La puerta de la panadería de Tom y Sabine se abrió dando paso a una joven pareja que entraba tomada de la mano y con una sonrisa en sus rostros.
- Hola mamá - habló risueña la chica .
- Hola cariño - respondió alegre la mujer de rasgos asiáticos - y buenas tardes a ti también Adrien - dijo dirigiéndose ahora al chico rubio que estaba con su hija.
- Buenas tardes señora Dupain-Cheng - respondió educado.
- Han regresado pronto - dijo mostrándose curiosa.
- Aun no hemos ido, esta refrescando y vine a recoger un sweater. Alya y los demás nos esperan en el parque. - explicaba mientas abría la puerta que accedía a las escaleras de la vivienda.
Ya con la prenda en su mano la pareja se despedía de Sabine y se ponía en camino hacía el parque.
Al llegar al sitio de la reunión, vieron con sorpresa como Alya mantenía un acalorado debate con Nino quien solo la veía agobiado. Mientras que el resto de sus compañeros solo los miraban atónitos en completo silencio.
- ¡No me lo negaras ahora Nino! - lo miraba con imposición mostrándole la pantalla de su teléfono - Todos son iguales, ustedes también lo han hecho. - enfatizó con contundencia señalando a los chicos de su grupo.
Marinette y Adrien se miraron confundidos al no saber de qué iba todo aquello y a que se refería su amiga.
-Pe...pero Alya no estás siendo justa y lo sabes. - cuando los ojos de su novia se clavaron acusadores sobre él contuvo el aire nervioso ante lo que podría decir ahora.
- ¡¿Que no soy justa?!, ¡dime un solo ejemplo de alguien de ustedes que no lo haya hecho!. - volvía a señalar a sus compañeros con más ímpetu que antes.
Nino se levantó la gorra y se frotaba nervioso la nuca, entendía el punto de Alya pero quería suavizar la situación por su propio bien.
Sus ojos se abrieron ligeramente al ver su salvación, Adrien. Si había alguien que no sucumbiría ante la tentación sería él o al menos lo disimularía mejor.
- ¡Adrien! - exclamó con aire triunfal y señalando con alegría a su rubio amigo.
Adrien miró confundido a Marinette quien solo mostró un gesto dando a entender que no comprendía nada.
- ¡JA!, ¿Adrien?, ¿él es tu mejor ejemplo? - una ligera sonrisa de satisfacción se dibujo en la comisura de sus labios - ¿sabrás que tú mejor amigo es igual que todos ustedes?, varias veces todas lo hemos visto como sigue con la mirada a Marinette, cuando ella se aleja. - todas sus compañeras asintieron al unisonó a la revelación de la morena.
Ahora era Marinette quien miraba desconcertada a su novio, mientras él solo levantaba los hombros en seña de no saber a lo que se referían.
Nino miraba fijamente al suelo sintiendo como las gotas de sudor resbalaban por su sien.
Los ojos del moreno se abrieron de golpe y una sonrisa de triunfo decoró su rostro.
- ¡CHAT NOIR!, él es el héroe de París y no podrás decir nada de él. - con infantil orgullo sonreía hacía su afirmación sabiendo que Alya no tendría nada en contra del héroe que solo se le veía en contadas ocasiones.
- ¿En serio Nino?, ¿Chat Noir?, él es el peor de todos ustedes. - dijo mientras se sostenía el puente de la nariz entre sus dedos de forma condescendiente hacía su novio.
- ¡Mira! - exclamó ansiosa, mostrando la pantalla de su teléfono.
Lentamente fue pasando las imágenes y mostrándolas a todos sus compañeros, viendo como los rostros de los chicos adquirían lentamente un fuerte rubor. En el teléfono se mostraban imágenes de los dos héroes donde el felino acompañante de Ladybug siempre se mantenía a su espalda con la vista clavada fijamente al frente y al mismo lugar.
Marinette y Adrien de nueva cuenta se miraban aun mas confusos que antes al verse ahora en su versión de héroes como centro de aquella discusión.
Marinette finalmente se decidió a saber qué era lo que pasaba y dando un paso al frente se acerco a su amiga.
- ¿Alya, que está pasando?
- Nada, solo que aquí mi "querido" novio tiene unos ojos muy inquietos. - miraba de soslayo a Nino frunciendo el ceño.
- No...no te comprendo. - dijo aun mas confundida sobre todo al ver como Nino y el resto de los chicos bajaban ligeramente la vista.
- Es muy sencillo, aquí mi novio y todos estos, - señalo con la mano al resto de sus abatidos compañeros - no pudieron separar los ojos del contoneo del trasero de una pelirroja que pasó por aquí.
En ese momento el sonrojo en la cara de los chicos era ya un incendio en su máxima expresión. Hasta las mejillas de Marinette comenzaron a cambiar a un tenue rojo.
- Y siempre lo hacen, cada vez que pasa una chica sus ojos se pierden en el movimiento de sus caderas. - mientras se descubría aquello que los chicos pensaban que pasaba desapercibido su varonil orgullo se hundía más.
- ¿Pero por qué has nombrado a Adrien?. - se giraba hacia atrás viendo como las mejillas de su novio comenzaban también a tomar un tono rojizo.
- Ay Marinette, Marinette, tú novio aquí presente cada vez que te levantas no es capaz de apartar la vista de tu bonito...- Marinette dio un respingo cuando sintió el inesperado golpe a mano abierta de su amiga sobre su trasero.
El silencio se hizo presente en todos mientras las chicas miraban con reproche a sus compañeros ellos solo se encogían ocultando el fuerte rubor de sus caras.
- ¿Y...y Chat Noir? - preguntó indecisa, percatándose como los ojos de Adrien se abrían desorbitados.
- ¿Chat Noir?, nuestro querido héroe tiene sus rasgadas pupilas muy clavadas en cierta parte de Ladybug. - mostraba de nuevo la fotos de su teléfono a su amiga.
En ellas siempre se veía a al héroe a espaldas de la heroína y con la mirada hipnotizada en el balanceo del redondeado trasero de su compañera.
Los ojos de Marinette bailaron nerviosos, recordando su ultima charla con su compañero de batallas a raíz de un artículo en los periódicos, donde tachaban a Chat Noir como el ayudante de Ladybug al ir siempre a su retaguardia.
- De verdad que siento que digan esto de ti gatito. - dijo afligida acariciando con cariño el rubio cabello de su compañero de batallas.
-No te preocupes mi Lady yo siempre estaré encantado de ir a tu estela cuidando tu espalda. - respondía el héroe mostrando una gran sonrisa.
- Ja, ja, ja, eres un adulador, ¿lo sabías?. ¿Nos vamos? - de un impulso se puso de pie acompañada al instante por su compañero.
- Siempre después de ti mi Lady, ¿recuerdas que yo cuido tu espalda? - en un galante gesto le guiño el ojo ofreciéndole el paso.
Marinette se giro con la sorpresa de no ver a Adrien.
- Tonto gato. - musito, mientras salía a toda prisa en busca de su novio para tener unas palabras con él sobre su caballerosidad.
FIN
