AMOR ENTRE LAS LLAMAS DEL ODIO
La odio, ella es la causante de la muerte de mi madre, si mi hermano no piensa vengarse, yo si. La voy a destruir y nada ni nadie me lo impedirá.
A PRIMERA VISTA
-Entonces el trato esta cerrado –declaro un joven de rubios cabellos y ojos azulados.
-Si –contesto su interlocutor- mi cliente el señor Joe Kido estará encantado de trabajar con ustedes, nos veremos el lunes en su oficina para firmar el contrato –finalizo el hombre estrechando la mano del rubio.
El rubio acompaño a su invitado a la puerta y cuando este desapareció se permitió llevarse una mano a la cabeza, tenia una jaqueca terrible, pero los negocios eran los negocios.
-¿Puedo pasar? –se escucho una voz conocida detrás de la puerta.
-Por supuesto –contesto el rubio- sabes que tú no necesitas tocar, eres mi hermano.
-Lo siento, es la costumbre –se disculpo un joven rubio de ojos azules, pero mas joven que el anterior y con más alegría en la mirada- ¿Cómo te fue con el abogado de Kido?
-Perfecto –contesto el mayor ordenando sus papeles- esta dispuesto a pagar lo que pedimos.
-Sabía que lo lograrías, siempre lo haces –dijo sonriendo el menor- si fuera yo, seguro que nos pagaría mucho menos, pero tú lo has conseguido.
-No era para menos, el trabajo en los barcos es muy duro, tenemos que pagarle a los marineros, además con nosotros tendrá la seguridad de que sus mercancías llegaran seguras a su destino, tenía que entender eso.
-Bueno si –acepto el menor- pero Kido estaba muy renuente ha aceptar lo que le pedíamos. Y tú has logrado que acepte, eres sorprendente, Matt.
-No es para tanto TK –contesto incomodo el rubio- simplemente tengo experiencia, estoy seguro de que una vez que tú hayas trabajado algunos años en el negocio, lograras cerrar contratos tanto o más exitosos que este.
-Espero que si –sonrío TK- a propósito ¿no vamos a celebrarlo? Podemos ir a tomar una copa.
-Puedes celebrarlo tú con Kari, yo tengo una jaqueca terrible –respondió Matt- creo que me iré a casa.
-Esta bien –acepto TK, había esperado que su hermano y él lo celebraran, pero como de costumbre Matt vivía solo para su trabajo- Espero que Kari quiera salir, esta ocupadísima con los preparativos para la boda.
-No creo que se niegue, le encanta salir contigo.
-Si –contesto TK pensando en su prometida- No puedo creer que en poco más de dos meses me casare con ella, a veces me parece muchísimo tiempo y otras me parece muy poco.
-Si, al fin tendré la casa para mi solo –bromeo el rubio, aunque en realidad sabía que extrañaría a su hermano, sin él se quedaría solo en la gran mansión que colindaba con el río, únicamente quedarían él y sus recuerdos.
-Claro y yo me librare de tus ronquidos –sentencio TK- y a cambio tendré una hermosa mujer.
-¡Vaya que sales ganando! –Matt se sentía feliz por su hermano.
-De hecho -continuo TK con seriedad impropia de él- creo que es lo que tú deberías hacer hermano.
-No empieces de nuevo –renegó Matt- siempre sales con lo mismo, todo eso es una tontería.
-No es una tontería Matt, tienes 24 años, a estas alturas yo ya debería de tener dos sobrinos y tú una hermosa mujer que te prepare el desayuno.
-Eres un soñador empedernido, además –su expresión se volvió más fría- sabes que no puedo casarme hasta que haya saldado mis cuentas, sino fuera así no podría ofrecerle a una mujer lo que se merece.
-Deja ya de rumiar esa venganza –se quejo TK molesto- han pasado 12 años, olvídalo y haz tu vida en paz.
-Nuestra madre no lo olvido ni siquiera en su lecho de muerte –expreso Matt con amargura.
-Lo siento –TK se arrepintió de sus palabras al ver la expresión de su hermano- no quise recordártelo.
-En realidad –dijo Matt poniéndose el abrigo- todos los días lo recuerdo.
-No deberías, nuestra madre no lo aprobaría.
-Nuestra madre esta muerta y ya no puede opinar –finalizo Matt fríamente- Que te diviertas con Kari.
Matt salio a la fría llovizna de Agosto, afortunadamente llevaba una sombrilla. Camino en dirección a su casa pensando en lo que había pasado, no había querido ser tan rudo con Tk y esperaba que esté no estuviera enfadado, pero no soportaba que le dijeran lo que debía hacer o no con su vida y menos en lo que a su venganza se refería.
-Madre -murmuro bajo la lluvia- no creo que él lo entienda, era muy chico para comprender y aun ahora parece no afectarle. Por lo tanto él único que puede saldar cuentas soy yo.
La fría llovizna le azotaba la cara, había sido una tonta al no cargar una sombrilla y ahora lo único que le quedaba era correr para tratar de mojarse lo menos posible, sabia que en una dama eso no se vería bien, pero lo prefería a pescar un resfriado, desgraciadamente en menos de un par de minutos había quedado empapada, afortunadamente no le faltaba mucho para llegar a su casa. La llovizna había arreciado y no veía muy bien por donde corría, solo sintió que choco contra algo duro y calido y que unos fuertes brazos la sujetaron para que no cayera por el impulso del golpe.
