El sol golpeaba mas fuerte este día. Una pelirroja se resguardaba un momento del calor en un pórtico que parecía abandonado. Sostenía una bolsa de tomates frescos, a eso había salido de su departamento, nunca pensó que el calor iba a ser tan insoportable, miro su reloj y ya se le hacia tarde, entonces decidió llegar lo más rápido que podía. A su andar, los hombres desviaban la mirada tan solo para verla, la verdad se había vuelto una mujer, lucia 19 años y los lucia bien.
- ¡Hey nena! ¿Quieres pasar un buen rato?.- Se dio vuelta a mirar sin expresión alguna a un hombre de traje que podría ser su padre.
-Contigo no habría entretención alguna anciano decrepito.- Le dijo con asco. El hombre solo siguió su camino un tanto shockeado, seguramente no estaba acostumbrado a recibir respuestas a sus estupideces, pensó la joven.
Continuaba caminando mientras miraba las cosas que le parecían interesantes, la calle estaba repleta de gente que caminaba de aquí para allá, cada uno con sus propios asuntos. Hasta que sintió una risa, muy conocida. Se detuvo y miro a todas partes parando en seco, frunció el ceño reprimiendose a ella misma, debía verse ridícula haciendo eso.
-¿Maki?- Buscó la voz con su mirada. Ahí estaba la dueña de la voz tan conocida, llevaba sus distintivas coletas y estaba sentada junto a otras personas que le decían cosas que no le importaba entender. - Maki...-
La mencionada reacciono y levanto la mano, tímida, ninguna sabia que hacer exactamente, por su parte Maki no sabia si acercarse o solo la estaba saludando desde su asiento. Luego la vio levantarse y su pupilas brillaron.
-H-hola Nico.- Dijo. Sintiéndose estúpida, otra vez.
-¿Como estas?- Nico ignorante de todo, se abalanzo para abrazarla. La menor se quedo un momento estática, la Nico de la escuela no habría hecho eso. El abrazo aún seguía, la pelinegra no tenia intención de separarse. Maki la rodeo con sus brazos y se sentía un poco más ligera, de pronto el calor que había no importaba.
-Estoy...- ¿Como estaba? Sola. Pero decidió contestar lo que toda la gente espera como respuesta.-Estoy bien y a ti ¿Como te ha ido?- La otra, conforme con el apretón recibido se separo de la menor.
-Eehm...también me ha ido bien, bueno...supongo.- Nico se llevo una mano detrás de la nuca mientras sacaba la lengua y guiñaba un ojo.
-Eso es bueno.-
-Si.-
Silencio. No era que no sabían que mas decirse o si, pero no se han visto hace mucho tiempo, no podían hacer como si el tiempo no ha pasado. Eso entristeció un poco a Maki que miraba su bolsa de tomates como si fuera lo mas interesante del mundo.
-¿Donde ibas?- La voz de la mayor la interrumpió, haciendo que sus miradas se encontrasen.
-¿Eh?- Reacciona.- No, solo iba a mi hogar... Quiero decir que salí a comprar tomates.- Mostró la bolsa con el ceño fruncido, se estaba hartando, ella no solía ser así de ...tonta.
-Me alegro Maki...Supongo que...- Nico no pudo terminar la frase y se callo al ser interrumpida.
-Puedes venir...- La ojivioleta volteo sus cabeza ocultando su sonrojo. - Solo si quieres, no es obligación.
- ¿Lo dices en serio?- Sonrió. - Me encantaría.-
Caminaban en silencio, Maki tomo la delantera dirigiendo a Nico, se preguntaba como iba a reaccionar cuando supiera que vivía sola. Por otra parte Nico observaba el caminar de Maki, se notaba que había crecido, aunque estaba igual de hermosa.
Maki se detuvo en la puerta de al lado de un taller de construcción de instrumentos musicales, cuando la abrió invito a Nico a subir las escaleras.
-Aquí es.-
-Así que dejaste el nido.- Nico miraba a todas partes, si era sincera cuando Maki la invito a su hogar pensaba que iba a ir a alguna mansión o algo por el estilo. Viendolo de otra forma, sabia que Maki no era del estilo lujoso, no le sorprendía que este lugar un poco oscuro y antiguo fuera el hogar de Maki.
-Veo que no te gusta.- La pelirroja dijo en tono de broma y seguía con su mirada los movimientos de su invitada mientras dejaba las llaves encima de una mesita.
-La verdad tiene tu estilo.- Dijo Nico mirándola con una sonrisa. El piso no era feo, era de ladrillos y Maki lo había adornado con algunas plantas, en la ventana y en una esquina se encontraba la cama o mejor dicho un colchón cubierto de sabanas y una cosa de plumas que Nico no sabia que eran pero se veía acolchado de color blanco, unos cuantos libros en una mesita de noche y luces navideñas alumbraban ese espacio. Al parecer lo único con separación era el baño ya que la cocina era de diseño americano pero mantenía la esencia de antaño.
