Capítulo 1: "Reencuentro x secreto x problemas"
Era ya de noche, un joven rubio de ojos azules jadeaba de cansancio frente al inodoro…
Afuera del cubículo otro chico de cabellos oscuros lucía realmente preocupado, había invitado a sus mejores amigos a cenar para celebrar un reencuentro después de cuatro largos años, todo iba bien en la velada de los cuatro cazadores cuando de pronto el rubio del grupo comenzó a ponerse más pálido de lo normal, aún no había probado bocado y tenía una mueca extraña en la cara, como si los suculentos manjares que había sobre la mesa le dieran repugnancia, pero al momento que vio como su amigo Gon se llevaba una presa a la boca devorándosela con gracia, el joven no pudo más y lucho para que su estomago no le girara como torbellino, se llevó una mano a la boca y corrió sin más al tocador de varones del lujoso restaurante.
-Kurapika ¿Estás bien?-Dijo Leorio escuchando tras la puerta como el otro vomitaba.
-Si, estoy bien Leorio, es solo que algo no me sentó bien-Apenas termino de hablar de nueva cuenta se puso a vomitar, en eso entraron Gon y Killua preocupados por que ya se estaban demorando demasiado, claro por que esperaban el postre y no querían comerlo sin sus amigos.
-¿Qué pasó Leorio? ¿Cómo está Kurapika?-Preguntó el menor de cabellos negros.
-No ha parado de vomitar, tendremos que retirarnos y de paso examinarle, puede ser alguna especie de intoxicación.
-¿Y que vamos a hacer con toda esa comida? ¿Me la puedo comer?-Atinó a decir el canoso chico.
-¡Killua! ¡Esa comida es de Kurapika!-Chilló Gon enfadado, Killua arrugó el entrecejo.
-Pero no se la va a comer ¿No ves que está mal del estomago Gon?
-¡Pero se repondrá y entonces tendrá hambre!-Le dijo jalando a Killua de las mejillas mientras el adolorido albo hacía lo mismo.
-Chicos basta, no es el momento para discutir por boberías, pediremos la cuenta y llevaremos la comida-Dijo intentando separar al par, la situación era como de antaño, esos chicos no habían cambiado nada, eran los mismos hiperactivos y liosos de siempre, sonrió.
Se fueron de aquel restaurante preocupados por la in disponibilidad de su amigo al que no habían visto desde hace tanto tiempo, lucía un poco más alto que la última vez, pero sus rasgos sutiles se habían acentuado más que antes, leorio subió con sus amigos a su coche importado, su buen sueldo como doctor podía costear esos lujos.
Al llegar al departamento donde Kurapika vivía lo recostaron en su cama y le trajeron compresas de agua fría para bajar el candor que repentinamente había sufrido en el coche.
-Muchachos esperen afuera del cuarto, necesito hacer una comprobación de rutina, luego hablaremos de nuestras aventuras ¿De acuerdo?
-De acuerdo Leorio -Dijo Gon con su voz adolescente, que a pesar de sus dieciséis años no perdía su inocencia...
-Vamos Gon, veamos si Kurapika tiene un canal porno-Ante ese comentario Gon elevó una ceja y se puso rojo como tomate, aúnque tratara de batallar con las dudas hormonales que se arremolinaban en su cabecita, no podía... No desde el día en que Killua sacó el temita de la masturbación.
Flash back...
Hace algunas semanas ambos chicos estaban en isla ballena disfrutando de unos merecedores días de vacaciones con Mito-san. Era de madrugada y por alguna razón Killua no podía conciliar el sueño... Curiosamente Gon tampoco...
-Oye Gon...-Habló el chico albino recostado boca arriba sobre una cama contigua a la de Gon.
-¿Qué pasa Killua? ¿No puedes dormir?-Preguntaba el jovencito con ternura.
-Gon ¿Alguna vez...?-Musitó con dificultad, sus mejillas se sonrojaron y los nervios comenzaron a hacer acto de aparición, algo muy extraño en él-... ¿Alguna vez te haz masturbado?-El muchacho pelinegro lo miró con curiosidad en medio de la oscuridad.
