Bueno, primero que nada, Hola (:
He escrito esto en un momento de inspiración y espero que les guste. Contará de dos capítulos contando la misma escena, más sin embargo, el primero será desde el punto de vista de Draco y el segundo desde el de Astoria. Espero les guste y bueno, nada, que lo disfruten :D
Disclaimer: Ya saben, todo de Jotaká. Nada es mio. Ni siquiera la canción que es La Casa del grupo venezolano Caramelos de Cianuro. Muy buena.
Ya vi todas las de ovnis, las de sangre y las de zombis
En estado vegetal frente al televisor inmóvil
Cada noche es más negra y ya no me alegra ni el alcohol.
Te has ido. Otra vez.
Te he visto cruzar el umbral y nuevamente, me he quedado sentado en la oscuridad de nuestra sala sin hacer nada. Porqué no puedo, Astoria. Y sé, que ésta vez no es diferente. Sé que no cumplirás tu amenaza de no volver, porqué me amas tanto cómo yo a ti. Pero, no puedo decirlo. No encuentro las palabras; por eso, te volverás a ir.
Quizás, un día no regreses. Tal vez, ese día tendré que comunicarle a nuestro único hijo que te has ido para no volver jamás. Porqué estás cansada y variadas cosas más, que ahora no vienen al caso. Sin embargo, ese día no es hoy. Sé que te irás con Daphne un par de días. Puede que tres. Pero, eso da igual. Un par de días o un par de años, sigue siendo una tortura para mí.
Te has ido, otra vez. Porqué no quiero aceptar a una Weasley cómo mi nuera. Me rehusó a que mi único heredero se casé con la pelirroja Weasley. Y sé que mi negación no es lo que te molesta.
Te molesta todo.
Veinticinco años de matrimonio; veinticinco años de tortura junto a mí. Porqué sé que tú querías que yo cambiará. Sé que tú deseabas con todas tus fuerzas que yo llegará a casa y te abrazará. Sé que tú anhelabas que por mis labios saliera un: yo también te amo; en respuesta a tus declaraciones de amor. Pero, no puedo, Astoria.
Todo es muy complicado. La guerra me ha marcado y a pesar que constantemente me dices que tengo que seguir por Scorpius, por ti y por mí, no puedo. Porqué, aunque me digas que no es cierto, yo he perdido una parte de mi que no he podido recuperar. Se perdió con el viento, aquél Draco pícaro y seductor que te volvía loca. Ha muerto ese rubio platinado que sonreía, aunque su sonrisa sólo tuviera malicia. Ahora… sólo quedan las cenizas de una guerra pasada y el fantasma de un soldado que demostró preocupación por alguien más. Y aun, veintiocho años después de la guerra; todo sigue siendo muy complicado.
Las arrugas comienzan a hacer acto de presencia; ya mi cabello comienza a ser blanco. Y pensar que sólo tengo cuarenta y cinco años. Me dices que nunca es tarde, pero yo sé que eso es falso. Porqué a ti, mi amada, te perdí el día que decidí aceptar matar a Dumbledore. Lo sabes, tú mirada me lo ha dicho. Y por todo eso, te has ido. Otra vez.
Sin tu presencia, la casa está vacía. No hay nada que pueda hacerme sonreír. No hay nada que me indique que vale la pena seguir en pie, luchando por un nosotros. Porqué tú eres la luz de mi vida y me arrepiento, créeme que si, todos los días por no saber decirte lo que siento. Sé que no te bastan las joyas, lujos y demás cosas materiales que te doy. Tú me quieres a mí, pero yo no puedo entregarme a ti. Sería demasiado dolor para tú dulce alma tener que cargar con mi culpa todos los días. Y aunque sé que lo aceptarías, odiaría verte más infeliz de lo que ahora eres. Porqué no eres feliz conmigo, Astoria. Lo sé. Y eso me desgarra por dentro. Porqué te amo; pero no sé decirlo.
Regresarás. No sé cuando lo harás, pero aquí estarás. Porqué a pesar de mi constante indiferencia y mi usual remordimiento, eres fiel y seguirás a mi lado hasta que te lo pida. Estoy consciente de que no eres feliz, de que debería decirte que puedes irte y hacer tu vida con otro que te saque una sonrisa sincera. Pero, soy demasiado egoísta y prefiero pensar que estás aquí porqué me amas.
–Padre. –Escuchó la voz de nuestro hijo y entonces, sé que ha venido a visitarnos. Quiere convencerme de que vaya a la dichosa boda, de que finja felicidad y lo apoye en ese día. Pero, hoy no tengo las fuerzas suficientes para decirle que no. Y por eso, decido asentir en señal de que mi bendición está con ellos. Y todo por ti. Porqué no quiero perderte. Nuestro hijo, el fruto de mi amor y el tuyo, comprende lo que quiero decirle y sin más, se va con su prometida a dónde sea que estén viviendo.
Y yo, me quedó allí. Observando la chimenea con el fuego vivo llameando en busca de tu chispa. Me quedó allí, necesitando tu perfume y tu aliento. Deseando escuchar tu voz, aunque sea para gritarme. Pero, no te tengo. Porqué, otra vez, te has ido.
Y sin ti, ni siquiera la casa es igual.
Porque esta casa ya no es un hogar desde que te fuiste sola y triste
Paredes frías, camas vacías, siento sin tu aliento el tiempo lento
Porque esta casa ya no es un hogar desde que te fuiste sola y triste
Paredes frías, camas vacías, tanto tengo y tanto me arrepiento.
