Adv: Este fic está basado en el dorama "My Girlfriend is a Gumiho", no es completamente igual está adaptado a los personajes y la historia quizás cambie un poco. De hecho el inicio ni si quiera es parecido.
Nyo!BelarúsxNyo!

Capítulo 1

Una vez más había visitas en la casa de su hermana, la verdad es que esperaba poder pasar un fin de semana tranquilo junto a ella, aunque bien sabía que no estaba precisamente tranquila cuando estaba junto a él. De todas maneras ella ahora mismo se veía feliz, si ella lo estaba entonces el también lo estaría, intentaría poner su mejor cara aún cuando la china no le agradara demasiado, por acaparar a su hermana más que nada.
Esta vez la muchacha había llegado con unos interesantes objetos a los ojos de su hermana y una curiosa pintura de una mujer con un zorro, había llegado con bastantes presentes, seguramente había ido a la casa de sus hermanos antes de venir. Pero lo que le sorprendió no fue eso, si no que también trajo un regalo para él, y eso que él ni se dignaba en hablar con ella, solo un saludo cordial y sería todo. Su hermana estaba bastante emocionada y deseaba ver lo que había traído su amiga para él, suspiró algo apesadumbrado pero agradeciendo el regalo a fin de cuentas, no podía ser tan malagradecido, eso no le gustaría a su hermana.

- Lo traje desde Corea aru, espero que te guste

Alzó una ceja con curiosidad, ¿Desde Corea?

- De seguro le va a encantar, anda ábrelo

Decidió hacer caso a las palabras de su hermana de una vez por todas, desgarró el papel de regalo con cuidado y sacó lo que parecía ser una pintura de su interior, lo observó con más detalle, la tela se veía bastante antigua, seguramente unos cientos de años debía poseer la pintura. Desvió la mirada hasta el rostro sorprendido de Anya, al parecer le había gustado su regalo, dirigió su mirada hacia la pintura nuevamente, observándola con más detalle. El dibujo de una anciana con un pequeño zorro a su costado ocupaban el cuadro, la verdad no tenía nada demasiado especial pero tenía ese toque oriental que la verdad, le agradaba.

- Gracias

Esas fueron sus palabras de agradecimiento hacia la amiga de su hermana, la cual simplemente sonrió satisfecha mientras ahora comenzaban a ver los regalos que había traído para su hermana, tocó la tela del cuadro con su dedo pulgar, realmente se sentía frágil, debería tener cuidado. Decidió retirarse a su cuarto para colgar enseguida el recuadro, no quería que se estropeara. ¿Tendría esa pintura alguna historia? Se había olvidado de preguntar, luego lo haría si recordaba hacerlo.
Una vez en su habitación martilló un clavo en la pared, en donde colgó el regalo de la asiática, la verdad es que se sentía algo fuera de lugar pero no se veía mal.
Se sentó sobre su cama para observarlo un poco y no supo si fue el cansancio acumulado por incansables horas de trabajo que sus párpados se cerraron y cayó rendido ante el sueño.

Seguramente habían pasado un par de horas antes de que volviese a abrir los ojos, lo primero que vio fue la pintura recientemente regalada, mantuvo la vista pegada en ella unos segundos antes de incorporarse y sentarse en la cama.

- Dibuja una cola

Rapidamente sacó una navaja desde el interior de su abrigo mientras buscaba con la mirada desde donde había provenido esa voz, pero parecía no haber nada ni nadie dentro de su habitación, aflojó el agarre del arma blanca un poco, mirando el espacio de su habitación extrañado.

- Dibuja la novena cola

De nuevo la voz, ¿Qué se supone que estaba pasando? Reafirmó su navaja y se puso de pie, abriendo el clóset y todos los lugares en donde pudiese caber una persona, pero nada.

- Basta de juegos. ¿Quién eres y dónde estás?

Su voz sonó grave y decidida. Ya comenzaba a hartarse, a él no le agradaban en absoluto ese tipo de bromas, de hecho no le gustaba ningún tipo de bromas y al parecer le estaban tomando el pelo.