-Gracias.- Maki lo tomo como un cumplido.- ¿Quieres comer algo?.-
-Solo si yo cocino.- Contesto Nico divertida.
-Llevo más de un año aquí Nico, no morirás intoxicada.- El tono de la pelirroja fue sarcástico y duro, no permitiría que dudaran de su habilidad.
- Jajajjaja No es eso Maki-chan, pero me gustaría cocinar para ti, ya que soy la invitada.- Lo ultimo lo dijo frunciendo el ceño, era más que obvio.
-Viéndolo así parece lógico.-
-Entonces que no se discuta más. - Nico tomó la bolsa de tomates y se dispuso a descubrir la cocina ajena. Maki la veia divertida desde una silla ¿No se discuta más? Si antes vivían discutiendo. Mientras Nico sacaba todos los materiales y utensilios a medida que iba descubriendo donde estaban Maki pensó que definitivamente, había madurado.
Nico se encontraba un poco nerviosa, decidió hacer una receta que demoraba más tiempo de lo que debería demorarse un almuerzo, lo peor es que sabia que Maki estaba ahí observándola a sus espaldas mientras ella revolvía una salsa a fuego lento, quería sorprenderla, después de todo no decidió estudiar gastronomía por nada.
Maki observa a Nico preguntándose que era lo que tanto murmuraba para ella misma, le gustaba esa vista, una sensación en el pecho despertó, quería tenerla todos los días.
-Te extrañe ...Nico-chan.- La nombrada sintió como todos sus vellos se erizaban de golpe al sentir unos brazos delgados rodeando su cintura y la respiración de la menor entre su cuello y el lóbulo de su oreja. Una sensación un tanto conocida se abrió paso por debajo se su abdomen y se volteo rápidamente para encontrarse con esos ojos violetas que la miraban expectante.
Maki no esperó mas y se abalanzo con un poco de brusquedad a la boca de la más pequeña, lo hizo con decisión porque ya no tenia 15 años, no tenia la excusa de niña pequeña estúpida, no esperó mas porque había esperado demasiado.
Nico soltó la cuchara y puso sus brazos al rededor del cuello de la otra, sus lenguas se buscaban desesperadamente y sus almas se reconocieron de inmediato, ambas sentían que esto debió haber pasado mucho antes, pero el antes es el pasado. Nico soltó un gemido al sentir las manos un tanto desesperadas de la menor por debajo de su camisa, apretándola contra ella, los dedos fríos de Maki tocaban todo lo que las prendas le permitían y de apoco le comenzaban a estorbar. Entre besos cayeron en la cama, Nico a horcajadas bajo sus labios hasta el cuello de la pelirroja, de vez en cuando daba pequeños mordiscos haciendo que soltara pequeños jadeos que eran musica para sus oídos. Toda la tensión de antes se estaba liberando de la mejor manera. La pelinegra movía instintivamente sus caderas provocando un pequeño pero extasiante roce provocando que las palpitaciones se volvieran más desesperantes.
¡PUM!
Ambas levantaron sus cabezas asustadas. Nico se bajo de encima de la otra para ver que había sucedido y Maki extraño el peso que sentía antes sobre ella.
-Rayos...-
Maki, vencida por la curiosidad se levanto acomodando un poco sus ropas mientras se dirigía a la cocina.
Se encontró con Nico parada en la entrada observando todo a si al rededor. Las paredes, el suelo y un poco del techo se encontraban de un color rojo, la salsa que había estado preparando Nico estaba viscosa y olía a quemado.
- ¿Este fue tu plan al querer cocinar tu? - Pregunto Maki levantado una ceja.
- No digas idioteces.- Nico se volteo con el ceño fruncido, su honor de chef estaba manchado. -Esto fue tu culpa.-
-¿ En que parte fue mi culpa?- Preguntó Maki entretenida.
-Sabes porque...-
-Lo lamento pero no lo recuerdo.- La pelirroja estaba jugando con ella.
-Me distrajiste con tus encantos.- Decia Nico un poco avergonzada.
A Maki se le salio una sonora carcajada, ahí estaba Nico, reconociendo sus encantos.
-No te rías.-
-Esto fue tu culpa porque tu eras la que se veía malditamente bien cocinando ...yo no pude hacer nada.- Maki comenzó a acercarse nuevamente a Nico con aires depredadores. La pelirroja solo pudo darle un corto beso cuando fue interrumpida.
-Solo quizás, deberíamos limpiar este desastre.- Nico aún sostenía a Maki de la cintura.
-Para eso debes soltarme.- rió un poco la joven. Nico la soltó con sus mejillas hirviendo.
