Disclaimer: los personajes no me pertenecen son de la multimillonaria J. K. Rowling, yo sólo los tomo prestados ya que los tiene abandonados.
Capitulo 1. Necesito dinero.
Lily dio una vuelta más por su dormitorio intentando pensar qué iba a hacer mientras la responsable de su desgracia lloraba desconsoladamente y la miraba con súplica desde la cárcel en la que había sido convertida su cama. Si no llega a ser por Emma, Margaret Jefferson hubiese muerto hoy y ella estaría siendo llevada a Azkaban.
— Podrías pedir una prórroga.―sugirió Emma, Lily le lanzó una mirada asesina. ―O no.
Frustrada y sin saber qué hacer, Lily se dejó caer sobre su cama y miró hacia el techo. Un techo lleno de posters del grupo musical de moda y cuya presidenta del club de fans era Margaret. Lily se puso en pie de golpe y caminó dispuesta a romper las rejas y ahorcar a su hasta ahora amiga Maggie.
— Si es que yo te mato.―dijo la pelirroja. ―¿¡Cómo se te ocurrió usar el dinero que llevaba ahorrando durante todo el verano para conseguir unas estúpidas entradas con pase vip para el concierto de Brujos Negros en Londres?!
— Es que eran entradas muy limitadas…Lo siento tanto Lily.―se disculpó una vez más Maggie mirándola con lágrimas en los ojos, Lily lanzó un grito de frustración y se dio la vuelta.
— ¿Y no puedes pedirle el dinero a tus padres? ―preguntó Emma, Lily negó con la cabeza.
— El tipo de cambio con la moneda mágica es muy elevado, y se tarda cinco días en que los elfos del banco te cambien dinero muggle por dinero de magos. ―explicó Lily deslizando la espalda por las rejas y sentándose en el suelo, apoyó la cabeza sobre las rodillas y trató de pensar en una solución posible a su problema.
Tenía que conseguir cien galeones, treinta sickles y veintidós knuts en dos días si quería seguir en Hogwarts. Ese año le había dicho a sus padres que ella se encargaría de su matrícula en la escuela para que sus padres pudiesen ayudar a Petunia con los gastos de la universidad. Así que nada más terminar su sexto año buscó un trabajo y se pasó todo el verano ahorrando para que cuando llegase septiembre tener dinero suficiente para pagar la elevada matrícula, además de un poco más para poder comprarse caprichos en las salidas a Hogsmeade. Pero ahora por culpa de Maggie y su insana obsesión por ese estúpido grupo de música no iba a poder acabar sus estudios, porque si en dos días no conseguía el dinero Dumbledore la pondría de patitas en la calle.
Lily le lanzó una mirada asesina a Maggie, ¿si la vendía como esclava obtendría dinero suficiente? Bah… nadie en su sano juicio pagaría por Maggie más de dos knuts; Lily examinó a su amiga de arriba abajo, Maggie era bajita y un poco rechonchita, pero no era nada que no solucionase un poco de ejercicio; de cara si era mucho más guapa, con unos ojos azules verdosos y un pelo rubio que le caía elegantemente sobre los hombros podía afirmar que su amiga valía más de dos míseros knuts, lástima que estuviera un poco loca y muy obsesionada con Brujos Negros.
— Maggie, ¿de verdad que no puedes prestarme el dinero? ―preguntó Lily con desesperación, la rubia hizo un pequeño ruido y la pelirroja se dio la vuelta.
— No, mis padres me cerraron el grifo después de que el año pasado me gastase más de ciento cincuenta galeones en una reproducción a tamaño real de la banda.―contestó la rubia con vergüenza, Lily puso los ojos en blanco.―Desde entonces me dan una paga semanal penosa.
— ¿Ciento cincuenta por una reproducción a tamaño real de los cinco miembros? Me parece baratísimo.―habló Emma apartando la mirada de la revista por unos segundos.
— Ciento cincuenta cada uno.―indicó Maggie con una risita nerviosa, Emma soltó una carcajada y siguió leyendo.
