Hallo, Damas y Caballeros, he aquí un nuevo fic ReiHisu. Hace tiempo tenía este primer capítulo hecho, pero me daba cosa publicarlo, ajaja (soy muy penosa sorry, y más cuando se trata de cursilerías.) sin embargo, ( ALV ) se los dejo para lean y juzguen.
Por cierto, si ven alguna irregularidad en la historia respecto a la línea de tiempo del suceso, me lo dicen, a pesar de que me super-ilustré para no cometer ningún error (como lo cometí en otro fic porque mi mente anda siempre elevada) no soy inmune a ellos.
No siendo más; Enjoy!
Bajo el estrellado cielo de las solitarias calles de Trost, Reiner vagaba junto a Bertholdt; después del atentado al distrito, irónicamente ellos tuvieron que ayudar a restaurar luego de que Eren lograra su cometido de ocluir el hueco de la muralla. Ambos conversaban sobre curiosidades, experiencias pasadas, cotilleaban de algunos soldados, hablaban de sentimientos y pasiones, cualquier tema era válido en ese instante.
ー ¿Oíste eso? ー el rubio se detuvo en seco
ー ¿Qué cosa? ー preguntó el alto pelinegro.
Reiner aceleró el paso en busca de 'eso' que había llamado su atención
ー ¿A dónde vas Reiner? ー lo seguía Bertholdt intentando no quedar atrás. Reiner rápidamente giro la esquina y se topó con un callejón sin salida donde había cajas y mucha basura
Bertholdt se quedó pasmado al oír el llanto de un bebé, Reiner por su parte ya se había puesto en la tarea de buscar entre las cajas hasta que dio con el origen de los sollozos. El rubio vio a la criatura que estaba dentro de una canasta y envuelta entre varias frazadas la tomó ー ¿Que haces tú aquí? ー le sonrió él identificando su género al ver un moño en su cabecita.
La nenita dejó de llorar y se quedó mirando al oji-marrón, Lo mismo hizo Bertholdt, sorprendido y expectante al siguiente movimiento del rubio sin lograr soltar palabra alguna.
ー Llevémosla a algún lugar seguro ー sugirió Reiner emprendiendo el camino a una de las estancias del ejercicio.
ー ¿Cómo habrá llegado ahí? ー se preguntaba el muchacho pelinegro.
Mutismo.
ー... Quién sabe. ー opinó el rubio cautivado por la sonrisa que le regalaba la pequeña que traía en brazos
ー Me sorprende que haya sobrevivido tanto tiempo. ー anotó el pelinegro.
Los muchachos se reunieron con los demás para dar por finalizado el día e ir a tomar el respectivo descanso
ー ¿Que rayos traes ahí? ー preguntó curiosa Ymir cruzada de brazos
ー Es una b- ー Quería decir Bertholdt, sin embargo, fue interrumpido por su compañero.
ー No es de tu incumbencia.
ー Tsssk ー la pecosa fastidiada se giró para ignorarlo
Pero la pequeña empezó a llorar de nuevo y esto hizo que no sólo llamara a atención de Ymir, también la de algunos soldados que estaban cerca
ー Wow, ustedes dos no perdieron el tiempo ー se burló la castaña haciendo que Bertholdt bajara la mirada bastante sonrojado
ー Tu cállate ー reclamó el rubio.
Inmediatamente Sasha y Christa se acercaron para descubrir lo que tenía Reiner en brazos. ー Awww ¡es una bebita! ー exclamaron ellas con ternura.
ー La encontramos en Trost ー Reiner al fin dejo ver la nenita a las dos chicas que estaban animadas por conocerla. ー ¡Seguro tiene hambre! ー comentó la pelirroja arrancando un pequeño pedazo del pan que se estaba comiendo y poniéndolo sobre la boquita de la niña.
ー ¿Que harán con ella? ー Indagó la rubia
ー Supongo que entregarla a algún superior para que la lleven a un refugio cercano. ー Contesto el pelinegro
ー Pero... ñam Todos... Se...ñam fueron ya. ー Hablaba Sasha mascando bocados de pan
Reiner y Bertholdt se miraron y luego miraron a la chiquilla.
