Hola a todos!
Primero que nada este fanfic es una continuación del pasado fic con el título PUEDO PERDERTE SI NO TENGO CUIDADO, debido a problemas con mi cuenta y con mis contraseñas, la cuenta con la que podía subir el material no pudo ser recuperada, se perdió y tuve que crear una nueva.
Una sincera disculpa a pequebalam y Lrivaille26, por haberse tomado la molestia de leer el fic, que por años jamás se actualizo y dejarme sus comentarios, lamento mucho haber demorado tanto, probablemente no vuelvan a ver esto, pero si (como yo) regresan a la página de fanfiction net, encontraran el cierre que habían esperado, espero poder dárselos, y que sea de su agrado, porque sinceramente solo por sus comentarios regrese a terminar el Fic después de tantos años de no tener actividad.
ADVERTENCIA ESTE ES UN FIC YAOI (RELACION HOMBRE X HOMBRES) SI NO TE GUSTA ESTE TIPO DE FIC. NO LO LEAS.
*Los personajes usados en este fic son sacados del anime y manga Yu-Gi-Oh, no me pertenecen, pero el fic, si es mio.
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Conocerte.
Por centésima ves el cepillo de madera con suaves cerdas doradas se deslizo con facilidad por la blanca y larga cabellera de Ryou, que por el momento cubría en su totalidad el pecho del muchacho, asemejando un chaleco de cabellos albinos, repletos de electricidad, el cepillarlo constantemente tanto tiempo había logrado tal efecto, pero el chiquillo estaba muy poco interesado en ello, sus ojos estaban perdidos en su reflejo, en ese dulce reflejo de sus labios rojos, tratando de recordar como los había utilizado para besar aquella noche a Bakura.
Ese suave rose y ese dulce contacto le hicieron estremecerse a tal grado que su ropa llego a incomodarle, esa fresca brisa que mecía sus cortinas blancas se apodero de él, haciéndole cerrar momentáneamente sus ojos castaños, estaba tan pensativo y esos pensamientos eran tan dispersos, el creer que tendría una cita con Bakura le ponía los nervios de punta, el pensar que eran algo más le dejaba una extraña pero cálida sensación, algo nuevo para el albino.
Por fin detuvo sus manos, el cepillado constante había terminado y ahora parecía estar llegando de golpe a su realidad, ¿Bakura era su pareja? Exactamente qué tipo de relación podían llegar a tener ambos, vivían juntos desde hacía un par de años también habían dormido juntos un par de noches en las que no precisamente habían dormido de lados opuestos en la cama, sino mas bien uno casi enzima del otro; se habían besado un par de veces, y Ryou había estado muy de acuerdo con la idea, y además habían tenido intimidad, no como el chiquillo hubiese querido, seguía muy adolorido y pensativo respecto de ello, pero al comparar los toques de Bakura y Atem estaba cien por ciento convencido de que si Atem hubiese sido el que abuso de él no reaccionaria de la misma manera.
-Entonces…. ¿Bakura me gusta? ¡Por supuesto que me gusta! pero…. ¿El sentirá algo por mi? Y si es así entonces…. ¿Somos pareja? Nunca me ha dicho nada…..- Nuevamente sus cejas se arquearon, estaba confundido, jamás había sentido algo parecido, esa incertidumbre parecía quemarle, necesitaba averiguarlo.
- Debo - El albino dejo salir un pesado y largo suspiro que parecía hundir un poco más de lo normal su pequeño pecho. - Debo preguntárselo personalmente. - El chiquillo sintió como su corazón se aceleraba, estaba asustado otra vez, pero en verdad necesitaba respuesta a esa pregunta, tal vez Bakura solo había sido muy cortés con el por todo el tiempo que fue un insensible ante el claro sufrimiento del menor.
