¡Gomen na! Estuve un poco ocupada, por lo que no pude subir la historia ayer... pero se las traigo hoy como un regalito de navidad ;)

Este fic es la secuela de "La historia de Bardock". Les recomiendo que lean esa historia primero, porque o si no no entenderán casi nada de esta.

NOTA: Dragon Ball es propiedad de Toriyama-san.

Adicionalmente, este fanfic es la traducción de "Their story" por ravenclaw-scorceress29, y no es de mi autoría.


Capítulo 1: El nacimiento de Raditz


Tuvo que esforzarse al máximo para poder dar a luz a su primer hijo. Estaba arrodillada en una cama, pujando con toda su fuerza y siendo ayudada por la gravedad. Esta mujer era una saiyajin, Kayla. Su padre fue el comandante de la armada saiyajin antes de morir, y ella había estado a un paso de convertirse en la reina de los saiyajin. Aun así, en ese momento, estaba dando a luz a un bebé cuyo padre era de clase baja. Pero no era cualquier guerrero de clase baja, la pareja de Kayla era Bardock. Pero en ese momento, Bardock no se encontraba allí. Estaba volviendo de una misión con su equipo. El mensaje de que Kayla estaba en labor de parto había sido enviado al rastreador de Bardock y él había prometido que estaría allí antes de que el bebé llegara. Pero el bebé estaba a punto de nacer. Las posibilidades de que Bardock llegara antes que el bebé se desvanecían.

Y Kayla estaba en lo cierto, luego de unas pocas horas de pujar, soltó un enorme grito mientras la cabeza y los hombros del bebé salían del canal de parto. Plenthor, el médico, estaba a un lado de la cama observando el progreso del bebé.

"Sigue pujando Kayla," ordenó, "ya casi sale, sólo unos minutos más."

"¿D-dónde está Bardock?" jadeó.

No quería que su pareja se perdiera del nacimiento de su hijo.

"Ya viene. Pero no puedes detenerte, Kayla. El bebé no te lo permitirá y yo tampoco."

Plenthor tenía razón; Kayla no podía intentar retrasar el parto hasta que Bardock llegara. Sin opción, la joven saiyajin siguió pujando. Eventualmente, un rugido de Kayla resonó por el centro médico seguido del llanto del saiyajin recién nacido. En el instante que salió, Plenthor lo atrapó y lo llevó a ser lavado mientras que Kayla yacía exhausta y jadeando en la cama. Sintió un gran orgullo cuando volvió a la realidad.

"¡Lo hice!"

Miró por encima de su hombro para ver a Plenthor y Malaka limpiando el nuevo bebé mientras él gritaba a todo pulmón. Una vez limpio, Malaka lo envolvió en una manta azul y se lo llevó a Kayla. Ella se acomodó mientras el bebé era puesto en su pecho. Ella lo guio hasta su pecho izquierdo donde se aferró.

"¿Tienes hambre, pequeñín?" Preguntó suavemente, sus ojos destellando con alegría.

Mientras él chupaba, Kayla acarició su cabeza. Ahí fue cuando se enteró de una característica única en él. La hizo reír.

Pero, mientras admiraba a su nuevo hijo, se dio cuenta de que había otra presencia en el cuarto. Se volteó para ver a Bardock y sonrió. Muchas veces se quedaba sin aliento al ver lo magnífico que era Bardock. Y, en ese momento se veía hermoso mientras observaba al bebé con fascinación.

"Ya era hora de que llegaras," bromeó ella, "Te perdiste la 'mejor' parte."

"Bueno, estoy aquí ahora." Bromeó Bardock de vuelta.

"Sí, lo estás. ¿Así que vienes a saludar o no?"

Bardock rio suavemente y se acercó para observar mejor a su niño. No le tomó mucho tiempo descubrir lo que había hecho reír a Kayla. Se dio cuenta de cuánto cabello tenía su hijo. Se escurría hacia atrás y recorría su espalda hasta sus rodillas.

"¡Hey, es sólo pelo!" Bardock comentó con un poco de sorpresa en su voz.

"Me preguntaba cuánto tiempo pasaría antes de que te dieras cuenta," rio Kayla, "Debe haberlo sacado de mí."

"Sí, eso parece."

"Bueno, todo lo que necesitamos ahora es un nombre."

"Hmm… bueno, cuando era niño había un tipo que trabajaba en el centro de entrenamiento cercano a mi casa. Era como mi mentor. Se llamaba Raditz, gran tipo."

Kayla observó el rostro de su hijo, sonriendo. "Raditz. Me encanta."

Los dos padres se miraron mutuamente y se besaron dulcemente mientras Raditz terminó de alimentarse y se durmió.

Mientras Bardock y Kayla conocían a su nuevo hijo, Plenthor y Malaka observaban desde el otro lado de la habitación. Plenthor sonrió bajo su mostacho mientras que Malaka observaba con seriedad.

"Se ven tan felices," sonrió Plenthor, "deberían estarlo. Tener un hijo debe ser genial."

"Sólo espero que no hayan olvidado que probablemente será enviado a otro planeta." Dijo Malaka seriamente.

"Probablemente no. Recuerda que Kayla forma parte de la élite. Era muy poderosa cuando nació. Probablemente Raditz lo sea también."

"Lo dudo. Es muy probable que el chico se parezca más a su padre."

