Hola que tal? ¿Cómo están? Espero que bien. Voy a alternar mi fic de los 10 tesoros del mugiwara con este por que me vino la idea de repente, espero que les guste y se entretengan leyéndolo.

¡¡Dejen reviews onegai!! Recuerden que One Piece es propiedad de Eiichiro Oda y que estas paranoias son meramente mías

- ¡Una isla, una isla! – Gritaba con euforia Luffy al descubrir la nueva destinación – Oi, Zoro hay que explorar, ¡vamos! – Pidió el moreno a su amigo espadachín – pero si aún no llegamos además creo que voy a tomar una siesta en la playa en cuanto hundamos el ancla – respondió el peliverde.

Pronto el thousand sunny llegó a la orilla y todos se dispusieron a desembarcar – mmm que mala suerte, en esta isla no habrá tiendas de ropa – dijo Nami al ver el solitario paisaje – yo diría que no habrá tiendas de nada, esta isla debe estar desierta – aseveró Robin.

- Pero tal vez haya algo interesante, creo que iré a ver, nunca sabes lo que puedes encontrar en una isla desierta – se emocionó un poco la arqueóloga – yo te acompaño Robin-chwan – la siguió el rubio cocinero con sus ojos de corazón.

- Yo creo que prefiero quedarme aquí, mi enfermedad de no-debo-bajarme-en-una-isla-desconocida-y-desierta me ha vuelto – mintió Usopp - ¡super! Así podré mostrarles los sistemas del barco – dijo Franky – ya los mostraste mil veces – replico con aburrición Nami.

- Si estás aburrida podríamos ir a explorar – le propuso Luffy - o te podrías quedar aquí con Zoro – siguió convenciendo el capitán mientras Chopper y Usopp ya acompañaban a Franky – mmm bueno, supongo que será mejor acompañarte – aceptó la navegante.

Después de andar por el bosque Luffy por fin encontró algo interesante, una cueva extraña – mejor no Luffy, puede ser peligroso – dijo Nami – pero si hay algo muy brillante dentro de ahí – replicó el chico de goma - ¿de verdad? ¡Vamos entonces! – se apresuró Nami con sus ojos brillando.

Al entrar a la cueva se dieron cuenta que en un pedestal había una piedra preciosa como un diamante en él y le pelirroja rápidamente fue a tomarla, pero la intuición de Luffy le dijo que algo andaba mal e intentó detenerla pero al mismo tiempo que Nami ya tomaba el diamante, el moreno también tocó la piedra preciosa y un resplandor los cegó a ambos por unos segundos.

Lo que no supieron es que el resplandor también cubrió a toda la isla y tendría efectos muy extraños. – Estamos bien – se percató Nami al abrir los ojos y tener el diamante en las manos.

Feliz la navegante entonces emprendió su camino de regreso al barco seguida por Luffy – ¿lo ves? Te dije que iba a ser divertido – rió el chico de goma – si, gracias Luffy – respondió la pelirroja.

Pero al subir al barco vieron algo muy extraño, un niño estaba durmiendo en cubierta, lo más extraño es que la ropa que usaba le quedaba exageradamente grande, pero pronto se percataron que era alguien conocido, pues tres katanas estaban a su costado.

- ¡Zoro! – se sorprendió Nami. El chiquillo despertó y luego vio a todos lados, se preguntó donde estaba. Después de un pequeño interrogatorio el pequeño sólo recordaba su nombre, Roronoa Zoro, que era un espadachín y que tenía 9 años.

Un momento después dos niños y un pequeño reno subieron a cubierta – ¡esta cosa nos persigue, es un monstruo! – Gritaba aterrorizado un niño con nariz larga quien se escondió detrás de Luffy – no soy un monstruo, sólo tengo la nariz azul – se defendió con un puchero el renito, el tercer infante, uno de cabello azul de punta estaba maravillado con el barco, aunque para él, le faltaban algunas armas.

Los 4 tenían algo en común, sólo recordaban su nombre su ocupación y que tenían 9 años. – Luffy ¿Qué ha pasado? – Preguntó preocupada Nami – bueno, se han vuelto chibi, creo yo – dijo riendo el capitán – eso ya lo se tonto, quiero saber por que les pasó esto – regañó Nami no sin antes darle un buen golpe.

De pronto escucharon un llanto viniendo del bosque, se dieron cuenta de que era una niña de cabellos negros – debe ser Robin, también le pasó lo mismo – exclamó Nami quien bajó del barco para ver a su empequeñecida nakama - ¿eres Robin verdad? – Preguntó la pelirroja a lo que la infanta asintió aún sollozando - ¿y por que lloras Robin? – Cuestionó Nami – es que ese niño me quiso ver la ropa interior – señaló a un chiquillo rubio que salía del bosque.