Ryou era un chico de naturaleza tímida y muy pasivo, además jamás se había sentido correspondido y no deseaba provocar a Bakura, era cierto que meditaba la posibilidad de besarle en ciertas ocasiones, pero sabía que su Yami buscaba algo mas, algo que en ese momento no podía ofrecerle y tal vez, no quisiera hacer en mucho tiempo.
Después de meditar un poco más la situación el dueño del anillo se levanto de su lugar y salió de su habitación, no sin antes mojar un poco su cabello, tanta electricidad le había producido algo de calor y no deseaba ser visto con un gran algodón de azúcar blanco en la cabeza, cerró la puerta de su habitación tras de sí y comenzó a bajar las escaleras de manera cuidadosa tratando de no lastimarse mucho al bajar, con ese fuerte vendaje se sentía un tanto sofocado en cada movimiento que hacía, pero sabía que con algo de reposo estaría bien, las costillas eran algo que podía sanar por sí solo.
Abrió con cuidado la puerta de la cocina y miro a Bakura, estaba de pie junto a la ventana con la mirada perdida y un vaso de agua en las manos, parecía estar contemplando la inmensidad, tal vez estaba preguntándose lo mismo que el pequeño.
- Hola - Esa dulce y melodiosa voz de Ryou hizo girar a Bakura para encontrarle de pie frente a la puerta, se veía tan radiante como siempre, los colores claros resaltaban su pureza y esa hermosa fragilidad que tanto fascinaba al ladrón de tumbas que le examinaba de pies a cabeza sin darse cuenta. - ¿P-podemos hablar un minuto? - Interrogo con algo de nerviosismo el albino tratando de mantener y guardar la calma, pero ver caminar a Bakura hacia él le hacía perder todo ese valor del que se había armado segundos atrás, ahora estaba comenzando a arrepentirse un poco.
- Seguro - Respondió el mayor tomando con gentileza a Ryou para sentarlo en una de las sillas de la barra
- V-veo que ya reparaste el comedor, s-se ve muy bien - Dijo el chico tratando de evadir por sí mismo el tema.
- ¿Qué? Ah sí aun no lo reparo por completo ¿De qué querías hablarme? - Por un momento el hombre iba a dar una detallada explicación de las cosas que debía y no debía hacer, pero tenía curiosidad por saber que era lo que tanto inquietaba a su pequeño ángel, la luz de sus ojos parecía dispersarse y nuevamente podía notar ese temblor en sus manos.
- B-bueno yo, en realidad no quería hablar de nada en especial es que….Yo quería, bueno q-quiero….. - Giro levemente la cabeza cambiando el gesto. -N-nada- Dijo Ryou tímidamente frotando su brazo, se sentía muy apenado y realmente no tenía valor en este instante para poder preguntarle a Bakura sobre lo que sentía, además esos orbes rojos aun le asustaban un poco.
- ¿Cómo? - Dijo el otro algo confundido, algunas veces no comprendía a Ryou, pero trataba de darle su espacio. - Bueno, ¿pensaste a donde quieres salir a comer? - Interrogo el mayor cambiando de tema, si su abou no deseaba hablar de algo en especial Bakura no quería dejarlo ir tan fácil esta vez, necesitaba verle un rato y seguir escuchando su voz, aunque el niño no dijera nada coherente como minutos atrás había ocurrido.
El hombre se levanto de su lugar y se sentó en la silla junto al pequeño que lo miro con algo de desconcierto, sentir nuevamente la presencia del espíritu tan cerca causaba en Ryou una mezcla de sentimientos encontrados.
- Ah! no he pensado en ello perdón, lo olvide - Comento rápidamente el chiquillo comenzando a jugar con sus manos. - Podemos ir a un lugar que me gustaba visitar con Yug…..- Ryou paro en seco de inmediato, quedando helado al escuchar como esas palabras habían abandonado sus labios, ese había sido un gran descuido, rápidamente bajo la mirada y se mordió los labios para silenciarse a sí mismo, esperando no recibir castigo alguno por lo que acababa de decir.
