Hola a todos, aquí vine yo una inexperta en e arte de escribir con un nuevo fanfiction que espero poder terminar.

Disclaimer: Hetalia ni sus personajes me perteneces, yo solo cree la historia :D

Advertencia: Un poco OCC pero no lo pude evitar :(, un acento francés escrito un poco raro ... y los calcetines sucios de Escocia

Scott: Escocia, William: Gales, Liam y Lorcam: Norte y sur de Irlanda, Monique: Mónaco. Los nombres los saqué de otros fics que he leído.


Nuevos Vecinos.

Aquella mañana se respiraba un aire diferente en casa de los Kirkland, y no era la pestilencia de la habitación de los gemelos, ni los calcetines rancios bajo la cama de Scott, era algo en el corazón del mas pequeño de los hermanos, el pequeño Arthur. Era el sentimiento más puro que un ser humano puede sentir: Amor. ¿Pero cómo se llegó a esto? Pues comenzó aproximadamente 5 días, 3 horas, 27 minutos y 43 segundos antes, cuando todos los niños del barrio comentaban lo mismo: "Se mudará alguien nuevo a la casa roja del grifo. Al parecer un niño de nuestra edad".

Arthur Kirkland, muchacho rubio y de cejas más pobladas que Ciudad de Mexico, cursaba en ese entonces el cuarto grado en la escuela "Green Forest", e iba atrasado a la primera clase de la mañana, bueno, si es que podemos decir "atrasado" a un minuto de diferencia. Con las mejillas rosadas por la carrerita que dio las dos últimas cuadras, y a pesar de su "retraso" llegó antes que el profesor.

Alcanzó a llegar antes también que el chico italiano y se sentó junto al niño japonés, en la primera fila. Fue minutos más tarde cuando el profesor fue a buscar algo en la sala de profesores (a pesar de que Feliciano, el niño italiano anteriormente nombrado, estuviera seguro de que iba a robar helado a la cocina de la escuela) y todos comenzaran a cuchichear, que se enteró de lo que los niños comentaban.

_ ¡Hey Artie! ¿Sabes quien es el chico que se mudará hoy a la casa tras de la tuya?_ gritó un molesto chico albino desde el otro lado del salón.

_ ¿A la casa roja? Pues no tengo idea_ respondió Arthur indiferente.

_¡Yo… yo sé!_ gritó otro molesto chico y escandaloso innecesariamente ya que estaba a solo dos puestos de distancia del albino_ No sé si es un chico pero son franceses, de apellido "Bonfuá" o algo así, mi mamá los conoce.

No era como si a Arthur le interesara lo que conversaran los niños más tontos de la clase, pero se encontró sintiéndose intrigado, y decidió que como buen caballero inglés, iría después de clases a dar la bienvenida. Quizás el niño podría convertirse en su amigo, tal vez gustaba del té y del futbol al igual que él, o quizás tenía una colección de tapas de refresco o creyera en hadas.

En realidad Arthur no tenía muchos amigos, se la pasaba peleando con sus cuatro hermanos y con el único que tenía una relación amena era con Kiku Honda, el chico japonés que se sentaba junto a él, pero que al menor descuido se sentaba con Feliciano Vargas, un niño torpe que tenía un hermano mellizo, Lovino, quien a Arthur le caía relativamente bien porque era igual de cascarrabias que él y porque, a pesar de ser amigo de Antonio Fernández, el imbécil chico español de "Yo sé, porque no tengo cerebro y son franceses de apellido Bonfuá" era el único que lo ponía en su lugar y le daba unos cuantos golpes de vez en cuando. Y no era que Arthur odiara a Antonio, sólo era que éste y el albino se la pasaban molestándolo por sus cejas y por sus amigos imaginarios… que SI eran reales, sólo que los tontos como ellos no podían verlos.

En síntesis el pequeño Arthur era un "forever alone" lo que quiere decir era un alma solitaria.

Así sin más transcurrió el día, el pequeño de cejas pobladas tenía vivas esperanzas de que el nuevo vecino pudiera ser su amigo, pero si así lo deseaba tendría que adelantarse a Antonio y Gilbert, porque al ser Antonio el ser mas sociable sobre la tierra de seguro se harían amigos pronto… pero él no lo permitiría, no dejaría que ese par de tontos llegaran antes y le quitaran la oportunidad de hacer un nuevo amigo, pero esta vez Arthur tenía una ventaja, eran vecinos de patio.

