te puedo dejar así! ¡Tenemos que ir a un hospital!

- Ya es muy tarde para eso- dijo

-¿Qué…!

- Katniss yo lo vi, en cualquier momento me convertiré en una de esas criaturas y no quiero dañarte

- ¿De que hablas?

- ¡Me mordieron! – Grito impaciente- Katniss escúchame bien, no hay tiempo que perder – asentí mordiéndome el labio- Mama y Papa también fueron mordidos, den de estar en cualquier parte de la casa buscando comida, no se en que se convirtieron pero puedo asegurarte que ya no son personas- mis ojos se llenaron de lagrimas al escuchar esto

- Debe de haber una cura, Prim, algún antídoto o medicina

- No lo hay. Desde anoche la ciudad fue atascada por el virus, tienes que huir cuanto antes y no permitas que te toquen, te arañen o te muerdan, parece que soy la mayor- no pude evitar soltar una pequeña risa, asentí- te quiero Hermana, Ahora vete

-¿Y tu?- negó y agacho la mirada- ¡No! – Grite no pudiendo contener el llanto- ¡No voy a dejarte morir aquí!- Prim sollozo y entre el miedo y el dolor cayo al piso y grito fuertemente - ¡Prim! ¡Prim! – exclame agarrandola de los hombros y sacudiéndola

Y en cuestión de segundos se comenzó a convulsionar arrojando mucha sangre por su boca hasta que se quedo inmóvil

-Prim?- note que ya no respiraba. Tome su brazo y ya no tenia pulso - ¡No! – Brame furiosa- ¡No puedes dejarme!

Pero era en vano. Ella ya no respondía, ella ya no… vivía. Fueron segundos en los que mi cerebro quiso procesar todo lo que estaba sucediendo y automáticamente tome la espada y salí de ahí.

Una vez en mi cuarto me sentí mareada, la presión se me bajo y temí desmayarme. Tome el cesto de la basura y de inmediato vomite. No había desayunado, no tenia nada en el estomago, y me dolió mucho por el esfuerzo. Y entonces escuche un golpe ahogado y me voltee. Prim estaba frente a la puerta del baño. Pero no era la misma con la que había conversado minutos atrás. Su piel se había vuelto verdosa. Su piel se había vuelto verdosa, su quijada estaba deforme y sus ojos blancos como los de Sae.

Bramo fuertemente y se echo hacia donde estaba y sin pensármelo dos veces cogi la espada y sentí como esta atravesó su torso

Llore sintiendo que estaba dañando a mi hermana pequeña, aunque sabia que ya no era ella. Me sentí sucia, culpable, llena de remordimiento y terror. Apenas saque el arma cubierta de sangre. Prim se balanceo para atrás pero no se cayó, duro unos segundos mirando la herida, como si pudiera sentir el dolor y luego volteo a verme y soltó otro bramido más fuerte

- ¿Qué…?- me quede con la boca abierta al saber que no le había echo daño

Nuevamente corrió hacia mí y de inmediato me levante y corrí hacia la puerta. Estuve a punto de abrirla cuando escuche un golpe del otro lado y esos extraños bramidos

- mis padres - pensé de inmediato

Prim se subió a la cama y justo se aventó hacia mí, levante la espada y corte su cabeza que reboto con la ventana y cayo al piso dejando un gran batidero de sangre, mientras su cuerpo se desplomaba sobre mi colchón.

Tarde segundos en recuperar el aliento y darme cuenta de lo que habían echo. Solté la espada y me mire las manos. Un horrible sollozo se me escapo del pecho

Acababa de matar a mi hermana

Esta es la historia de ¿Te diviertes comiéndome? de paolamendoza, si quieren adaptarla a otro libro no deben de pedirme permiso a mi sino a ella, les comparto esta historia por que me gusto desde la primera vez que la leí y quería compartirla con ustedes

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