— ¿Emma? ―preguntó Lily esperanzada.
— Mis padres apenas le hacen frente al pago de mi matricula y de la de mis hermanos, lo siento Lily.―se disculpó Emma, Lily asintió en silencio y se recostó sobre las rejas.
La situación de Emma era bastante parecida a la suya; a pesar de que la chica era de padres magos, el hecho de que tuviesen que pagar tres matrículas de Hogwarts de golpe era un gasto tremendo. Por lo que los dos últimos veranos Emma se había tenido que poner a trabajar en una tienda de dulces en el callejón Diagon.
— Sé que vas a poner el grito en el cielo, pero…¿por qué no le pides el dinero a Potter? ―propuso Maggie con cierto temor, hablarle de Potter a Lily siempre sacaba a la pelirroja de sus casillas, la reacción de la pelirroja no se hizo esperar y se levantó hecha una furia.
— ¿¡Pedirle dinero a Potter?! ¿¡Tú estás loca?! ―gritó Lily con los ojos en llamas y casi tan enfadada como cuando se enteró de dónde habían ido a parar sus preciados ahorros.―¡Antes me voy de Hogwarts a pedirle un mísero knuts a ese imbécil!
Lily salió del dormitorio pegando un fuerte portazo y dejando a sus dos amigas mirándose la una a la otra con preocupación. Ambas sabían que Lily era la persona más cabezota del planeta y ciertamente se marcharía del colegio antes que pedirle dinero a James Potter, y tal y como estaban las cosas la ayuda del merodeador era lo único que podía salvarla de abandonar Hogwarts para siempre.
Lily bajó las escaleras hecha una furia y al no saber a dónde dirigirse se sentó en el suelo justo antes de llegar al gran comedor. ¡¿Pedirle dinero a James Potter?! ¿Es que Maggie había perdido la poca cordura que le quedaba? No iba a pedirle dinero a ese presuntuoso, a ese mago con el ego más grande que el colegio, a ese exasperante chico que se revolvía su desordenado pelo cada cinco segundos, a ese engreído que creía que todas las mujeres del colegio iban tras él (aunque fuera casi cierto), a ese incansable chico que no paraba de declararle su amor y pedirle salir con él. ¡No, no y no! No iba a pedirle ayuda, si tenía que abandonar Hogwarts lo haría con la cabeza bien alta y no suplicándole ayuda al chico más odioso del colegio.
Apoyó la cabeza contra la pared y vio como los alumnos la miraban raro para luego subir las escaleras, Lily les lanzó una mirada asesina…¿qué pasa? ¿es que una chica no podía auto compadecerse en las escaleras? Al menos en dos días no iba a tener que soportar las miradas de superioridad de los que se hacían llamar magos de sangre pura.
James se dejó caer sobre la cama, dio un par de vueltas y se colocó mirando hacia el techo. Este año lo iba a conseguir, conseguiría que Lily Evans aceptase que él era el hombre de su vida y que pasaría el resto de sus días con él en una enorme casa a la orilla de un lago y con al menos cinco hijos (tres niñas y dos niños). Sirius ya se había autoproclamado padrino de la boda y de su primogénito, y mientras lo ayudase a conquistar a la pelirroja así sería.
James tomó la almohada entre sus brazos y suspiró. Lily Potter. Ese nombre con ese apellido sonaba taaaan bien. La pelirroja se había colado en sus sueños desde hacía ya cuatro años y no tenía intención de marcharse, lástima que la Lily de verdad se empeñase en odiarlo y llamarlo cretino a todas horas.
Pero este año todo cambiaría, estaba seguro. Como que se llamaba James Potter, que Lily iba a darse cuenta de que lo quería y que iba a casarse con él, porque él sabía que la pelirroja estaba locamente enamorada de él, sólo había que darle un pequeño empujón.
— ¿Qué haces James? ―preguntó Remus entrando en la habitación, el castaño se revolvió el pelo y se sentó.