ー Entonces supongo que tendremos que hacerlo mañana. ー comentó el oji-marrón
ー No me digas que vas a quedarte con ella toda la noche... pobre de ella. ー entró de nuevo Ymir a la conversación
ー No la dejare cerca de ti, así que estará a salvo ー Bromeó Reiner. ー ¿Me ayudaras cierto Berth?
ー Emm... veras Reiner, quedé en verme con Annie esta noche así que... no creo. ー se rasco la nuca el muchacho de mayor estatura.
ー ¡Oh vamos! No me salgas con eso
ー ¡Ja, Ja! Suerte entonces amiguito ー rio la pecosa. ー Christa, Sasha. Vámonos ー hizo un ademan con su mano invitándolas a irse con ella
ー ¡No! Yo le ayudare a Reiner cuidar la bebé. ー sonrió animada la oji-azul.
"Definitivamente te hare mi esposa" pensó el muchacho. ー Gracias Christa ー le devolvió la sonrisa
ー Como quieras. ーYmir torció los ojos y se fue en compañía de Sasha
ー Bien chicos, suerte con ella. Yo me voy ya. ーse despidió Bertholdt
ー Adiós Berth ー Dijeron al unísono ambos rubios.
Un balbuceo de la nenita y el sollozo de la misma captó la atención de la joven pareja. ーAww... Debe tener mucha hambre ー Christa tomo la niñita entre sus brazos para consentirla. ー Vamos Reiner, seguramente ya van a servir la cena. ーla rubia emprendió el paso hasta los comedores.
Reiner siguió a la muchacha hasta que llegaron al lugar donde cenarían todos.
El plato para la cena sería Pan y frutos secos en leche*, algo bastante común para ellos. La pareja que se comprometió a cuidar la pequeña niña, se sentó en una de las mesas que quedaban.
Todos los que estaban cerca les echaban una que otra mirada a los rubios, pues les parecía extraño no solo que hubiese una bebita en un sitio tan hostil, también la pareja de soldados que parecían más un matrimonio con una nueva integrante.
ー Que bueno que hoy sirvieron leche, eso podría gustarle a ella ー Christa estaba encantada con la nenita, con su mano tomaba trozos de pan y lo remojaba entre la leche para que la bebé pudiera comerlo.
ー Deberías ser la madre de mis...ー se detuvo Reiner antes de finalizar la frase.
ー¿Que dijiste? ー indagó la chica.
ー Dije que te va muy bien con los niños. ー continúo el rubio con una sonrisa nerviosa.
ー Tal vez. ー La chica no dejaba de mecer con sus brazos a la pequeña ni de hacerle muecas para sacarle una sonrisa.
ー Además se parece a ti. ー comentó él.
ー ¿Tú crees? ー Rio ella.
ー ¡Si! Esos bonitos ojos azules, esa sonrisa tierna, es tan linda como tú.
ー¡No inventes! ー Siguió riendo la muchacha, empujando el brazo de su compañero. Y la atención de ambos volvió a ser llamada por la criatura que también empezó a reír y a agitar sus pequeños brazos.
Reiner se acercó lo suficiente a Christa para poder hacerle juego a la niña, con su dedo índice empezó a hacerle suaves cosquillas sobre el pecho y luego lo llevó sobre la palma de su pequeña mano que al instante se cerró** aprisionando el dedo del mayor.
ー Le agradas ー afirmó la joven.
ー Eso pareceー contestó él.
En medio del silencio de su conversación ambos rubios cruzaron sus miradas durante un largo instante regalándose una amplia sonrisa.
ー ¡Hey tortolitos! ¿que se traen ustedes dos? ー Interrumpió Connie metiendo su cabeza en medio de ellos. ー ¡Que es esoo? ー preguntó abriendo los ojos como platos mirando a la nena que tenía Christa en brazos.
ー La encontró Reiner abandonada en Trost.ー explicó la oji-azul.
ー ¿La van a adoptar o que? ー cuestionó el muchacho de ojos color ámbar.
ー no. mañana la llevaremos a uno de los refugios, con órdenes de los superiores claro, pero ellos ya se fueron. ー término de explicar el oji-marrón.