Al llegar a casa por la tarde, luego de pelear con Liam y Lorcan por el televisor, el pequeño inglés preguntó a su madre si sabía algo sobre los nuevos vecinos y ésta le dijo que había visto un camión de mudanza, pero que no sabía nada más… si su madre fuera tan cotilla como la madre de Antonio se seguro Arthur hubiese obtenido más información. Pero seguramente la madre de ese tonto era tan tonta como él, así que estaba mucho mejor su mamá, que era regañona pero no era imbécil… porque seguramente para tener un hijo tan imbécil, hay que ser imbécil ¿o no?.

Se pasó aquella tarde entera en el patio mirando a través del cerco de madera a ver si había algo nuevo, pero lo cierto era que siempre le había aterrado mirar hacia las ventanas de esa casa que llevaba tanto tiempo vacía, y no es que fuera cobarde ¡Claro que no! Es sólo que no se fiaba tan rápido de las cosas, por lo que decidió relevar labores a sus hadas, que NO eran imaginarias y que ellas le informaran en cuanto hubiese noticias, pero aún así continuó en el patio, jugando con las hadas e ideando una forma de lograr poner al fin la mano de Scott en una olla con agua tibia para que se orinara en la cama.

El patio de la casa de Arthur era bastante grande, más que el de las demás casas del barrio y tenía dos ciruelos al fondo que pasaban sus ramas al patio contiguo, también en una esquina se alzaba una enorme laurentina, que según Arthur era una coqueta, porque se extendía hacia dos patios mas a través del cerco sólo para que vieran sus divinas flores blancas florecer. A veces cuando Arthur se sentía solo o apenado se subía a cualquiera de los dos ciruelos y podía ver todo el barrio, hasta que su madre lo encontraba y lo regañaba debido a lo peligroso que era y blablablá. Las madres son así, la paciencia enorme que deben tener los hijos para aguantar tantas soberanas formas de morir que se les ocurre, ¡más peligroso que subirse a un árbol es subirse a un autobús! Pero las madres no piensan en eso.

Dos días después sus hadas le informaron mientras cenaba fish and chips, quel a familia ya tenía todo lo de la mudanza en la nueva casa y que los niños llegarían para quedarse al día siguiente. Las hadas son muy buenas escondiéndose, y por tanto son excelentes informantes en temas así, probablemente la CIA haya contratado algunas, nunca se sabe. Arthur se enteró de que eran una familia de cuatro, el padre era un hombre alto y de cabello castaño con un muy bien peinado bigote; la madre, según dijeron las hadas era una mujer hermosísima de cabello rubio y ojos azules color cielo. Ambos habían estado preparado la casa esos últimos tres días para que los niños no enfermaran a causa del polvo, las hadas dijeron que los niños aún no venían pero que lo harían el sábado por la mañana.

Aquel sábado por la mañana su madre había ido de compras y no llegaría sino hasta las doce, así que los cinco hermanos planeaban quedarse durmiendo hasta tarde, o al menos cuatro de ellos. Cada fin de semana su madre les asignaba tareas en el hogar "¡Yo no soy su esclava!" gritaba cuando alguno de los hermanos estaba vagueando. Normalmente los sábados Arthur ponía el despertador a las nueve, justo quince minutos antes de que su madre comenzara a gritarles y a abrir las cortinas para que entrara la brillante y dolorosa luz del sol, prefería el despertador a los gritos, y así además, se escabullía primero al baño. Pero aquella mañana fue diferente, pues quería estar listo a primera hora para poder chequear a los vecinos nuevos, así que puso el despertador casi una hora antes. Pero por su parte William, sólo un año mayor que Arthur y con quien compartía habitación, sabía de este hábito y un momento después de que el menor se durmiera apagó el molesto despertador, sin saber los planes de Arthur, ya que sería el único sábado hasta un buen tiempo en el que podrían dormir un poco más y el muchacho no deseaba interrupciones.

Así pasadas las doce despertó con los gritos de su progenitora, regañando a Scott por ser el mayor y según ella un irresponsable desconsiderado.

_ ¡Y la casa hecha un desastre! ¡Podrían por último haberse levantado!_ se escuchaba la voz de la señora Kirkland desde la cocina_ Pero claro, como una tiene que hacerles todo a los príncipes, de Arthur y Willy no digo nada, son pequeños aún, pero ustedes tres_ Agregaba subiendo la escalera.

