Capítulo I
Esto es extraño, todo ha pasado tan rápido que no me había fijado que aquellos brazos tan cálidos me abrazaban, era tan familiar, no recordaba lo que había pasado la noche anterior. Me cambié de posición, pude ver a aquel chico de cabellera blanca, dormido enseguida de mí, no pude evitar soltar un suspiro… ¿Qué fue lo que paso aquella noche? ¡¿Por qué cojones me desperté con él abrazado de mí?!
El contrario poco a poco se despertó al notar el movimiento que hice, me miro a los ojos… Esos ojos rojizos, me estremecí un poco, pero igual, solo pude abrazarme de él, temblando, ¿Por qué? ¿Por qué esa reacción tan repentina? Él me beso la frente, yo le mire con mis ojos azules.—¿Qué hemos hecho, Bruder?—le pregunté, no estaba seguro de querer escuchar la respuesta, seguramente me había emborrachado demasiado y por eso no lo recordaba… De hecho, ¿Debía recordarlo? No es que no quisiera, si no que… Lastimaría mucho a Feliciano.
Gilbert solo río un poco, parecía como si sintiera que yo le estuviera mintiendo, me dejó de abrazar y me tomo del mentón.—Nada malo, West. No te preocupes, ¿Si? Además, ayer tomaste mucho, ¿Feliciano te abandonó? Nunca antes te había visto tan ebrio como ayer.—contestó el mayor, he ahí cuando las lágrimas resbalaron por mis mejillas, un pequeño flashback había pasado por mi cabeza… Estaba con el castaño, hablando de lo que era nuestra relación, sabía que no era lo suficientemente bueno, que no sabía expresar lo que sentía por él. Pero… ¿Todo lo bueno tiene su final, no? Feliciano, la representación de Italia del Norte, se veía algo nervioso, trataba de evadir mis dudas del porque estaba así. Me pidió que le dijera porque estábamos saliendo… No pensé que con eso terminaría todo, pensé que solamente eran dudas del contrario. Le dije como había empezado y como estaban las cosas en ese momento, no era como si me estuviera calificando mis expresiones de amor y tal cosa, cuando termine de hablar, solamente soltó un suspiro y me dijo "No podemos seguir saliendo, lo siento Ludwig… Siento que mereces algo mejor, además… Siento decirte esto, pero… Mis superiores me han pedido que me deje de tonterías, que dejara de hacer amistad contigo. Tengo que hacerles caso, Veee…"
El flashback acabó ahí, sentí como el peliblanco me consolaba acariciando mi cabellera, yo simplemente no podía dejar de lagrimear, tanto había pasado con el italiano que en cierto modo dolía.—Tranquilo, West. Ya paso, ya paso… Él se lo pierde. ¿Quién no mataría por salir contigo?—me susurro gentilmente en el oído, eso me hizo sonrojar, sentir como aquella voz golpeaba mi oreja, fue una sensación peculiarmente extraordinaria. Sequé las lágrimas con mis manos y me solté del agarre de mi hermano. Tragué saliva, no podía creerlo, ¿Qué es lo que quería de mí? ¿A caso se estaba burlando de mí? Me levanté de la cama, por suerte estaba vestido, significaba que solo dormimos abrazados… No sé, creo que ya era costumbre despertar abrazando a alguien, porque siempre miraba al italiano al despertar. Nunca me faltaba ni una sola ocasión donde le preguntara que hacía en mi habitación y como se colaba en mi casa.
¿Esos tiempos ahora terminarían, no? Ya no habría nadie a quien abrazar, ya no habría nadie a quien proteger de los bastardos esos de los ingleses y franceses. Ugh, solo había un hueco y un vacío ¿Se podrían llenar? Odiaba esa sensación de algo faltante… Me dirigí al baño, tomaría una ducha, no tenía ganas de nada, pero el aseo era importante al igual que el orden. Tome una toalla simplemente abrí la regadera, deje que se pusiera a una temperatura no muy fría ni muy caliente. Cuando llegó al punto agradable, me desvestí, entre en ella y dejé que cayera el agua en mi cuerpo, pensaba en que debía hacer para olvidarme de lo que había pasado con Feliciano, hasta que escuché la puerta del baño abrirse, miré a una figura al otro lado de la cortina de baño, no había ni una sola voz, solo la silueta que lentamente caminaba hacía la bañera, abrió la cortina… ¡Era Gilbert! ¿Qué demonios?