ー Mientras tanto Reiner y yo cuidaremos de ella. ー volvió a hablar la joven rubia.
ー Ya veo ー Dijo Connie volviendo a fijar su mirada en la chiquilla. ー Suerte con ello tortolos. ー finalizó el castaño haciendo que las mejillas de la pareja se tornaran de un color carmesí.
ー Tú te quedarás con ella esta noche ¿verdad? ー Habló el rubio deshaciendo la turbación que les causó el apelativo 'Tortolos' que les concedió Connie.
ー Lo haré, no te preocupes. ー aceptó ella.
La bebé soltó un gran bostezo y eso les dio a entender que ya era hora de ir a dormir. Abandonaron el comedor y juntos se dirigieron a los dormitorios que les correspondía.
ー Espero que ella pueda encontrar un buen hogar. ー comentó la rubia
ー O que regrese con su familia ー opinó él.
ー Reiner. No creo que la hayan perdido, esas condiciones como la encontraste me dan para pensar que no la querían.
ー ¿Dices que la abandonaron como si nada.? ー dudaba el rubio tras oír la creencia de Christa.
Ella suspiró ー A pesar de las circunstancias en las que vivimos, la humanidad sigue siendo abrupta y corrompida. ー término de decir la oji-azul.
ー Entiendo... ー el muchacho bajó la mirada y prefirió no hablar más durante el camino.
La pareja de cabellera dorada al fin llegó a donde se supone dormirán, por supuesto la gran habitación se dividía en una zona de literas para hombres y otra para mujeres.
Al entrar, de nuevo sus compañeros se quedaron viéndolos, Pero no preguntaban, era de esperarse que ya estaban al tanto de la situación.
ー ¡Christa, Déjame cargarla! ー Exclamó Sasha haciendo un escándalo mientras corría hacia la rubia.
ー S-Sasha. está dormida. ー susurró la oji-azul haciéndole la seña de silencio con su dedo sobre sus labios.
Sin embargo la pequeña no demoró en soltar un chillido, ーBueno, Ya no.ー la pelirroja tomó la bebé entre sus brazos y aprovecho para llevarla hasta donde Ymir y las demás soldados para juguetear con ella. ー se las devuelvo en un rato. ー Afirmó ella.
Christa y Reiner volvieron a mirarse y encogieron sus hombros. ー Pobrecita va a terminar rendida. ー dijo el rubio.
ー Eso es bueno, dormirá la noche entera. ー sonreía la chica.
ー Eso espero. Si no, me meteré en problemas con los que no puedan dormir ー bromeó el oji-marrón.
Pasaron unos minutos y tanto chicos como chicas incluida Christa se encontraban rodeando a Sasha. Todos estaban encantados con las risitas de la niña, ninguno quería quedarse sin jugar y hacer sonreír a la pequeña.
Mientras tanto Reiner los observaba desde el marco de la puerta, pero dándole preferencia de sus pensamientos a Christa. "Es tan hermosa" decía en su mente; esa dulce chica lo traía loco, no solo por su belleza también su manera de ser tan amable y servicial. No hallaba el momento adecuado para confesarle sus sentimientos e incluso pensaba que sería una pérdida de tiempo así que preferiría guardárselo; también agradecía al cielo por encontrar a esa bebé, aunque parezca provechoso, de esa manera pudo acercase más la rubia.
ー ¿Que tanto miras a Christa? ー
de repente llegó su camarada.
ー ¡Egh! Bertholdt no me asustes así.
ー ¿Te gusta verdad?
El rubio torció los ojos y apretó los labios para ocultar su sonrisa.
ー¿Cómo te fue con Annie? ¿Dónde está? ー dijo el oji-marrón evadiendo la pregunta de su compañero.
ー me pidió dejarla sola, quiso Quedarse en la muralla mirando el firmamento. ー contó el oji-verde.
ー ¿tuvieron suficiente tiempo para tirar? ー Preguntó su compañero con una sonrisa pícara
ー¿Q... que carajo dices? ー Al pelinegro se le incendiaron las mejillas. ー Solo fuimos a caminar ー afirmó.
