Hermione siempre ha sido una pequeña ratón de biblioteca y eso no cambiara y menos ahora que tiene 16 años, aunque claro el cambio es inminente, sus cabello son aún más rizados que de costumbre, sus cuerpo desarrollo unas hermosas curvas y sus pechos han crecido favorablemente, además de que toda ella se ha vuelto demasiado hermosa pero aun es una sabelotodo, pero eso no la desaminaba era la mejor de su clase ella sabía que al final todo daría frutos.

-Hermione,¿ vamos al campo?- dijo Ron viendo como Hermione caminaba por el pasillo.
-Oh Ron, lo lamento pero debo ir a la biblioteca quiero leer un libro que meciono la profesora McGonagall, lo lamento enserio- dijo la joven castaña.

- te dije que no iba venir, siempre está metida en esos libros-.
- cállate Ron así es ella y así debemos quererla.
- si Harry pero a veces creo todos tienen razón es una insoportable sabelotodo-
- no vuelvas a decir eso Hermione es nuestra amiga-
- de acuerdo pero admítelo a veces se pasa- fueron las palabras que Ron comentaba a Harry en el pasillo sin sospechar que Hermione las había oído demasiado bien lo que provoco que una lagrima de cristal resbalara en su hermosa mejilla.

Hermione llego llorando a la biblioteca, pensando en las palabras que dijo Ron, ella solo lloraba, con varios libros a su alrededor, adelantando tareas, todo para poder olvidar aunque fuera un momento las horribles palabras de Ron y aunque nada lograba borrar ese sentimiento tan horrible que sentía en su corazón, ella siempre estuvo muy encariñada de Ron.

-Maldito Ron, es un tonto, todo lo que hago por él y así me paga- murmuraba- a veces me gustaría irme de aquí, no seguir así, no me gusta para nada ver como cada día se burlan de mí, odio ser la insoportable sabelotodo, odio- en eso Hermione escucho un ruido, no estaba sola, vio como un hombre encapuchado se acercó a ella y saco su varita y apuntándola dijo un conjuro que Hermione no alcanzo a escuchar y todo se volvió negro.

Hermione despertó en un lugar demasiado oscuro, esa como una sala totalmente negra y lo único que se alcazaba a ver era un dibujo extraño en el piso, y vio al hombre encapuchado terminando de hacer aquel dibujo.

-¡Eyy tú!, ¿Quién eres?, ¿Por qué me trajiste aquí?- pregunto la joven castaña con firmesa y sin miedo después de todo ella era una Gryffindor, ella no debía tener miedo.
-Eyyyyyy!, ¿acaso no escuchas?- gruño la joven enojada.

Por otra parte aquel hombre solo termino de dibujar y conjuro unas palabras que Hermione no comprendía a perfección pero pudo notar que era un latín

Tempus sacrum

tempus vitae

fit praesens ad praeteritum

et vita-mutato

Al decir estas palabras el dibujo desapareció abriendo en el piso un enorme hoyo lleno de luz Hermione solo miraba asustada porque solo entendía poco pero sabía que algo malo estaba a punto de pasa, se acercó aquel hoyo y sin sospecharlo, el hombre que la había secuestrado la empujo, Hermione solo logro gritar mientras caía en ese enorme agujero que al entrar ella se cerró.

-ahora las cosas serán diferentes- dijo aquel hombre viendo el suelo y era más y nada menor que Lucius Malfoy .

- Solo espero que tu Hermione seas lo que el señor necesitaba- dijo marcándose de aquella habitación.

Por otra parte Harry y Ron estaban en el comedor, notaron que el lugar de Hermione estaba vacío.

-Ron, ¿Dónde está Hermione?- pregunto Harry preocupado.
-No lo sé Harry por si no lo recuerdas yo estaba contigo- respondió el pelirrojo.
-tengo un mal presentimiento- respondió Harry.
-No te preocupes de seguro está en la biblioteca o algo así, tu sabes cómo es ella- dijo aquel pelirrojo concentrado en su alimento, pero aun así Harry no estaba tranquilo.