Copyrigth © Masashi Kishimoto
Genero: Romence | Mistery

Rating: T

FEAR

Two-shot: 1/2


Todo estaba listo, empacado y listo para partir.

Las bolsas ya estaban en la camioneta y los "suministros" ocultos en la cajuela.

Los hombros le dolían y su espalda lo mataba. Y como no. Si su trabajo le exige más de su 110%, poso una de sus manos por sus adoloridos hombros y trato de darse un masaje sin resultado alguno. Incluso el ruido del bar le ayudaba, solo aumentaba su dolor, el grito de su amigo que jugaba billar no le ayudaba para nada. El rubio que jugaba billar obligaba a un castaño con marcas rojas en sus mejillas a pagar la apuesta.

Lo único que lo pondría bien esta noche seria su presencia, estaba por irse a verla. La única mujer que conocía que no estaba en el mismo mundo que él. Todos pensaban que terminaría con Sakura, ahijada de Tsunade, la dueña del bar y medica que auxiliaba a muchos que se paraban por el lugar. Pero nunca se imaginaron, que Uchiha Sasuke se emparejaría con una mujer tímida, dulce, amable y hogareña. El, un ermitaño que viaja por el país entero. La pelirosa se acercó a la mesa del moreno y puso un vaso de whisky frete a él. Levanto su vista hacia la chica.

-La casa paga- pronuncio, Sasuke tomo el vaso.

El líquido de la bebida pasaba por su garganta y provocaba que el dolor de su cuerpo se apaciguara un poco.

-Partiremos en 30 minutos- aviso el moreno a su compañera. – Avísale al dobe.-

La noche era fría y oscura, ni siquiera los animales nocturnos aparecían en este bar cerca de la carretera. El moreno miro a su alrededor, todo tranquilo; por lo que parecía. Camino unos cuantos metros, hacia su camioneta, cerca de un farol; el cual su luz parpadeaba y emitía un zumbido.

Cerro fuertemente la puerta y se recostó en el asiento, aun estando afuera escuchaba la música del bar y el grito de Naruto al saber que saldrían a trabajar. Metió una de las manos a su bolsillo y saco una cajetilla de cigarros, tomo uno y lo encendió.

El tono de su móvil lo hizo reaccionar, la brillante pantalla mostraba el nombre de la persona que llamaba a altas horas de la noche al Uchiha. Sasuke sonrió de una forma que solo una persona ha visto.

HINATA

-¿Me esperaras despierta?- el moreno pregunto, era su forma de saludarla y el saber que alguien lo necesitaba.

-Y yo aún me pregunto qué le viste a esta chica tan ordinaria… Sasuke-kun- esa voz… le erizo la piel.

Su mente comenzó a maquilar diferentes formas en como estaría su amada. Sasuke apretó con su mano el móvil que traía.

-Orochimaru…- dijo el moreno. Poniendo en marcha la camioneta sin esperar a sus compañeros de trabajo.

-Qué bueno que me recuerdes después de tantos años- la estridente risa de Orochimaru enfureció al Uchiha y aumento la velocidad. – no nos vemos desde que te convencí de que mataras a tu hermano.-

La sangre esparcida por su cuerpo apareció, estaba empapado y helado. De la sangre helada de su hermano mayor, Itachi… goteando de su cuerpo y adhiriéndose a los asientos de la camioneta. Todo había sido un engaño, le mintieron y manipularon hace 5 años; a los 15 acabo con la vida de la personas más importante para él.

Le mintieron que él había matado a sus padres, que fue sanguinario y sádico a la hora de matarlos. Y todo fue una gran mentira.

Seguía impregnándose en él, la sangre de Itachi; escuchaba el tiro de gracia que había dado contra él. Su cara, dedicándole la última sonrisa a él, su hermano menor.

-¿Dónde está?- tomo el control de su cuerpo y la sangre había desaparecido por completo-

-Ella…- hizo una pausa aumentando la tensión y desesperación del Uchiha.- Jaja ella está conmigo. Aun respira si es lo que quieres saber. No le haría daño a nada que ama mi preciado cuerpo- dijo refiriéndose al Uchiha.- Ven, te estaré…estaremos esperándote.-

Orochimaru cortó la llamada.

-Es una trampa- dijo el acompañante de Sasuke. El Uchiha volteo hacia el lado del copiloto, y verlo ahí le hizo sentir reacciones frías en su columna. Intento frenar, pero el tiempo era oro al tratarse de Hinata.

-¡Cállate!- le dijo a su acompañante y puso su mirada en el camino.

El copiloto observa sus manos pálidas, casi como el papel. Se notaba tan tranquilo a diferencia de Sasuke que parecía que sufriría un infarto por la preocupación. Mataría a Orochimaru cuando lo tuviera enfrente, no dudaría y lo aniquilaría para siempre. Y después de que esta pesadilla terminara se llevaría lejos a Hinata y le compensaría todo, dejaría este trabajo al que esta esclavizado. Todo por Hinata.

