Aquí presento una nueva historia de mi serie favorita. Con todo lo que tiene que tener una buena historia Fringe


Nacida para Morir Parte Uno:

Olivia Dunham yacía sentada con las manos rodeando sus piernas en un rincón oscuro de un laboratorio desconocido luchando contra el dolor de una herida de bala en su hombro derecho, sin saber cómo había llegado a ese lugar.

Lo único que sabía era que al principio estaba investigando el caso de una niña con poderes mentales que podía obligarte a hacer lo que ella quisiera con sólo pensarlo y fue en el momento en el que la iban a detener que ocurrió todo.

Primero fue la persecución, primero en auto y luego a pie. Seguida de otros agentes que la acompañaban en el lugar y hasta su jefe Broyles estaba en la persecución porque se trataba de una niña pequeña de sólo nueve años, y que además era la hija menor de un amigo de Broyles del FBI. Lincoln quién todavía estaba asignado al caso de los cambiaformas en el universo alternativo, él mismo había pedido unos días para ayudar a su alternativo con el caso de David Robert Jones y Walternativo había aceptado, no estaba con ella en ese momento, pero sabía que no estaba sola. Y esa era la cosa, no podía recordar con quien estaba.

El dolor en el hombro se estaba haciendo cada vez más insoportable y ya estaba sintiendo los efectos de la pérdida de sangre que fluía por la herida abierta libremente. Ella había intentado como podía hacerse un torniquete con un trozo de tela de su blusa para detener la hemorragia pero no atada como estaba, los secuestradores la habían atado a un poste en aquella esquina oscura y sucia, no podía hacer mucho más que un pobre intento de vendarse a sí misma.

El tiempo en aquel lugar parecía ser eterno y le daba mucho espacio para pensar. Intentó en vano recordar quién la acompañaba, también cómo fue que había resultado herida en primer lugar.

Cerró los ojos e hizo el esfuerzo de pensar en lo que su mente estaba olvidando. De a poco iba recordando y podía ver en su mente la silueta de un hombre alto sosteniendo una pistola, su propia pistola apuntándola. La silueta del hombre se veía rígida y tensa con los brazos extendidos hacia adelante apuntándola, pero con la cabeza volteada hacia un costado, cosa que le hacía imposible ver su rostro. Lo que sí sabía y podía sentir en sus entrañas era que el hombre no quería dispararle. Que estaba luchando con todas sus fuerzas para no hacerlo, pero que lo hizo de todas formas obligado por la niña que tenía un inquietante semblante angelical.

"… - no te resistas es peor si lo haces – la voz suave de la niña de cabellos dorados resonó en su mente. Si te resistes tu cerebro reventará y no queremos que eso pase ¿Verdad? No creo que se vea muy bonito tu cerebro esparcido en el suelo.

Basta… yo no le voy a disparar a Olivia… no creas que lo haré… - la voz del hombre sonaba forzada y la agente del FBI se dio cuenta de la lucha casi sobrehumana que estaba teniendo bajo el control mental de la niña.

Tienes que hacerlo – ahora era su voz la que se escuchaba en su memoria. Estaba teñida de un pánico soterrado pero que sentía por todo el cuerpo, pánico y adrenalina que era una mezcla explosiva en su sistema y que a menudo le hacía correr riesgos desesperados en una situación con esa.

No puedes seguir luchando, ella tiene razón… Peter detente…. Al sonido de su nombre el hombre había vuelto la cabeza hacía ella y un par de relucientes ojos azules profundos teñidos de rojo le devolvieron una mirada angustiada, la más angustiada que había visto en su vida y ella hizo lo único que podía hacer. Darle una sonrisa de tristeza. No importa – le dijo sin dejar de sonreírle, no es tu culpa.

Lo siento mucho Olivia…. A aquellas palabras las siguió una explosión que reventó en su hombro junto a un dolor ardiente y un gemido exhalado de sus propios labios. Luego de aquello todo se volvió negro.

Oh… Peter….