ー ¡Ja, Ja! Si claro, y yo soy el titan acorazado ー Dijo el joven rubio en voz alta y agregándole un tonito de ironía que captó la atención de los otros integrantes.
ー...ー Bertholdt lo miró con el rabillo del ojo.
ー Venga no te enojes, es broma ー el rubio rodeó con su brazo el cuello de su compañero.
ー Cierra la boca. Ya es tarde, vamos a dormir ー Sugirió el muchacho de estatura alta.
ーTienes razón, tirar debe haberte dejado exhausto. ー continúo mofándose.
Los demás miembros quitaron su atención de la pequeña y acompañaron a Reiner con carcajadas.
ー Si las posturas de dormir de Bertholdt son extrañas, no me quiero imaginar las que usa para tirar ー comentó burlón Jean. a pesar de que por dentro estaba destrozado por lo que le ocurrió a Marco intentaba no dejarse derrotar la moral.
Todos volvieron a reír.
ー¡Ya Dejen eso! ー Pidió el pelinegro apretando con sus dedos el puente de su nariz.
ー ¡Okey! no te enojes ー el oji-marrón dio algunas palmadas sobre la espalda de su amigo.
Todo el equipo se preparó para irse a dormir, se pusieron ropa cómoda y tomaron sus respectivas literas.
ー Ymir, yo dormiré abajo esta noche ー Habló la muchacha de ojos azules con la pequeña en brazos.
Encogió los hombros. ー Como quieras. ー y luego tomo su lugar en la cama de arriba.
La rubia acomodó la chiquilla ya dormida sobre el colchón y la arropó con la frazada que disponía la cama.
ー Christa... Si necesitas algo tan solo dímelo. ー detrás de ella se encontraba Reiner.
Ella volteó y le regalo una sonrisa. ー No te preocupes, estaremos bien. ー
ーSiento que la que está haciendo todo eres tú, lamento haberte metido en esto. ー Opinó el muchacho sentándose en el borde de la cama. Christa imitó la acción del rubio ubicándose a pocos centímetros cerca de él.
ー No digas eso, si no hubiera aceptado ayudarte estarías embrollado ー ambos rieron.
ー Gracias Christa.
ー Además, el haber traído esa nena aquí, hizo que el ambiente fuera más ameno, luego de todo lo que ocurrió en Trost...ー continúo ella llevando su vista hacia la pequeña. ー... Gracias a ti.
En medio de la tenue luz de las lámparas de aceite, sus miradas se cruzaron, quedando intactas por un largo instante
"Es hermosa" "Quiero besarla" "Quiero decirle lo mucho que me gusta" Eran unos de los mil pensamientos que le pasaban por la mente al joven rubio mientras sus claros ojos marrones eran dominados por el profundo y brillante azul de la mirada de Christa. A los pocos segundos la chica bajó la mirada y con su mano recogió un mechón de su cabello para llevarlo tras su oreja.
ー Christa...ー llamó la atención de la rubia de nuevo. Pero una almohada impacto en la cara de Reiner, dejándolo completamente desubicado seguido de un reclamó que provenía de la cama de arriba.
ー Lárgate a dormir Reiner, haces mucho escándalo ー se asomó la pecosa desde su cama.
ー ¡ Maldita Se...! ー Se levantó de golpe.
ーReiner no, Shh... la nenita duerme ー lo interrumpió la bonita de la cabellera dorada.
ー Te la cobrare mañana Ymir ー puntualizó el oji-marrón señalando a la castaña.
ー¡Pfff! Ya veremos ー bufó la pecosa volviendo a acomodarse en la cama dándole la espalda.
ーBien, te dejo entonces Christa. ー antes de que el muchacho se diera vuelta, la rubia lo tomó de la mano y de manera fugaz lo besó apuntando a la comisura de los labios.
ー Descansa Reiner ー sonrió apenada.
ーChrista... Yo... Se... ¡Seguro! También tú. ー logró articular él dando la vuelta rápidamente y retirándose.
ー ¿Qué fue eso?
ー¿De que hablas Bertholdt?
ー ¿Crees que no me di cuenta? ー El alto pelinegro se acercó a su amigo quien estaba sentado en uno de los escalones fuera de la estancia. ー ¿Christa dándote un beso de buenas noches? eso si que es histórico. ー bromeó.
