Hola, vengo a pagar mi apuesta del domingo con las chicas de "Mis fics Ichiruki". Espero que les guste y a seguir apostando.
Aclaro que Bleach no me pertenece.
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Un café
La tan esperada semana final de semestre de la universidad estaba acabando. Exámenes por realizar, últimos esfuerzos en los cursos que llevaban era lo que estaba en la mente de los jóvenes que asistían a la Universidad Soul Society.
Ichigo Kurosaki decidió salir temprano de su casa para aplicar el último examen de Farmacología clínica. Al llegar, decidió ir a tomar un café y repasar la materia. La cafetería Gotei 13 no tenía mucho flujo de personas ya que aún era temprano pero sabía que pronto estaría lleno el lugar así que decidió pedir el café y sentarse en una mesa alejada para dos personas. Estaba consciente que si se llenaba el lugar, no ocuparía tanto espacio que al sentarse en una mesa para cuatro personas.
Una hora había pasado desde que Ichigo llegó, y en efecto las personas iban y venían, el lugar estaba lleno así que los clientes solo pedían un café y se marchaban. Era mucho el estrés que se manejaba en el lugar.
—Disculpa— Ichigo escuchaba una voz cerca de él pero no le dio importancia —Hey, chico— él solo sintió como una mano tocaba su hombro, miró el brazo y lo siguió para saber quién era la persona que lo estaba molestando. Se trataba de una joven de baja estatura, cabello negro corto y ojos violetas. La chica lo miraba con expectación.
—¿Se te ofrece algo?— preguntó él mirando fijamente esos ojos tan inusuales.
—¿Es posible que puedas brindarme ese espacio?— dijo señalando la silla frente a él. Ichigo contempló el lugar y notó que no había una sola silla disponible.
—Supongo que podría— quitó su mochila y ella se sentó.
—Gracias—dijo ella, él solo asintió y siguió con su lectura.
De vez en cuando notaba que ella lo observaba, luego observaba el libro que tenía y luego miraba por la ventana. Esa fue su rutina por 5 minutos hasta que la mesera llegó con un emparedado de jamón y queso para Ichigo. Al acercarlo un poco, pudo notar como la chica lo mirará un tanto nerviosa. No sabía cómo interpretar su mirada y no podía verla tan fijamente porque podría darle a entender cosas que no eran. Lo partió y escuchó un pequeño rugido que provenía del estómago de ella. Ese ruido le dio la respuesta a su incógnita: ella tenía hambre. El ser educado por una madre tan peculiar, no podía permitirse el lujo de comer frente a los hambrientos decidió romper el silencio.
—¿Quieres?— preguntó Ichigo y levantó la vista. Observó a la chica mirándolo así que él señaló el emparedado frente al él.
La chica lo miró atónita y él frunció más el ceño pensando que se había equivocado pero no podía arrepentirse de su acción, así que tomó el primer bocado y solo se escuchó un estómago (de la chica) rugir con fuerza nuevamente. Ambos se miraron y él acercó la otra mitad del pan hacia donde ella.
—Parece que tu estómago acaba de gritar que sí quiere— y sonrió. Ella estaba realmente avergonzada y su cara iba a estallar en cualquier momento por esa situación vergonzosa.
—De acuerdo, solo para que no se desperdicie.
—Está bien, gracias. No me gusta desperdiciar comida y creo que esa mitad no llegara a durar todo el día.
La mesera le trajo a la chica el café que había pedido y comió en silencio.
—Gracias, está muy bueno.
—Este tipo de comida es lo mejor de esta cafetería.
No cruzaron palabras por unos veinte minutos.
—¿Vas muy avanzado en la carrera de medicina?— Ichigo la contempló y en cierto modo agradeció que ella iniciara la conversación, necesitaba alejarse de su estudio porque a esta altura podría confundir términos.
—La mitad de la carrera. ¿Cómo lo supiste?
—Por el libro. Es un nombre típico de ciencias de la salud y tienes aire de llevar medicina.
—¿Por qué lo dices?
—No creo que alguien lea un libro de esos tan apasionadamente como lo haces tú.
—Hoy es mi último examen como podrás notar y necesitaba salir de mi casa para no ser bombardeado por muchas preguntas y poder estudiar tranquilamente.
Ichigo notó que la chica estaba muy seria de un momento a otro y repaso la conversación que habían entablado "¿será que pensó que el comentario de las preguntas fue para callarla?" pensó.
