Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son todos obra y gracia de Jotaká, las letras y el ritmo que suena en mi cabeza, todo Beatle.


Can't buy me love.

I'll give you all I've got to give
If you say you love me too
I may not have a lot to give
but what I've got I'll give to you
I don't care too much for money
For money can't buy me love

Hoy es el día más feliz de mi vida, o debería serlo, y es por eso por lo que estoy nervioso, muy nervioso. Nos conocemos desde que ambos teníamos once años, hemos crecido juntos, sabiendo el uno del otro, viéndonos por los pasillos del colegio y probablemente hoy sea el día más importante desde que nos conocemos. Más importante aún que aquel día en el que, haciendo trabajo de estudios muggles ella apareció, con el rostro tan rojo como su pelo y me entregó una carta con olor a perfume floral.

Por primera vez en mi vida al día siguiente llevé los deberes sin hacer a clase de Estudios muggles pero no pude evitarlo, Molly Prewett había confesado que estaba interesada en mí, que le gustaba. Me temblaban las manos, me fallaban las piernas y tardé tres días en conseguir lanzarme y abordarla al final de la cena, proponiéndola dar un paseo a la luz de la luna. Fue la primera cita perfecta, aunque aún conservo las cicatrices que me dejó el conserje en el regreso a la torre por andar deambulando por el castillo tras el anochecer.

Hoy, apenas un año después, no puedo creer la suerte que tengo por seguir con esa chica maravillosa, mi encantadora, dulce y rolliza Molly.

Hemos acabado el colegio, la vida real nos espera, tan real y cruda como que estamos en guerra, tan real y cruda como que los hermanos de Molly están desaparecidos, huyendo por todo el país de aquellos que quieren asesinarles. La vida real nos abofetea y por eso hoy mismo, el día que volvemos a casa que decimos adiós por última vez al castillo que ha sido nuestro hogar, hoy es el día en el que voy a tomar la decisión más importante.

El sol brilla, los pajaritos cantan y las nubes se levantan sobre los terrenos del colegio, aprovechamos los últimos minutos junto al lago, con el resto de compañeros que se despiden del castillo, junto con nuestros compañeros de curso que nunca volverán, pero aún así separados de todos, necesitábamos estar a solas.

Ella está tan guapa como siempre, quizá un poco más de lo normal, el sol brilla en sus ojos, las pecas destacan contra su blanca piel y… y yo no puedo apreciarlo porque estoy temblando como una hoja y no me sentiría más incómodo si el calamar gigante me estuviera agarrando con sus tentáculos ahora mismo.

−Molly, tengo algo que decirte. Ya sabes, hoy acabamos el colegio, empezamos la vida adulta y estamos en guerra, quién sabe…

Ella le mira, sin saber muy bien a dónde quiere llegar.

−Vamos Arthur, ¿Qué quieres decir? Pareces un hipogrifo nervioso. –trago saliva e hinco una rodilla en el suelo, ante ella.

−Molly, te quiero, lo sabes. Eres la mujer de mi vida y no creo que sea necesario esperar más para decirte esto. Vente conmigo, vayámonos juntos, donde sea, donde quieras, pero no quiero separarme de ti, quiero desayunar contigo todas las mañanas, darte un beso de buenas noches y verte ir a la cama con ese pijama de jirafas violeta. Sabes…− maldita sea, ¿y si no me quiere? ¿y si todo ha sido un juego del colegio? Fuera del colegio no soy bueno para ella, no tengo nada que ofrecerle más que un terreno lleno de gnomos de jardín cerca deOttery St. Catchpole.–Yo no tengo nada que ofrecerte, sabes que no tengo mucho dinero… Pero si lo tuviera… si tuviera dinero lo único que querría hacer con él sería comprar una casa donde poder vivir juntos. Vente a vivir conmigo, vayámonos a vivir juntos, envejezcamos juntos, para siempre, tengamos muchos niños pelirrojos que correteen en un jardín lleno de gnomos. Molly Prewett, cásate conmigo.

Sus labios formaron una "O" perfecta, estupefacta, mirándome sin decir nada, apenas balbuceante. Lo sabía, lo sabía, sabía que algo tan bueno no podría funcionar.

−Sé que no tengo dinero, que soy pobre, que no podré darte la vida que te mereces ni comprarte vestidos cada día, pero te quiero y que aceptaras mis sentimientos sería lo mejor que podrías darme. Mírame, visto túnica de segunda mano, ni siquiera tengo un anillo de compromiso para ti, pero desde que besé tus labios no he dejado de quererte, y no lo haré nunca. Cásate conmigo.

Say you don't need no diamond ring
And I'll be satisfied
Tell me that you want those kind of things
that money just can't buy
For I don't care too much for money
Cause money can't buy me love

−Yo parpadeé, con los ojos llenos de lágrimas, que limpió con una caricia. Sus dedos estaban húmedos cuando arrancó una brizna de hierba e hizo con ella el anillo de compromiso más pobre de todos los tiempos, pero también el más dulce.


Mi hija sonrió, extasiada, toda sonrisas y hoyuelos.

−Mamá, qué historia más bonita. Cuéntame más historias de papá y tú, porfa.

−Otro día Ginny, es hora de dormir, mañana te contaré más.

−¿Lo prometes?

−Te lo prometo.

FIN


N.A: Primera escena, esa canción suena cada vez que recibo una llamada y, en cuanto busqué un personaje para ella, supe que tenía que hablar de Arthur. Dedicada a Segreta por hacer, sin saberlo, que me anime al fin a publicarlo.

Próxima parada, una historia de guerra con Tell me what you see.