—¿Necesitas ayuda con la espalda?—me preguntó mientras entraba junto a mí, yo solamente pude sonrojarme un poco y negar.—Sal de aquí, bruder, no necesito nada, ¿Va?—le conteste de mala gana, este solo me beso la nuca, sabía a qué quería llegar el contrario, pero… ¿Debería permitirlo? No lo sabía, pero… Sabía que no me haría caso. ¿Resignarme era lo mejor? No lo sé. Pensar tanto tiempo fue lo que me arruinó, las manos de mi hermano se paseaban por mi cuerpo, mi reaccionar fue cuando tocó a mí amiguito, me afloje un poco para que el otro continuara con lo que hacía, he ahí como terminamos teniendo relaciones en nuestra bañera.
En esos momentos había olvidado al italiano, con cada caricia y beso, con cada roce. Me gusto aquellos momentos en el que mi hermano me tuvo, en el que fuimos más cercanos que nunca… Pero no fue suficiente, nunca se pudo llenar el vacío. Le amaba, era mi hermano… Pero no podía olvidar por completo al italiano cuando acababan las caricias, los besos… Por eso he tomado una decisión definitiva.
Después de varias semanas, ejecutaría mi decisión ¿La última que daría? Seguramente. Deje una carta de despedida, quería desaparecer, quería morir. Ni siquiera el trabajo me distrajo de lo que sentía, este dolor no lo podía soportar ya, tenía que acabarlo de una vez, y la culpabilidad de no poder corresponderle a mi hermano como él lo quería… ¡Toda la mierda se había juntado!
En la carta se leía lo siguiente: "Ya no puedo soportar la mierda que hago, no puedo ni siquiera corresponderte como tu quisieras, tampoco siento una mejoría después de lo que ha pasado con tu ya sabes quién… Ya ni el trabajo me mantiene distraído del tiempo que pase junto al italiano, no puedo dejar de pensar en él, te amo Gilbert, pero no puedo corresponderte con mucha intensidad, no puedo dejar voltear la página, no puedo ni siquiera pensar bien en lo que escribo en esta última carta, mi carta de despedida… Sé que no me lo perdonaras nunca, pero, si lo llegaras a hacer, me sentiría mejor de lo que estoy, adiós hermano, cuida bien de mis perros, gracias por intentar aliviar el dolor."
Si, Gilbert lo había leído, cuando lo iba a hacer, él se interpuso, no lo entiendo… Yo no quería que él se interpusiera en mi camino, no quería que él recibiera el auto, yo no quería que él terminara así… ¿Qué hice? Por dios, ¿Qué hice? Me senté en el suelo y observé como el carro que me iba a golpear a mi escapaba, sin siquiera detenerse a checar si mi hermano estaba bien… ¡Maldición! Rápidamente lo quite de ahí, aún había signos vitales, me tomo de la mano fuertemente y me sonrió.—Resiste Gilbert, no me vayas a dejar… ¡¿Por qué no dejaste que muriera yo?!—exclamé mientras las lágrimas salían sin cesar, no podía dejar de llorar, ahora gritaba por ayuda, había dejado mis cosas meticulosamente ordenadas en cajas, con nombres, los nombres significaban los dueños de cada pertenencia suya.—No podía permitirme verte quieto e inmóvil… En un cajón. Eres mi hermanito, West…—cuando terminó de decir aquello, yo simplemente le besé, sabía que era lo que él deseaba, me correspondió, pero no fue por mucho, sabía que todo acabaría, sabía que ese era el último beso que nos daríamos… ¡Quisiera regresar en el tiempo para revertir lo que he hecho! ¡Quiero de vuelta a mi hermano! ¡Lo quiero de vuelta!
Solo un minuto más.