Plenthor quería discutir pero sabía que su compañero estaba en lo cierto. Pero había visto a ambos saiyajins pasar por situaciones muy difíciles, particularmente Bardock, y quería que fueran felices. Pero probablemente eso no iba a pasar. Pero Kayla seguía perteneciendo a la élite, así que había esperanza de que su estatus salvara a Raditz de crecer solo.

Más tarde, Kayla estaba dormida en su cama de hospital y Raditz había sido llevado a la guardería saiyajin para darle un poco de paz a su madre. Bardock, viendo que no era necesitado, se unió a Tora y los demás en su bar favorito. Sabía que sus amigos estaban esperando noticias sobre el bebé. Esto le dio a Plenthor y a Malaka la oportunidad de revisar a Raditz. Tenían que pesarlo y registrar su nivel de poder. De esa forma podían determinar su rango y monitorear su progreso.

"Ya está, Plenthor," dijo Malaka, "la computadora dice que Raditz tiene un nivel de pelea de 5. Es de clase baja. De tal palo, tal astilla. ¿Quién quiere ir a romperle el corazón a Kayla?"

"Espera, Malaka," replicó Plenthor, "recuerda que su madre pertenece a la élite. Esto complica las cosas."

"No, no lo hace. Un bajo nivel significa adiós bebé y un alto nivel significa quedarse. Raditz tiene que irse."

"Te propongo algo. Que el rey decida."

Malaka sólo observó a Plenthor. Había un problema con esa sugerencia: el rey Vegeta estaba en una misión junto con su nueva reina. Sí, vegeta había encontrado a alguien para llenar el espacio que Kayla iba a llenar. Los doctores decidieron consultar al rey cuando regresara. Mientras tanto Kayla y Bardock podrían llevarse a Raditz a casa.

Luego de dos días, Raditz finalmente pudo ir a casa con sus padres. Kayla asumió la maternidad rápidamente como una profesional y amó cada momento. Se levantaba cada mañana ansiosa por ver a su hijo. Siempre se levantaba antes que Bardock y terminaba despertándolo gracias a su entusiasmo. Se despertaba y le daba un beso en la mejilla, justo en su cicatriz. Entonces se levantaba de la cama y atendía a Raditz. Sin embargo, Bardock no se acopló a la paternidad tan fácilmente. No estaba seguro de qué hacer y luchaba por intimar con Raditz. Kayla entendía por qué era tan difícil. Como un guerrero saiyajin, Bardock tenía que ser firme y duro. Sus emociones no podían interferir con su trabajo. Esa barrera era difícil de penetrar. Pero luego de unos días, Kayla se llevó una sorpresa. La mujer saiyajin estaba dormida en su cama, dejando a Bardock con Raditz. El bebé estaba en el suelo en una alfombra, entreteniéndose con su propia cola. La agitaba, la cogía y la chupaba o chupaba sus pies. Bardock estaba recostado en el sillón, leyendo con contentamiento, disfrutando el silencio hasta que Raditz empezó a gorjear. Bajó la vista y vio que su hijo lo estaba mirando.

"¿Qué quieres?"

Raditz estiró sus bracitos hacia su padre y comenzó a balbucear. Lo que sea que Raditz quisiera, era importante. Ahí fue cuando el guerrero saiyajin vio lo que su hijo quería.

"¿Quieres que juegue contigo?"

Raditz soltó una carcajada que significaba sí. Pero había un problema. Bardock no sabía cómo jugar con un bebé. Cuando era niño, jugar significaba entrenar con Takeo y Tora. Pero entonces se le ocurrió una idea.

Unos minutos después, Kayla fue despertada por la estruendosa risa de un bebé. Se levantó y siguió el sonido hasta llegar a la sala de estar. Sus ojos se abrieron como platos al ver la escena. Bardock estaba sentado en el sofá mientras agitaba su cola. Al principio Kayla estaba confundida pero entonces vio las pequeñas manitos de Raditz en el aire intentando atrapar la cola de su padre. Cuando estaba a punto de cogerla, Bardock movía su cola para que Raditz no la alcanzara. Esto hacía reír al bebé. Estaba disfrutando la atención de su padre. Kayla observó el rostro de Bardock y vio que también lo estaba disfrutando.

"Bueno," Dijo Kayla, "¿Se están divirtiendo?"

Bardock alzó la cabeza rápidamente y se congeló al ver a su pareja. Estaba de pie y recostada contra la pared, sonriendo.

"Y-yo estaba… eh… sólo… ehrm." Bardock se puso de pie, intentando razonar.

Kayla se acercó a él. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, agarró las correas de su armadura y lo besó. Cuando se separaron, sus ojos esmeralda destellaron con felicidad.

"No necesitas explicarlo." Susurró.

Bardock sonrió y se inclinó para recibir otro beso. Pero, cuando sus labios estaban a punto de tocarse, fueron interrumpidos por los lloriqueos de un bebé. Raditz estaba hambriento. Dirigiéndole una sonrisa apologética a Bardock, Kayla lo levantó del suelo y se fue a alimentarlo.

"Tu papá estaba jugando contigo, Raditz, ¿verdad? Eso fue muy gentil de su parte, ¿no lo crees?"

Bardock los observó mientras se iban y suspiró. 'Menos mal que ni Tora ni los otros me vieron. Se hubiesen burlado de mí. Pero eso se sintió bien.' Con una sonrisa en su rostro, Bardock siguió a Kayla para buscar algo de comer. Pero su nueva familia estaba a punto de ser destruida.


¡Ja ne! No estoy segura si podré subir el próximo capítulo mañana, pero lo intentaré.

También subiré un fic GxV de navidad por si les interesa.