He aquí al que, hasta la fecha, considero mi fict más dramático. Es que no puedo vivir sin el drama, soy así de ruara...O. Este es el primer fict que dedico a mi queridísimo Sevy Snapy (Qué cutre ¬¬), es decir, Severus Snape.
Yo no creo que sea malo, tan sólo es un amargado, porque le hicieron la vida imposible al pobre.. ÇÇ.
Bueno, dejçemonos de lloriqueos y pasemos a la historia. El final no concuerda con la historia creada por JK Rowling pero, seamos realistas: ¿cuántos fict concuerdan con los libros?
La brisa que mece los lirios blancos
Nunca había reparado en ella. La había despreciado y humillado, y ahora sentía que cuando ella no estaba le faltaba el aire. Soñaba con sus caricias, con sus besos... pero era imposible, porque él mismo había creado un abismo entre ellos. No podía echarle la culpa de su desgracia a Potter, y hasta comenzaba a pensar que era verdad: él no era más que un pobre desgraciado que estaba tan loco como para interesarse por las Artes Oscuras. Si la hubiera tratado como ella se merecía, aquello no habría pasado.
Una lágrima resbaló lentamente por su pálido rostro, mientras observaba la luna, blanca como el rocío de un campo de oro y plata a la luz de las estrellas. La volvió a mirar, como esperando encontrar la más leve muestra de comprensión en ella, pero unas nubes la taparon, y fue como si le hubiera dado la espalda.
Tal vez, si no hubiera sido tan arrogante, si se hubiera llevado bien con James Potter, ella lo hubiera querido a él. Intentaba olvidarlo, se intentaba convencer de que ella no era más que una sangre sucia, que no valía la pena, y al momento se sentía asqueado de sí mismo, pues esa clase de pensamientos habían hecho que la perdiera.
En realidad, no la había perdido, porque él había borrado todo el amor que ella podría haber sentido por él.
Fue hasta su escritorio, abrío un cajón y sacó un pequeño cofre de madera y hierro. Lo abrió y sacó unos pergaminos amarillentos, las cartas que le habría dado a Lily de haber sido su novia:
Eres como el blanquecino resplandor de una mañana de primavera. Eres la suave brisa que mece los lirios blancos que te traigo ahora, pero es una pérdida de tiempo, pues tú eres el lirio más hermoso que haya crecido alguna vez.
Las lágrimas caían ahora sobre aquellos pergaminos, cuyas letras habían sido escritas con un amor capaz de derribar el más grande obstáculo. Apretó el pregamino en su mano. Se sentía impotente, y sólo podía hacer una cosa: abrió el segundo cajón de su escritorio para sacar una reluciente daga de empuñadura plateada. Antes de cumplir con lo que su corazón pedía, visualizó de nuevo a Lily, tal como la veía en sus sueños: lucía una corona hecha con unos lirios tan blancos como los de su poesía, y su vestido también era blanco, como las perlas blancas bañadas por el agua del mar. Y sus ojos eran verdes, verdes como la pradera que había bajo sus pies. Ella sonreía y le llamaba, le pedía que fuera con ella.
Cerró los ojos para visualizarla mejor. Y mientras la daga hería su muñeca, mientras resbalaba por su túnica una sangre tan roja como las amapolas que crecían en la pradera de sus sueños, se dibujó en su rostro una sonrisa: la primera sonrisa auténtica, que había logrado en su último momento de vida.
Bueno, ¿qué os parece?. Ya sé que es tecnológicamente imposible que Severus muriera con 17 años, pero ha quedado bonito, a mi parecer.
