¡Como llovia!
Sentada en su cuarto, más específicamente en su cama, miraba por la ventana tristemente. El día no podía ser peor. Katty estaba de vacaciones, y que lloviera era un bajón.
Unos golpes en la puerta de calle le alegró el rostro, pero pronto abandonó todas las esperanzas, ya que… ¿que posibilidades había que sus amigas salieran en un día así? Tal vez una en un millón, tal vez era así que… Y estaba en lo cierto, sus amigas no eran. Solo era un vecino, que venia a devolver un sobre que por equivocación le había llegado a el.
Kate en un estado deplorable. Se levantó y salió de su cuarto, y entró al siguiente, el cuarto de su hermana menor " ¡Por solo un año!", como le gustaba especificar siempre a ella. La chica tenía los cabellos castaño oscuro, como su hermana, pero a diferencia de Katty, que los tenia marrón oscuro, ella tenía los ojos color verde. Las hermanas eran muy parecidas, pero solo físicamente, porque dos personas mas diferentes de personalidad no se podía encontrar. Azul era una chica con mucho carácter, aunque a decir verdad Katty también lo era. Su carácter era muy grande. Antes, en realidad, ella había sido muy tranquila, tímida y callada. Pero si pasas nueve, repito, NUEVE, meses con Lily Evans y Mary McDonalds, uno cambia radicalmente. Lily Evans era una chica pelirroja y con ojos color esmeralda, perseguida por James Potter, y unos cuantos chicos más, a decir verdad. Mary McDonalds, era una chica con pelo castaño claro y ojos celestes. Ellas eran el causante de que ella tuviera carácter, solamente ellas, pero realmente, era mejor así.
-Hola queridísima hermana- dijo Kate. Uno de sus hoobis era molestar a su hermanita "adorada". Az puso mala cara, cortando al celular muggle. Kate era hija de muggle, como Lily.
-¿Que rayos quieres?- preguntó de mal modo Azu. Sabía que cuando su hermana la visitaba era para sacar algún beneficio: o ella le tenía que hacer un favor, o ella solo se quería divertir peleándola.
A decir verdad, la segunda no le molestaba en absoluto, ya que las dos disfrutaban molestando la una de la otra, pero si era la primera se iba a enojar muchísimo.
-¿Porque diablos tengo que querer algo para visitar a mi querida hermana Azul?
-¿No sabes que es de mala educación contestar a una pregunta con otra?
-Por lo visto vos tampoco lo sabes.
-Jaja- dijo amargamente Azu- pero cuando vienes a visitar a "tu querida hermana Azul" siempre es para sacar algún beneficio, sea cual sea.
Esta vez la que rió amargamente fue Kate.
Naturalmente, la conversación "civilizada" termino a los gritos, a los cuales se sumo su madre Claudia. Aunque eso era normal en esa casa.
Después de esa pelea "chiquitita" Katty volvió a su cuarto y se acostó en su cama, de nuevo aburrida. De pronto, mientras estaba a punto de matarse del aburrimiento, el timbre sonó. Pero esta vez, su puerta se abrió revelando a una pelirroja y a una castaña.
Lily y Mary estaban sonriendo abiertamente. Katty se levantó de golpe de su cama y fue a saludar a sus amigas.
-¡Que suerte que vinieron! ¡No saben lo aburrida que estaba!
-Si mira tu te vienes a mi casa eh, si o si- dijo Mary recontenta.
-Claro que me voy, no lo voy ni a dudar, mi otra opción es quedarme con mi hermana, y esa no es una muy buena opción.
-¡Entonces empiezas a hacerla valija ahora mismo que quiero que nos vayamos a casa lo antes posible!
Mary volvió a gritar feliz. Pero aclaró
-Recuerden que esta mi hermana Daniela, ¿recuerdan esa rubia con ojos color chocolate?
-¿Y eso que tiene?- pregunto inocentemente y también ignorantemente Kate.
- Que Daniela no es ninguna santa.
-Tiene tu misma edad, ¿verdad?
-Si, pero un mes menos- después Mary rió- pero nos va a hacer la vida imposible así que manténganse alertas. Muy alertas.
