Hola de nuevo fandon de Harry Potter, cada vez me da más miedo escribir aquí, y sobre todo por que yo soy más de slash/yaoi y en este tipo de fics soy incapaz de escribirlo.
Espero que a quienes tengan el valor de leer no les decepcione o les haga perder su maravilloso tiempo, y a los que les guste la historia les prometo que trataré de actualizar al menos una vez por semana.
Sin que se me olvide todos los personajes pertenecen a la autora y sus libros, yo escribo como entretenimiento, y sin ánimo de lucro.
Sin más distracción les dejo con el prologo de lo que será el fic.
—Hermione, ¿Estás segura de que no quieres que Harry o yo te acompañemos?
Ron estaba preocupado por su amiga, había repetido aquella pregunta un centenar de veces más y la respuesta siempre era la misma:"No gracias, estaré bien"; y tras eso, el pelirrojo comenzaba a balbucear miles de excusas incoherentes de por que no debía acudir sola.
—Ron, es un profesor…seguramente quiera comentarme algo sobre su asignatura o quitarle unos cuantos puntos a Griffindor.
—¡Abre los ojos! No es un profesor ¡Es Snape!— Alegó sumamente alterado.
—No deja de ser nuestro profesor de pociones…Harry quieres decirle que no haga un drama por esto—inquirió la castaña pidiendo ayuda a su otro amigo.
"El niño que sobrevivió" simplemente se encogió de hombros, a su parecer ambos tenían razón, el no se fiaba de Severus, pero como bien había puntualizado Hermione: era un profesor.
* * *
Unos largos y ligeros pasos se oyeron de fondo, a la vez que una silueta totalmente negra se vislumbraba por el corredor de la mazmorra.
—Llega tarde, señor —Se quejó Hermione en cuanto el profesor de pociones se acercó a ella, este como toda respuesta se apartó el lacio y azabache pelo del rostro y abrió el aula de pociones. La chica solo respiró hondo antes de seguirle al interior.
— ¿Creo que ya sabrá por qué está aquí? ¿No señorita Granger? —Preguntó mientras alzaba una ceja.
—Lamento decirle que no…señor.
Severus de pronto se acercó a ella y tras abrazarla con firmeza entre sus brazos. La besó. Se había vuelto loco desde hace meses y aquel ardiente beso era lo que sellaría su locura.
La castaña en vano trató de liberarse de su opresor, casi más bien violador. Tembló ante la idea de no poder usar nada a su favor. Siempre tenía las situaciones bajo control, pero esta vez no era así.
El profesor de pociones cesó de besarla, mas no la soltó por temor a que la chica se fuera corriendo, cosa que era muy probable.
—Todo esto tiene una explicación —susurró mientras la miraba a los ojos.
La castaña lloraba sin consuelo en lágrimas silenciosas y temblaba en sus brazos.
Snape sabía que esa no era la manera correcta de hacer las cosas, pero…no había otra más para él, ninguna más eficaz que aquella. Snape sacó de entre su túnica un pequeño cuaderno de color negro y se lo entregó despacio mientras la soltaba.
—Cuando leas esto lo entenderás todo.
Tras aquellas últimas palabras la dejó marchar.
Bueno, debo aclarar algunas cosas para que el resto de capítulos tenga sentido. Si, Snape aquí está totalmente fuera de su personaje, pero no será así en el resto del fic. No especifico el año en el que está, ya que no aparecerá nada que tenga que ver con la trama de los libros, mi intención es centrarme en esta pareja, y si me baso en la trama de los libros, etc., es prácticamente imposible juntarles.
Saludos.