—Aunque el ajetreo de esta cafetería no me viene mal y gracias por distraerme un poco. Creo que ya no podría estudiar más, solo lograría confundir términos— no sabía por qué decía eso pero esas pocas líneas que intercambiaron lo hizo tranquilizarse bastante.
—Pensé que estaba siendo molesta— dijo mirando a otro lado.
—Al principio sí pero supongo que estás en finales también— dijo señalando su bolso para transportar material de arte.
—De hecho, desde ayer monté toda mi presentación y al medio día vendrán varios profesores a revisarla, de esa presentación depende que pase o no.
—¿Y por qué decidiste venir tan temprano?
—No pude dormir en toda la noche. Estoy tan ansiosa que incluso olvidé desayunar. Perdón más bien si te estoy quitando el tiempo y el espacio pero mis pies están tan cansados que no he querido moverme aunque ya vi que hay dos o tres mesas desocupadas.
Ichigo observó el lugar y en efecto ya estaba vaciándose.
—Da igual, si estás cómoda aquí con un completo extraño, puedes quedarte.
—¿Ya te vas?
—Aún no. Mi examen es también al medio día.
Así conversaron animadamente, sin saber uno del otro pero descubriendo sus pasiones, sus miedos, riendo uno con el otro. Parecía que estaban disfrutando mucho de la compañía del otro. Ambos pidieron un café más.
—Entonces tienes ya tres años de estar en esta universidad. Yo tengo apenas dos años y medio pero ha sido eterno.
—Si estudias lo que yo estudio piensas que tres años no son nada todavía.
—Tienes razón, el arte es algo que me gusta, aunque soy mejor esculpiendo que pintando. Digamos que tiendo a pintar muchos conejos, son mi delirio.
—Lo pude notar, ambas cosas- señalándole el conejo que le hizo en una de las esquina del libro de él —eres pésima dibujando y pude deducir que era un conejo por lo largo de sus orejas.
—Cállate— le dijo pateando su pantorrilla.
—Enana, eso dolió.
—Mira la hora, el tiempo vuela cuando tienes buena compañía. Cualquiera hubiera pensado que esto fue una cita— dijo la chica sin pensarlo y al escucharse ambos se sonrojaron un poco y luego sonrieron.
—Pero en una cita por lo menos se dicen el nombre— dijo él por fin.
El teléfono de la joven sonó en ese momento. Habló con quien la había llamado y al finalizar la llamada saltó de su silla.
—Bueno, debo marcharme. Tal parece que ya están viendo las presentaciones y pronto verán la mía. Gracias por el emparedado. Espera, voy a pagar mi parte— dijo mientras buscada como desesperada la cartera.
—Déjalo así, yo invito.
—Oye, es mucho dinero, por lo menos déjame pagar mis bebidas.
—No, el pasar un rato agradable bien vale la pena ese dinero invertido en unas tazas de café.
—Gracias— se sonrojó.
—Bueno, creo que yo también debo marcharme.
—Gracias, nos vemos— dijo ella ya encaminándose a la universidad.
Ichigo terminó de meter su libro en la mochila cuando alguien se le acercó y le susurró al oído.
—Gracias por este rato, la pasé muy bien— dijo la joven mientras besaba la mejilla de Ichigo. Él no pudo responder y solo observó cuando ella salió de la cafetería. Pagó lo que habían consumido y se marchó.
Terminó su examen sin contratiempos y mucho menos preocupado de lo que pensó que estaría. Ahora solo tenía una gran incógnita: ¿quién es esa chica de la cafetería? Quería verla para agradecerle el rato que pasaron juntos pero quería saber su nombre.
Corrió a la facultad de arte pero no había nadie ahí. Ni un rastro de ella. Cuando cruzó una puerta solo pudo divisar un papel pegado a ella, en el papel había dos conejos, uno parecido a él y otro a esa chica tomando un café. Al final del papel estaba escrito "sabía que vendrías a buscarme, pero si quieres saber quién soy, tendrás que esperar a regresar a clases".
Ichigo solo sonrió. "Es una enana muy creativa". Arrancó el papel de la puerta y lo guardó. "Estas serán unas vacaciones muy largas" finalmente pensó mientras se encaminaba hacia su casa.
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Bueno, qué les pareció? Si me dejan en el review que puedo continuar la historia con dos o tres capítulos más y saldar mi deuda lo hago, si no, también lo hago pero después…
Reeditado por recomendación de mi mejor amiga. Espero les guste.
Saludos.
