Disclaimer: No soy Jotaká, no soy Warner. Inherentemente Harry Potter no me pertenece. A mí solo se me fue la olla.

Este fic participa en el Minireto #1: "Junio Colorido" del foro Un Pequeño Rincón.

Color sorteado: Blanco/Bondad.


DE ACTOS BONDADOSOS O SUICIDAS

...

CAPÍTULO ÚNICO | LO QUE IMPRESIONÓ A FLORA CARROW


Flora recorría los oscuros pasillos de Hogwarts lo más deprisa que podía; no malinterpreten la situación.

No era una de esas suicidas personas que arriesgaban el pellejo para ir contra sus tíos; definitivamente no estaba de acuerdo con todo lo que sucedía en Hogwarts, pero tampoco estaba dispuesta a arriesgar su piel. Simplemente estaba allí porque su tía la había obligado a pertenecer a Los Vigilantes, con la idea de mantenerla más vigilada; ¿tenía eso algún sentido? En cierta parte sí, porque con Flora rodeada por estudiantes adeptos a la causa del que-no-debe-ser-nombrado tenía que cuidar muy bien sus movimientos, sí. Lo que su tía no sabía, ni tampoco su tío, era que dentro de la perfecta organización habían fugas.

Flora ya había realizado la ronda que le correspondía en el séptimo piso y se dirigía veloz hacia las mazmorras.

¿Cuánto no hubiese deseado no encontrarse con nadie?

Lamentablemente, tenía que pasar por el vestíbulo para llegar a su sala común y justo ahí se encontró con una escena que al dejo congelada. Era bien conocido los castigos a los cuales eran sometidos los estudiantes, siendo uno de los favoritos de sus tíos el encadenar niños de primer año en el vestíbulo, ¿por qué? Porque se atrevían a contradecirlos en sus clases o porque sí. Ahí se encontraba la escena de una rubia rompiendo las cadenas de un niño que lucía asustado y ojeroso. La lumos conjurada por la misma le permitió a Flora identificarla: Luna Lovegood.

—Será mejor que te vayas—susurro Lovegood cuando hubo terminado. Flora se sorprendió de lo serena que sonaba; había sido atrapada.

El niño ni siquiera dudó cuando hubo sido desencadenado; apenas pudo sostenerse sobre sus pies, largo a correr escaleras arriba.

—Soy Luna Lovegood—dice la chica con la varita jugueteando entre sus manos.

¿Anonadada? Flora estaba más allá de eso; la chica había arriesgado su pellejo por un niño cualquiera y sabiéndose descubierta se quedaba atrás para darle una oportunidad al pequeño, sin importarle las consecuencias que tendría sobre ella, el castigo que recibiría. Flora no sabía si era a muy bondadosa o extremadamente tonta.

—¿Por qué no correr? —suelta con curiosidad.

—Porque no hay torposoplos.

Como si fuese posible eso hace que Flora se confunda más: al final los chimes tenían razón y Lovegood era una lunática.

—Deberías correr—recomienda dando una mirada a su alrededor, Flora podía decir que ya las rondas estaban terminando—. Los otros ya vienen.

—¿Cómo te llamas?

¿Acaso esa chica no la entendía? ¡La iban a atrapar!

Pero la mirada insistente y limpia hacen que Flore termine respondiendo.

—Flora Carrow.

—Un placer, Flora Carrow.

Y así, sin más, Lovegood se gira y marcha escaleras arribas; cuando pasa cerca de ella le sonríe y se percata de sus pendientes de rábanos.

Totalmente confundida Flora termino de hacer su camino a las mazmorras sin ser consciente de que a partir de ese momento iba a ser considerada una persona de confianza por el ED, por Luna Lovegood.


N° de palabras: 500.

No, ni yo sé de dónde salió esto ni de qué va. Simplemente son los desvaríos de una mente irresponsable y cansada.

Espero que al menos os parezca interesante.

Besos,

Carly Lujan