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************* Prólogo*************
Que hace que una persona cambie
Que hace que nos olvide… Que desaparezca
Quizás... solo sea por un desamor, una pelea o quizás solo existe una respuesta a esta pregunta… Tragedia
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Pensar en ello, era pensar en él, ¿que sucedió con aquel niño de hermoso ojos zafiro?, aquel que me enamoro solo con verlo, con ver su mirada cristalina y pura, esa que me hacia sentir niña y mujer.
Recordé como si hubiesen sido ayer: dos jóvenes niños de cinco y cuatro años en la misma sala, la misma que comenzó nuestra historia.
Te recuerdo entrando serio, pero con una sonrisa dedicada a la mujer que pronto conocería como tu madre, con la misma sonrisa ella te despedía, dejándote en la salita de jardín. Yo como una tonta caí sobre el piso al apresurarme a llegar a ti, todos se rieron inclusive tú mismo, pero me tendiste la mano y antes de volverme a perder en sus ojos dijiste "Darién"
Desde entonces nos hicimos simplemente inseparable, miles de travesuras contaban nuestros padres, miles que solo hacíamos tú y yo. Desde bromas hasta burla entre nosotros
Eras mi amigo. Mi mejor amigo
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El tiempo pasaba y con ellos crecíamos, una simple broma terminaba en grandes discusiones, con el tiempo inclusive se nos unieron varias personas. Pero tú y yo siempre estábamos juntos. Hasta que la amistad se convirtió en algo mas
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—Dame eso – reclamé a Darién
— No - se reía el muy idiota.
Estaba saltando tratando de agarrar mi celular que me lo había sacado a la salida de la preparatoria, la tenia en lo alto, diablos porque tiene que ser más alto que yo...
Lo peor que sabía que lo hizo solo para molestarme porque no le respondía por estar mensajeandome con su prima.
— Darién, por favor… Dámelo – exigí bueno casi le rogué. Él solo negó con la cabeza riéndose - eres un maldito arrogante, manipulador, DAME MI CELULAR
— Con una condición – él y sus condiciones me tenían harta…siempre me pedía algo a cambio, que lo ayude con la tarea, que lo ayude a convencer a sus padres para ir al recital, que lo acompañe a comprar la ropa, era su amiga no su dama de compañía.
— ¿cuál?
— Dame un beso - señalo la boca - aquí
—Estás loco, no juegues - lo mire directamente su mirada era seria no parecía que me estuviera haciendo una broma, luego solo sonrió y me di cuenta que estaba burlándose de mi otra vez - Dámelo – salté una vez más y agarre su brazo, perdió el equilibrio y para no aterrizar en el piso, lo bajo un poco, pero lo suficiente para quitarle mi teléfono.
Con una sonrisa triunfante lo mire al comprobar lo que Rei me había puesto. No vi, ni me di cuenta cuando se movió pero en un instante sus manos fueron a mi rostro para luego dejar caer sus labios sobre los míos. Los movió con dulzura, el teléfono cayó estrellandose en el piso, solo para subir mis manos a su cabello. Ël con delicadeza paso su lengua por mi labio inferior pidiendo permiso, segundos después saboreé su toque, era apasionado y dulce mucho más que la miel o el azúcar, su sabor… él la exploraba siempre suave siempre pidiéndome permiso antes de atacar. Una de sus manos bajo por mi espalda para acercarme más a él, no sabía dónde empezaba Darién y donde terminaba yo. Dos piezas del mismo rompecabeza, siempre unidas, siempre.
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Abrí los ojos y mire al exterior de mi habitación, por la ventana que daba el amanecer del nuevo día, quizás preguntándome que hubiese pasado si….
Pero el si no existe, estos diez años habían pasado, diez que no supe de ti, me levanté y me serví una taza de café
—Darién
Recuerdo que él fue todo para mí, tu osado beso hizo que me diera cuenta que lo amaba desde el jardín de infantes, desde que lo vi la primera vez. Nunca lo admití, nunca hasta el último año de la preparatoria. Pensar como el chico más bromista, risueño, amable y popular… Bueno un príncipe de un cuentos de hadas se había fijado en mí, era un sueño.
Contigo tuve mi primer beso, mi primera cita, mi primera caricia, eras mi primer amor. Lo compartí todo. Te entregue todo, mi alma, mi corazón, mi cuerpo. Dos inexpertos que conocimos el mundo de los adultos, nuestra piel nos quemaba por la urgencia en tantas ocasiones que mi padre en muchas casi nos ve.
Eras mi mundo…. Pero como toda brisa de una tarde de verano te fuiste… cerré los ojos y apoyando mi espalda a la mesa tomando mi café y te vi, como la última vez, el último día que compartí contigo
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Si las miradas mataban, esas sería la de Mina, estaba sentada a mi lado y cada vez que nuestros amigos le pateaban la silla su rabia crecía.
