En intercambio

La tarde caía dejando ver sus cálidos colores, los cuales se reflejaban en el vasto mar que los rodeaba cuando Haruka y Makoto llegaron a las escaleras que conducían al santuario en la cima de ellos, y por lo tanto, a la casa de Haru.

Acababan de llegar del campamento infernal en la playa y del accidente con la isla desierta, y después de haber despedido a los demás integrantes del equipo de natación en la estación de trenes, se regresaron juntos a casa.

– Ah, estoy cansado – dijo Makoto caminando a un lado de su amigo de la infancia, quien traía su típico rostro serio –. Oye Haru, ¿qué te pareció el campamento? ¿Crees que lo pudiéramos volver a hacer el próximo año?

¿No tuviste suficiente con éste campamento? era lo que la mirada de Haru le decía. Makoto le regaló una sonrisa nerviosa.

– Vamos, vamos. Esto podemos considerarlo como una experiencia para evitar que algo así vuelva a pasar – viendo que la mirada no cambiaba, intentó agregar algo más –. A demás, estuvimos nadando todo el día. Y si quitamos ese incidente con Rei y la isla desierta, fue realmente divertido. ¿No crees eso? – le preguntó con una sonrisa amable.

Una de esas sonrisas amables a las cuales Haru (aunque no lo admitiera) era débil.

– …podrías decirlo así – le respondió desviando la mirada, cosa que hizo a Makoto sonreír un poco más.

– Bueno Haru – le dijo una vez llegaron al pie de la escalera –, yo me voy por aquí. Nos vemos – se despidió girándose mientras agitaba la mano.

– Makoto – le detuvo Haru tomando su brazo

– ¿Qué pa-? – Makoto no pudo completar la pregunta ya que Haru lo calló.

…con sus labios.

El beso no fue largo ni intenso. En realidad, fue más como un roce, y duró realmente poco; pero el sentimiento que recorrió el cuerpo de Makoto, desde sus labios hasta la punta del pie, le hizo sentir que fue uno mucho más intenso y duradero.

Haruka se alejó lentamente de él, mientras soltaba la parte de la playera de su amigo que inconscientemente había tomado, y volteó a ver a Makoto.

Al muy sorprendido Makoto que estaba frente a él.

– Eso fue en intercambio por el RCP que no pude hacer – se limitó a decir para después darse la vuelta y empezar a subir por las escaleras que lo llevarían a su casa dejando ahí a Makoto, a quien le empezaba a crecer un sonrojo por todo su sorprendido rostro.

Y se quedó ahí parado, en shock por lo que su compañero y amigo acababa de hacer hasta que cayó en cuenta de algo…

– ¡Haru! ¿A qué te refieres con RCP? ¡Haru! – exclamó Makoto mientras comenzaba a subir por las escaleras.

Si no fuera por todo el tiempo que había convivido con Haru, no se habría dado cuenta que casi imperceptivamente, estaba apurando su paso, como si intentara alejarse de Makoto.

– ¡Haru, respóndeme! ¡Hey, Haru! ¡No me ignores! ¡Haru!