oOoOo El amor de un criminal oOoOo

Título: Prisionero

Categoría: Yaoi

Parejas: KaiRay

Dedicatoria: A Zhena Hik, por su cumpleaños

Aclaraciones:

"abc" diálogos

"abc" pensamientos


Todo estaba envuelto en un silencio que le estaba matando poco a poco. Estaba totalmente solo. Ya no podía más con toda esa tortura. Deseaba gritar, estaba desesperado. Quería saber en dónde estaba, con quién estaba. No podía ver nada, solo escuchar. Tenía hambre, pero esas extrañas y desconocidas personas no le daban de comer hasta que se acordaran y eso era casi nunca, quizás había perdido peso, pues a pesar de estar acostumbrado a comer muy poco, eso era demasiado a comparación

"Si tan solo no estuviera amarrado, podría librarme de esos sujetos"

Movió sus manos por enésima vez, pero sin lograr desatar las cuerdas que estaban amarradas alrededor de sus manos y pies. Gruñó. Cuánto detestaba la situación en la que estaba en esos momentos. Si, fácilmente podría eliminar a los sujetos que lo tenían secuestrado, por sus voces, no parecían tener más de veinte años, fácilmente acabaría con ellos. Al menos no le habían hecho la gran cosa, quizás uno que otro golpe y muy fuerte, pero no más. Pensándolo mejor, quizás no tardarían en hacerle algo, y eso le provocaba miedo

Su cuerpo se tensó de golpe al escuchar el rechinido que hacía la puerta al abrirse, escuchó las voces de esos tipos sin entender a la perfección pues hablaban muy bajo

"Es él a quien debes cuidar" escuchó a uno de ellos "te quedarás con él hasta nuevo aviso"

Genial. Ahora tendría cuidado particular, no podía creerlo. Si antes las posibilidades de salir de ese embrollo eran diminutas, ahora habían desaparecido totalmente. Su respiración se agitó un poco e intentó mantener la calma, debía pensar muy bien

"Mas te vale vigilarlo bien, pues no quiero que se escape, no lo estropees, porque si no lo pagarás... hermano"

"¿Hermano?" al escuchar eso, el secuestrado levantó la cabeza sorprendido "genial, un hombre me vigilará día y noche, ya no puedo más con eso, quiero salir ya"

"Volveremos mañana por la tarde, y espero ver lo mismo que ahora" escuchó que de nuevo hablaban

Pero no hubo contestación alguna... ¿acaso la persona que le cuidaría era muda?

"Te lo encargamos mucho, nos vemos"

Escuchó pasos, la puerta se abrió y nuevamente se cerró. El lugar volvió a quedarse en un silencio mortal. El chico que sería el nuevo 'cuidador' del secuestrado se quedó contemplando el cuerpo que estaba en la cama. Su cabello era de dos tonos azulados, su ropa algo extraña pero le marcaba su perfecto cuerpo. Tenía ambas manos en su espalda, una pañoleta en los ojos y los pies amarrados.

"Qué crueles son mis hermanos"

El nuevo joven se acercó lentamente a la cama, como dudando de lo que estaba haciendo. Se sentó con mucho cuidado al lado del chico y vio claramente cómo se tensaba, suponiendo que estaba a la defensiva, por si alguien le quisiera hacer daño o algo así. Su mano derecha se movió y se posó en la blanca mejilla, acariciándola levemente

"No tengas miedo"

El chico se sorprendió mucho al escuchar la voz de su nuevo acompañante, era dulce con un acento raro pero bello. Pensó por unos segundos y sacó la conclusión de que no parecía de mucha edad, tal vez de unos catorce años, uno menos que él

"Sé muy bien que no te lastimarán, solo buscan dinero, te ruego que resistas un poco más y podrás regresar a tu vida"

"¿Quién eres?" preguntó el joven que estaba recostado en aquella vieja cama

"Un chico"

"Ya veo" dijo sarcástico "¿cómo te llamas?"