- ¿Con Yugi? Salías con Yugi - Pregunto el ladrón levantando ligeramente las cejas, no le molestaba en lo absoluto, conocía bien a Yugi, pero no podía dejar de compararlo con su contraparte a la que si odiaba profundamente.
- No no no no, es que íbamos todos juntos, Marik, Joey, Tristan, Tea, Mai y Yugi…. Solíamos ir a un lugar, solo fui un par de veces. - Se apresuro a decir el menor de los albinos.
- ¿Y Atem salía con ustedes? - Interrogo con interés Bakura tratando de mantener sereno su rostro, no deseaba asustar a Ryou.
- No…..-Respondió el dueño del anillo mirando sus zapatillas deportivas, notando como Bakura acercaba lentamente una de sus manos a su rostro.
- ¿No?- El hombre levanto ligeramente el rostro de Ryou, quería mirarle y no hacerle daño, su pregunta en realidad era meramente confirmación de lo que el niño le decía, no le interesaba en este momento saber si había estado o no con Atem, por la cantidad de fotografías que tenia de Ryou era obvio que lo seguía todos los días desde que ponía un pie fuera de casa.
- A veces, perdóname es que no conozco muchos lugares, casi no salía de casa discúlpame yo no sé lo que digo pensare en otra cosa, será mejor que suba a mi habitación a pensar - Ryou se levantó de su asiento, la cercanía de Bakura le estaba incomodando y esa mirada carente de alegría le recordaba a sus viejos ayeres.
- ¿A dónde crees que vas Ryou? - El Yami se levanto inmediatamente de su lugar alzando la voz para sujetar a Ryou del brazo y atraerlo hacia él, tomándolo por la quijada para obligar a mirarlo.
- A-ah a-ah a-ah n-ningún lado - dijo mientras Bakura le acorralaba contra la pared tratando de no hacerle daño a Ryou, pero en ese estado sería inevitable, como no romper una muñeca de cristal. Sin previo aviso y sin darle un segundo al menor para reaccionar Bakura deposito sus labios sobre los del niño, uniendo los mismos en un fuerte abrazo, el espíritu milenario despego una de sus manos de la pared para tomar al joven por la estrecha cintura y atraerle más a su cuerpo, notando que este no ponía ningún tipo de resistencia, pero si podía sentir el frágil cuerpo del chico temblar bajo sus poderosos brazos.
Las delgadas manos de Ryou se posaron en los hombros de Bakura con delicadeza, para deslizarse por su largo cabello hasta que el guardián profundizar un poco más, tratando de ser suave y de no asustar más de la cuenta a su protegido, ser un buen tipo era difícil, pero lo sería si así podía permanecer al lado de ese hermoso ser, minutos después se separo lentamente de él, una probadita de cielo pensó para sí mismo.
Los suaves labios del dueño del anillo estaban siendo devorados por el profanador de tumbas, que mantenía sus manos adheridas a la espalda baja de su compañero, disfrutaba tanto el poder volver a besar a Ryou, sentirle tan cerca de su cuerpo, respirar ese perfume de vainilla que emanaba de su piel, pero lo mejor de todo era que el menor de los albinos parecía querer responder a su beso, seguirle el ritmo.
Abrió los ojos y noto que el chico aun cerraba los suyos, su rostro seguía elevado ligeramente y sus labios permanecían un tanto abiertos, hasta que poco a poco los orbes castaños de Ryou se debelaron, el pequeño sonrió ampliamente pero aun había algo extraño para Bakura en esa imagen.
- ¿Te molesta que haga cosas como estas? - Interrogo dudoso el mayor de los albinos aun sosteniendo la cintura de su luz, le mantenía muy cerca de él, sentir la fragilidad de Ryou le enloquecía.
