Quizás

-Necesito ayuda.

-¿Sabes que tu deseo requiere un precio alto?

-Lo pagaré.

Watanuki parecía decidido. Una chispa peculiar brillaba en sus ojos, una que nadie había visto antes en el chico. Yuuko sonrió complacida ante el tono de voz que utilizó, asegurándole que su deseo sería concedido.

Tenía que estar cerca del templo de la familia de Shizuka para que funcionara. Cuando sintió una punzada en el ojo derecho, se apresuró a colocarse el parche en el ojo. Debía irse, pero quería al menos atisbar a su compañero, asegurarse de que estaba bien.

Emprendió el camino de vuelta a la tienda cuando notó que unos pasos se acercaban. A pesar de su esfuerzo, Doumeki le alcanzó. Pudo sentir un cosquilleo en el estómago ante su rostro entre sorprendido y enfadado.

-

-¿Qué crees? ¿Lo habrá comprendido?-preguntó Mokona, dejando a un lado su tacita de sake. Yuuko no miró en su dirección al responderle, pero en su voz se notaba la alegría.

-Quizás.

FIN