— Pienso en la mejor forma de hacerle ver a mi amada pelirroja que me quiere, ¿por qué tiene que ser tan testaruda? ―preguntó James a su amigo, Remus puso los ojos en blanco.
— James, Evans no te quiere; asúmelo de una vez.―dijo Remus con voz monótona, repetirle a James lo mismo quince veces al día durante cuatro años estaba acabando con su paciencia. ―Es más… te detesta.
— Eso es lo que ella aparenta, lo que pasa es que se hace la dura porque no puede soportar que yo sea tan popular entre el sexo femenino.―dijo James con total convencimiento, Remus caminó hasta la pared y golpeó su cabeza contra ella.
— ¡Prongs! ―exclamó Sirius entrando con Peter en el dormitorio, ambos merodeadores se quedaron extrañados al ver a Remus golpearse la cabeza contra la pared. ―¿Qué haces Moony?
— Díganle a ese idiota que no tiene nada que hacer con Evans y así nos ahorraremos un año de pataletas infantiles y celos estúpidos.―rogó Remus mirando hacia Sirius y Peter.
— ¿Qué dices Moony? Si la pelirroja lo adora, sólo es demasiado propensa a lanzarle hechizos asesinos. ―dijo Sirius guiñándole un ojo a James, por lo que el castaño asintió con energía, Remus lanzó un grito al cielo.
— Creo que Remus tiene razón, James el año pasado Evans dijo claramente "Te odio, eres la persona más despreciable del planeta antes de salir contigo saldría con un dementor"; y no creo que lo dijera en broma.―comentó Peter, Remus señaló hacia Peter con energía.
— ¡Gracias! ¡Por fin alguien entra en razón! ―exclamó Remus con fuerza, luego volteó hacia Sirius y James y vio que los dos chicos estaban en la cama del castaño ideando nuevas estrategias para que James conquistase a Lily. ―¡Me rindo!
— ¡Ah! Hablando de Evans, me he enterado de algo que no va a gustarte. ―dijo Peter recordando la conversación que había escuchado entre varias alumnas de Griffindor; James y Sirius dejaron de hablar y le prestaron toda su atención a su amigo de pelo marrón. ―Resulta que Jefferson usó el dinero de la matrícula de Evans para comprar unas entradas Vip para el concierto de Brujos Negros, y ahora Evans no tiene cómo pagar la matrícula…y si…
— Y si no consigue el dinero en dos días, será expulsada.―confirmó Remus; James miró hacia sus dos amigos con horror.
— ¡Pero eso es intolerable! Mi Lily no puede irse de Hogwarts, ¿cómo voy a conquistarla si no está? ¿Cómo? ―preguntó James a Sirius al que había agarrado del cuello de la camisa y zarandeaba como si fuera un muñeco. ―Ya sé yo seré su caballero de brillante armadura y le pagaré la matricula, así verá que soy increíble y me pedirá matrimonio.
— Eso no va a pasar, si le pagas la matrícula ella estará tan avergonzada que te esquivará, eso si no te mata por entrometido.―dijo Remus, James soltó la camisa de Sirius y se revolvió el pelo con nerviosismo; no podía permitir que Lily se marchase del colegio, ese era el año en que ella iba a darse cuenta de que lo quería.
— Además, la pelirroja es muy orgullosa y no aceptará el dinero porque sí…―indicó Sirius, James asintió.
Su mejor amigo tenía razón, Lily era una persona muy orgullosa y terca y jamás aceptaría que él pagase su matrícula así porque sí. La única forma en que ella aceptase sería que estuviese drogada o… que fuese una especie de préstamo que le devolvería trabajando. James sonrió, se le acababa de ocurrir el plan perfecto.
Continuará...
Holaaa! Si yo otra vez por aqui con un fic sobre Lily y James, adoro está pareja. Es un primer capitulo un poco pequeño, ya que considero que es más bien introductorio... Espero vuestros reviews, para decirme que os ha parecido, si quereis que continue o que mande la historia a la papelera.
Saludos!
Zara Potter-Black