- te juro que fue un accidente – se disculpaba el pequeño Sanji – si, claro – dijo Nami con sarcasmo y le dio un coscorrón al cocinero – quiero que todos suban al barco y vayan a la cocina – ordenó la pelirroja y los niños obedecieron al ver la autoridad de la navegante.

Afuera sólo se quedaron Luffy y Nami - ¿qué vamos a hacer? – dijo Nami – primero tenemos que comprarles ropas de su tamaño – respondió con simpleza Luffy – es una buena idea, pero es que lo principal es saber que es lo que pasó – explicó la pelirroja – aunque lo mejor será alejarnos es esta isla, tal vez nos pase lo mismo – continuó. Cabe decir que tanto Robin como Chopper recordaban sus poderes de Akuma no Mi

Así decidieron levantar el ancla e irse de ahí – muy bien – empezó Nami a hablar con los niños – ¿ninguno recuerda quienes somos verdad? – preguntó a lo que todos negaron con la cabeza – muy bien, pues yo soy Luffy y ella es Nami y ahora somos como su papas ¡shishishishi! – se emocionó un poco Luffy al tener a tantos niños a bordo – bueno si, algo así, pero deben portarse bien mientras averiguamos qué es lo que les pasó – finalizó la navegante.

Nami comenzó a hacer la comida para tantos y Sanji se ofreció a ayudarla – una mujer tan bonita no debe trabajar tanto sola mamá-Nami – dijo mientras tomaba un banco para alcanzar la barra – bueno, gracias, supongo – respondió la navegante.

En poco tiempo, todos comían con un poco de extrañeza pues aún no conocían a sus compañeros, de pronto Sanji se le quedó viendo a Zoro – ¿que tanto me ves? – Preguntó el peliverde – jajaja es que tienes cabeza de marimo jajajaja – se burló el rubio – ¿ah si? Pues tu ceja parece un alambre mal doblado – replicó Zoro y en ese momento ambos empezaron a pelear.

- ¡Muy bien alto ustedes dos! – Los detuvo Nami, quien estaba contenta de que ahora podía hacerlo sin problemas – se quedarán sin comida por hoy – los regañó y los sacó hacia cubierta.

Mientras era llevado por la pelirroja hacia fuera Zoro volteó a ver a sus pequeños compañeros y vio como esa extraña niña rió un poco frente a la pelea de niños – vaya, es muy bonita cuando se ríe – pensó al verla y luego se sonrojó un poco – ¡bah! Las niñas son tontas, no me voy a fijar en ella – se dijo en su mente y le quitó la vista, aunque sin dejar de sonrojarse.

Ya fuera de ahí Sanji y Zoro aún seguían peleando como niños (upps, ahora son niños XDD) – jajaja esos dos son iguales que antes – rió Luffy – oye papá-Luffy ¿cómo le haces para comer tanto? – Preguntó Franky – he oído que dentro de su estómago, hay plantas carnívoras, por eso puede comer grandes cantidades – le susurró Usopp al pequeño Chopper a quien ya no temía - ¿en serio? – creyó la historia el inocente.

Casi llegando al atardecer Sanji fue obligado por Nami a pedirle perdón a Robin – niña bonita, siento haberte querido ver la ropa interior – se disculpó el rubio y para que veas que es sincero te tengo un regalo – presumió Sanji – ¿de verdad? – Sonrió la pequeña arqueóloga – si mira – el cocinerito sacó de su espalda a Chopper con un moño atado en la cabeza.

- Gracias, es muy lindo – dijo Robin abrazando al tierno reno – ¡no soy un regalo! – Exclamó Chopper aunque después del sincero abrazo de la morenita ya no replicó – que bueno que te gustó ¿ahora si me enseñas de que color es tu ropa interior? – pidió el rubio e inmediatamente un pequeño brazo broto de su propio hombro y le pellizcó el brazo y acto seguido Robin se retiro de ahí.

- ¡Shishishi! Te lo merecías – se burló Luffy quien había visto toda la escena – las niñas con complicadas papá-Luffy, ¿como hiciste para conquistar a mamá-Nami? – Inquirió el pequeño – ah bueno, no he conquistado nada – se llevó la mano a la barbilla el moreno – ¿entonces tú y mamá-Nami no son pareja? Yo pensé que lo eran, digo, si nos están cuidando ustedes dos, al menos pensé que serían novios – dijo al retirarse el pequeño cocinero – mmm novios – se dijo a si mismo Luffy todavía meditando.