— Seiya basta — exigí, él estaba justo detrás de mi amiga y a su lado Darién, que lo miraba cómplice
—tranquila bomboncito que para ti también hay—entonces tapéo la mía
—Seiya— grité
—¿Que esta sucediendo ahí?—pidió nuestra maestra, era jueves y como tal teníamos matemática, dios la odiaba… claro a la matemática
—Nada— dijo Darién. La profesora se dio vuelta y siguió escribiendo en la pizarra
—Claro don príncipe tenía que defenderla—resoplé. Seiya era bueno pero demasiado pesado a veces—auch…duelo malvado—nos reímos con Mina por el golpe en la cabeza que le dio mi novio, lo mire y le sonreí en forma de agradecimiento
—Búsquense una habitación— miré a mi loca amiga y me sonroje porque a decir verdad esa era la forma que le agradecería mas tarde
La clase continuo sin muchas más interrupciones hasta que sentí un leve escalofrió, fue tan fuerte que Darién se dio cuenta
—¿estas bien princesa?—asentí y lo mire. Su mirada pura y limpia me tranquilizaba, aunque por dentro supe que solo era el ojo de la tormenta
Me di cuenta que estaba en lo cierto unos minutos después que apareció el director y se llevó a Darién afuera, antes de cerrar la puerta del salón me vio. Sus ojos de amor y compasión había sido lo mejor de ese hombre
Los minutos pasaban y me puse nerviosa
—Ve con él, algo le debe haber pasado—asentí al comentario de Seiya, me disculpe con la profesora saliendo del aula
En el pasillo no lo vi, así que fui a la oficina del director, pero no bien gire en el pasillo los vi a los lejos. Darién, mi amor se agarraba la cabeza y estaba consolado por una mujer alta de pelo negro, a su costado estaba su pequeña hermana. Detrás de ellos estaba el director hablando con un hombre de pelo blanco, mirarlo me daba miedo, mucho miedo. El llanto de su pequeña hermana llamó mi atención, parpadeé cuando me di cuenta que la mujer que ahora consolaba a Hotaru era la asistente social del colegio.
Entonces lo entendí, algo malo realmente malo pasó, el director apoyo una mano en el hombro de Darién y él asentía, pero aun no me veía. Me acerque despacio
—cuentas con nosotros, sé fuerte—mire al hombre de pelo blanco y ojos purpura, lo reconocí era su tío
Entonces Hotaru grito "mamá". Cerré los ojos, sus padres habían ido a una excursión temprano en las montañas, no podía ser, ellos…
—¿Señorita Tsukino se le ofrece algo?— consulto el director al darse cuenta de mi presencia
Mire a Darién y él me miro a mí, su mirada, sus ojos estaban vacíos. El dolor era tan fuerte que lagrimas salieron de mis ojos y no de los suyos
—Nos vamos—dijo su tío y jalo a Darién hacia la salida, Hotaru iba en brazos de la mujer de pelo negro.
Los seguí, mi amor no me miraba, y yo solo quería estar con él apoyándolo, ayudándolo yo que había pasado ya por eso. Sentía frío, mucho frío expulsaba mi príncipe.
Los tres subieron al auto blanco y me abalance sobre una de las ventanillas donde estaba él
—Darién— levemente levanto su rostro. Me miro igual que antes con la mirada perdida y sus ojos vacíos... Vacíos de resignación. Luego los bajos y el auto arrancó
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Escuche el maullido de Diana, mi gata entrando por la ventana del departamento, era una suerte vivir en el décimo, ella podía pasear por varias casa y los vecinos la amaban
—Buen día gatita—me agache y la acaricié un poco
Recordar el pasado, a veces es bueno tanto como malo.
Mire mis anotaciones y cerré el artículo, necesitaba más información. A veces me quedo preguntando porque nunca contesto una de mis cartas, o mis miles de mensajes o llamadas. Solo decían "no está".
Mire al techo, sé que perder a los padres es doloroso, más los dos juntos, mas como lo hizo él. Desaparecer no era la respuesta, y alejarse de mí tampoco. Me quedan los recuerdos, me queda su mirada feliz, su mirada que podía cambiar de burlona a alegre, de tristeza a vacío
Me levanté, agarré el saco antes de salir de casa, era hora de decidir quién sería el nuevo accionista de la empresa…
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Yo aqui de nuevo con esta nueva locurilla... aja ya les habia dicho que mi mente no para
Bueno nos vamos a encontrar a una Serena totalmente diferente pero terca y Darien ajjaj... bueno él sigue siendo él.
Espero que les guste, dudas, consulta y tomatazos lo que quieran como vengo diciendo son bien recibidos, todo sirve para mejorar.
