ENCUENTROS
Los personajes de Saint Seiya son de Masami Kurumada.Espero les guste.
1. DESPEDIDA
Todos los Santos se reunieron frente al Muro de los Lamentos. Los últimos en llegar, los que ya hacía tiempo habían dado su adiós al mundo en la batalla de las 12 casas.
En cuestión de horas, Kamus, Shura y Saga las habían vuelto a cruzar para sacrificar a su Diosa, quedando como unos traidores sin honor ya que se atrevieron a usar la técnica prohibida, la Exclamación de Atena.
Milo frente al Muro, cerró los ojos, aun podía recordar cuando Kamus salió del Jardín de los Sales Gemelos. Su corazón se rompió presa de la ira y la decepción. Jamás hubiera visto capaz a ese ángel de perfección cometer esos actos de traición. La muerte de Shaka había sido una abominación contra la orden y Atena, jamás lo podría perdonar.
Para el no existían las medias tintas, era todo o nada. Este hecho lo separaba de Kamus de forma definitiva, eso era lo que más le dolió.
Kamus a su vez, se posicionó para enfrentar a Shaka con dicha técnica, se le encogió el corazón. Primero porque debía matar al caballero de Virgo, el cual asumía el sacrificio con pasmosa tranquilidad y luego porque con ello se despedía de Milo, su eterno amor.
Cuando salió del Jardín, recibieron el ataque de Aioria. Tras esto llegó Milo. Acuario enfrentó las turquesas llenas de ira del Escorpión Celeste como si nada le afectara. Zafiros contra Turquesas¿ quien podría ganar?
Milo se dejó llevar por su ira y afán de destrucción, atacando a los Santos, hasta que Saga se le enfrentó demostrando porque en algún momento llegó a ser el Patriarca. Asombrado de la resistencia de los tres traidores aun se sorprendió más cuando los volvió a ver posicionarse por segunda vez con la técnica sagrada. Kamus permanecía impasible pero su corazón estaba volando a Milo mientras en un susurro le pedía perdón. Aioria, Milo y Mu también se posicionaron, dispuestos a luchar hasta el último de sus alientos con tal de defender a su Diosa.
El ataque entre ambos se salvó gracias a los bronceados, los cuales intervinieron para que la bola de energía saliera del Santuario impidiendo su destrucción.
Después del ataque, Milo estaba dispuesto a destruir a Saga y al resto cuando Atena los detuvo y ante su sorpresa pidió que los llevaran a frente a ella. Milo amenazó a Saga que no intentara nada ya que pagaría las consecuencias con su vida.
De forma inconsciente, se aproximó a Camus , el cual yacía en el suelo sin casi fuerzas. El Escorpiano una vez desfogada su ira inicial, se había calmado un poco. No pudo evitar coger con cierta ternura al que había sido su ángel. Pudo sentir la suavidad de su piel, la frangancia de su pelo y su corazón latiendo a mil. Kamus se sintió incapaz de mirar a Milo, temía perder su ferreo autocontrol y comenzar a pedirle perdón, pero como sabemos a parte de ser el Maestro de los Hielos, era el Maestro de las emociones ocultas. Sentir la calidez del escorpiano tan cerca le derretía su corazón, por ello optó por ignorarle mientras ascendían, mientras este último se iba preguntando como el acuariano, tan idealista y justo podía haberlos traicionado.
Una vez frente a su Diosa, los soltaron cayendo al suelo. Atena se quitó la vida delante de ellos con la daga que una vez Saga empleó para intentar asesinarla. La escena fue demasiado para Milo, el cual cogió el cuello de su amigo y empezó a estrangularlo mientras las lagunas de sus ojos derramaban todo su dolor. Camus a su vez entrecerraba los suyos ya que se sentía incapaz de ver el reflejo de ese dolor en los iris de agua de su viejo amigo. Morir era algo que tenía asumido, pero no causándole dolor al dueño de su alma.
Kamus, Saga y Shura regresaron para hacer frente a Pandora. La cual los dejó en el suelo esperando su final. Kamus sintió las patadas de Zeros en su cuerpo y no pudo evitar lanzar unos cuantos gemidos de dolor, el cual no podía compararse al que llevaba clavado en su alma. Al fin sus vidas se extinguieron.
Mientras Kamus languidecía Milo y los otros no pasaban por mejor situación. Radamanthys los estaba destrozando. Después de pasar por diversos enemigos acabaron congelados hasta que el cosmos de Atena los salvó permitiéndoles encontrar a un Shaka desesperado dispuesto a volverse a sacrificar para poder permitir el paso a los bronceados.
En ese punto fue cuando se reunieron todos los dorados, vivos y resucitados. A cada uno le quedó claro, que los supuestos traidores habían actuado con la intención de proteger a Atena y ayudarla a vencer a Hades. Los posibles rencores fueron perdonados con una mirada de complicidad entre la mayoría de caballeros. Pero el Escorpio y el Maestro de los Hielos eran demasiado orgullosos. Milo no podía mirar a la cara de su amigo después de haberlo estado estrangulando. Camus le pasaba otro tanto pero con diferente motivo, se sentía culpable de haber herido a su alma gemela. Ambos conocían el carácter del otro y por orgullo evitaron un posible rechazo.
Todos se unieron en uno solo y explotaron. Saga lo hizo volviendo la vista a la estrella fugaz en que se convirtió Kanon al vencer a Radamanthys. Camus sintió como cada partícula de su ser se reducía a la nada, en un último momento, sus pupilas se volvieron a Milo, el cual al sentirlas clavadas en su persona, solo suspiró pensando que el polvo de su ser se mezclaría con el de Camus volviéndose uno al fin. Pudo ver toda su vida descubriendo que su amigo siempre había estado presente en ella y cuando no había estado se había sentido perdido y sin rumbo. Con ello, el Escorpión Celeste se dio cuenta que para el ese amigo tan querido era algo más que amistad, quiso gritárselo pero su último aliento desapareció con la explosión.
Cuando despertaron, se hallaron encerrados en una estatua condenados al dolor eterno, el manto de la oscuridad cubriéndolos por siempre y la humedad corroyendo sus almas.
La batalla de los dioses se llevó a cabo venciendo Atena. La Diosa llevaba en su corazón clavado el remordimiento de haber hecho batallar demasiado a sus Santos. Para su opinión después de tanto sufrimiento merecían tener una vida normal. Por todo ello cuando fue a liberarlos les borró los recuerdos de esta vida, regalándoles dicha vida.
Con una sonrisa fue a su encuentro, los envolvió en su luz y los hizo nacer de nuevo, limpios de todo dolo del pasado.
Milo vio llegar a su Diosa con una sonrisa en la boca, esperaba tener la oportunidad de aclarar las cosas con el Hielito, ya que este último le había evitado en todo momento durante su estancia en la Estatua. Con su último pensamiento solo pidió tener la oportunidad para estar con su amor en un mundo sin batallas.