-Llegamos- pronuncio el hombre y bajo de la camioneta.

Sasuke lo siguió sin pensarlo, tenía la mente en otro lado y su compañero sabía dónde estaba Hinata. Era fácil seguirlo, el rastro de sangre que dejaba era útil en esos momentos.

-Por aquí Otouto- La cara deforme de Itachi por una herida de bala mostraba una sonrisa de lo más grotesca.

A Sasuke le había dado un inmenso asco ver a su hermano así, Itachi le mostro un camino escondido entre el bosque. Cerca de ahí estaba una inmensa casa que se notaba abandonada por los deterioros.

La sangre putrefacta de Itachi apestaba, incluso los pequeños animales que se acercaban le huían.

….


El olor de este lugar le era repugnante y la mareaba más de lo normal.

Lo último que recordaba era el calor de su casa, esperando a que Sasuke llegara sano y salvo de su último trabajo. A pesar de lo que su novio se dedicaba lo ama con locura.

Ella estaba sentada en el sillón haciendo una sorpresa para Sasuke, hace poco se había enterado; pero quería darle la noticia a su novio cuando lo viera. Normalmente solo lo veía por una semana completa y se iba a trabajar por más de un mes.

Hoy era día en que lo vería y Hinata estallaba de la emoción. Antes de que toda su familia muriera en esa desgracia –justo donde lo conoció- su madre le había enseñado a tejer y era lo que hacía lo ojiperla. Tejía unos pequeños zapatos; unos pequeños zapatos para su bebe.

Estaba tan feliz y pronto compartiría esa felicidad con el amor de su vida.

La luz de la sala comenzó a parpadear, Hinata no le tomo importancia y fue a la habitación para seguir con su tejido. La luz de cada cuarto por el que pasaba actuaba igual que el de la sala; parpadeaban incansablemente casi dejando la casa en penumbras. Varios segundos después todas las luces cedieron cayendo en la oscuridad.

Hinata se decía a ella misma no temer, tenía que mantener la calma. Recordaba tener una linterna en el armario de su habitación. Abrió la puerta e hizo a un lado toda la ropa y la de su novio. Buscaba la pequeña abertura de la pared y abrió una pequeña puerta secreta. Encontró la linterna y la activo, observo el armamento similar al de un ejército y le dio una pequeña paz. No había que asustarse por un pequeño apagón, no se trataba de fantasmas o de demonios que la buscaban para vengarse de Sasuke.

Escucho los ruidos de alguien corriendo por el pasillo que conducía a su habitación, apunto la linterna hacia la puerta y no había nadie. Su corazón palpitaba demasiado, ya comenzaba a ponerse realmente nerviosa. Una pequeña y extremadamente fría caricia paso de su tobillo hacia su rodilla.

Hinata bajo poco a poco la linterna y observo una mano dejándole empapada la pierna de un líquido viscoso. Quiso gritar, pero no podía.

Intento correr y su cuerpo apenas pudo responderle con unos cuantos pasos. Logro zafarse de ese agarre y decidió salir corriendo. Abrió la puerta y siguió sin detenerse; de repente sintió el choque con un cuerpo duro. La persona la sostuvo por la cintura y ella se aferró a su cuello, poniendo su cabella en su hombro. Sasuke estaba ahí y ya no tenía nada que temer.

-Tranquila- susurro mientras pasaba sus manos por la espalda de la ojiblanca- ya estoy aquí-Hinata dejo derramar sus lágrimas y apretaba más su abrazo.- Así que esta es la mujer de Uchiha Sasuke- el chico sonrió cuando su rostro y cuerpo cambiaban de forma.


Itachi se había esfumado y lo dejo solo. Que buen momento para dejarlo solo, el aroma a cadáver también se había desvanecido. Saco una pequeña linterna de su bolsillo y debajo de su chamarra una pistola. No dejaría que le quitaran a Hinata tan rápidamente. Hoy tendría suerte como en todos sus trabajos, hoy sería el final de Orochimaru. Nadie lo conocería después de esto.

Todo estaba completamente oscuro, así que apunto con la linterna el interior de la casa. Todo estaba deplorable, apunto del colapso; se escuchó el ruido de botellas a unos cuantos metros detrás de él. Rápidamente el Uchiha volteo y era solo una rata que había pasado por ahí.

Una risa. Inconfundible, era ese bastardo y se había dado de su presencia. Agudizo sus sentidos, un segundo de distracción y ese demonio lo tendría en sus manos. Pensó en su chica, y siguió caminando en su búsqueda; la encontraría y se le llevaría lejos. Donde nadie los encontrara.

