Disclaimer: Todos los personajes, pertenecen S. Meyer, yo solo los tomé prestados un rato.
Este fic participa del Reto "Personajes al azar" del foro "Sol de Medianoche".
POV DEMETRI
La naturaleza humana es algo difícil de comprender, van por el mundo concentrados en alcanzar alguna meta pero cuando la alcanzan ya no les es suficiente; así gastan los días angustiados por no lograr su cometido. Cuando su vida está a punto de terminar, cuando ya es demasiado tarde, solo entonces descubren que dejaron escapar miles de momentos, que se perdieron de todo lo que el camino les ofrecía. Yo pertenecía a otro mundo, mi tiempo era eterno, podía disfrutar cada cosa por pequeña que fuera. La luna azul por ejemplo, es un fenómeno en el que nadie repara, porque no se ve realmente azul; tal vez, si le llamaran por su verdadero nombre "Luna traidora" tendría sentido para todos los que malgastamos el tiempo.
Llevaba la noche entera contemplando la lu na que ya casi formaba un círculo exacto, el aire tenía un halo HELADO augurando que la primavera aun tardaría, me gustaba el frio, me recordaba las noches en Grecia. Tal vez por eso no me atraía en nada, la misión que Aro me había encomendado, internarme en la calurosa selva del Amazonas, para rastrear un vampiro del que no tenía la más mínima esencia.
-Eres un rastreador certero, no te preocupes mi querido Demetri- Había dicho Aro
Claro que era un rastreador certero, cuando tenía una pista que rastrear, pero jamás había visto a Joham, nunca había estado cerca alguien que lo conociera; no había vuelta atrás en la mañana partiríamos. Pero hasta el amanecer la noche era solo mía.
Me gustaba mirar la luna, intentaba usarla como espejo para reflejar mis recuerdos, como si fuera un lago directo a mi mente. Después de siglos siendo vampiro me rehusaba a olvidar, me obligaba a repasar sus rasgos, a reproducir lo más detalladamente que podía su rostro, sus labios; quería recordar su aroma a brisa fresca, quería sentir de nuevo cuanto la amaba. No era sadismo, como decía Aro, era porque saber que podía amar me recordaba que no era de roca.
Toda mi vida humana estuvo ligada a ella, crecimos juntos pero sentía que entre los dos había una distancia insuperable. Desde niña su belleza fue exquisita, cabellos lisos enmarcando su frágil rostro de diosa, ojos tan oscuros que podías perderte en su mirada. Pero cuando el tiempo se llevó su niñez, su belleza creció a la par. Yo estaba enloquecido con ella, no podía respirar lejos de su presencia, me gastaba los días yendo y viniendo para estar a su lado, pero no le hablaba solo la contemplaba a la distancia y ella de cuando en cuanto me reglaba su increíble sonrisa.
Cada día me levantaba y pensaba "hoy le hablaré, hoy le diré que la amo" pero llegaba la noche y no había dicho una palabra; no recuero porqué pero decidí que por cada día que desperdiciara, pondría un tallo seco dentro de una caja recuerdo de mi cobardía, en cambio el día que lograra hablarle le regalaría la más bella flor. Con tristeza vi crecer el número de tallos, apilándose unos sobre otros, pero una mañana para mi gran sorpresa la encontré frente a mi puerta, se acercó a mí y comenzó a hablarme, necesitaba ayuda con unos trabajos pesados y su padre estaba enfermo, no dudé un segundo en ayudarla con sus deberes y ella me pidió que le acompañara a la celebración que se haría por su cumpleaños esa misma noche, fue él día más feliz de mi vida; sabía que después de pasar el día a su lado tendría el valor de hablarle. Me vestí con mis mejores ropas, peiné mi cabello, rebusque entre el prado la más linda de las flores y corrí de regreso a la villa, con el amor palpitando en el pecho y las palabras listas en mis labios. La vi en el fondo de la fiesta buscándome entre los invitados, y por primera vez no tuve miedo, levanté mi flor en alto y caminé a su encuentro, caminaba tan feliz que no me fije que alguien me seguía…
-Demetri, partimos en una hora- Felix me sacó de mis pensamientos -¿Estás listo?- En un momento- respondí aun sonriendo
Felix salió sin decir más, mirándome como si estuviera loco, mientras yo regresaba la tapa de la caja a su lugar, sin dejar de reparar en la pila de tallos y la rosa seca que descansaba sobre ellos; aquella noche estaba seguro que le confesaría mi amor, pero la rosa nunca llegó a sus manos…
Aquella noche Amun me trasformó.
¿Alguna vez les ha pasado? han esperado tanto tener el valor para aprovechar una oportunidad, que al final terminaron desaprovechando muchas otras. A mi me ha pasado un montón
Espero les guste la historia, saludos