Robin, después de huir de Sanji fue al otro lado del barco donde vio a Zoro practicando con dificultad con sus katanas – diablos, estas espadas son muy pesadas, no puedo entrenar bien – pensaba el pequeño - ¿Qué haces? – Le inquirió con cierta timidez Robin tomada de la mano de Chopper – estoy entrenando, quiero volverme muy fuerte – respondió Zoro - ¿y para qué? – quiso saber la pelinegro. – Bueno para hacer realidad mi sueño – sonrió el espadachín.

- ¿tienes un sueño? – Sonrió Robin – si, seré el espadachín más fuerte del mundo – contestó Zoro – vaya, que bien – exclamó la pelinegro, esperando que Zoro le preguntara sobre su sueño.

Al no ver que el espadachín no le hacía mucho caso agachó un poco la cabeza, y prefirió platicar con Chopper – ¿y tú tienes un sueño renito? – Preguntó la arqueóloga – ¿yo? Si, quiero poder curar cualquier enfermedad – exclamó el pequeño doctor.

Zoro entonces se percató de que no le había preguntado a Robin por su sueño – este… oye niña… ¿y tu tienes algún sueño? – Inquirió un poco apenado el peliverde y la carita de Robin se iluminó – si, yo quiero saber la historia, quiero saber toda la historia, también esa que está oculta – explicó la pequeña ojiazul.

- es raro, pero aún así creo que lo lograrás – le aseguró Zoro haciendo que ella se sonrojara y riera nerviosamente mientras después de esto Zoro se puso rojo como tomate.

En el otro lado del barco Franky rápidamente creó un par de pequeños autos de combate con los cuales él y Usopp e divertían bastante, aunque más él ya que siempre ganaba – no es justo, hiciste tu auto mejor que el mío – replicaba el nariz larga – te lo cambio para que veas que no es cierto – propuso el peliazul pero el resultado fue el mismo.

Para la siguiente ronda Usopp decidió agregarle un poco de pólvora a su pequeño auto de madera y al momento de chocar ambos juguetes hicieron explosión, desgraciadamente para el pequeño tirador el que más se dañó fue el de él – nada me sale bien – se quejó – oye tu, arruinaste mis autos de combate, te voy a matar – dijo Franky y comenzó a perseguirlo por todo el barco.

- ¡ahh, papá-Luffy, ayúdame! – Usopp se escondió detrás del chico de goma mientras este sólo se reía de las acciones de los niños del barco – cobarde, no huyas – gritaba Franky hasta que se sintió cargado de su camisa por alguien – un momento, tu no vas a ningún lado hasta que te pongas un pantalón, busca por ahí, se que no son de tu talla pero algo has de encontrar y no vuelvas hasta que te vistas como debes – lo regaño Nami y lo envió a los camarotes a buscar ropa "adecuada".

- eres una buena mamá Nami – rió Luffy – bueno, alguien tiene que serlo – respondió Nami – ¿crees que yo sea un buen papá? shishishi – preguntó el chico de goma – pues no lo se, pero creo que cuando llegue el momento serás un buen papá – dijo divertida la navegante – si, estoy seguro que pronto seremos buenos papás los dos – dijo Luffy y se retiró.

- lo dijo como si fuéramos una pareja ¿o fue mi imaginación? Si creo que fue eso – pensó Nami un poco perpleja cuando se dio cuenta de lo tarde que era.

- ¡Niños ya es hora de dormir, mañana sería un día pesado! – Gritó la pelirroja y los niños se presentaron ante ella, algunos obedientes, otros no tanto – no es necesario ir a la cama, esta hora es buena para entrenar – se quejaba Zoro – cállate marimo, tenemos que obedecer a mamá-Nami – lo encaró Sanji e iban a pelear pero Luffy los separó.

- Muy bien, los chicos dormirán con Luffy todos en un cuarto, Robin y Chopper dormirán conmigo – arregló Nami y así todos fueron a dormir, extrañamente, Zoro, el que se opuso a dormir fue el primero en hacerlo.

- mamá-Nami – se dirigió la pequeña Robin hacia la pelirroja cuando ambas estaban en la cama, la mayor ya intentando dormir y la menor aún leyendo - ¿si Robin? – Abrió un poco los ojos Nami – ¿a ti te ha gustado algún niño? – Preguntó la morenita – eh bueno, creo que todas las niñas nos ha gustado algún niño Robin – explicó la navegante – ah, ya veo – sonrió un poco Robin pensando en ese rudo chiquillo pelos de lechuga.

- Es hora de dormir Robin, ya apaga la luz por que mañana tendremos muchas cosas que hacer – le mandó Nami lo que Robin obedeció y luego abrazando como si fuese un muñeco de peluche a un ya dormido Chopper se dispuso a descansar en la noche…

Y bueno, este capítulo es corto pero ya el siguiente será más largo. Me gustaría saber si está bien o mal, en que tengo que trabajar para hacer esta historia mejor.

Nos vemos!!