-Lo siento –escucho una voz masculina- ¿Te encuentras bien?
-Si –contesto la chica mirándolo por primera vez, era un joven muy atractivo, rubio y de ojos tan azules como el mar- discúlpeme.
-El culpable fui yo –dijo el rubio mirándola detenidamente, era una dama muy bella de cabello castaño y tez clara, pero lo que más llamo su atención fueron sus ojos marrones- esos ojos –pensó- los he visto en alguna parte, me recuerdan a alguien, pero no tengo idea de a quien.
Tan ensimismado estaba en sus pensamientos que no se daba cuenta de que una lluvia torrencial caía sobre él y la jovencita.
-Bueno –murmuro la chica mirándolo intrigada y notando por primera vez que el joven aún la sostenía con fuerza pero sin lastimarla, también noto que la lluvia seguía mojándolos y murmuro- tengo que…
-Espera –la interrumpió el rubio soltándola- No podría perdonarme que una dama pescara un resfriado por mi culpa, ten –dijo ofreciéndole la sombrilla que con el golpe había caído al suelo, pero que él había levantado para tendérsela a la chica.
-Gracias –murmuro la chica.
-Nos vemos –dijo el rubio a manera de despedida, se dio la vuelta y desapareció entre la lluvia.
-Ya llegue –anuncio la joven 5 minutos después mientras entraba a su casa.
-Mimi –escucho una voz que le daba la bienvenida- que bueno que regresaste. ¡Pero si estas empapada! Debes darte un baño o te resfriaras.
-Gracias Yolei –respondió Mimi sonriendo, mirando a la chica de ojos violáceos que se ocultaban detrás de unos anteojos- En seguida subo a bañarme.
-No entiendo porque estas tan mojada si traías esa sombrilla –se extraño Yolei.
-Lo que pasa es que olvide mi sombrilla, está me la presto un caballero con el que choque en la calle.
-¿Un caballero? –pregunto Yolei interesada- ¿Era joven? ¿Era guapo? ¿Era distinguido?
-No lo se –contesto Mimi subiendo hacia su habitación- Bueno, era joven, talvez 23 o 24 años. Ayúdame –pidió levantándose el cabello.
-Bueno y… ¿era bien parecido? –volvió a preguntar Yolei mientras le desabrochaba el corsé- ¿Cómo era?
-Pues… –Mimi lo pensó ¿era guapo? La verdad es que si lo era y bastante, aunque en él había algo que era inolvidable, que te atrapaba y ese algo eran sus ojos, tan penetrantes, tan enigmáticos, tan melancólicos y fríos a la vez- Sí, era bastante guapo. Rubio y de ojos azules muy enigmáticos.
-¡Que suerte! –expreso Yolei cuyo sueño era tener una bonita familia, por supuesto con el chico ideal, desgraciadamente aún no lo había conocido.
-No lo creo –respondió Mimi- ¿Crees que ya esté el baño?
-Por supuesto –contesto Yolei- bueno, te dejo para que te bañes a gusto, te veré en la cena.
Mimi entro en la amplia tina de mármol, el agua estaba caliente, muy caliente para su gusto, pero era lo mejor después de haberse empapado bajo la lluvia. Trato de despejar la mente para relajarse, pero no pudo olvidar la mirada del rubio, era muy atractivo, y esos ojos eran muy llamativos, además tenía una boca tan sensual…
-¡Mimi! –se regaño mientras sacudía la cabeza- que clase de pensamientos son esos, nunca volveré a ver a ese hombre, él no tiene nada de especial.
Mimi se vistió aun pensando en él. ¿Por qué no lo podía sacar de su mente? Era ridículo e incorrecto, no lo conocía, no lo volvería a ver y ni siquiera sabía su nombre.
Se dirigió al comedor para tomar la cena con Yolei y Miyako, la madre de Yolei, su mirada paso distraídamente por la sala, todo estaba en orden, como siempre, Miyako era fanática del orden, pero en medio de la sala y totalmente fuera de lugar se encontraba un objeto, Mimi se acerco y lo tomo en sus manos mirándolo detenidamente, era la sombrilla del rubio y en la empuñadura de plata estaban claramente grabadas dos iniciales. M.I.
-M.I. –murmuro Mimi para si misma- ¿Qué podrá significar?
¡Hola! Me presento, soy Arlet y este es el primer Mimato que escribo, la verdad es que esta pareja me encanta, y moría de ganas por hacer un fic de los dos, pero no me decidida en la temática, finalmente que do esto y aquí tiene el primer capitulo, se que no dice mucho pero espero que les guste o por lo menos les deje un poco de intriga -
Respecto al fic, la verdad no creo exceder más de 10 capitulo, así que no será muy largo, y no sólo tendrá Mimato sino también un poco de Taiora y Takari. Espero que les guste y me dejen sus comentarios y también espero continuar pronto. A todos los que lo leyeron se los agradezco mucho n.n
Próximo capitulo: MIS RAZONES PARA ODIARTE
Bueno, nos vemos en el próximo capi .
Matta Ne
::Tus sueños son las alas que te ayudaran a volar::
