PRÓLOGO - PARTE 01


El universo. ¿Qué es el universo?

Fácil, es todo, desde la más grande de las galaxias hasta el más diminuto de los átomos, incluso todo lo que concierne al mundo cuántico, un vasto espacio que alberga materia, energía, vida; tiempo y espacio. Una inmensidad donde se halla todo lo habido y por haber.

A pesar de que dicho espacio puede sonar caótico, esto no es así, dado que junto al caos también existe el orden, fuerzas que se oponen y se atraen y que fluyen en constante armonía. Y para que dicho equilibrio exista es necesario un dominio, que se consigue a través de cuatro entidades etéreas que lo construyen y destruyen todo a su placer; si algo existe en el universo es porque estos cuatro grandes seres etéreos, fuerzas tiránicas y absolutas, así lo desean.

La electromagnética, de alcance infinito, es la creadora de las partículas fundamentales que conforman toda la materia existente y por lo tanto máxima responsable no sólo de su existencia, sino de la Luz y electricidad entre otras. Su desaparición ocasionaría la desintegración de todo lo que puebla el vasto espacio.

La fuerza fuerte, compleja y de alcance ínfimo a gran escala, pero muy, muy intensa a pequeña escala; esta crea la estructura que permite el sustento de los ladrillos fundamentales que conforman las unidades básicas de la materia que alberga el universo y evita que se desintegren en una amalgama subatómica universal.

En contraposición, tenemos a la fuerza débil, pero no os dejéis engañar por su nombre, dado que sin esta el universo estaría completamente sumido en una silenciosa Oscuridad. Esta es la creadora de la Luz y la energía que transmiten las estrellas, las cuales bañan con su resplandor cada rincón del vasto y oscuro océano que es el universo.

Por último, tenemos la gravedad, de alcance infinito y extremadamente compleja, sin la cual el universo no sería lo que es hoy en día, esta es la máxima responsable de dar un orden y un sentido a toda la materia que se encuentra desperdigada. Creadora de planetas, estrellas, y demás. Esta decide que juntar y qué no juntar, creando un minucioso y exquisito cóctel.

Sin embargo, tenemos que recordar que las cuatro guardianas, dueñas y señoras de todo crean un equilibrio, dado que ninguna impone su supremacía sobre la otra, todas fluyen es una virtuosa y elegante danza que moldea la realidad a su gusto.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que el universo no es un simple plano que lo alberga todo, eso sería una completa insensatez; no, el cosmos debe ser entendido como un ser vivo que se encuentra dentro de un continuo espacio-tiempo, por lo tanto, con un nacimiento.

Lo que hoy en día todos conocemos con el Big Bang, la gran explosión que llenó velozmente la nada existencial, esparciendo a velocidades vertiginosas todo lo que había sido contenido en una diminuta jaula de energía que flotaba en aquel vacío. Una supernova que marcó el prólogo de una historia que hoy todavía sigue escribiéndose, desarrollándose y expandiéndose hasta los confines de lo imaginable. Una historia más antigua que incluso el propio tiempo; cuyo final es tan incierto que aún no tiene respuesta.

Pero me temo querido lector que nunca seremos capaces de poder disfrutar de la conclusión de tal magistral obra ya que en este gran relato no somos más que un simple fulgor, que brilla tan intensamente para acto seguido apagarse; sin embargo, los ecos de lo que fuimos no quedarán en el olvido, estos seguirán resonando al ritmo de esta canción incompleta.

Sin embargo, esto no acaba aquí, el pensar que solamente hay una única historia por contar es de insensatos.

Al igual que creemos y sentimos que no estamos solos en este cosmos, que otros hermanos nos aguardan en algún punto de la infinidad; el universo es igual, este no está sólo dado que otros cientos de miles de historias al igual que la suya están siendo escritas en estos momentos, historias completamente diferentes, con espacios y lugares, dioses y seres particulares; propios de cada autor. Que jamás se han llegado a tocar dado que cada una posee una melodía particular que suena en los confines de forma distinta a la de sus demás hermanas, pero que en su conjunto todas encajan a la perfección, creando así, una perfecta composición orquestal.

El multiverso.

Aunque hay casos en los que un universo de este inmenso e infinito multiverso puede ser al mismo tiempo su propio multiverso. Entiéndase de esta manera: un multiverso puede formar un universo y a su vez este universo forma parte del multiverso. Sin duda algo tan increíble de imaginar que es casi imposible.

Y dentro de esta gran sinfónica, encontramos a las dos grandes directoras de la orquesta, la Luz y la Oscuridad, máximas representantes de la dualidad universal de todo lo existente, opuestas y a su vez complementarias, estas se hallan en todo.

La Luz es una fuerza pura y de poder ilimitado. Aunque a menudo se asocia con las fuerzas del bien, la Luz no es del todo benévola. Además, una persona puede verse también consumida por ella hasta el punto de creer que cualquier sombra que haya puede ser maligna.

La Oscuridad también es una fuerza pura y de ilimitado poder, pero más influyente que la Luz. Es representada como la ausencia de la Luz, así como la fuente de un gran poder que es realmente difícil de controlar.

Ambas fuerzas igual de poderosas, que pueden ser tan benévolas, creadoras de vida, como a la vez tan destructivas y consumidoras; siempre dependiendo del propósito con el que se empleen.

La una y la otra, dentro del multiverso poseen sus respectivos dominios, uno creado completamente por Luz y donde se hallan la mayoría de mundos conocidos; y otro creado completamente de Oscuridad, misterioso y poco conocido. Hogar de peligrosas criaturas, así como de un cúmulo de Luz que habita en armonía en lo más profundo de estos terribles y vastos páramos; cuyo conocimiento es escaso dado que no todos los que van regresan, y si lo hacen nunca son ellos mismo. Muchos han estado en el Reino de la Oscuridad antes, pero su estancia allí no era para nada agradable.

Ambos Reinos independientes el uno del otro, pero igual de accesible, sólo para aquellos que poseen los requerimientos y artefactos necesarios para permitírseles la apertura de las grandes puertas de ambos territorios.

Y dentro de toda esta gran división, entre la brecha de ambos colosos, encontramos un tercer y cuarto Reino. El primero, el Reino Intermedio, es un intermediario, donde encontramos pocos mundos con características y naturalezas particulares; y donde nuestra aventura comenzará. El cuarto… es uno de los mayores misterios del mundo… el Reino del Sueño.


Si alguien está interesado en participar en este proyecto, puede ponerse en contacto por mensaje privado con cualquiera de los autores que aparecen en el perfil o en este mismo. Eso si, se pide que, si alguien va a unirse, que lo haga con cierto compromiso: mente abierta y no dejar el proyecto poco después de haber pedido su participación en el susodicho.

Avisamos que, en este proyecto, la participación es con un OC y su historia, escribir, no con ayuda de edición o parecido. Eso no es necesario.

Esto es todo por ahora.