Arthur encontraba que su madre tenía razón, Scott era un puerco, y los gemelos unos marranos, no podías entrar a la alcoba del mayor sin aguantar la respiración. Mientras que Liam y Lorcan esparcían su desorden más allá de su pieza, como si de viruela se tratara, por el pasillo y la sala hasta que la única mujer de la casa les daba un grito. Pero eso no era lo que preocupaba a Arthur en ese momento, ni siquiera el hecho de que William le hubiese lanzado un calzoncillo sucio para que se levantara. El problema era su plan.

Repaso del plan Arthur se hace un amigo:

- Esperar hasta que llegue el coche y encontrarse "casualmente" en la acera cuando bajaran del auto.

- Aprovechar el "encuentro casual" para caerle bien a los padres y ofrecer mostrar el barrio a los niños.

- Hablarles mal de Antonio y Gilbert.

- Luego se vería que pasa (amigos por siempre).

- Confeti.

_ ¡FUCK!_ gritó levantándose de prisa.

_Mom, Arthur dijo una palabrota_ dijo Willy a su madre quien subía la escalera.

_¡Arthur cuantas veces tengo que decirte que… bla bla bla bla _ Arthur no siguió prestando atención y se vistió rápidamente, se tropezó con un jersey de Lorcan que estaba en el pasillo y bajó las escaleras lo mas deprisa que pudo dirigiéndose al patio.

_ ¡Lilly, Suzette, Zanna!_ llamó a sus hadas quienes llegaron de inmediato y lo único que hicieron fue señalarle el cerco de madera.

Arthur silencioso como un unicornio se acercó y miró a través de las tablas, en el patio contiguo se encontraban dos niñas rubias sentadas en el pasto jugando con barro. La más alta de ellas tenía el cabello hasta los hombros y vestía una camiseta y unos pantalones celestes cubiertos de tierra en las rodillas, la niña más pequeña tenía el pelo muchísimo más largo y algo más oscuro, traía lentes y un vestido rosa perfectamente limpio. "No hay niño" pensó Arthur mientras miraba a las dos francesitas jugar un poco decepcionado.

_Monique, tu étais la princesse et j'ai été le chef vous a donné d'essayer un gâteau au chocolat.*_Decía la niña más alta que parecía de la edad de Arthur mientras ponía algunas flores a lo que parecía un pastel de barro.

_ Francis, votre pantalon est tout sale.*_ le respondió la de lentes sin hacerle mucho caso al pastel.

"Hablan como si tuvieran la boca con pegamento" susurró en inglés al hada llamada Suzette.

_ ¡Hey! ¿Quién egues tu?_ preguntó la niña más alta (a la que Arthur también encontró más bonita)con un notable acento francés.

_ Soy Arthur y soy su vecino de patio_ respondió algo sobresaltado y sonrojado por ser descubierto.

_ Yo soy Francis y esta es mi hegmanita Monique, nos mudamos hoy_ respondió Francis como si le costara un poco hablar.

_ Mucho gusto_ agregó Monique.

_ ¿Quiegues jugag con nosotgos? Si quiegues te puedo enseñag a cocinag_ invitó alegremente mientras mostraba su creación de barro.

_ Ese juego es de niñas… y no puedes cocinar realmente con barro_ respondió Francis aún sonrojado.

_ ¡Seg Chef no es de niña! ¿Acaso no sabes que los grandes Chefs son siempgue hombgues?_ replicó la niña francesa algo ofendida.

_ Pas toujours*_ agregó Monique, cosa que Arthur no entendió.

_ Está bien, iré, pero primero le preguntaré a mi mamá.

_ Te espegamos_ respondió extrañamente muy alegre Francis.


*Monique, tu étais la princesse, et j'ai été le chef vous a donné d'essayer un gâteau au chocolat: Monique, tú eras la princesa, y yo era el chef que le dio a probar un pastel de chocolate.

* Francis, votre pantalon est tout sale: Francis, tu pantalón está todo sucio.

*Pas toujours: No siempre.


Y? que tal? tomates? bombas molotov? continuo o soy un fracaso y meresco morir en la hoguera?

Sabían que Francis también es nombre de mujer?

Los diálogos en francés cortesía de google traductor, así que cualquier cosa... cúlpenlo a él.

Review? :D