Autor: Ya lo he subido antes, pero en otra pagina. Espero les guste, lo hice con mucho esmero :D
Esta fuertemente basado en Billy Elliot. Por cierto, los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto
A leer :)
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Ballet Erótico
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Capitulo Uno.
Tengo doce años. Creo que esa es la mejor manera de empezar a narrar mi historia.
Vivo en un pueblo muy alejado de la capital, un pueblo caracterizado por los trabajos mineros llamado Konoha. Mi padre, como la mayoría de los hombres en esta comunidad, trabaja en una de las muchas minas de por acá con mi hermano, o al menos solía trabajar, ahora mismo están en una huelga indefinida hasta que se les reconozcan mas derechos como los trabajadores que son.
Soy Uchiha Sasuke, el nombre de mi padre es Fugaku y el de mi hermano es Itachi. Mi madre murió hace dos años, cuando yo tenía diez. Aun la recuerdo, y sé que mi padre también lo hace, todas las noches, después de que llega del trabajo, entra a su cuarto y empieza a llorar pronunciando su nombre, Mikoto. Él supone que nadie escucha, pero las paredes de nuestra casa no son tan gruesas como cree.
Mi padre y mi hermano salen todas las mañanas a enfrentarse a los policías que asedian las minas. Yo voy a la escuela de lunes a viernes, y los sábados me voy a las clases de boxeo que se dan en el gimnasio de la escuela. Detesto el boxeo, pero lo hago porque los demás lo hacen, porque es lo normal, y porque mi papá se toma en serio lo del boxeo, razón por la cual me dio los guantes que pertenecieron a su padre, un hombre que nunca conocí.
Hoy es sábado. Hoy toca boxeo. Llego a las afueras del gimnasio y ahí está Naruto, un muchacho rubio también de la comunidad, pero que es lo suficientemente valiente como para decir que detesta el boxeo, razón por la que no entra y se gasta el dinero que corresponde a esto en otras cosas. Creo que él es mi mejor amigo, si se tuviera que escoger ese título, no me hablo mucho con los demás chicos de la escuela, así que mi mejor amigo llegaría a ser el único amigo que tengo.
- No entres – dice Naruto.
- Tengo que hacerlo – respondo con la verdad.
- Pero eres malo en el boxeo.
- ¡Eso no es cierto! – me defiendo, aunque sé que, en efecto, soy muy malo en el boxeo.
Entro de una vez, que me hago tarde y al entrenador no le gusta eso. Todos los muchachos ya están adentro, yo soy el ultimo en ingresar.
- Muchachos, debido a que los huelguistas han tomado el salón de baile como su sala de reuniones, las clases de ballet que dicta la señorita Tsunade se llevaran a cabo en el gimnasio también, pero en aquella esquina. No quiero que se pasen de astutos ni que molesten a las niñas, ¿entendido? – pregunta el entrenador
- Entendido – responden todos al unisonó, con sonrisas en sus rostros.
- Llegas tarde, Uchiha – se da cuenta de mi tardanza - sube, tú serás el primero en luchar.
Llama por el apellido, "Hyuga", refiriéndose a Neji, el niño con el cabello largo y los ojos blancos que parece chica. Subimos al ring y la campana suena, dando por iniciado el encuentro. No sé qué hacer, no recuerdo muy bien lo que el entrenador enseña porque la mayoría de veces mi mente se encuentra en un lugar remoto a este apestoso gimnasio. Recuerdo la posición de defensa, así que la tomo. Neji hace lo mismo. Empezamos a mirarnos, esperando a que el otro ataque. Él da el primer golpe, que yo esquivo con una voltereta. No sé qué otra cosa hacer, no se me ocurre nada mejor que dar volteretas y tirarme sobre los elásticos que se encuentran a los costados del ring.
- ¡Golpéalo, Uchiha! – exclama mi entrenador, pero yo no quiero hacerlo, no me gusta golpear, prefiero las volteretas a estar golpeando a otra persona sin un propósito lógico.