Uno de los muros del lugar estaba destrozado y los escombros habían cubierto el pasillo, cruzo el muro y entro a lo que quedaba de la habitación. Basura, y más animales e insectos. Ese tipo de cosas no lo perturbaban, se encontraba más enfocado en encontrar a su novia y matar a Orochimaru por haberla tocado.

-Sasuke-kun- giro hacia atrás. La voz provenía cerca de la puerta de donde había ingresado.- jaja Sasuke-kun encuéntrame- volvía a escucharse esa voz y esta vez en el segundo piso, justo en el cual iría sin pensarlo dos veces. Subió rápidamente los escalones que amenazaban con romperse por el peso ejercido del Uchiha. Y antes de llegar completamente al segundo piso solo basto el toque de una mano sobre su pecho para desequilibrarlo provocando que cayera.

No fue grave y no perdió la conciencia, pero el Uchiha se había quedado inmóvil, esperando el siguiente paso y así sucedió. El piso de madera rechino y se escuchaba el gran eco de aquellos pasos que se avecinaban.

-¿No piensas pelear?- la voz no era de Orochimaru. Abrió sus ojos y ahí estaba de nuevo Itachi, con esa herida de bala en su cabeza y la sangre emanando de ella. El Uchiha mayor le tendió la mano y lo levanto como si de una pluma se tratase. –Sasuke…-sonrió- da lo mejor de ti.- y el Uchiha le indico el lugar correcto de donde estaba su Ángel de mirada perlada.

Estaba inconsciente, yacía sobre una cama totalmente vieja arruinada. Sasuke guardo su arma y camino rápidamente hacia la ojiperla; delicadamente toco su frente y la reviso.

Estaba bien, ningún rasguño o resto de alguna cosa sospechosa. Sonrió y acaricio la mejilla de la mujer que lo volvía loco. Ya ansiaba despertar y verla todos los días por el resto de su vida, ver pasar el tiempo junto a ella. Ver los cambios de todo su ser, e incluso tener una familia con ella. Aparto el flequillo de su frente y le dio un cálido beso, que hizo que Hinata se despertara.

Ella lo abrazo rápidamente y sintió como las lágrimas de la ojiperla empapaban su hombro, la rodeo con sus brazos y la apretó más hacia él y posteriormente le acariciaba el cabello para tranquilizarla. Solo le faltaba localizar al maldito de Orochimaru, no lo dejaría de escapar o de lo contrario volvería a tocar a Hinata y eso le hacía rabiar de ira.

-Se feliz - el Uchiha se ordenó no girar a ver a su hermano mayor, ya se creía desquiciado por hablar con él a causa de su culpa. No quería espantar a Hinata y que ella se alejara de él. Esperaría hasta que ella se tranquilizara y él podría descansar sabiendo que Itachi realmente había partido. –Por qué- Itachi prosiguió. – No durara mucho- la voz se había distorsiono lo suficiente para que Sasuke girara a comprobar con sus propios ojos lo que pasaba. -….Sasuke-kun-

Sintió el cuerpo de Hinata temblar detrás de él y vio el cuerpo de su hermano deformándose grotescamente hasta que la figura ante él se completó. Orochimaru sonreía mientras se quitaba del brazo una parte de la piel de Itachi.

-Todo termino al fin- hablo mientras su voz hacia un eco espeluznante. El Uchiha se había levantado lo más rápido que pudo y se posiciono frente a su novia.

Los labios de Orochimaru se curvaron formando esa sonrisa tan característica de él. El moreno se preparó para recibir el golpe y proteger a la ojiperla que se encontraba detrás de él. El demonio se abalanzo hacia él, abriendo descomunalmente su boca.

La oscuridad lo envolvió. Y solo escucho el sonido de dos tiros. ¿Habrá podido darle? No tenia la certeza, y solo un nombre se cruzó por su mente antes de caer.

HINATA

Un golpe en todo su cuerpo lo trajo a la luz, su garganta ardía; parecía incendiarse. Tenía algo atascado en ella y con las manos tomo el tubo y lo saco de su garganta, algo de líquido salió y comenzó a toser. La luz era demasiado para su vista y no pudo ver con claridad donde estaba, el grito de alguien le hizo suponer donde se encontraba. El hospital. Entonces había sobrevivido.

¿Pero Hinata?

Su corazón se aceleró, bajo sus pies y tocaron el suelo, fue demasiado que cayó al suelo; sus piernas no habían soportado el peso. Su corazón aumentaba los latidos y sentía que perdía más las fuerzas, pensar que tal vez no la vuelva a ver le hacía querer morir. Le hacía sentir qué no merecía nada de la maldita vida que lo ha condenado todos estos años.

La puerta se abría y sentía como lo hacían volver a la cama y comenzaban a examinarlo, todas eran voces diferentes y no lograba concentrarse. Quería líquido, su garganta seguía quemándole y las palabras no le salían.

