Hola, aquí os presento una microhistoria sobre Jack y Sam. Una idea en una noche de insomnio. Podéis comentar todo lo que queráis. ¡Que lo disfrutéis!

Jack había ido a casa de Sam a devolverle unas herramientas que le había dejado el mes pasado. Sam le ofreció una cerveza, cosa que Jack aceptó encantado. Como no podía conducir después de tomarse la bebida y se hacía tarde, Sam lo invitó a cenar. Después se pusieron a ver una película. Los dos habían acabado acurrucados en el sofá, el uno junto al otro y medio dormidos, pero tan cómodos que ninguno quería moverse a pesar de que su conducta no estaba siendo de lo más profesional. Los hechos se precipitaron al tratar de levantarse Sam del sofá. La somnolencia hizo que perdiera el equilibrio y que al caer fuera a parar a los brazos de Jack, que trataba de cogerla. El contacto físico tan próximo hizo que no se pudieran resistir. Se besaron, larga y apasionadamente. Al acabar Jack propuso:

"¿Hablamos?"

Sam estaba sentada de lado en el regazo de Jack y rodeaba con sus brazos su cuello "¿De qué quieres hablar?"

"De esto" dijo señalando a ambos "De lo nuestro. De lo que acaba de pasar"

"¿Quieres hablar del consejo de guerra? Yo, no"

"Sam..."

"Jack, no quiero hablar de algo imposible. Disfrutemos del momento, del aquí y ahora" sus ojos reflejaban una absoluta determinación.

"Sam, yo no puedo volver a cómo estábamos antes. No después de saber que tu sientes lo mismo por mi"

"No tenemos otra"

"Pues tendremos que pensar en algo"

Sam lo miró con la boca abierta. "¿Qué quieres pensar? ¿Te quieres retirar? ¿Irte del SGC? Ni lo sueñes. Y yo sé que no me vas a pedir que yo lo haga"

Jack se estaba quedando sin argumentos ante la lógica aplastante de Sam. "Entonces, ¿qué sugieres? ¿qué continuemos en secreto y nos arriesguemos a que nos expulsen del ejército? ¿Estás loca?"

"¿Lo estoy?Jack, estoy dispuesta a correr el riesgo. Por ti. Por mi. Por nosotros" Vió que Jack todavía dudaba. "Somos soldados, nos arriesgamos cada día en nuestro trabajo ¿no crees que también nos podemos arriesgar en esto?"

Jack empezó a sonreír tímidamente, para pasar después a una sonrisa más amplia "Creo que tienes razón, vale la pena intentarlo" y la miró a los ojos "Entonces... ¿estamos de acuerdo?"

"Totalmente" y para sellar el acuerdo al que habían llegado, Sam volvió a besarlo.

Y Jack no regresó a su casa esa noche.