Disclaimer: InuYasha y los demás personajes son de Rumiko T.

Dedicatiora: a mi querida Angélica Teach. Muchas gracias por todo, fuiste una gran amiga :)


Running in the Rain.
Capítulo único.

Bajo la lluvia y la luz de la luna, ella corría, tratando de escapar.

Tratando de escaparse de todo, porque ya había sufrido demasiado.

Corría escapándose de los tediosos exámenes y de Hōjō, el molesto muchacho. Corría lejos de sus metiches amigas, del jodido loco de Naraku y sus extensiones. Corría de la Shikon no Tama y los demonios. Corría para olvidar la reciente muerte de su abuelo y de la culpa por no haber podido estar ahí. Corría de todo y de todos. Y ¿quién sabe? Quizá incluso corriera para escaparse de ella misma.

La noche era fresca, o quizá ella así lo sentía por su frenética carrera. Las plantas eran borrones que pasaban a su lado y de vez en cuando tapaban la luna, dejándola en una tétrica oscuridad; la tierra se había vuelto lodo, culpa de la lluvia y el silencio era total, al menos hasta que un gutural gruñido (como el que acababa de pasar) lo rompía, asustándola hasta la médula y haciendo que apretara el paso aún más (si es que eso era posible).

Sobre todo, había una cosa de la que le urgía escapar más que nada en ese momento: InuYasha. Ese medio demonio del que se había enamorado y por el que, también, tanto había sufrido; ese que ahora era un demonio completo que la perseguían por el frondoso bosque.

Tropezó con una raíz de árbol y soltó una maldición.

Escuchó su nombre y después otro gruñido que quedó retumbando en el aire... ¿o solo en sus oídos? No logró distinguirlo.

Cerró los ojos y esperó el final.

Porque ella estaba corriendo para escaparse de los horrores de la vida y del sufrimiento, ¿cierto? Y ¿acaso había mejor manera de hacerlo que muriendo? Mejor aún, ¿había mejor manera de morir que en manos de tu amado? Efectivamente eso era lo mejor.

Jodido destino piadoso, que la cosa terminara de una vez.

.

Se despertó sudada y agitada. No era la primera vez, y seguro tampoco la última, que tenía esa pesadilla. Soltó el aire que estaba conteniendo y cerró los ojos.

—Kagome, ¿estás bien? —le preguntó el dueño de la voz de su sueño, que ahora sonaba dulce y preocupada.

Asintió entre jadeos y en menos de lo que se dice "y vivieron felices para siempre", se vio rodeada de unos fuertes y reconfortantes brazos. Se pegó al pecho del hombre y aspiró fuertemente su aroma.

—Gracias.

Se tranquilizó y entonces sintió que podía respirar en paz.

Porque ella había corrido para escaparse del sufrimiento, y sabía que junto a InuYasha no volvería a sufrir.


Reeditado el 20/01/2914.

Sigo inconforme con este trabajo, así que seguro volveré a editarlo hasta quedarme completamente satisfecha con él (y con todos los demás).

Besos Sonrientes para todos~