Cuando lo habían dejado tranquilo después de varias horas de examinarlo, examino la habitación, era simple. Nada de un hospital de primera, lo que un cazador se merecía, un hospital donde la gente venía a morir y no a recuperarse. Sus ojos se acostumbraban a la luz y varias manchas negras desaparecían, reincorporándose. Se sentó en la cama y se arrancó los cables y agujas que tenía conectados; hizo el intento de volver a levantarse esta vez apoyándose en algo que soportara su peso. No había rastros de alguna pertenencia de él, no billetera, no celular. Nada.

Estaba completamente solo, solo ese sonido molesto, suspiro cansado y abrió la puerta de la habitación de donde se encontraba. Se encontraba oscuro, así como su alma en ese momento se le estaba destrozando por desesperación.

¿Dónde estaba ella?

Solo recordaba haberla protegido y el sonido de dos disparos.

Se apoyó de las frías y blancas paredes del hospital buscando la salida. Su pecho le dolía y su respiración se le hacía más pesada. Maldijo por lo bajo no se encontraba en el estado óptimo para poder soportar mucho más tiempo.

-¡Teme!- el grito se su amigo rubio lo hizo girar lentamente. - ¿pero qué rayos haces?- el ojiazul alcanzo al moreno y lo sostuvo para regresarlo a su habitación. – eres un imbécil teme… saliendo así de tu habitación y acabas de salir del coma—

-¿Qué rayos paso?- pregunto sosteniéndose el pecho que le dolía.

-¿No lo recuerdas?- el rubio dejo al Uchiha sobre la cama y él se sentó en el sofá que se encontraba ahí. Se rasco la cabeza y pensó por donde comenzar a contarle al amargado de su compañero. – Fuiste atacado por Orochimaru.- comento el Uzumaki-.

Sentía su corazón palpitar y detenerse, entonces fue real. Lo había atacado y después…. Sacudió su cabeza.

-¿Qué paso con Hinata?- pregunto exaltado, tomando por la camisa al rubio de su amigo. Le exigía respuesta con desespero.

Si le había pasado algo a ella, el moriría. No sería justo que ella hubiera perdido su vida, él era solamente basura; el merecía morir y no permanecer en un hospital resguardado. Instintivamente apretó sus puños, si lo que más temía se había cumplido…. El mismo acabaría con su propia vida.

El ojiazul suspiro y bajo la mirada, no se había preparado para decirle a Sasuke eso. Es más, estaban perdiendo las esperanzas de que el saliera del coma. Incluso los médicos le aconsejaban a él y Sakura que consideraran que el moreno no despertaría. Podía ver la desesperación en los ojos de su amigo, temía por ella. Entonces sonrió, ella lo había traído de regreso, volvía a ser poco a poco el Uchiha Sasuke que conoció hace años. Antes de la masacre de su familia. La legendaria familia Uchiha.

-Ella…- el rubio fue interrumpido. El sonido de la puerta abrirse los hizo girar a ambos.

Y su alma descanso, verla ahí; entrando a la habitación le hacía sentir vivo de nuevo y toda esa oscuridad que empezaba a rodearlo se dispersaba.

Su cabello suelto y largo como siempre, ese sonrojo que siempre tenía en ella, su dulce sonrisa al verlo despierto y sus ojos aperlados llenándose de lágrimas. Era ella, no cabía duda su dulce y angelical mujer.

Se molestaba porque ella se había quedado de pie ahí, incluso se sintió idiota. Solo podía ver la mitad de su cuerpo, lo demás la puerta la cubría. Intento levantarse e ir hacia ella.

-¡N-no te levantes!- la ojiperla se detuvo después de haber avanzado varios pasos y ver como el Uchiha se quedaba petrificado enfrente de ella.

¿Tanto habían cambiado las cosas? ¿Cuánto tiempo había pasado?

Se maldecía internamente, y la había perdido. Fue un completo inútil por no haber despertado a tiempo, le dolía pensar que ella ya no fuera de él. Y ahí estaba. Frente a ella, sin saber que decirle o que acción tomar.

¡Por el amor de dios! Tenía en brazos a un niño que se aferraba fuertemente a ella, que incluso podría ser suyo. Ese pensamiento fue como un pequeño golpe, esos que Itachi le propinaba en la frente cuando era pequeño. La miro fijamente, ella evitaba mirarlo y prefería mirar al pequeño que observaba toda la habitación.

-Hinata- dijo secamente


NA:/

Saliendo de las coladeras y me dejo ver por unos momentos. ¿Que pensaran? Otro fic y aun no continuo con los demás XD :/

jaja, les prometo que traeré continuaciones, pero si me tardare u.u se vienen mis exámenes y están para llorar.

Les dejo esta primera parte del Two-shot, espero que les guste n.n.