DISCLAIMER: Osomatsu-san no me pertenece, yo solo utilizo a los personajes para crear historias y entretener al lector.
ADVERTENCIAS: OOC.
PAREJA PRINCIPAL: KaraIchi/IchiKara, con el tiempo irán apareciendo más.
SINOPSIS: Un joven que anhelaba ser libre, para ya no ser perseguido por aquel pasado cruel en el que le arrebataron sus alas, lo único que lo mantenía en pie era encontrar algún día alguien que lo amara como nadie mas en el mundo.
Mientras que otro se negaba a volar por el odio que sentía hacia todo ser humano, culpando a todos de su dolor, de su perdida, intento muchas veces recuperar lo que por derecho era suyo pero con el tiempo sus ganas de vivir se fueron apagando, como una vela, una vela que pedía a gritos ser protegida por quien sea, tan solo quería sentirse aceptado con todo y sus defectos.
"[...] Dicen que "los ojos son la ventana del alma, no ocultan, ni mienten aunque las palabras lo intenten", entonces madre ¿porqué nunca me dijiste que existían ojos sin color, esencia, simplemente vacíos? y lo mas impresionante es que esos serian los que me cautivarían al final."
Porque a través de esta melodía, te dire que te amo.
[ KaraIchi - IchiKara ] [AU] [OOC] [OC]
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[ PRÓLOGO ]
"Como explicarte lo que por ti estoy sintiendo si es algo que jamás lo había sentido;
Como explicarte, como decirte que no quiero que te alejes de mi, que sin ti, mi vida es solo oscuridad;
Como decirte que mi corazón necesita de tu amor;
¿Cómo explicarte?, como decirte que sin ti no se vivir."
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Recuerdo que de pequeño siempre soñé con encontrarme al famoso "amor de mi vida", mi madre me dijo que cuando estuviera con esa persona y la viera a los ojos sentiría que es para mi, que nacimos para estar juntos y ser felices, ella es muy fiel a la frase "los ojos son la ventana del alma, no ocultan, ni mienten aunque las palabras lo intenten", entonces madre ¿porqué nunca me dijiste que existían ojos sin color, esencia, simplemente vacíos? y lo mas impresionante es que esos serian los que me cautivarían al final.
Esta es mi historia, de como conocí a la persona que puso mi mundo de cabeza, quien me demostró que los sentimientos pueden expresarse de diversas formas y que por amor se pueden hacer cosas impensables.
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— Muy bien chicos ¿ya tienen sus permisos firmados por sus padres? si no es así no podrán asistir a la visita.
— ¡Si profesora!. — Gritaron en unísono los estudiantes que se encontraban en el aula de clases de canto, a la cual yo pertenecía, no es por presumir pero tengo una increíble voz, tan genial que puedo llegar a notas muy altas.
El lugar no es tan grande, es solo un aula con paredes blancas, el suelo es de alfombra café, de aquella que al tocarla te raspa un poco la piel ya que esta algo gastada por los años, del lado izquierdo se encuentran dos ventanas de aproximadamente 2 metros tanto de ancho como de alto lo que permite que el lugar siempre este iluminado, al frente esta un pequeño escenario de madera en la cual aveces uno de nosotros sube a cantar tanto canciones conocidas como improvisadas y un pequeño escritorio sobre la misma, hay sillas, mochilas y hojas de libreta desparramados por todos lados, si un día de estos llega un temblor no se como lograremos salir de aquí. Yo me encuentro sentado a la orilla del pequeño escenario observando a cada uno de mis compañeros, me gusta analizar bastante a las personas, sobretodo ver los ojos de cada uno, a lo largo de estos meses me he dado cuenta que las palabras de mi madre son ciertas, aunque la muchacha mas linda tenga una brillante sonrisa en los labios sus ojos demuestran todo el enojo que esconde en su interior, como el muchacho mas inexpresivo expresa en sus ojos felicidad al estar codo a codo con su mejor amigo, si, es entretenido descubrir la verdadera esencia de cada ser humano, aveces llego a preguntarme que expresaran los míos, suspiro y desvió mi vista a un punto fijo en la pared, no importa, de seguro serian cosas increíbles, sonrío, si, claro.
—¡Karamatsu!— Escucho que alguien grita mi nombre pronunciando por mas tiempo la ultima vocal, pero antes de que logre siquiera respirar siento como se lanzan hacia mi para abrazarme, muy bien, creo que ya se quien es, porque solo existe una persona que conoce mi gran repulsión hacia los abrazos.