- ¡Dale un puñete, Sasuke! – escucho desde atrás la voz de mi padre, viendo todo el espectáculo de esquivos que estoy dando.
Por voltear a ver la cara de enfurecimiento que mi padre tiene porque no ataco, Neji apunta y da en el blanco, ósea mi cara, con uno de sus puños. Caigo en el suelo por Knock out.
- Eres una vergüenza, Sasuke, para este gimnasio, para tu padre, y para esos guantes – proclama el entrenador – me debes quinientos yenes.
Me quedo golpeando la bolsa de arena, enojado conmigo mismo. Debí golpearlo, así mi padre no se hubiera enfadado.
- Sigue entrenando, Sasuke – me dice el entrenador – Y toma las llaves, dáselas a la señorita Tsunade para que cierre las puertas del gimnasio cuando acabe.
Y entonces recuerdo que las chicas del ballet están ahí aun. El entrenador se va, y yo me quedo, golpeando la bolsa de arena y pensando. Me canso de golpear la bolsa y en vez de seguir haciéndolo, la abrazo, imaginando que no es mi enemiga sino mi amiga. Escucho la música, el piano que tocan al otro lado, en donde practican ballet, y me empiezo a mover con su ritmo lento y tranquilizador. Se siente bien, la música y el sonido guiando mi cuerpo y apoderándose de él. Decido ir a ver qué es lo que hacen en esa clase de ballet.
Me acerco con cuidado. Todas las niñas usan tutu, o como se llamen esos vestiditos ridículos. Miro como hacen esos movimientos, mientras la maestra cuenta sus pasos y dice unas palabras en francés que no entiendo.
- Señorita, las llaves – digo, obedeciendo lo que el entrenador me pidió y dándole las llaves.
- Ahora no – responde sin siquiera mirarme, muy concentrada en su enseñanza, lo cual me da mucha más curiosidad en saber que se sentirá hacer todos los pasos raros que las niñas están realizando.
- Deberías unirte – me dice una niña de pelo rosa que he visto muchas veces en la escuela pero a la que nunca le he hablado. Estudio sus palabras y creo que tiene razón, me les uniré por esta vez, para ver cómo es toda esta onda.
Me adentro entre todas las chicas y me uno a la fila en la que todas ellas están, sujetando una barra de madera que está a su lado izquierdo. He visto que los bailarines de ballet agarran esa barra mientras hacen diferentes movimientos, pero eso lo he visto en la televisión, nunca llegué a entender para que realmente la necesitaban.
Hago los movimientos que la señorita indica. No se da cuenta de mi presencia, o seguro si lo hace pero esta tan concentrada en enseñar que no le da importancia. Trato de hacer los movimientos lo mejor posible, pero mis botas de boxeo no me lo permiten. La señorita se da cuenta de eso. Se dirige hacia la bolsa en donde guarda todas las zapatillas de ballet.
- Te reto – dice la señorita Tsunade, dándome las zapatillas de ballet. Dudo en ponérmelas, pero solo por un momento, esto del ballet me está agradando.
Con este calzado no tan rudo, ahora me siento más cómodo.
- Uno, dos, tres… - cuenta la señorita mientras nosotros estiramos las piernas hacia afuera lo mas que podamos. Solo hago lo que los demás hacen –… cuatro, cinco, seis, y quédense ahí.
Nos quedamos con la pierna levantada. Es muy difícil, pero creo que estoy que lo logro.
- Que tenemos aquí – dice, acercándose hacia mí y agachándose – muy buen empeine – se sorprende, sujetando y observando mi pie con sumo detalle. Ni había notado que tenía un buen empeine, pero ella es la maestra, ella debe saber de qué habla, porque yo no.
La clase concluye. Me quito esas zapatillas, dejo la llave en el suelo y me voy rápido, mi padre ya debe haber llegado a casa y yo aun sigo aquí, perdiendo el tiempo. Antes de irme, la señorita Tsunade habla.
- Me debes quinientos yenes.
