Inuyasha © no me pertenece.

Personaje: Naraku

Género: Dolor/Confort


¡A,B,C...! Inuvenber drables.

Amor.

El amor, tan anhelado y querido por muchos, a la vez que despreciado y aborrecido por otros.

Y es que él, el gran Naraku, no necesitaba ese sentimiento tan estorboso, o al menos eso es lo que el creía.

Y es que ¿para que lo necesitaría? Ahora que se había deshecho de su corazón, aquel corazón que alguna vez perteneció a Onigumo, era un yokai completo, es más, era el yokai mas poderoso de todo Japón, ¡no necesitaba amor!

Sin embargo, aun con eso, no podía evitar sentir una sensación incómoda en el pecho, ahí donde debería estar aquel órgano vital.

Una opresión, una punzada...

No lo entendía, ¿que podía ser aquello?

Desde muy joven, siendo todavía humano, nunca recibió amor; su madre había muerto siendo el muy niño, su padre había muerto el batalla y sin más familia tuvo que arreglárselas para sobrevivir en un mundo hostil, que así como nació aquel bandido llamado Onigumo.

Luego conoció a aquella miko que capturó su corazón, fría como el mismo hielo, Kikyô.

Se enamoró, sí, se enamoró como un idiota de ella, después de todo era la única persona que había mostrado interés en el, aunque fuera por simple compasión.

Pero no importó, ella eligió a ese inútil híbrido en lugar de él, ni siquiera le dio la mas mínima oportunidad.

Fue entonces que se dio cuenta de la realidad.

El amor no era para él, era un estúpido sentimiento inútil, el cual solamente le había traído dolor.

Y entonces fue que nació él, el gran Naraku.

No, el no necesitaba del amor.

Y mientras se repetía aquella frase fue avanzó con dirección a su habitación, aún tenia muchos planes que hacer.