Suspiro nuevamente, a este paso se me va a salir el alma en uno de esos, dirijo mi vista hacia la persona que sigue abrazandome con una fuerza que lastima, si, en definitiva es el.
—Totty por favor, sueltame ya.
—No.— Contesto con su tono dulce que tanto me desespera, ¿la razón?, bueno, conozco suficiente a este demonio rosa para decir que su verdadera forma de ser es la del demonio en persona —Hermano ¿por qué estas tan molesto? ¿tanto odias que te abrace?.—Aunque pregunte eso la respuesta que de al final no la va a escuchar ya que esta mas entretenido tomándose fotografías para enseguida subirlas a sus redes sociales.
—Tu mas que nadie conoce la razón.—Mi voz se quebró por un segundo, no me gustaba hablar mucho del tema.
—Si, pero soy tu hermano ¿sabes?, yo no soy aquella persona.— Ahí, ahí estaba mi verdadero hermano, el de voz y actitud fría, se separo de mi para sentarse derecho junto a mi y sonreír ligeramente la cual me provoco que sonriera, un apoyo silencioso, así le decíamos nosotros, teníamos nuestro propio lenguaje sin necesidad de palabras — Y bueno ¿traes el permiso que firmo mamá?.
—¿Qué?.
—Yo traje el mío, pero antes de salir de la casa vi que había uno pegado en el refrigerador ¿era tuyo?.— El tono frío que uso me daba un poco de gracia ya que su ropa que consistía de unos shorts casuales blancos con un tono rosa pastel en el dobladillo, camisa y tenis blancos, una corbata rosa y su característico gorro del mismo color, mientras que yo era un contraste muy notorio, muchos no podían creer que éramos gemelos, era un pantalón de vestir azul marino, playera de cuello "v" negro, zapatos de cuero del mismo color y una pequeña cadena en mi cuello que me había regalado mi hermano en mi cumpleaños numero catorce, actualmente los dos tenemos 18.
—¡Diablos!— Grite exasperado sujetándome de los cabellos —lo olvide—susurre para mi mismo.
—Eres un idiota.
—Totty no ayudas mucho ¿sabes?.
—No me importa.—Nuevamente estaba usando su tono cantarín al mismo tiempo que hacia una nueva fotografía en donde él salía haciendo el famoso símbolo de amor y paz con los dedos.
—Joven Nakamura ¿trae su permiso? — Uugg la voz que no quería escuchar en estos momentos, el de la profesora Totoko, la mas exigente de toda la Universidad —¿Me escucho joven Nakamura? —Me voltee ya que ella se encontraba a espaldas mía de pie observándome desde arriba con una sonrisa, aunque casi podía ver las ganas que tenia de golpearme si le daba una respuesta negativa, ya que claramente ayer dijo que teníamos que entregar el permiso, si uno de la clase no lo entregaba la visita se cancelaba, trágame tierra ahora mismo por favor —Si o no lo trajo.
—Profesora ¿sabe? —Me puse de pie rápidamente mientras reía con nerviosismo y casi sudando —Sucedió algo muy chistoso.
—No tengo sentido del humor.
—¿Eh? pero si usted tiene una perfect smile.—Después de decir aquello tanto la profesora como Totty me miraban con odio, no les gustaba que hablara de repente en ingles.
—No intente cambiarme de tema, aunque gracias— Lo ultimo lo dijo con un tono dulce, si, esta mujer era igual que mi hermano en este aspecto — Ahora — Se acerco a mi peligrosamente, nuestras caras estaban muy juntas, no me gusta, no me gusta que invadan mi espacio personal y creo que mi hermano se dio cuenta ya que guardo su teléfono celular — Entrégueme su permiso, recuerde, si uno no me lo da, nadie asistirá a la visita, quedo claro ayer ¿no?.—Su sonrisa y esa cercanía me puso nervioso, me congele, vagos recuerdos llegaron a mi mente, quería correr, me recordaba, me recordaba a…
—Profesora nuestra madre dijo que mi permiso contaba por nosotros dos, aquí esta —Le entrego el papel firmado con una sonrisa en su rostro, pero por la forma en como había dicho esas palabras y miraba a la mujer se notaba que estaba molesto.