"No puedo decírtelo"

"Hn, claro" dijo sarcástico

"Mi nombre es..." el chico hizo una pequeña pausa como si dudara si en seguir o no, no era su deber decirle su nombre, pero no le gustaba que las personas se enfadaran con él "puedes llamarme Ray"

"Tú no pareces ser como esos" habló refiriéndose a sus secuestradores, ahora que había conseguido el nombre del chico "y eres su hermano" continuó

"No son mis hermanos de sangre, mis padres adoptivos murieron y ellos son quienes me mantienen"

"Bonita forma de vivir"

"Son tiempos muy difíciles, no sabes lo que es la pobreza"

"Si, correcto, no lo sé, pero eso no significa que hagan sufrir a las demás personas"

"Pronto terminará, ya lo verás"

En ese momento, Ray escuchó el rugir de las tripas del chico

"Veo que tienes hambre, no te preocupes, espera y te traeré algo de comida"

"Gracias" en su rostro apareció un sonrojo, de vergüenza

Quien sabe cuánto tiempo pasó estando solo. Ese chico parecía ser noble, sentía una extraña calidez cuando estaba cerca. Al tocarle su mejilla sintió su piel, era muy suave. Suspiró. Rayos, cuánta hambre tenía, esos tipos no se habían dignado a darle de comer, en cuánto tiempo... ¿tres días?

"Qué calculador salí" pensó y sonrió irónicamente

"Siento la demora" escuchó la voz del chico "pero no había nada en la alacena y sólo te pude traer unos emparedados"

"Cualquier cosa está bien" le dijo con tono serio, ya no podía más con el hambre

"Bien"

Ray ayudó al chico a sentarse en la cama para que pudiera comer con mayor comodidad.

"¿Cómo te llamas?" preguntó mientras le daba al chico de comer en la boca "ya te dije el mío, cosa que no debí haber hecho y si se enteran mis hermanos, sé que se enfadarán demasiado, pero en fin... aún no sé el tuyo"

"Hiwatari" hizo una pequeña pausa "Kai Hiwatari"

"Bonito nombre" elogió sonriente

"Hn, gracias... supongo"

"¿Acaso no eres el nieto de Voltaire Hiwatari?"

"Toda una desgracia" se quejó "¿por qué la pregunta?"

"Simple curiosidad. Él es uno de los hombres más ricos y poderosos del mundo, no sé cómo es que mis hermanos se pudieron meter con esa familia" suspiró "¿desde cuándo estás aquí?"

"Puedes ver en el calendario que tengo al frente" dijo con sarcasmo "¿cómo voy a saberlo si no sé qué es lo que pasa a mi alrededor?"

"Claro"

"¡Ni siquiera sé cuándo es de día o de noche!"

"Disculpa" dijo entre enfadado e indignado "¿qué día fue el que te atraparon?"

"Martes, creo"

"Eso significa que tienes una semana aquí"

"¿Una semana?" se sorprendió por todo el tiempo que llevaba ahí "¿y seguimos en Rusia o estamos en otro país?"

"Me dijeron que te secuestraron en Moscú, ahora estamos lejos"

"¿En dónde?"

"Pues... en Siberia"

"Rayos" musitó en susurro "aún no sé por qué estoy aquí, creo que cometí una estupidez o algo parecido" razonó mentalmente

"¿Podría saber por qué te pones eso en la cara?"

La pregunta de Ray le sacó de sus pensamientos y sintió cómo el chico tocaba con uno de sus dedos los pequeños triangulitos de color azul marino que tenía en las mejillas, se estremeció levemente el dueño de tales marcas

"A decir verdad, las tengo por simple placer, es divertido ver a mi abuelo enfurecerse cuando las ve" en su rostro plasmó una sonrisa, haciendo a un lado su nerviosismo... un momento... ¿él estaba nervioso?

"Te quedan muy bien" el chico rió un poco y trató de que su acompañante no lo escuchase pues pensaba que se enfadaría

"¿Qué es lo que es tan gracioso?" dijo con enfado fingido, vaya que ese chico le cambiaba el humor

"No es nada" tomó aire "cuando era pequeño, también me gustaba hacer enojar a mis padres"

"Es un golpe bastante duro el perder a las personas que más quieres en este mundo"

"Te hacen mucha falta, pero quiero suponer que no sabes de eso"

"Mis padres murieron cuando yo tenía seis años. Es mi abuelo quien me ha cuidado desde entonces"

"No quise..." cerró su boca para evitar arruinar más las cosas "lo siento"

"Te perdono"

"¿En serio?"

"Solo si me quitas esto de los ojos"

"No puedo" dijo inmediatamente "mis hermanos me matarían si lo hago"

"Ellos no se enterarán si no les dices nada"

"Por favor, no me pidas eso, tendré problemas si te concedo tu deseo"

"Tengo la sensación de que eres una buena persona"

"¿Eso qué tiene que ver?"

