Corazón de hielo

-Usted es Skadi, la diosa del invierno, si no me equivoco.

Fue la primera vez que oí su voz.

Me tomo una mano y la llevó a su boca para darle un ligero beso.

Soy hija del gigante Pjazi, cunado mi padre fue muerto por los dioses viajé a Asgard con mi armadura y mis armas para vengar su muerte.

Los dioses me ofrecieron varias formas de compensarme para calmar mi ira.

La primera de ellas fue permitirme elegir a uno de los dioses para desposarlo pero debía hacer mi elección mirando solamente los pies de ellos. Elegí un par que me parecían bellos esperando que fueran los de Balder, el dios de la belleza, en realidad eran los de Niord, el dios del viento y el mar.

Otro de los acuerdos fue la que yo consideraba imposible tarea de hacerme reír. Loki se ató con una cuerda a la barba de una cabra y tiraron cada uno hacia su lado chillando fuertemente. Siempre fui muy seria y esa estupidez no me sacaría una sonrisa pensé. Cuando Loki cayó en mi regazo no pude contener mi risa. Que ridícula soy.

Otra señal de amistad fue el que Odín colocara los ojos de mi padre en el cielo de noche como estrellas.

Me casé con Niord. Yo quería vivir en Thrymheim, un reino de las montañas en Jotunheim que pertenecía a mi padre, Niord quería quedarse en el mar, en su residencia de Nóatún.

Ante esta problemática hicimos el acuerdo de pasar nueve noches en Thrymheim y otras nueve noches en Nóatún. Yo no podía vivir en Nóatún al igual que Niord en Thrymheim.

Nos separamos, fue lo mejor para ambos.

Tiempo después cuando Loki fue atado en una cueva por haber matado a Balder coloqué una serpiente venenosa sobre su cabeza, goteando veneno en su cara.

Loki permanecería ahí por siempre, pero escapó, siguiendo a Odín a Japón.

Ahí esperaba matar al Padre de Todo desatando el Ragnarok, con lo que no contaba fue que el Sekiryuutei más débil de la historia fuera capaz de derrotarlo.

Fue la primera vez que llamó mi atención.

Loki fue devuelto a su prisión. 12 años más tarde volvería a escapar pero en esta ocasión liberó al poderoso dragón nórdico que roía las raíces del árbol de la vida Yggdrasil, el Nidhogg.

Todos los dioses se lanzaron a defender el reino de Asgard.

Yo también era considerada una de los Aesir a pesar de ser hija de un gigante, además me casé con uno de los dioses.

Pero no fue por eso, si no deteníamos al dragón mi reino de Thrymheim también sería destruido.

Ningundo de nosotros fue capaz de luchar de igual a igual con ese dragón hasta su llegada.

Ahí estaba, haciéndole frente a la amenaza con su armadura roja.

¿Por qué estaba allí? No importaba.

Después de un cruento combate le voló la cabeza al dragón. Su sangre salpicó las cercanías y su cuerpo cayó al suelo provocando un temblor significativo.

Todos los habitantes de Asgard, los dioses, los Einheriar y las valquirias aplaudieron a su salvador.

Fue la segunda vez que llamó mi atención. Era un hombre hermoso, alto y con el cabello largo, solo podría compararlo con Balder.

Quería agradecerle, mi reino también había salvado. Odín le dijo algo que lo hizo marcharse rápidamente. Decidí quedarme en Asgard un tiempo.

Al otro día regresó al palacio de Odín, su mirada había cambiado. Extrañamente decidió quedarse también.

Odín le ofreció convertirse en un dios y desposar a una de nosotras, las diosas. Muchas casas de nobles le ofrecían a sus hijas como botines de guerra, las valquirias querían darle sus servicios. No lo toleré.

Si alguien debía ser su compañera, sería yo. Había decidido que sería mío.

Durante un tiempo se negó firmemente.

Asistía a las fiestas que se hacían en su honor para tener la oportunidad hablar con él. Él no asistía a ninguna, así fue hasta aquella noche donde charlaba con Freya.

Lo vi venir hacía nosotras. Saludó a Freya y después se presentó ante mí besándome la mano. Era un sueño.