—Esta bien — Sonrío con todos los permisos en mano e indicándonos que la siguiéramos al estacionamiento de la Universidad.
—Gracias Todomatsu.
—Si claro, lo que digas — Le molestaba que dijeran su nombre, recogió su mochila y me lanzo la mía la cual atrape en el aire —Pensé que ya se habían acabado tus…
—No lo menciones por favor —Salimos del salón en fila india.
—Esta bien.
Después de eso quedamos en silencio, no queríamos revivir aquellos momentos en la cual sentimos que todo nos fue arrebatado.
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—¿Están listos para la visita? — Grito Totoko intentando esconder su emoción, se notaba que realmente quería ir.
—Si — Contestamos todos con tono aburrido, oigan no es fácil, eran las nueve de la mañana, normalmente nuestras clases comenzaban a las doce de la tarde, pero muchos nos dimos cuenta de nuestro error, ¿cuál? al parecer la profesora se había enojado por nuestra falta de emoción.
—¿¡CÓMO LES HABIA DICHO QUE ME RESPONDIERAN MALDITOS!?. —
– ¡SI HERMOSA CAPITANA ESTAMOS LISTOS!.
—Bien dicho —Sonrió, casi podíamos ver brillos alrededor de ella —¡Ahora suban al autobús que nos fue otorgado para irnos!.
De acuerdo el autobús estaba increíble, era de uso exclusivo para visitas, color gris, bastantes ventanas y largo, poco a poco fuimos ingresando a este, el interior era grandioso, tenia clima, los asientos blancos, cortinas rojas y unas cuantas televisiones. Me senté en los lugares que se encontraban en medio junto a la ventana, siempre al viajar tengo la costumbre de distraerme con todo lo que pase por mi campo de visión, sobretodo con el cielo, me da un sentimiento de libertad que me grita por ser alcanzado.
Busco con la mirada a mi hermano un poco ansioso pero me relaje al encontrarlo en los asientos de adelante charlando amenamente con tres muchachas de nuestra clase, me acomode mejor en mi asiento para ver por la ventana un poco del estacionamiento y como jugaban algunos muchachos en la cancha de basquetbol que estaba a unos metros de nosotros, hasta que una voz interrumpió mi burbuja de silencio.
—¡Karamatsu hola!.
— My beautiful Homura.
—Que bueno que si pudiste asistir a la visita.—Enseguida se sentó junto a mi intentando tranquilizar su respiración, por lo visto había corrido.
—Otra vez llegando tarde my lady, muy mal.
—¡Je!.—Me sonrío cálidamente, vestía un vestido color rosa pastel sin mangas con unos pequeños olanes en la falda, su cabello castaño estaba suelto y llevaba unos zapatos abiertos blancos con pequeños puntos del mismo color que su ropa, se veía realmente tierna —Me hace muy feliz que asistas Karamatsu.
—Estuve a punto de no venir.
—¿Olvidaste el permiso en el refrigerador?.
–¿Cuántas veces llevo cometiendo el mismo error?.
—Con esta ya van quince.
—Ugg.—Al parecer mi rostro había sido muy gracioso porque comenzó a reír fuertemente.
—¡Ok muchachos ya el autobús va a partir! ¿están todos? — Contó a cada uno hasta llegar al veinte para asentir, respondiéndose a si misma su pregunta —Muy bien, el viaje va a durar dos horas aproximadamente así que aprovechen para dormir si gustan.
—¡SI! — Gritaron efusivamente los que se les notaba bastante sus ojeras durmiéndose enseguida.
Y como dijo la profesora el transporte comenzó a dirigirse a nuestro destino.
—¿Estas emocionado?.
—Algo, ¿y tu?.
—Bastante, siento que algo va a pasar allí, no se que es pero estoy muy emocionada.
Con eso nos quedamos en silencio, ella recargando su cabeza en mi hombro mientras yo observaba algunas aves volando, por momentos se escuchaban las voces de algunos compañeros de la clase comentando sobre cualquier tema pero se sentían lejanos, ser libre, debe ser grandioso ¿no?.
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Las famosas "dos horas aproximadamente" se convirtieron en tres horas y media por el trafico que había, bajamos del autobús, unos medio dormidos, otros con mucha energía, el resto con hambre, mucha hambre y con una Totoko furiosa.
—¿Recuerdan cuando les dije que ingresáramos al lugar con orden y disciplina?.