- No, puedes hacerlo cuando quieras…. ¿P-puedo yo también? - Eran ese tipo de comentarios y ese tipo de acciones que hacían irresistible a Ryou, uno de los motivos por los que habían robado el corazón de Bakura era esa pura y genuina inocencia proveniente del menor.
- Si, cuando tú quieras - Respondió sonriéndole, por algún extraño motivo Bakura seguía notando algo diferente en Ryou, es decir, se le veía pálido como de costumbre y gracias a los medicamentos y ungüentos sus heridas estaban desapareciendo, pero había algo más que no podía descifrar.
Ryou sonrió y bajo la mirada un poco para después decir. - Entonces debo de subirme a una silla todo el tiempo….o acostumbrarme a que me cargues como ahora. -
- ¿¡Qué!? - Bakura bajo la mirada inmediatamente, era cierto, podía divisar los tenis de Ryou que colgaban a una altura considerable sobre el suelo, suspendidos en el aire, miro sus manos, era cierto que con ambas había abrazado a Ryou y le seguía sosteniendo de igual manera, pero sería imposible para el creer que su luz pesara tan poco, es decir era muy esbelto o el muy fuerte o tal vez existía la posibilidad de que el ladrón estuviera mutando para transformarse en Hulk.
- Jajaja no lo notaste? - Dijo divertidamente Ryou que movió ligeramente su pies juntándolos y separándolos un poco al mismo tiempo que soltaba uno de los mechones blancos de Bakura y colocaba su mano sobre su boca escondiendo su sonrisa, al dueño del anillo le parecía sumamente gracioso que su Yami no hubiese notado nada.
- Eso explica porque puedo mirarte sin inclinarme - Dijo Bakura tratando de disimular su sorpresa, era cierto, la cabeza de Ryou le llegaba al pecho con algo de dificultad, el chico no era bajito tenía una estatura promedio, pero Bakura si que era alto.
- Creo que si - Dijo el menor con un tono de falsa y divertida preocupación tratando de no moverse demasiado, aun contra la pared el firme agarre de su Yami le mantenía muy limitado en movilidad.
Bakura miro nuevamente a su amado y le abrazo con gentileza, en verdad deseaba arrancarle la ropa y tomarlo en ese instante, sentir nuevamente su piel contra la suya, poder experimentar ese placer de estar dentro de Ryou, pero sabía que debía esperar y tal vez la espera seria más larga de lo que hubiese podido ser.
Ryou devolvió el abrazo, se sentía un poco más tranquilo estando con el espíritu de esa manera, con algo de cuidado tomo uno de los mechones blancos de Bakura y comenzó a jugar con él, su cabello tenía un tono más grisáceo que el suyo y también era más corto.
-Quería hacerte una pregunta hace un rato…. ¿Que sientes por mí? ¿Qué somos tú y yo? - Dijo el chico desde su posición, su voz era escuchada fuerte y clara por Bakura que se separo un poco de él para mirarle de frente.
- ¿Aun no lo sabes? Es mi culpa soy malo para estas cosas. - Bakura guio aun en el aire a Ryou para sentarlo sobre la barra que segundos atrás habían ocupado el dueño del anillo, a veces le sorprendía cual fácil era manipular el cuerpo del chico.
- Lamento no haber sido claro contigo, no estoy muy acostumbrado a estas cosas. - Dijo con franqueza el mayor apartando un poco del cabello que cubría uno de los ojos de su amado, para poder admirar mejor su rostro que parecía adquirir rápidamente un color durazno, rojizo tal vez.