El héroe de Asgard dijo que me pretendía.

No lo pensé, solo acepté.

Las siguientes semanas fueron las más felices de mi vida, lo llevé conmigo a Thrymheim.

Cazábamos y esquiábamos juntos, nadamos en las aguas heladas de Jotunheim. Todos esos recuerdos siempre los atesoraré, pero.

Nunca pude sentir amor de tu parte.

Ocultabas detrás de tus sonrisas forzadas mucho dolor y tristeza.

No importaba cuanto dijera que te amaba tú nunca me lo dijiste.

Nunca dijiste "Te amo".

Mis besos y mis caricias no te significaban nada.

Ni siquiera cuando consumamos el acto sexual.

En las múltiples ocasiones que me hiciste tuya podía sentir tu calor, algo irónico que siendo yo la diosa del invierno me encantara ese calor, pero nunca pude sentir amor de ti hacía mí.

Nada de eso tenía importancia, eras mío y eso era todo lo que necesitaba.

Fuiste llamado por Odín me dijiste, que solo unos días te ausentarías me dijiste.

No volviste en un mes.

Al palacio de Odín acudí en tu búsqueda. Muchas valquirias comentaban los servicios que brindaban al héroe de Asgard.

No podía ser verdad.

A tú habitación me dirigí. Escuché gemidos provenientes del interior.

Me asomé sin hacer ruido.

Les hacías el amor a varias mujeres.

Huí de ahí, regresé a mi tierra y durante muchos días lloré tu traición.

¿Acaso yo no era suficiente para ti? ¿Acaso no significaba nada todo el tiempo que pasamos juntos?

Decidí buscar las respuestas confrontándote.

Odín me informó que te marchaste de Asgard, al Olimpo te dirigiste, y después de eso a la mitología egipcia, y después a la Hindú.

Fuiste a salvar el mundo y yo decidí esperar a que volvieras.

Nunca lo hiciste.

Todos llegaron a la conclusión que moriste enfrentado al que llamaban el Señor Oscuro.

Durante más de mil años no dejé de pensar en ti. Dejaste una huella muy profunda en mi ser.

Tiempo después el maou Sirzechs Lucifer anunció a todas las facciones que seguías vivo y que te convertiste en aquello que juraste destruir.

Llevaste a cabo una gran invasión al inframundo, asesinaste a muchos demonios. La mayor masacre de la historia demoníaca fue obra tuya.

Y fue en esa lucha que moriste.

Todos te tacharon como un criminal.

Pero yo no.

Levanté una estatua gigante de hielo en tu honor en Thrymheim, ese hielo nunca se derretirá.

Será un recordatorio por siempre.

Porque yo te recuerdo.

Porque aún después de todo, después de tanto tiempo yo te sigo amando.

Lo que me dará felicidad hasta el fin de mis días será recordar que aunque fue por poco tiempo, yo te tuve.

Hola a todos. Aquí Carlos Balcarce con el primer capítulo de las Crónicas del Señor Oscuro Vampiro.

Junto con el Piloto y el Señor Oscuro Vampiro sería una especie de trilogía narrativa, en este fic se relatarán las memorias de algunas personas que conocieron a Hyodo Issei, antes y después de convertirse en el Señor Oscuro.

Si alguien se pregunta por qué revelo que Issei morirá, no se dejen llevar, tienen que esperar hasta el final del Señor Oscuro Vampiro y estas Crónicas del Señor Oscuro Vampiro. Tenga preparado lo que considero un gran final para ambas historias que sorprenderán.

Ahora, yendo a otro punto. Hay quienes han manifestado en los reviews quejándose de los capítulos cortos y pidiéndome que los haga más largos. Para que sepan acepto cualquier crítica ya que eso me ayuda a mejorar pero un capítulo es tan largo o tan corto como yo lo considere adecuado.

No ganan nada pidiéndome esas cosas ya que no tengo intenciones de complacer a nadie y nadie tiene poder sobre mis historias, a menos que sea un proyecto en el sean partícipes dos o más autores. Estén atentos en un futuro cercano a esto último.