- ¡No es cierto! – exclamo con la verdad.
- ¿Te ha gustado? – pregunta, y no sé cómo responder. Creo que me ha gustado, pero eso estaría mal, los chicos hacen boxeo y las chicas hacen el ballet. Por eso no respondo.
Le cuento a Naruto que me gusta el ballet.
- ¿Y usas tutu también? – pregunta con extraña seriedad lo que debería sonar como una broma.
- Claro que no – respondo – eso solo lo usan las chicas.
- Pues te quedaría genial – responde, también con suma seriedad.
Naruto es peculiar. Estamos en el mismo salón de clases en la escuela, ambos nos sentamos en la parte de atrás, donde la maestra no pueda darse cuenta que solo hablamos y nos pasamos notitas, sin prestar atención a la clase. Igual no nos va mal, él se asegura de que en los exámenes tengamos planes de apoyo (lo que los demás llaman plagiar).
Naruto… no sé como describir a Naruto. Somos amigos, pero sé muy poco de él, solo sé que vive con sus padres, que no le gusta hacer mucho, solo estar conmigo, y que a veces se viste con las ropas de su madre, y usa el labial de su madre también, pero cuando nadie está en casa. La primera vez que lo vi así me asusté, pero luego él me explico que solo lo hace por diversión, así que acepte que eso es parte de su forma de ser. Eso no cambia nada, aun es mi mejor amigo.
- Me siento mal haciendo esto del ballet – le digo – me siento como un marica.
- Sasuke – dice mi nombre mientras toma mi mano. Trato de alejarme, pero toma mi mano con mucha fuerza – debes hacer lo que te gusta. Esto es real, esto eres tú, estas exactamente en donde deberías estar ahora, solo debes dejar que la luz brille en ti.
¿Ah?
- ¿Lo has sacado de una canción? – pregunto, recordando que esas palabras las he escuchado en otra parte.
Se echa a reír, al fin soltando mi mano. Este loco.
Duermo con mi hermano en un solo cuarto. Muchas veces me ha tocado inapropiadamente, pero nunca me he quejado con mi padre, se siente bien cuando lo hace, ¿por qué habría de quejarme de algo que es placentero? Sin embargo, solo lo hace cuando está de buen humor, y últimamente, a causa de la huelga, siempre tiene mal humor. No importa, me puedo tocar yo solo, y no hay problema. Esa es la diferencia, cuando me toca mi hermano no me siento como un marica debido a que nadie nunca lo sabrá, pero con el ballet es diferente, estoy seguro de que, en algún momento, alguien tendrá que comentarle a mi padre, y él me matará, me desollará vivo.
- Itachi, ¿tienes ganas? – pregunto, cuando las luces ya están apagadas y papá cree que dormimos.
- Vete a la mierda – responde, cortante.
- Si quieres yo puedo hacerlo esta vez – propongo. No me interesa tener que tocarle yo a él, al final, somos hermanos, no creo que los hermanos no hagan eso entre ellos, existe fraternidad y todo eso. No tengo ganas de dormir, así que me parece una buena idea.
Él no responde. Se lo que eso significa, "el que caya, otorga", escuche a mi madre una vez. Me levanto de mi cama con sumo cuidado, como ya comenté, las paredes en esta casa son muy delgadas, si yo puedo escuchar a mi papa llorar, seguro que él podría escucharme gemir si lo hiciera, por eso es que cuando Itachi me toca trato de guardar mucho silencio.
Llego a su cama, él no se mueve para nada. Empiezo a tocar su entrepierna por encima del pantalón. Esta blando, pero poco a poco, mientras voy sobando, empieza a ponerse duro. ¡Me da miedo! ¡Es gigante! Pero ya llegue hasta aquí, él lo ha hecho muchas veces por mí, ahora es mi turno de hacerlo por él, así quizás se le vaya un poco el estrés.