Comenzaron a limpiar el desorden de la cocina, de a poco el rojo iba desapareciendo del lugar, fue épico cuando Nico se subió encima de un mesón para limpiar la salsa del techo y aun así no alcanzaba, por lo que tuvo que subirse en los hombros de Maki haciendo que esta se tambaleara de vez en cuando. Fueron incontables las veces que estuvieron a punto de caer.
Estaban acostadas platicando en la cama, el calor había provocado que se deshicieran de sus pantalones quedando solo en camisetas.
- Entonces vas a terminar tus estudios de gastronomía, es interesante que Nico la súper idol numero uno haya desistido de eso.- Dijo casualmente Maki, estaba acostada de lado con una de sus piernas encima de las de Nico, se apoyo en su codo para poder verle mejor.
- A mi me sorprende que hayas seguido el camino que tus padres tenían para ti, segundo año de medicina es muy importante. - Dijo Nico cambiando el tema.
- Dentro de todo, siempre supe que era lo que iba hacer, puedo decir que aunque no haya tenido muchas opciones, la medicina me ha logrado apasionar, quizás no más que la musica, pero estoy dispuesta a dar lo mejor de mi.- Termino de decir Maki. Nico la miraba embelesada mientras hablaba de lo que le gustaba.
-Yo te diría una historia de maduración y esas cosas pero ni yo misma se como termine así. - Dijo Nico mirando al techo.
-¿Así? - Repitio Maki.
-Así.- Nico levanto su cabeza para depositar un beso en los labios de la mas joven.- Pero me encanta.- agregó para volver a besarla, esta vez con mas animo.
Maki sonrió en el beso y se animo a posicionarse encima de la mayor, ahora la besaba sin ansias ni prisa, quería sentir el ritmo que marcaba la otra, estaba jugando con sus labios, los mordía y succionaba esperando que Nico perdiera el control. Y lo estaba consiguiendo, las manos ansiosas de Nico ya habían traspasado la barrera de las prendas, con Maki encima de ella, la pelinegra luchaba sacandole la camisa a la menor. Maki se separo un poco jadeante y ayudo a Nico con su tarea, solo el sujetador separaba a la mayor de su destino, se sentó y se aventuro a meter por debajo una de sus manos levantando aquella prenda, masajeando uno de sus senos, levanto un poco más y se llevo el otro a la boca, Maki hecho su cabeza hacia atrás mientras soltaba un gemido, dejándole el camino abierto a Nico e invitándola a que continuara con lo que estaba haciendo, indicándole que le encantaba.
Maki se le tiro encima otra vez a Nico bajando lentamente, besaba su barbilla y bajaba por el cuello, lamia el lugar donde estaba su pulso y mordía. Tiro la camiseta de Nico logrando sacarsela, besaba todo lo que podía. La pelirroja recorría el vientre de Nico haciéndola suspirar, Maki bajo hasta el interior de sus muslos, besandolos, a ratos le gustaba mirarla y ver sus expresiones de placer, entonces decidió jugar un poco, se acercó al punto más sensible, sabia que no tenia mucha experiencia, aun así se atrevió a explorar con su lengua esa zona. Nico se sintió explotar, le gustaba lo que hacia la otra aunque fuera por encima de su ropa interior, la presión que sentía era demasiado placentera. Maki sintió unas manos acariciando su cabeza pidiéndole más. Pensaba en hacer lo que hacia, esta vez sin nada...
-¡Maki necesito tu ayu...- La puerta se abrió de golpe, la persona que habia entrado se dio de lleno con la escena que estaba sucediendo en ese momento. -Da...-
Maki intento cubrirse con sus manos en su pecho mientras levantaba su cabeza de donde estaba quedando de rodillas y Nico solo se tapaba la cara con una de las almohadas que estaban a su alcance.
-H-h-honoka, no te quedes ahí y dime en estos momentos ¿POR QUE VIENES AQUÍ Y ENTRAS SIN AVISAR?- Dijo Maki con una vena en su frente y sus mejillas ardiendo.
Honoka no daba crédito a lo que veían sus ojos, nunca pensó que iba a presenciar este momento y menos de Maki, estaba divertidisima, quería agarrarse el estomago y revolcarse en el suelo de la risa, pero tenia un poco de respeto por su amiga.
-Deberías comenzar por vestirte. - Dijo la ojiazul apuntando a ambas.
Maki se volteo hacia la ventana y volvió a ponerse la camiseta que estaba arrugada en algún lugar del colchón. Nico aún no podía reaccionar. La pelirroja al ver la mirada de burla de honoka, tomo las sabanas y tapó todo el cuerpo de la mayor que al sentir eso, sonrió con ternura ante el gesto y saco la almohada de su cara.
-Ahora si.-
-Necesito tu ayuda.- Dijo Honoka seriamente.
