Ahora lo veía todo bien... estaba más tranquilo y relajado en ese momento. ¿Mis ojos estarías cerrados?... no lo sé. Pero sea como sea me sentía bien en ese momento. El tiempo se volvió tan diminuto que no me importo cuanto tiempo había perdido desconectado del mundo… de mi mundo, mí querida mundo…

Ahora me daba cuenta de cómo mi actitud… mi estúpida actitud me hizo consumirme poco a poco. El orgullo, el peor enemigo de un corazón frio, vacio y lleno de querer vengarse… pero ahora eso ya no me importaba, la venganza la vi tan diminuta en esos momentos que no hizo que mi cuerpo hiciera movimiento alguno.

Me sentía helado, y a la vez con un sofocante calor que poco a poco se desvanecía… recordé a mi hermano Itachi y como fue tan duro conmigo… la confianza que le tuve en alguna ocasión se desvaneció y se convirtió en temor y en odio. Prometí vengarme pero ya no era suficiente en ese momento… ya todo lo veía tan claro y simple que no me importo…. Dentro de mi le quería como un hermano mayor, el ídolo de mi infancia, mi familia.

Abrí mis parpados y sentí que alguien me sostenía. Era el. Mi hermano. La persona que yo más quería en lo profundo de mí. Me estaba mirando con sus ojos tan penetrables que aunque parezca estúpido me sentí bien. Ahora sentía tan pesados mis parpados pero hice todo lo posible para no cerrarlos. Pero aun así ya su rostro se estaba volviendo tan borroso.

Ya podía ver a mí alrededor. El hermoso color de los arboles, y sus movimientos oscilantes por el viento de medio día… si. Era medio día. Lo presentí.

Vi el cielo tan azul. Reí. Un azul tan claro y tan vivo. Ahora me daba cuenta de tan lindo que era lo que estaba a mí alrededor. Y luego le vi de nuevo a su rostro. No me quitaba la mirada, ni un segundo. Sentí cuando toco mi frente con delicadeza. Como queriendo decir algo. Como un hermano mayor cuando quiere consolar a su hermanito. A su protegido.

Quise hablar. Pero mis labios estaban tan débiles que no pude mover ningún musculo de mi cuerpo.

Ahora que lo recordaba. Cuando desperté en esa mañana. No estaba así. Recordé claramente cuando salía de mi casa y la hokage me mando a una estúpida misión en compañía con Sakura… pero nunca se lo dije. Quería estar solo. Salí de la aldea y… y luego… sentí que mi cuerpo pesaba tanto y la debilidad domino en mí… algo atravesó mi espalda y…

Ahora estaba con él. Sujetándome mientras quería dormir…

… para siempre.

Mi corazón ya no tenía fuerza alguna. Y la presión de mis arterias ya querían descansar. El sudor de mi cara no la sentí más. Pero aun así luchaba para que no se cerraran.

Observe como Itachi miraba mi cuerpo. Y luego suspiraba.

No pude. Ya todo era irremediable. Todo fue tan fácil… un momento tan… corto y tan lleno a la vez. Le penetre en su miraba y el también lo hizo. Sentí que ya era una estatua de hielo y sin más esfuerzo vi como su rostro se veía tan lejano…

- Lo siento Hermano –me abrazo pegándome a su pecho- pero tenía que hacerlo antes que Orochimaru te torture. Así es mejor.

Cerré mis ojos y todo mi mundo se convirtió en un negro tenebroso a un claro lleno de paz…