- Aigoo.. la pintura, ¡dibújale la novena cola al zorro!

¿Qué?, dirigió su mirada de inmediato a la pintura. ¿Resulta que ahora acababa de tener principios de esquizofrenia? Excelente, lo que le faltaba.

- No tienes esquizofrenia, ¡apresúrate y dibuja la novena cola!

Parpadeó confundido, acercándose a la pared para mirar de cerca la pintura. ¿Qué demonios? ¿Desde cuándo las pinturas hablaban? Entrecerró los ojos, mirando con sospecha el dibujo de la anciana y el zorro.

- ¿Qué estás esperando? Dibuja la coooola. El zorro solo tiene ocho colas, dibuja la novena.

Frunció el ceño, dirigiendo su mirada hasta el zorro para comenzar a contar las colas de éste, efectivamente solo tenía ocho colas.

Ahora.. ¿Por qué demonios una pintura le pediría que le dibuje una cola a un zorro? No entendía en absoluto, pero parecía que la pintura comenzaba a desesperarse también. ¿Qué daño le haría dibujarle una cola al zorro? Guardó la navaja y se acercó a su escritorio para sacar un marcador negro permanente, lo destapó y se dirigió hacia la pintura nuevamente, si no hacía el dibujo seguramente estaría escuchando la voz de la pintura toda la vida así que optaría por lo más fácil y sano para todos, hacerle caso.
Dibujó la novena cola sin demasiado cuidado, después de todo no era demasiado bueno para los dibujos y mucho menos un artista, pero seguramente serviría para lo que quería.

Apenas terminó de dibujar la cola tapó el marcador, esperó unos segundos a que la pintura hablase de nuevo pero nada parecía suceder. ¿Estaría aún dormido? Justo en el momento en que se volteó para dejar el marcador sobre el escritorio sintió como una ventisca atravesaba su habitación, haciendo volar la mayoría de los papeles que estaban sobre el mueble, se volteó rápidamente mirando de reojo la ventana, estaba cerrada.

Definitivamente ese era un día para desafiar a la lógica.

Intentó recoger algunos papeles, acumulándolos en un pequeño montoncito antes de mirar nuevamente a la pintura.
Lo que vio le dejó helado. El zorro ya no estaba.
Ahora simplemente estaba la anciana en la pintura, el zorro había desaparecido. Parpadeó rápidamente, seguramente era una jugarreta de su imaginación, volvió a abrir los ojos y el zorro.. No estaba.

- Aish.. Por sacarme de la pintura, gansanmida~

Sus ojos se dirigieron con velocidad hacia la figura que estaba sentada ahora mismo en su cama, era una mujer, con rasgos bastante aniñados, asiáticos y una larga trenza amarrada por una gruesa cinta azul. Se llevó las manos a su abrigo con velocidad en busca de sacar la navaja que recientemente había guardado, pero por más que palpaba no había nada. Miró de reojo a la intrusa y notó que la navaja estaba entre sus manos, frunció el ceño mientras retrocedía con cuidado.

- Oh, no me tengas miedo, no te haría nada ya que fuiste tú quien me sacó de ahí ~

La mujer levantó su dedo índice y señaló la pintura, imposible, eso era imposible. Pero el zorro ya no estaba ahí…

- ¿Qué eres? ¿Quién eres?

- Tienes rasgos distintos y bonitos, seguramente no estamos en Corea ¿Verdad? –La mirada de ella se veía bastante curiosa, observando todo con interés.

- Respondeme

Exigió con voz firme, no se dejaría llevar por la situación. Sintió la mirada de la muchacha sobre él y se estremeció, era distinta, tenía algo distinto, algo que nunca antes había visto.

- Omo.. No te enojes ~ -Rió por lo bajo antes de decidirse a responder- Me llamo Sun-Hee y soy.. Bueno, soy una gumiho*.

*Gansanmida= Gracias
*Gumiho= Probablemente ya sepan qué es, en el próximo capitulo se explicará de todos modos.

¡Espero que les haya gustado el primer capítulo y me animen a continuar! Disfruten ~