ー No lo sé, solo sé que fue maravilloso ー soltó un suspiro y acarició la zona donde los labios de la chica estuvieron.
ー¿Desde cuando eres tan cursi? ー inquirió ー O sea, está bien que te guste. Pero piénsalo muy bien, es una pérdida de tiempo que desarrolles sentimientos por alguien, sabes sobre nuestra condición.
ー¿Eres consciente de lo que dices? ー volvió a tomar la palabra el rubio con un tono burlón ー Eres el menos indicado para darme semejante sugerencia ー El joven de ojos verdes se quedó viéndole sin entender.
ー Sabes a lo que me refiero Bertholdt, Lo tuyo con Annie no es netamente amistad. Y no te juzgo, eres más humano de lo que pareces así que no te obligues a suprimir sentimientos frente a mi o frente a alguien más. ー suspiró para continuar ー Como humanos, como guerreros, como lo que fuésemos, tenemos necesidades y sentimientos...ー Casi murmuró esta última palabra.
ーPero Reiner... Yo.
ー Aprovecha mientras puedas amigo, jamás sabrás cuando será la última oportunidad que te regale la vida.
Graciosamente el que quería dar un consejo terminó siendo aconsejado; Y así como buenos compinches duraron un par de horas hablando de sentimientos, de 'peros', de lo que fue, lo que no y lo que podría ser.
ー ¡Reiner! ー Exclamó una voz femenina que atravesaba el umbral de la puerta.
Los dos jóvenes voltearon para ver a la Rubia.
ー¿Qué haces fuera Christa? ー cuestionó Reiner.
ー No deja de llorar, ¡ayúdame! ー pedía desesperada la jovencita quien traía la nena en brazos.
ー Christa, no deberías salir de esa manera, aquí afuera hace mucho frío.
ー ¡Lo sé! Pero temí que se despertara alguien, además no estabas en tu litera. ー explicó la oji-azul. ー No quiero incomodar a nadie y menos que te hagan reclamos mañana.
"Nadie se había preocupado tanto por mi" pensó de una manera dramática.
La pequeña interrumpió la conversación de los rubios soltando un fuerte chillido. El joven oji-marrón se levantó y la tomo en sus brazos para permitirle descansar a la chica.
ー ¿Qué le pasa? ¿Tendrá hambre? ー Bertholdt se incluyó en la conversación
ー No creo que sea hambre, le di gran parte de mi cena.
ー Y si... ー Dijeron ambos al tiempo.
Tanto Christa como Bertholdt se quedaron viendo a Reiner como caminaba de un lado a otro meciendo y arrullando a la pequeña intentando calmarla.
ー Reiner, deberías revisar su pañal.
ー ¿Y-yo?
ー ¡Si! Tú, creo que Christa ha hecho suficiente, te toca a ti.
ー Em... Si no quieres lo haré yo. ー se ofreció ella.
ー No, déjalo. lo haré. ー El muchacho de ojos marrones con sus dos manos levantó a la pequeña dejando su pequeño trasero a la altura de su nariz e hizo uso de su sentido del olfato para averiguar si esa era la fuente de la incomodidad de la criatura.
ー ¡con una Mierda! ー Tosió el rubio alejando la bebé de su cara. ー Efectivamente. Aquí hay un enorme y oloroso problema.
ー Bueno, creo que tendrás que lidiar con ese problemita. ー se rasco la cabeza el oji-verde.
ー ¿Tendré? ¿Acaso no piensas ayudarme?
Tragando saliva y desviando la mirada, Bertholdt se giró buscando el camino para entrar a la estancia ー Lo siento Reiner, no sé de esas cosas, hasta mañana.
ー ¿Acaso yo si sé? ー se quejó el Rubio. Viéndolo desaparecer por la entrada
ー tssk ¡Cobarde! ー Masculló.
ー Relájate Reiner, lo haremos los dosー dijo Christa dedicándole una sonrisa.
ー Hacerlo... ¿tú y yo? ー las mejillas del oji-marrón se incendiaron cuando su mente mal interpretó la frase de la muchacha.