"Quítame esto de los ojos"

"No puedo"

"Nadie se enterará"

"D-deacuerdo" dijo con inseguridad, siempre le fue difícil decir que no y esta ocasión no fue la excepción, odiaba ser tan débil frente a los demás, pero qué se le podía hacer "sólo será por un momento, no quiero que mis hermanos se enfaden"

"No importa, quiero ver al ángel que cayó del cielo para ayudarme"

"¿Eh?" de inmediato se ruborizó ante las palabras del chico "¿de qué estás hablando?"

"Eso es lo que eres para mí, un ángel, pero me gustaría ver tu rostro"

"Bien" dijo inseguro, aún no estaba convencido de que esa era una buena idea pero qué mas daba

Se acercó al rostro de Kai. Pasó sus manos alrededor de la nuca de su nuevo amigo, y su nariz estaba demasiado cerca de su piel. Inevitablemente aspiró su olor. A pesar de que llevaba ahí una semana, aún no perdía su aroma, el cual, era delicioso. Cerró sus ojos y se olvidó de lo que iba a hacer. Por su parte, Kai estaba demasiado nervioso al sentir a Rei tan cerca. Sin poder evitarlo, recargó su barbilla en su hombro y hundió su rostro. Para ser un... ¿criminal?... olía bastante bien.

"Ya..." habló Rei una vez que había recobrado la postura y había hecho lo que Kai le había pedido "ya está Kai"

Retiró lentamente la pañoleta que tenía sobre los ojos, vio que los tenía cerrados. El chico bicolor no lo pensó dos veces y abrió sus ojos de golpe, topándose con dos orbes doradas que le miraban fijamente

"Tienes..." susurró Rei al ver las orbes rojizas de Kai "tienes unos ojos muy bonitos"

"El dorado es un color muy poco común" dijo con una sonrisa "pero es muy lindo"

"Lo sé"

"Chino" susurró y Rei puso una cara de confusión "eres chino"

"Veo que tienes una vista muy buena" rió "así es, soy chino"

"Tu cabello es muy largo" dijo recorriéndolo todo "¿no es molesto?"

"A veces, pero me gusta tenerlo así" le sonrió

Kai quedó embelesado ante el hermoso joven que tenía al frente. Su vista pasó de sus hermosos ojos hasta unos colmillos singulares, terminaban en punta, al igual que sus orejas, sentía la tentación de tocarlas, pero se contuvo

"Pareces un gato" expresó divertido

"No eres la primera persona que me lo dice" frunció el entrecejo en un gesto divertido

Y así se la pasaron el resto de la tarde, platicaron de cosas sin sentido y Kai había olvidado toda su desesperación por volver a su vida normal. La noche había llegado y los hombres habían retornado. Ray le volvió a colocar la pañoleta en los ojos de Kai. Salió del cuarto al encuentro con sus hermanos y se quedó parado recargado de una pared mientras escuchaba a los otros hablar, era hora de irse. Quería despedirse de Kai, pero... ¿cómo hacerlo sin que sus hermanos se dieran cuenta?

"Antes de que te vayas" habló uno de ellos "revisa al chico, no quiero tener problemas"

"Si" respondió ocultando su alegría, al menos no había tenido que inventar algo

Se dirigió al cuarto en donde se encontraba Kai y lo vio acostado en la cama "¿En dónde pensabas encontrarlo si no se puede mover?" Rodó sus ojos y se pegó levemente en la frente por su tontería. Lentamente, se acercó

"Es hora de retirarme" le dijo cerca del oído logrando un estremecimiento en ambos

"No te vayas" le pidió Kai, y es que el chico era muy amigable y le gustaba platicar con él

"Hoy no" le dijo triste, le agradaba el muchacho "pero a partir de mañana voy a pasar todo el tiempo contigo"

"¿De verdad?" preguntó con alegría, tratando de ocultarla

"Así lo han decidido mis hermanos y a mi no me molesta"

"Entonces te veré mañana" dijo remarcando la tercer palabra con sarcasmo

"Por supuesto" rió ante la actitud de su amigo "hasta entonces"

Y así pasó una larga semana. Ray iba y venía de un lugar a otro. Cuidaba que Kai no se fuese a escapar, pero éste ya había perdido el interés por su libertad. Incluso llegó a pensar en que sería bueno que no lo rescataran, pero todos sus pensamientos se esfumaban cuando platicaba con Ray. Cada día le tenía una historia qué contarle, y aunque no le quitaba la pañoleta de los ojos, se entretenía mucho, olvidándose de todo lo demás. Su infierno se había transformado en un inesperado paraíso


Muchas gracias por su tiempo