-¿Qué es eso?
-¿No sabes? ¡De verdad no tienes remedio!-Bufó el canoso.
-Pero entonces dime, de que trata Killua ¿Es un juego nuevo?
-Mmmm... Mejor olvídalo, aún no estás listo para eso, tienes mente de bebé...
-¡No soy un bebé!-Se enfadó indignado el moreno, Killua se levantó de la cama sonriendo con su traviesa cara de gato y comenzó a acercarse a la cama de Gon con peligrosa sensualidad, en la oscuridad los ojos miel divisaron el cuerpo de su amigo acercándose cada vez más, sus instintos comenzaron a detectar un aura extraña...
-Gon... te ayudaré por esta vez, pero luego tendrás que hacerlo tú sólo...
te ayudaré por esta vez, pero luego tendrás que hacerlo tú sólo
-¿Q... q... Qué?-Dijo atónito el muchacho de cabellos negros notando la suave piel de la mano de Killua deslizándose por su vientre internándose poco a poco bajo su corto pantaloncillo, cuando en eso abrió la puerta una atónita Mito-san.
-¿Chicos todavía están despiertos?-Preguntó la mujer prendiendo las luces de la habitación, eso fue como un balde de agua fría para Killua que antes de que lo descubrieran casi con las manos en la masa, se separó de su amigo.
-Mito-san ¿Tú tampoco puedes dormir? Killua y yo charlábamos sobre nuestra última misión ¿Verdad Killua?
-... Heee... Si, fue divertida jajaja -Rió nervioso mirando al moreno que le dedicaba una sonrisa y una mirada llena de complicidad.
-Bueno muchachos duerman que ya es muy tarde, buenas noches-Dijo ella apagando el interruptor.
-Buenas noches-Dijeron al unísono, una vez a solas se miraron por largo rato sin mediar palabra...
-Gon... lo de hace poco, yo...
-Killua, creo que tienes razón, aún no entiendo bien de esas cosas
-Pero es normal a nuestra edad-Insistió el albino, desde hace tiempo que fantaseaba con la idea de tocarle de manera más íntima, le deseaba, no solo en la carne, sino también en el alma, pero era su mejor amigo... Era un imposible.
-¿Sabes Killua? Todos los árboles crecen a distinto ritmo, no debes preocuparte por eso, pero gracias de todas maneras, amigo...-Le dijo, Killua entendió perfectamente la analogía y sonrió aunque por dentro le desesperaba la idea de que Gon permaneciera infantil y casto para siempre, por dios que deseaba a ese chiquillo de ojos ámbar con locura y ya no sabía que más hacer para llamar su atención, pero descubrió que cada vez que le hablaba de sexo causaba estragos en él... Eso lo enternecía y divertía.
Fin del Flash back
-¡Mira que lindos peces Killua! ¡Nunca había visto unos como estos!-Dijo emocionado contemplando una hermosa pecera en una esquina de la sala, Killua suspiró resignado y de pronto se quedó mirando hacia la habitación de Kurapika con preocupación...
-¿Gon crees que todo esto tenga que ver con la secuela que le dejó la araña?
-No lo sé Killua, solo espero que no sea nada grave.
-También yo.
En tanto...
-¿Desde hace cuanto que te sientes así Kurapika?-Preguntó el doctor mientras le tomaba la temperatura.
-Desde hace... Casi una semana.
-¿Y no fuiste al médico? ¡Eres un irresponsable!-Le alegó al enfermo que lo miraba de manera divertida.
-¡¿Qué es tan gracioso?!
-No has cambiado, sigues siendo el mismo idiota de siempre-Dijo en un tono analítico y despectivo que hizo al doctor enfurecer, pero antes de que le contestara el rubio añadió.
-Que bueno que sigues siendo tú, pensé que el dinero te había cegado...
-¿Lo dices por el coche importado y la cena en el restaurante? Mira no tiene nada de malo darse algunos lujos de vez en cuando.