Ella lo miró con extrañeza cruzándose de brazos intentando imaginarse el porque del sonrojo de su compañero ーSi... tu y yo asearemos a la nena. ー puntualizó
ーAh… si claro eso.
ー Espérame en el cuarto de baño de las chicas, yo iré a buscar alguna cosa que le sirva. ー le indico ella volviendo a la habitación donde todos dormían.
Él simplemente con cara de idiota y deshaciéndose de suspiro en suspiro la vio irse. ー Te juro que me casare con ella ー le comentaba a la pequeña niña como si ella pudiera entender y finalmente se dirigió al lugar que le indicó.
ー ¡Listo! Traje una sábana, no encontré más.
ー Hubiera servido alguna prenda de Ymir.ー Bromeó.
ーMuy Gracioso Reiner.
ー Tendremos que cortarla, si no le quedará muy grandeー sugirió él
ー Como quieras. ¿Empezamos?
Silencio.
Reiner trago saliva ー ¿Y entonces? ¿Cómo lo hacemos?
ー Supongo que primero hay que quitar lo sucio. ¿No? ー rio la mujercita alzando los hombros.
ー Muy bien... ¿Lista? ー Los jóvenes de cabellera dorada taparon su vía aérea superior con un trapo en forma de tapabocas, Y rápidamente aunque sin experiencia se pusieron en la labor de cambiar a la chiquilla quien ya no lloraba pero gimoteaba bastante incomoda.
Pasaron los minutos y después de varios intentos para colocarle el trozo de sábana de la mejor manera por fin terminaron con la misión. La pequeña al fin había dejado de quejarse y ya estaba en un estado de letargo que indicaba que pronto se dormiría
ー ¡Casi que no! ー sopló cansado el oji-marrón.
ーYa podemos graduarnos como padres ー se permitió bromear la oji-azul.
ー ¡Ja, Ja! Sería genial si así pudiera ser.
ー ¿Quién dice que no se puede? ー pronunció ella cargando a la niñita.
Reiner se quedó perplejo y con la sonrisa intacta tratando de comprender el significado e incluso buscando una diminuta esperanza en lo que la rubia había dicho.
ー De pronto tu... ¿Quisieras tener hijos? ¡Digo! Me refiero a formar familia y eso. ー el rubio jugueteaba con su dedo índice sobre su mejilla.
Ella sonrió antes de abrir la puerta para salir. ー No lo sé, aunque en algún momento las chicas, no todas, ー Aclaró ー sienten de vez en cuando esa necesidad.
ー ¿La has sentido?
ー Mmm, No. Pero no descarto la idea de que sea una experiencia linda.
El espiró lentamente. ー Serias una maravillosa madre. ー dijo caminando detrás de ella hasta adelantarse a su lado. La muchacha lo miro regalándole una de esas sonrisas que a él tanto le gustaba.
ーY tu un buen padre. Protector y amoroso.
Por poco Reiner se queda sin aliento y sentía que el corazón se le derretía ー Déjame ayudarte ー para salir de tal tortura sentimental que le provocaba su sistema nervioso límbico hizo que se detuvieran tomando y cargando la chiquilla hasta el dormitorio. Christa se acercó al rubio y engancho su brazo con el de él sin deshacer el encaje que acunaba la bebé.
"¿Que haces Christa?" Se preguntaba. Mientras él se desvivía por ella, ella buscaba mil maneras para acercarse a él, ¿Como no se había dado cuenta antes? ¿Cuántas señales se había perdido mientras se dejaba controlar por el nerviosismo de tenerla cerca? "¿Por que diantres no aprovechas la oportunidad?" Se decía mentalmente para sí. "¿que diablos te detiene?"
En completo silencio llegaron a la respectiva habitación, los dos jóvenes ingresaron tratando de hacer el más mínimo ruido ahí dentro, pero el piso de madera les hacia una mala jugada, a esa hora cada paso que daban parecía una guerra civil de maderos; Cuando finalmente la rubia llego hasta su 'zona de chicas' instaló sobre su litera a la pequeña que ya dormitaba.
ー Creo que ahora si dormirá bienー susurró Reiner.
ー Así es.
ー Bien, ahora si me iré a dormir.