- No soy una persona romántica como Mariku que dice todo lo que siente y eso, pero creo que en este momento es necesario, se que estas confundido por mi cambio de actitud pero, el día en que…. - Hizo una breve pausa para respirar hondo y dejar salir un largo suspiro. - Paso lo que paso, fue buscar un pretexto absurdo para hacer lo que verdaderamente quería hacer, necesitaba quitarme este deseo por ti que me comía por dentro y verte llegar con la sudadera de alguien más me hizo creer que tú te me escapabas de las manos y creí que terminaría con eso ese día pero cada vez te necesito mas y mas, no quiero dañarte, el verte sufrir me parte el corazón, me hace sentir nefasto, no deseo retenerte a mi lado, pero si quiero ser claro contigo, hare hasta lo imposible para que me permitas ser tu pareja o me des una oportunidad, porque ya no puedo vivir sin ti, eres parte fundamental de mi vida y puedo decir que lo que siento por ti ya es amor. - Los ojos de menor sorprendían a Bakura, el chiquillo estaba perplejo, sus mejillas pintaban un tono completamente rojo y el temblor de sus manos se hacía más que evidente, el menor no dejaba de mirar al ladrón, parecía estar acomodando cosas dentro de su cabeza mientras su boca se abría y cerraba sin emitir sonido alguno.
- Yo, s-si quiero ser tu pareja, p-pero no puedo….hacer t-tú ya sabes qué y-yo-
- Yo no te estoy pidiendo eso, las parejas hacen el amor sí, pero eso eventualmente se dará y no quiero volver a obligarte a nada Ryou deja de pensar en eso - Bakura beso la frente del chiquillo sacudiendo un poco su cabeza. - Yo quiero verte feliz y hacerte feliz, no busco lastimarte nuevamente, creo que no me había disculpado por lo que te hice, fue lo peor que se le puede hacer a alguien, y más si amas a esa persona, actué como un animal, sé que soy uno y no tengo justificación para ello, no puedo reparar lo que te hice antes, pero puedo hacerte feliz a partir de ahora, si me permites permanecer a tu lado. -
-N-no, está bien, no fue tan m-malo…..¿T-tú, estabas feliz de hacer eso conmigo? - Interrogo Ryou bajando la mirada, el recordar las manos de Bakura arañando su piel y sus salvajes movimientos le hacían sentir escalofríos.
- Haamm….Honestamente en ese preciso momento si, porque te estaba mirando de otra manera, con lujuria, pasión y deseo pero créeme no volverá a repetirse, te sigo deseando de la misma manera pero no quiero lastimarte de nuevo, voy a controlar los impulsos que siento sobre ti, yo….Yo solamente quiero verte feliz, hacerte feliz.- El ser honesto con Ryou tal vez lo asustaría per prefería eso a engañarle todo el tiempo como años atrás.
- Gracias.- Dijo el menor. - Gracias por disculparte, y por tatar de enmendar las cosas…..Yo también estoy tratando de olvidar, pero necesito tiempo. - El rostro sereno de Bakura pareció apagarse al escuchar esas palabras, pero continuo sonriendo, esperando que el chico no hubiera notado aquel gesto sombrío que se había apoderado de él segundos atrás, si necesitaba tiempo le daría el necesario, el que el necesitara y más, con tal de ser perdonado y verle feliz.
- N-no esa clase de tiempo, no quiero que te vayas ni que te alejes, quiero, y-yo…..quiero conocerte, quiero saber de ti, me gustaría saber que te gusta, que no te gusta, cosas así. - Lo que Ryou pedía era verdad, quería conocer bien a Bakura, tenían poco viviendo juntos, pero en todo ese tiempo las cosas en casa eran bastante tensas, violentas y la charla entre ellos no corría con fluidez; conocía muy poco al espíritu, sabía que le gustaba caminar descalzo sobre el piso frio, y que amaba el té de jengibre, pero esos pequeños detalles no eran suficientes para poder armar una imagen del verdadero Bakura, ese que tenía en este momento frente a si, el que lo estaba examinando con esa sonrisa perversa.
- Bueno, ¿Ya sabes que me gustas tú cierto? - Interrogo con una ligera sonrisa mirando los ojos de Ryou, su bello rostro blanco seguía teniendo ese leve sonrojo que le hacía realmente irresistible a la vista.
