Sueño

by yesterdayForgetful

El sol brillaba a más no poder, las nubes rosas no lo podían cubrir debido a la alegría que éste desbordaba. Los árboles con forma redondeada tenían colores de azul y morado, igual que el sendero por donde Flippy caminaba, y a los lados de dicho sendero pintorescas flores que bailaban al ritmo de la música que se escuchaba. Se sentía la tranquilidad del lugar al pasar un grupo de mariposas frente a él.

Apresuraba el paso emocionado para saber que había al final del camino, lo cual se enteró al ver una mesita de madera y un grupo de pájaros tomado el té. Parecía que lo estuviesen esperando, ya que había un asiento y una taza vacía. Algo apenado tomó asiento en un hongo y un pajarillo le acercó la tetera para servirle. Flippy entendió y extendió su taza con una sonrisa para que le sirvieran.

Pero... De la nada el ave fue partida en dos por una navaja, escupía sangre por el pico y la tetera junto con la taza salieron volando. El peliverde se aterró al ver la escena, no entendía que estaba pasando, la sangre salía a chorros cubriéndole. De pronto, divisó una mano saliendo junto con la navaja. El pobre animal no hacía más que ahogarse con su propia sangre. Flippy se levantó asustado y empezó a retroceder, el cuerpo dentro del ave salió por completo lleno de sangre. Sus ojos se abrieron de par en par, se trataba de su otro yo...

Entre pánico y horror permaneció inmóvil hasta que su otro yo asesinó a los otros dos pájaros con los cuales Flippy había convivido hace unos instantes. Cuando terminó, lo miró con esos ojos dorados, tan fríos, llenos de ira, buscando matanza y esa sonrisa psicópata que le enseñaba sus dientes puntiagudos, hacía que sus rodillas se vinieran abajo. Todo su otro yo lo hacía temblar de miedo.

Lo vio acercarse peligrosamente y cuando se daría la vuelta para echarse a correr, si es que podía ya que ni siquiera las piernas le funcionaban bien, sintió la punta de la navaja enterrándose lentamente en su cuello, destilando un hilo de sangre. Su otro yo sujetaba las manos de Flippy por detrás con una sola mano y con la otra mantenía la navaja en su cuello.

—Es bueno verte de nuevo...— Susurró en su oído, haciéndolo estremecer.

—¡No!— Se despertó de golpe, el reloj no dejaba de sonar. Se encogió aterrorizado abrazando sus piernas y escondió su cabeza en éstas. Otra vez ese mismo sueño... Otra vez la habitación amanecía despedazada a más no poder. Todo eso lo había causado su otro yo... Era algo que no podía detener. Algo que nunca se iría... Nunca.

De repente, el reloj paró de sonar... Él lo había apagado... Incluso fuera de sus sueños, su otro yo estaba siempre a su lado.

Juntos.

Hasta que la muerte los separe...

Y si es que es así.

Ya que son uno mismo.