-¿Algunos lujos? Estuviste hablando de ellos desde que llegaste del aeropuerto, hablaste de tus propiedades en la costa, de tus terrenos campestres, de tus acciones en la bolsa, de tus yates, de tu departamento en York, de tus perros, de tu invernadero de 500 especies, de tu clínica personal y si no mal recuerdo de tu mansión de enormes jardines podados, a sin olvidar tu jacuzzi y tu amplia piscina... Por supuesto que no son grandes lujos, claro que no-Habló con sarcasmo, dando por hecho que detestaba que el moreno alardeara de sus bienes personales.
-¿Me tienes envidia?
-¿Envidia yo? ¡No me hagas reír! Me gusta la vida sencilla, no vivo de las apariencias y mucho menos tengo afán de consumismo como cierto doctor de cuarta ¿Lo ves? Eres un estúpido-Terminó diciéndole con aires de grandeza, lo que hizo que una vena se acentuara en la frente de Leorio, tantos años habían pasado y aún seguía sacándolo de sus casillas con sus argumentos.
-En fin... ¿Qué otros síntomas tienes?-Preguntó para desviar el tema, lo que menos quería era pelear después de cuatro años sin verle.
-Dolor de cabeza, a veces mareos, estos tres últimos días comencé con nauseas.
-Jeje... Pareces embarazado con esos síntomas-Bromeó el doctor esperando que él le siguiera la corriente, pero su rostro serio y abstraído le extrañó de sobremanera.
-Oye relájate Kurapika, era una broma jejeje... Bien, voy a ver como está tu nen.
-¿Ya puedes controlar el nen?
-Por supuesto que puedo hacerlo, lo he aplicado a la medicina y es una manera excelente de detectar anomalías y realizar curaciones internas... Bien, acá voy -Leorio comenzó a testear el cuerpo de Kurapika sin tocarle, solo percibiendo su aura, de pronto sus manos se detuvieron en su estomago, era allí donde la energía se conglomeraba, repitió el proceso dudando de su diagnostico, era exactamente el mismo que había obtenido cuando sus pacientes llegaban embarazadas... "Imposible" se dijo descartando el hecho por que Kurapika era un hombre y según la ley de la vida los hombres no se embarazaban.
-Definitivamente voy a tener que tomarte muestras de sangre-Dijo en un tono perturbado.
-¿Que sucede Leorio?-Dijo el rubio con un tono de intranquilidad.
-Es que... Es... Es imposible... No puede ser.
-¿Qué es lo que no puede ser, según tú?
-Una vez que te tome las muestras de sangre y la analice te lo diré, ahora sería muy poco profesional darte unos resultados sin pruebas-Dijo poniéndose unos guantes y tomando un algodón humedecido con alcohol para limpiar la blanca piel de su brazo, tomó la jeringa de la mesita de noche y comenzó a sacar la muestra.
-Ya está, esta noche la enviaré al laboratorio y tendré la respuesta para mañana en la tarde, ahora deberías descansar mi buen amigo.
-Leorio... te extrañé-Susurró el Kuruta dejando a un Leorio estático como piedra, levantó lentamente su mirada encontrándose con sus azules ojos marinos, algo dentro de si le hizo responder desde lo profundo de su corazón.
-yo también a ti Kurapika, te extrañé mucho-Dijo sonriendo emocionado de ver su hermosa sonrisa, el tiempo había pasado lentamente para ellos y les dio oportunidad para reflexionar sobre sus vidas, sobre sus sentimientos, pasaron esos cuatro años preguntándose si era normal sentir tanto por un amigo, la respuesta la descubrieron en el momento que se reencontraron y aún así luchaban fervientemente por ocultarlo.
-yo también a ti Kurapika, te extrañé mucho-Dijo sonriendo emocionado de ver su hermosa sonrisa, el tiempo había pasado lentamente para ellos y les dio oportunidad para reflexionar sobre sus vidas, sobre sus sentimientos, pasaron esos cuatro a...