Ya esta durísimo. A pesar de la escaza iluminación, puedo ver que Itachi está que disfruta del roce que mis pequeñas manos están que hacen contra su parte. Me da curiosidad por ver como es. Quiero saber si la tenemos parecida, a pesar de que yo solo tengo doce y él dieciocho, igual debe haber algún parecido familiar entre nuestros miembros. Veo que Itachi está con los ojos cerrados, así que con cuidado meto mi mano por debajo del pantalón. ¡Me da más miedo, la puntita esta súper húmeda! Quito mi mano, pero Itachi susurra que siga, que se siente bien. Meto otra vez mi mano, pero esta vez lo libero de esa prisión de ropa y lo saco al exterior. Lo miro sorprendido, es inmensa.
- Métela a tu boca – me dice.
¿Que haga qué? No cabera en mi boca, es descomunal, ni mis dos manos pueden con esa cosa, pues menos mi boca
- Te prometo que luego yo lo haré con la tuya. Se sentirá bien – susurra.
Cierro los ojos y dirijo su miembro hacia mi cavidad bucal. ¡Cabe perfectamente! Como si mi boca hubiera sido hecha para poder meter el miembro de mi hermano en ella. Pero solo entra la cabeza, la cual tiene un sabor salado. Trato de que entre más, pero no puedo, creo que me ahogaría si sigo intentando.
- Sigue así, Sasuke – dice, refiriéndose a la acción que hago de meter y sacar. Se debe sentir bien, lo único que hace es cerrar los ojos y tirar su cabeza hacia atrás. Incluso agarra una de sus almohadas y la pone en su cara, para que sus gemidos se hagan menos ruidosos.
Sigo haciéndolo por un rato. No se siente mal, de hecho me está empezando a agradar, es como si chuparas una paleta, solo que es salada, y con venas.
Sigo así por más o menos diez minutos. Él me da la orden que lo haga más rápido, y una vez más dice que se siente bien. Soy un niño bueno y sigo las órdenes que mi hermano mayor me da. Casi al final, él sujeta mi cabeza y empieza a dirigirla hacia adelante y hacia atrás, atragantándome con su miembro. De repente de la punta sale una sustancia, casi disparada. Yo también expulso esa sustancia (leí que se llama semen), pero no expulso tanto como él, casi me ahogo por todo lo que ha expulsado, ha sido demasiado. Empiezo a toser, pero él me dice que no haga ruido, que papá se despertará.
Sonríe.
- Eres un travieso – dice, mientras yo me limpio con la mano los restos del semen que se escurrieron por mi boca. Lo demás me lo tuve que tragar, no lo podía escupir, hubiera ensuciado la cama.
- Ahora es mi turno – digo, pidiendo lo que prometió al principio.
- Sera otro día, Sasuke, mañana tengo que despertarme temprano para ir a la huelga. Vuelve a tu cama.
Ya en mi cama, y enojado porque Itachi no cumplió su promesa, me toco solo mi propio miembro, sacándolo de mis pijamas y agitándolo hasta que expulse semen también. Por supuesto, no fue tanto como el de mi hermano.
No pienso ir a boxeo. Pero sé que, por el momento, ambas clases, la de ballet y boxeo, están que se dan en el gimnasio, así que solo tengo que esperar a que todos los muchachos se vayan, y entonces puedo practicar el baile.
No hay nada que me desagrade del ballet, salvo esos nombres en francés que nunca entiendo. Lo que más me interesa en si es la danza, cuando bailo, siento que estoy en el aire, que desaparezco y que un fuego se apodera de mi, un fuego incluso más fuerte que el que sentí esa vez con Itachi
La señorita Tsunade solo me ha estado enseñando por una semana, y ya cree que tengo mucho potencial, incluso muchas veces se concentra en enseñarme a mí solo, dejando a las chiquillas al costado, mirando cómo se hace correctamente.
Creo que llegaré a algún lado con esto… mientras mi padre no me descubra.
Autor:Dentro de nada pondre la continuacion.
Me dicen lo que piensan, si? :D
Muchas gracias por haber leido.
