Cometa Halley
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No eran mas que un par de almas torturadas por la crueldad y realidad de la vida diaria, con sed de confianza y condescendencia por su sincero amor decidieron romper la rutina.
Más allá del futbol, mas allá de un par de decisiones erróneas o correctas ambos sabían que era hora de un "medio tiempo" en sus vidas.
Ella necesitaba escapar de amores tóxicos, de mentiras, de manipulaciones, de engaños, de tanta dependencia, de los hombres equivocados. Necesitaba vivir por ella misma, quererse, gustarse, no necesitar de nadie, en otras palabras quería ser lo que no había sido nunca. Por eso se fue de improviso a pasar unos días a otra ciudad, lejos de un equipo lejos de cualquier relación deportiva. Un lugar para perderse entre monumentos y callejuelas estrechas que le devolvieran las ganas de hacer cosas, de interesase por otras cosas.
Él estaba agotado, vacío de amores intrascendentes, de historias sin finales felices ni tristes, de historias de amor que ni siquiera empezaban. El miedo a amar, la imposibilidad de entregarse a una persona era su obstáculo para sentir esa ansiedad del amor que te mantiene vivo, en otras palabras buscaba lo que toda mente americana necesita "equilibrio". Por eso se fue de improviso a pasar unos días a otra ciudad, lejos del fútbol, lejos de la decepción. Un lugar para perderse entre monumentos y callejuelas estrechas en donde dejar enterrados sus miedos y empezar una nueva vida.
Y entonces ambos se encontraron para vivir una historia de amor tan breve que nadie se dio cuenta. Ella estaba sentada en las escaleras de aquél museo, pensando, con la mirada perdida en no se sabe qué recuerdos. Lo que él vio mientras se acercaba fue a la mujer más maravillosa derramando lágrimas. No podía ser. Era hermosa, su hermosa entrenadora.
Él secó sus lágrimas con una sonrisa y de repente desapareció. Tardó un instante en volver con la misma sonrisa de antes y una flores robadas al jardín del museo. Ella seguía llorando porque sus sentidos le dieron la voz de alarma cuando él la rozó. Y así juntaron sus miradas y luego sus bocas en un beso que los removió por dentro.
Un beso entre dos desconocidos que se necesitaban urgentemente. Ninguno de los dos quería separar sus labios del otro, sintiendo cómo los temores desaparecían, cómo las inseguridades se convertían en confianza, disfrutando del placer sin obstáculos y paso recargar las fuerzas del corazón para así asumir la vida diaria otra temporada mas. Y así estuvieron una eternidad. Una eternidad que duró el tiempo que dura un beso.
Y los días siguientes en los entrenamientos, en las charlas, no hubo incomodidad ni miradas, no hubo preguntas, no hubo curiosos, nadie lo supo, cada quien estaba feliz y conforme con aquella acción aquella noche ya que fue como un destello fugaz, un acontecimiento que pocos han visto, fue su especial "cometa Halley". Mira si es grande el destino y la ciudad inazuma es chica, se volvieron a ver...
Y la entrenadora para el norteamericano siempre a las 10 en el mismo...lugar.
Fin.
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Soundtrack de la Historia:
Cuando (Versión Pop) - Ricardo Arjona
En la Ciudad de la Furia - Soda Estéreo
Luna - Zoé
Yeah Voy and Doll Face - Pierce the Veil
Satellite (feat. Jonathan Mendelshon) - Tritonal
(Nota: función del soundtrack: musica de fondo para la apreciación mas confortable del texto)
Gracias.
