He Vuelto!

esta historia habia estado rondandome en la cabeza desde hacia un tiempo, y por fin ha llegado.

Disclaimer: Nada me pertenece, excepto por la trama de esta historia y y la computadora de la que lo escribo. Glee y Underworld (de donde se basa esta historia) pertenecen a sus respectivos dueños y/o autores, por muy malos escritores que estos puedan ser (Oiste eso Ryan Murphy?)


La lluvia caía torrencialmente, mojando completamente las calles de Budapest, y con ello a todos sus transeúntes, que desde la distancia se observaban como una enorme mancha negra cubierta por paraguas de colores.

Siete pisos más arriba, trepada cual gárgola en la cornisa de un antiguo edificio de aspecto neogótico, la esbelta y empapada figura de la Vampiresa observaba a los peatones que parecían moverse por oleadas hacia las puertas de la estación del metro cerca de la plaza. Su atuendo de apretado cuero negro, hacia un excelente trabajo manteniendo el agua de su naturalmente gélida piel. Ella y su escuadrón de ejecutores habían sido enviados desde la puesta del sol en una misión de vigilancia a Central Park "extrañas ordenes, viniendo de Amelia" pensó, rememorando a la Antigua Inmortal. Con su cabellera negra, sus ojos, que por momentos tenían ese tono azul vampírico que adquirían cada que probaba sangre, y su porte elegante, digno de una de las más finas modelos de Carolina Herrera.

Un trueno aulló en el cielo, trayéndola de nuevo al presente. Miró de nuevo hacia abajo, desde su ventajosa posición podía observar toda la plaza, escaneando el paisaje con sus azures ojos -que de cuando en cuando cambiaban de nuevo a su original color castaño- alerta a la visión de cualquier escoria lupina. Acarició la parte trasera de su siempre confiable Beretta-Glock. No veía la hora de usarla esa noche. Las caras sin importancia de los cientos de peatones que caminaban por la plaza pasaban frente a sus ojos, la Ejecutora no les dio mucha importancia. En ese momento su mirada fue atraída hacia una cabellera rubia y un par de ojos azules, que trataban inútilmente de resguardarse de la tormenta. "es una lástima que no pueda mirarlos más de cerca" se dijo la vampiresa, siguiendo con la mirada los ojos de la rubia, que caminaba rápidamente, ajena al hecho de que era observada.

Volvió su mirada hacia la entrada del metro, donde dos de sus camaradas miraban en su dirección, señalando que debía unirse a ellos. Ahora. Con un salto impecable, que hubiera sido letal para cualquiera de los insignificantes mortales que poblaban la tierra. Pero no para ella. Con movimientos felinos aterrizo en el suelo de piedra, comenzando a correr inmediatamente, reuniéndose con los demás ejecutores en cuestión de segundos.

Ya dentro de la estación, los inmortales ejecutores tomaron ubicaciones estratégicas, alerta a cualquier indicio de presencia licana. Ella, por su parte, se recostó en una columna junto a un Quiosco de revistas, de frente a las escaleras. La inmensa marejada de humanos entrando a la estación le recordó a su anterior vida mortal. Ella era la hija de un Duque Galés durante el siglo XVI, hasta la fatídica noche en la que la conoció. Amelia. Un par de pasos más adelante, su guardia bajó, la vio bajar las escaleras, y sus castaños ojos se encontraron con los de ella, de un profundo azul cielo, y tan brillantes como las estrellas que iluminarían una galaxia completa. Estaba empapada, el agua de lluvia la cubría totalmente haciendo que su largo cabello se pegara a su rostro, y que su mandíbula temblara casi imperceptiblemente, pero no para ella, sus azures ojos notaban cada musculo, cada vena palpitando bajo la clara piel de la rubia. O, lo notarían, si la Vampiresa no estuviera bajo el embrujo que la rubia ha puesto en ella, que le impedía apartar su mirada. Ella se detuvo. La miró, o más bien, la estudió, sin importarle cuan descortés pudiera verse. Y sonrió.


El frío del agua que le arrojaban los cielos parecía calar hasta sus huesos, haciéndola sacudirse notablemente. Estaba empapada y solo quería llegar a su casa y dormir hasta el medio día de la mañana siguiente. La rubia esbozó una sonrisa cansada y un suspiro de alivio escapó de sus labios: por fin divisó el gran signo de neón y las escaleras que señalaban la entrada a la estación del metro de Central Park. "al fin" pensó, abrazándose con los bordes de su ya empapada cazadora, en un fútil intento de conservar el poco calor corporal que le quedaba. "Gracias a las diosas".
La increíble multitud de gente que se movía por oleadas hacia la estación de tren, donde otro tumulto de gente se ocultaba de la tormenta, que le recordaron a la rubia a ratas limpiándose tras caer al agua.
comenzó a bajar las escaleras cuidando de no resbalarse con el agua derramada por los otros cientos de peatones igualmente mojados, una lluvia de gotitas gélidas cayó sobre su cabeza, causada por una anciana que acababa de cerrar un horrendo paraguas de flores. Giró su cabeza de nuevo hacia el frente. Sus ojos se encontraron. Y la rubia se preguntó si aquella visión era real.
Recostada despreocupadamente contra una columna, una modelo de piel mocca, similar a una diosa griega, ataviada en cuero negro y una gabardina igualmente oscura, cabello color azabache, largo y empapado, con algunos mechones pegándose a sus mejillas. Sus ojos son profundos, "un pozo de chocolate derretido" pensó, divagando hacia la última vez que probó chocolate.
La etérea mujer le devolvió la mirada, desafiante y curiosa, como si viera algo en sus ojos que a ella misma aún le falta descifrar. Una sonrisa curvó sus labios involuntariamente, al preguntarse cuál podría posiblemente, ser el nombre de la sombría -aunque increíblemente hermosa- fémina.
Con un rugido feroz y una bocanada de aire caliente, el tren entró estrepitosamente en la estación, causando que el hechizo se rompiera y sus ojos se separaran por un segundo.
Volvió su cabeza para buscarla de nuevo, no estaba. Tras un segundo de incomodo desasosiego, continuó su camino hacia las puertas del tren, todavía preguntándose si aquello fue siquiera real.


...y bien?...

se supone que esto es un one-shot, pero deberia dejar que mis lectores (tengo alguno?) decidan. así que dame tu opinion: debo continuar escribiendo? alli hay un boton donde puedes dejar un bonito review o una critica constructiva (bien pueden lanzarme tomates si quieren).