—Si profesora.
—¡AHORA MANDEN AL DEMONIO ESO QUE YA LLEGAMOS TARDE! ¡CORRAN A LA ENTRADA, CORRAN Y YA ADENTRO APARENTEN NORMALIDAD! — Y como dijo, todos corrimos al edificio, era bastante grande, incluso mas grande e increíble que nuestra Universidad; Homura y yo íbamos caminando, nos habíamos quedado impresionados por el lugar, tenían muchas áreas verdes, le calculábamos que era de tres pisos, era increíble.
—¿Te sientes bien Homura?.
—¿Mh?.
—¿Aún no te da tus…
—Descuida — me interrumpió —Si sucede algo no te preocupes.
—Esta bien, vamos, al parecer ya la mayoría esta dentro.
—¡SI! —Sin darme cuenta ya ella estaba corriendo a unos metros de mi.
—¡Oye con cuidado!.
—¡SI!.
Logre alcanzarla en la entrada, la puerta era de cristal, después de regañarla por haber corrido como alma que lo lleva el diablo abrí la misma para que ingresara primero y cuando al fin estábamos en la sala principal nuestros compañeros con la profesora estaban reunidos esperando indicaciones del los directores del lugar.
—Profesora, Karamatsu y Homura ya llegaron.
—Gracias Jiki [1], chicos rápido, los estábamos esperando.
—¿Ya están todos? —Cuestiono una joven alta con traje negro y corbata roja, era obvio que trabaja allí.
—Si.
—Muy bien. Les doy la bienvenida a Academia Yukinoshita bara, donde grandes de la música clásica vienen a deleitarnos con sus nuevas obras, muchos de ellos han egresado de aquí, unos se quedan como profesores, pero en esta ocasión también nos visitan cantantes, como ustedes, como acompañantes, espero esta experiencia sea increíble para ustedes, ahora síganme por favor, el día de hoy habrá conferencias y conciertos, ahora chicos, vamos — Sin dudar seguimos a la señorita por un extenso pasillo y enseguida ingresar a un enorme auditorio donde hasta adelante había un escenario, incluso mas grande y alto que el de nuestro salón, sobre este se encontraba un piano negro, brillaba por las luces del lugar y en el banco estaba una joven castaña, portaba un vestido con dos tonalidades de verde y una flor azul adornando su cabello, la melodía que estaba interpretando estaba llena de pasión, uno podía darse cuenta la energía que ponía en su música, el lugar estaba lleno, todos veían con admiración a la señorita.
—Impresionante —Susurre, era verdaderamente genial, tenia mucho talento.
—Lo es ¿no es así? — Al parecer la mujer que nos dio la bienvenida me había escuchado y la única respuesta que di fue un asentimiento de persona —Se ve tan llena de vida y alegre al tocar que en tu mente no pasaría en ningún momento que sufre cáncer del pulmón —Aquello me había helado completamente ¿había escuchado bien? la joven con una sonrisa tan cautivadora ¿tenia tan letal enfermedad? —Ella es Nozomi [2], fue estudiante de esta academia y ahora esta aquí como docente en el área de piano, su nombre va muy acorde a lo que ella transmite.
—Esperanza.
—Así es — sonrío para enseguida girar un poco su rostro hacia mi —Por cierto, cuando tu y tu amiga llegaron ya me había presentado, soy Kazami Osoko.
—Nakamura Karamatsu.
—Mucho gusto —Asentí.
Seguimos escuchando a la joven de la cual muchos otros músicos pasaron que tocaban desde el clavicémbalo hasta la percusión, cada uno transmitía distintas emociones a la hora de tocar, se escuchaba tanto triste como orgullosas.
Cada uno con distintos secretos.
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Dos horas después salimos del auditorio para enseguida ser dirigidos por Osoko a la cafetería de la academia.
—De seguro están hambrientos ¿no es así?, como son nuestros invitados pueden comer todo lo que quieran, la Academia invita, en unos minutos mas otras Universidades van a llegar para que se unan a ellos a una conferencia que se llevara a cabo en el tercer piso, tienen tiempo así que disfruten— Se despidió con una reverencia.
—Hermano dile a mamá que me quedare a vivir aquí— Dijo Todomatsu observando la comida y tomándole fotografías al mismo tiempo.
—Claro, lo que digas.