- N-no no lo sabía, m-me entere hace rato que me lo dijiste. - La respuesta del hikari era sincera, no sabía que Bakura sentía algo por él, ni que le gustaba, era precisamente a eso a lo que había bajado a conversar, ahora después de varios actos que se ordenaron en su joven mente, entendía que si, Bakura tenía sentimientos hacia él, y no era precisamente de amistad, si no, querer formar un lazo mucho más profundo y estrecho.
- ¿En serio? Vaya eso será un problema. - Dijo colocando las manos sobre la barra acortando la distancia de los dos, su cercanía era tal que podía sentir la respiración de Ryou, y juraría que podía escuchar también su corazón latiendo desenfrenadamente, despego su mano derecha de la barra y con un sutil movimiento aparto el cabello del hombro izquierdo del dueño de la sortija, aquel movimiento le provoco escalofríos. - ¿Debo ser más explícito contigo verdad? - Susurro Bakura al oído del peliblanco, dando en el acto un furtivo beso sobre la suave piel del cuello del pequeño, que rápidamente se dio la vuelta y trato de bajar de la barra, sonriendo con nerviosismo y timidez, colocando todo su cabello sobre su lado izquierdo, peinándolo con los dedos frenéticamente.
- N-n-no tanto, s-si entiendo. -Ante aquellas palabras Bakura no pudo hacer más que soltar una sonora carcajada, que no pudo disimular.
- Estoy de acuerdo en que necesitamos conocernos mejor el uno al otro, y planeo que así sea, tratare de mantenerme muy tranquilo, es solo que me enamora mucho tu reacción, no puedo evitarlo. -
- Si, ya veo que te diviertes. - Dijo el chico mirando el suelo sin dejar de sonreír, sostener la mirada de Bakura mucho tiempo le resultaba muchas veces imposible, ya que una gran cantidad de imágenes le abrumaban la mente.
- Se me ocurre que podemos comer algo aquí en casa, una cena en el nuevo comedor, ¿te suena bien? -
- Sí, me gustaría mucho. - La voz de Ryou por fin se escuchaba más viva, más alegre, más relajada, en realidad el chico tenía un timbre de voz muy agradable, jamás lo había escuchado con tanta atención como hoy. - ¿Puedo cocinar yo? -
- Por su puesto. -
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El eco de los gemidos de Marik resonaba en el cuarto de baño, ambos chicos habían decidido tomar una ducha juntos, pero había terminado en algo más que un baño casual, justo ahora terminaban de demostrarse ese creciente afecto que se habían negado en años, ahora cada ocasión seria buena para amarse.
- Creo que tengo que volver a darme un baño - Dijo Mariku sonriendo, arrancándole una sonora carcajada a Marik que permanecía de pie bajo el chorro de agua caliente limpiando su rostro.
- ¿Esto de darnos baños juntos no va a funcionar sabes? - Le dijo el espíritu al otro acercándose a él para darle un tierno beso en la frente.
- ¿Tú crees? Jajajaja por cierto debemos ir por el auto - Comento el menor de los egipcios tratando de recuperar el aliento que había perdido, entre las caricias de su Yami y el vapor del agua era una tarea bastante difícil.
- Ya lo había olvidado, porque no nos quedamos todo el día en casa - Dijo seductoramente Mariku abrazando nuevamente a Marik para atraerlo aun mas a su cuerpo, el sentir la piel mojada del otro le era realmente placentero.
- … Lo meditare - Contesto eufórico Marik cerrando por fin el agua caliente, ambos debían salir de la ducha llevaban ya un buen rato en ella.
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Sé que después de muchos años esto debe de ser un insulto, es muy poco material, lo entiendo, pero tengo muchos años sin hacer esto, me resulta algo difícil, pero me voy adaptando, esperando cumplir hasta terminar este fic, como debe ser.
Que tengan un excelente día!
Att OlderSkyland18