ー Reiner...ー le llamo ella antes de que el muchacho se fuera.
El oji-marrón se dio vuelta para mirarla, aunque a duras penas podía visualizar la sombra de su cuerpo y el brillo de su cabellera dorada. Pues estaban en medio de la oscuridad.
Tragó saliva ーEhm... Que tengas buena noche. ー se limitó a decir la oji-azul quedando a la expectativa de lo que pudiera responder su compañero. Reiner a punto de dar un paso para girar, se detuvo y apretó los puños, ya no lo soportaba más, ya no quería suprimirse lo que sentía así que se armó de valor y dio unos cuantos pasos acortando la distancia entre ella y él.
El brillo del cabello de la chica, le dio idea de donde tomarla en medio de la oscuridad, así fue como rodeo la región posterior de su cabeza con sus manos para atraerla hacia él, impactando con afortunada precisión Sus labios con los de ella.
El rubio temió por la posible respuesta que le daría Christa por su sorpresiva acción, pero al ver que no ponía resistencia no quiso separar el contacto. En cambio, la rubia aprovecho la postura semi-erguida del muchacho para rodear su cuello con sus brazos y ayudándose con sus pies en punta hacía más fuerte y duradera la presión entre sus labios. 20 segundos o quizás 40 segundos se demoraron antes de soltarse, tomaron aire de la manera más silenciosa posible y sin esperar más volvieron a unir sus labios; pero esta vez ni 5 segundos duraron, Christa deshizo esa unión para tomarlo por la mano y llevar a su compañero de besos hasta afuera guiándose con la tenue luz de la luna que se filtraba por las ventanas que le decía por lo menos cual era el camino que debían tomar. Una vez a fuera el alto rubio tomo la joven por los hombros recargándola contra la pared para continuar saboreando sus labios, pero está vez ya no era un beso de esos que parecen robados, ambos rubios se tomaron el tiempo para volverlo dulce, cálido y duradero, de vez en cuando se separaban para tomar su preciada bocanada de oxígeno sin demora para evitar perder cualquier valiosa fracción de segundo.
ー¡Argh! ー Gruñó el oji-marrón separándose de Christa y al tiempo golpeando con un puño la pared tras ella.
ー¿R-Reiner? ー a ella ya no le saltaba el corazón de emoción si no de nervios al presenciar esa reacción del chico. ー ¿Que ocurre? ¿Te lastime? ー preguntó creyendo que había mordido muy fuerte el labio del joven.
ー No... ー Arrugó la cara y la escondió en el cuello de la oji-azul. Ella sin saber que decir solo llevo sus manos sobre el cabello de él y con ellas lo acariciaba.
ー Reiner.ー La rubia alzó la cara de su compañero para mirarlo a los ojos y permitirle recargar la frente sobre la suya.
ー Si necesitas decir algo, estoy dispuesta a escucharte. ー le hablo con dulzura.
El muchacho que la miraba con sus ojos marrones, soltó un suspiro y le dedicó una leve sonrisa que tenía una mezcla de tranquilidad y melancolía.
ーHablaremos mañana ー sugirió él. ーYa es demasiado tarde, sabes que debemos continuar con la restauración de Trost y yo tengo entregar a esa nena para que la lleven a un refugio. ve a descansar. ー Besó su frente.
Sonrió ーEstá bien ー Dijo dándole un último beso.
Posteriormente, juntos tomados de las manos se adentraron a los dormitorios.
ー Ahora si, buenas noches. ー le deseo al oído.
ー igualmente ー imitó ella.
Cada uno fue a su respectivo lugar en las literas dispuestos a darle un descanso a sus cuerpos, a sus mentes y por supuesto a sus emociones.
*tome como referencia esa gastronomía que era muy popular en la edad media, se cultivaba mucho las legumbres, el trigo porque literalmente estaba de moda el Pan y también los frutos secos.
** reflejo de agarre: es un movimiento involuntario que se da en los seres humanos durante las primeras semanas de vida, generalmente hasta los cuatro o seis meses de edad. Consiste en que la manita del bebé se cierra al sentir un estímulo en la palma.
Eso es todo por hoy y espero les haya gustado.
Nos leemos luego.