—¡Karamatsu! ¡Totty! por aquí —Dirigimos nuestra vista a una mesa donde se encontraban Homura y las tres muchachas que habían estado acompañando a mi hermano, nos encogimos de hombros y acercamos a la mesa.
—¡Esto es asombroso! comida gratis —Grito una pelirroja.
—Kazuki [3] tu solo piensas en comida ¿no? —Bromeo Totty.
—¡Déjame!.
Y así continuaron charlando, por momentos entraba a la platica, todo estaba bien hasta que a mis oídos llego una melodía que me llamo la atención, se escuchaba lejana, me quede callado intentando escuchar, en eso una voz le hizo compañía, era una combinación perfecta, tanto la voz como la música eran increíbles, me levante hipnotizado por la música y me aleje de la mesa, quería saber de donde provenía.
—Kara ¿a donde vas? —Pregunto Homura llamando la atención de los demás.
—Voy a dar una vuelta, ahora regreso.
—¡Hermano si no regresas me comere lo que te sirvieron!.
Sin mas me retire en silencio para poder encontrar el lugar de origen, camine por bastantes pasillos y cada vez me sentía mas lejos, ahora solo estaba la voz cantando, pero por mas que caminara no la encontraba, hasta que la melodía del instrumento se hizo escuchar con una fuerza increíble, inclusive superior a la de los que escuche en el auditorio, regrese mis pasos hasta encontrar una escalera, corrí, sentía que me llamaba, me guiaba a ella, al llegar al segundo piso la canción se escucho mas, caminaba cuando estaba la voz y corría cuando el instrumento participaba.
—¿Donde es? — me pregunte a mi mismo en voz alta, continuaba corriendo por el pasillo hasta que de repente me pase por uno que estaba de mi lado derecho, al fondo se encontraba una puerta abierta, de allí, de allí provenía la canción, sin dudar camine por aquel corto pasillo e ingrese a la habitación, era un auditorio algo pequeño, al fondo no había escenario, solo piso en donde en el centro estaba una muchacha pelinegra con un vestido de tirantes blanco, contrastaba con su larga cabellera, le acompañaba un baterista, pianista y guitarrista, quienes la escuchaban estaban fascinados, tenia una potente voz, la forma que articulaba las palabras era clara y hermosa, pero había otro instrumento que se escuchaba en la habitación pero no podía ver, seguí de pie viéndolos, en eso la joven quedo en silencio y se hizo a un lado para así dejar al descubierto a un muchacho con los ojos cerrados y cabellos revueltos, pantalón negro deportivo y un suéter gris cuello de tortuga tocando el violín, se escuchaba fantástico, era él al que había escuchado anteriormente, su música estaba llena de energía —Es fantástico.
—Es el mejor de su clase.
—¿Señorita Osoko?.
—Si ¿qué hace aquí joven Nakamura?.
—Quería escuchar.
—Je, te entiendo, es admirable este joven.
—Si.
—Alguien muy fuerte por perder algo valioso.
—¿Cómo?.
La música se detuvo dandole entrada a los aplausos, la joven hizo una ligera reverencia y el muchacho igual.
—Si, ya que el…
Abrió sus ojos haciendo contacto con los míos.
—… es ciego.
Si tuviera que describir que era lo estaba frente a mi diría que un ángel hueco, sin vida y pidiendo ayuda a gritos.
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N/A:
Hello, it's me.
Bueno pues este es el prólogo de un proyecto en el que estaré trabajando, es un KaraIchi/IchiKara pero con el paso de los capítulos irán apareciendo mas parejas, esto surgió ayer mientras estaba en misa ajajajaja, estaba escuchando como tocaba el violín un señor y dije "Wow, seria increíble que Ichi tocara el violín" pero como soy Mr. Tragedia pues tssss puse que era ciego.
Espero les guste, diganme sus opiniones, es el primer fic que hago de este fandom
[1]: Personaje de Karneval, no soy original con los nombres mi gente.
[2]: La flor que sale con Chibita, le puse aquel nombre ;)
[3]: Una OC, su nombre es de un personaje de Tsubasa.
Aquí los únicos que son hermanos son Kara y Totty, los demás matsu no tienen relación sanguina entre ellos y utilice el apellido del seiyuu de Kara para ellos, je.
Gracias por leer.
PD: La melodía de la que hablo se llama "Dialogue - Shoukon" esta en youtube.