La fachada del rubio pendía de un hilo, Leorio le estaba acariciando la cabellera suavemente, con una ternura infinita, de pronto y sin saber como Kurapika se encontró apoyando su rostro en su hombro y para su sorpresa descubrió que sus varoniles brazos lo rodeaban con fuerza como haciéndole notar su existencia... Se separaron mirándose a los ojos expectantes como si estuvieran a punto de decirse algo importante, y en eso para su alivio o para su desgracia entraron Gon y Killua bostezando.
-Vaya con que nos lo tenían muy escondidos muchachos, ya decía yo que tanta pelea era extraño, felicitaciones por su relación-Ante las palabras dichas por el albino Kurapika empujó a Leorio al suelo poniéndose multicolor
-Vaya con que nos lo tenían muy escondidos muchachos, ya decía yo que tanta pelea era extraño, felicitaciones por su relación-Ante las palabras dichas por el albino Kurapika empujó a Leorio al suelo poniéndose multicolor.
-¡¿Y qué te hace pensar que tengo algo con este creetino?! ¡Además somos hombres por si no te habías dado cuenta!-Alegó el rubio todo híper ventilado mientras que desde el suelo el doctor observaba sus reacciones emblemática mente satisfecho, hasta enfadado se veía adorable.
-Leorio ¿Qué tiene Kurapika?-Preguntó Gon ajeno a la pelea que tenían el rubio y el albino.
-Aún no lo sé, me llevo unas muestras de su sangre para analizarlas, por ahora será mejor que lo dejemos descansar, así que andando chicos.
-Adiós Kurapika mañana vendremos a verte y a contarte sobre lo que hemos hecho estos cuatro años-Dijo el joven de mirada ámbar.
-Gracias Gon, gracias a todos, pero no creo que sea algo tan grave.
-De todas formas Kurapika más vale prevenir que lamentar, que descanses-Le dijo Leorio.
-Ustedes también, adiós-Se despidió el Kuruta, apenas cerró la puerta de su habitación cerró los ojos recargándose sobre ésta, se llevó una mano al vientre instintivamente sintiéndose extraño.
-¿Qué es esto que siento? Cada vez es más extraño, tengo la sensación de que he olvidado algo muy importante... Algo sobre la tribu Kuruta... y no sé lo que es...-Pensaba mientras llegaba como podía hasta la cama, se sentía mareado y sin energías, sabía que lo que le sucedía no tenía relación con la araña, hace mucho tiempo que había erradicado ese rencor ¿Entonces por qué se sentía tan mal? ¿Qué era lo que su mente analítica estaba olvidando? ¿Qué era?
En algún lugar situado en los subterráneos de la ciudad se encontraban dos personas charlando en la oscuridad... Uno tenía el cabello rojizo cayendo sensualmente por sus ojos y en su mejilla estaba pintada una estrella... El otro hombre tenía un traje de cuero negro ceñido a su cuerpo, cabello oscuro y una mascarilla le cubría la boca.
-Déme la información.
-Eso depende de lo que tenga para mi-Dijo el hombre de cabellos rojizos en un acento francés.
-Supe que está buscando a un chico de isla ballena, está en esta ciudad, ha viajado a ver a sus amigos
-Supe que está buscando a un chico de isla ballena, está en esta ciudad, ha viajado a ver a sus amigos.
-Entonces hagamos el trueque, mi información por la suya... Pero antes déjeme preguntar... ¿Qué es lo que quiere del bastardo de la cadena?
-No debería contestarle eso ¿O acaso yo le preguntaría para que quiere al chico?-En contestación a su pregunta el hombre de la estrella en la mejilla se lamió los labios.
-No sabía que tuviera ese tipo de gustos... por mi parte solo le diré, que he descubierto el mayor secreto de la tribu Kuruta y la respuesta está en ese muchacho, jajajajaja-Rió maquiavélicamente el Doctor Haksen, científico e investigador de antiguas civilizaciones que tiene un solo plan en mente, un horrible plan genético que amenaza con borrar a todo ser inferior de la faz de la tierra.
Continuará...
